Castigada
Me despiertan sus gritos, me levanto rápido a auxiliarla. Camino por el pasillo escuchando como el sonido de sus gritos de ayuda se hacen más claros. Llego a la puerta de su habitación, escucho como llora y suplica que la dejen, que le duele. Mi corazón se rompe, comienzo a entender que la droga que le di, en su momento no fue de ayuda. Me siento responsable por cómo está llevando la vida, intente que no sintiera ni se enterara de lo que le hacían a su cuerpo, por el contrario al parecer la droga la encerró en su cuerpo; pero fue testigo de cada cosa que esa mala noche de su boda le hicieron.
Entro en la habitación, ella está luchando por soltarse de la sabanas, logro llegar a ella, con la mayor calma que puedo la ayudo a despertar. Me mira con terror, me empuja y corre al baño, sé lo que hará, intentar arrancarse la piel con agua hirviendo, la alcanzo lo más rápido que puedo y la detengo. Logro calmarla, sigue llorando, parece un animal herido, hace gemidos constantes. Termino de bañarla, la seco y la vuelvo a vestir, sin decir una palabra, la llevo a la cama, le doy una pastilla para que duerma sin sueños. Esta es mi rutina de todas las noches, ella no deja que nadie más se le acerque en ese estado. Espero a que la pastilla surta efecto y me retiro de su habitación, con un sentimiento de culpa e impotencia, no sé cómo ayudarla, veo como la vida se le escapa del cuerpo.
- Otra pesadilla - dice en el pasillo Sharon su mejor amiga, con lágrimas en los ojos, solo asiento - ¿qué vamos hacer?, no puede continuar así, no quiere hablar con nadie, no permite que nadie se le acerque, solo tú tienes ese permiso, y tú no eres de gran ayuda - me da la espalda molesta
Sí, no soy de gran ayuda, soy la más responsable de su estado. He intentado hablarlo con ella; pero se cierra. No permite que su familia la ayude, solo habla con los demás para negocios, cosas de la casa o mi educación, en lo que se refiere a ella es un tema muerto.
Tenía ya dos años junto a Leylan, mi amo. Le temía y por absurdo que parezca le amaba, aun cuando era cruel en su trato a mí, también era dedicado en atenciones. Me trataba con dureza cuando no cumplía sus normas, más que feliz era cuando hacia todo bien. En este tiempo mi cuerpo ha ido cambiando, mis sentidos se han agudizado debido a la vida que llevo, BDSM que así le llaman. Me desarrolle a los once, algo que complació altamente a mi amo, pues decía que ahora si le desearía y mi cuerpo le pediría como el agua o la comida. Yo no entendía que cambiaba en mí, hasta el primer castigo luego de mi desarrollo.
Leylan tenía una fiesta de fetiches, era una fiesta donde se compartían sus fetiches los amigos, había desde ser un mueble, hasta ser un animal. Mi tarea era sencilla servir, estaba vestida con un traje de mucama con mi collar, símbolo de mi posición como esclava, junto a mi había otras chicas que le pertenecían a Leylan, en total éramos diez. Cada una vestida con algún traje erótico, yo era la más suave pues mi cuerpo no daba mucha oportunidad, aun no estaba bien desarrollado. Ya tenía senos, eran muy pequeños aun.
Con el tiempo la fiesta se volvió una orgia total, donde voltearas había personas teniendo sexo, o haciendo algo sexual, entonces alguien se acercó a mí, era un hombre de unos treinta años, me pregunta cómo me llamaba, que hacia allí, yo le respondía lo más tranquila posible sin saber el problema que me esperaba. De repente escuche a mi amo llamarme, acudí inmediatamente, pues su tono de voz me hizo saber que tenía problemas.
Él estaba sentado cual rey en un trono, con solo el pantalón puesto, sin embargo eso no impedía que en ese instante estuviera disfrutando de una de sus esclava quien le hacia una mamada, me detuve frente a él, siempre temí cuando me miraba molesto, pues su ojos mostraba tanto odio y desprecio que me hacía sentir en el infierno al instante.
- ¿Con quién hablabas? - pregunto muy molesto. Lo mire con terror
- No lo sé - dije en susurro
- ¿Cómo que no sabes? Si estabas entretenida hablando con él. Estas aquí para servir no para hacer amigos. Y ya que es tu deseo hacer amigos, pues yo soy muy complaciente - se sonrió con malicia
No entendí lo que dijo, sentí como era tomada por los brazos, alzada y llevada a un escenario, que había sido colocado allí para los eventos especiales. Mi cuerpo empezó a temblar, mis lágrimas no tardaron en hacerse ver, no hice ningún comentario ni sonido, sabía que eso solo empeoraría la situación. Fui atada en una mesa ginecológica, aun llevaba mi traje puesto, Leylan se acercó a mí y pregunto
- ¿Por qué vas hacer castigada?- ¿eso era lo que iba hacer?, las únicas veces que me castigo fue con nalgadas, nunca me había hecho nada, lo había visto castigar a otras; pero a mí no.
- Por hablar con extraños - le mire presa del pánico, temiendo errar en mi respuesta y aumentar mi castigo. Toco mi rostro gentilmente
- Eres lo más hermoso que tengo; pero debo enseñarte quien es tu dueño. Te dije que solo estabas aquí para llevar las bebidas a mis invitados, tú me has desobedecido al distraerte hablando. Así que tu castigo será ser masturbada por quienes tanta curiosidad sientes en conocer - me miro esperando mi reacción, abrí los ojos de par en par, yo aún era virgen Leylan solo me usaba para sexo oral, masturbarlo y atenderlo en todo lo que el necesitara, arreglaba su cuarto, la oficina. Yo me veía más como un mayordomo, este sería la primera vez que sucedería algo así. Estaba muy asustada
Leylan dio órdenes para que me desnudaran, explico a todos los invitados que yo era aún virgen, que no me podían penetrar, solo podían usar mi clítoris. Yo le escuchaba sin entender que iba a pasar, tenía miedo pero a la vez excitación. Mi cuerpo se comportaba de manera misteriosa. Termino de hablar, le trajeron algún tipo de lubricante, antes de iniciar me dio un beso posesivo, lleno de deseo, con el trasmitía que yo no era nada. Mis lágrimas salieron a borbotones, finalizo el beso y se retiró. Hacia frio mis senos estaban duro y erectos, en mi postura podía sentir cualquier parte de mi cuerpo.
Entonces se llenó dos dedos el índice y pulgar del lubricante, bajo las mano hacia mi entrepierna, comenzó a realizar círculos alrededor de mi clítoris nunca en él, mientras veía con detenimiento como reaccionaba a sus caricias, comencé a temblar, toda la piel se me erizo. Nunca me había tocado allí, ni él lo había hecho, las sensaciones pasaban de ser vergonzoso porque estaba en público hasta erótico, mis lágrimas seguían saliendo, me sentía impotente y ultrajada. De forma inesperada comencé a sentir calor allí, en el centro de los círculos, quería que me tocara esa parte, no sabía porque hacia esto. Bajo su cabeza a mi pecho, tomo con su boca uno de mis pezones, se comenzó a amantar con él. Todo empeoro, me dolía, quería más, temblaba. Quería que se detuviera, a la vez no. MI cuerpo me estaba enloqueciendo. Cambio de seno e inicio el mismo proceso con él, al minuto sentí como comenzaba a convulsionar mi cuerpo, temblaba, me estremecía e hice algo que no había hecho, grite, suplique por más, llore a viva voz. Esas acciones no lo detenían al parecer le daban pie a que siguiera más allá. Luego vino la calma, nunca me había sentido así, en silencio, todo en blanco como cuando descargas una bolsa de mercado que pesa mucho, hice lo más extraño suspire y sonreí.
- ¡Ah! mi pequeña ha tenido su primer orgasmo - dijo con orgullo, le trajeron una toalla se limpió las manos, yo aún temblaba de las réplicas de mi orgasmo, se dio la vuelta hacia sus invitados - espero que les guste mi tesoro, ya saben solo pueden saborearla, no penetrarla ni con los dedos.
Se retiró de mi lado, entonces comenzó mi infierno, cada invitado hombre o mujer, pasaron a masturbarme hasta que me corría, los primeros fueron geniales no lo voy a negar, sabía que estaba mal pues yo no había dado consentimiento pero mi cuerpo igual reacciono, luego del décimo lloraba mucho, cada toque, cada orgasmo era como si me estuviera quemando, me ardía la piel, el clítoris lo sentía a punto de salir de mis labios vaginales, en algún momento suplique, pedí perdón y clemencia, mas mi amo estaba muy lejos para escucharlo, al fin me toco el invitado por el cual estaba recibiendo el castigo, me miro y sonrió con sorna, me toco con fuerza, me dolía cada cosa que me hacía, él se veía como un lobo hambriento de mí, casi cuando volvía a llegar todo se volvió oscuro y sin más me desconecte.
*********************************************************************************
Hola mis amados Lectores
Gracias por como han recibido mi historia, gracias por sus comentarios y votos.
Esta nove me ha generado muchos sentimientos encontrados, se me hace dificil solo escribir cosas tristes para Anika, les pido disculpa si les parece muy crudo.
Como siempre nos leemos el proximo sabado, si les gusta este capitulo denme sus votos y comentarios, me encantaria conocerlos un poco mejor.
Recuerden que estoy concursando en los #Wattys2016 espero me puedan publicitar si les gusta la historia.
Feliz Fin de Semana
XOXOXO
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top