Pude Hacer Más.

Mitsuki amaba a su hijo con toda su alma.

Era su pequeño cachorro...

Pero cuando se trata de Omegas y Alfas, las cosas son diferentes en lo que a matrimonios respecta.

Cómo Reina de los Dragones era su deber mantener la magia vigente en su linaje como también su amistad con otros reinos. No era difícil, sinceramente, ya que su ejército era suficiente para crear lazos de miedo, excepto con unos cuantos reyes que podían ser potenciales rivales para su ciudad.

Y es que no solo habían dragones en el lugar, si no todo tipo de híbridos mágicos, humanos, brujas, demonios, etc. Era como un lugar donde nadie te juzgaba por ser quien eres.

Mistuki era una fénix mientras que Masaru era un dragón de tierra, diferentes pero lograron crear una unión bastante fuerte, pues aunque Katsuki fuera un fénix en su totalidad, podía crear hechizos de tierra como su padre y de fuego como su madre.


Lo cual no viene al caso, pero era necesario saberlo.

Katsuki, su único hijo y heredero al trono, era un Omega codiciado por muchos en su reino, pues aunque era de una casta "sumisa" su actitud era todo lo contrario, derrotando enemigos de alto rango junto con su manada a pesar de que la mayoría de estos eran Alfas o Betas. Mitsuki estaba orgullosa de él por decir poco.

Aunque su relación madre/hijo no sea la típica de amor y esas cosas, se llevaban bastante bien, algunas veces peleaban, si, pero era sobre cosas estúpidas y al poco tiempo volvían a ser los mismos de antes.

Mistuki sigue sin entender cómo fue que la idea de metió en su cabeza.

El Reino Oscuro era uno del que muchos tenían, incluso ella evitaba fuertemente tener conflictos con ellos debido a su extraña magia. Se dice que era liderado por un hechicero con gran experiencia, y lo cree, pues no hace mucho Toshinori se enfrentó a él y casi termina muerto.

Endeavor mismo dijo que la maldición de su hijo menor provenía de ese lugar.

Así que sí, era un lugar peligroso.

Sin embargo, su actual Rey estaba muy débil debido a la batalla con Toshinori, por lo que su único hijo, Shigaraki Tomura, tomaría el liderazgo de aquel lugar muy pronto.

Todos sabían que el chico era un Alfa, uno soltero, una unión por medio de matrimonio sería perfecto para evitar que su reino terminara en llamas si algún tipo de guerra surgiera por parte del Reino Oscuro.

Sin embargo, Katsuki era su único hijo, su bebé, su cachorro Omega...

¿Valía un sacrificio como este para evitar un futuro genocidio?

Mistuki sabía que la respuesta que cualquier rey tomaría era obvia, los Omegas eran la casta más discriminada de todo Yuuei, excepto en los reinos de Toshinori y el suyo, no sabe cómo será en ese lugar pero puede imaginarse lo peor. Katsuki era fuerte, ella misma se encargó de entrenar su actitud de esa forma, pero no está segura de que pueda soportar algo así, no podía hacerlo...

Pero si no lo hacía, la guerra era segura, sabía que la gente inocente sería la primera en sufrir las consecuencias, y es que no sabían nada sobre las defensas de All For One, lo poco que conocían eran los poderes del hechicero, ¿Pero que hay de su ejército? ¿Que tal si su magia termina siendo más de lo que puedan soportar?

¿Valía más la vida de una persona que de millones?

Tal vez fue por curiosidad o porque en su interior realmente había pensado la posibilidad.

Pero aquí estaba, creando una unión con el Reino Oscuro por medio de matrimonio.

--- Muy bien, Reina Bakugou, ¿Le gustaría conocer a mi hijo Tomura antes de la ceremonia?--- cuestionó el hombre con una sonrisa, terminando de firmar el pacto de alianza.
--- Sería un gusto, señor All For One...--- mencionó gustosa, siendo guiada por el hombre hacia uno de los jardínes del castillo, para ser un lugar oscuro, su vegetación es muy variada.

--- Suele estar en su forma animal muchas veces, espero no le moleste, además, su hijo también es un híbrido, ¿No?--- caminaron más y más, pero la rubia no parecía notarlo, hablar con él era bastante confortante.
--- Si, un fénix en su totalidad.--- mencionó con orgullo.

--- Ya veo... ¡Oh! Aquí está, ¡Shigaraki!---

El aliento de Mistuki se quedó en su garganta, mirando con ojos soprendidos las inmensas alas del príncipe, sin mencionar aquel tipo de raza que supuestamente se había perdido hacia años.

Era un tigre con pelaje blanco y sus rayas de color azul celeste, en parte posterior de su espalda yacía una piedra rojiza gigante única llamada Olae, con este cristal se hacían los bastones para brujas primerizas, seguido de esto, habían dos grandes alas de plumas blancas sobresaliendo.


--- Creí que estaban extintos...--- pensó en voz alta, esforzándose muy poco en ocultar su admiración.
--- Es el último de su clase, ha entrenado toda su vida para ser un guerrero y líder, un Alfa perfecto...--- el hombre sonrió una vez más, con orgullo, justo como Mistuki lo había hecho.

--- Solo necesita un Omega a su lado, pero gracias a ti eso será posible.--- estiró su brazo para estrechar su mano con la otra mujer, quien lo hizo rápidamente.

El pacto estaba decidido.


--- ¡Gané! ¡HAHAHA!--- exclamó Bakugou aterrizando en el jardín de su castillo mientras que su manada lo hacía después de él.
--- ¡Viejo, no es justo! ¡Siempre ganas!--- exclamó Denki, ocultando su forma de dragón para poder ir con el rubio.

Kirishima fue el siguiente, luego Mina, Kyoka y al final Sero.

--- Duh, los Fénix somos ligeros, tal vez deberías dejar de comer cerdo si no quieres terminar como uno.---

--- ¡Jamás!---

Todos rieron ante la voz indignada del eléctrico, entrando al palacio para descansar de su anterior misión.

--- ¡Katsuki!--- grito la matriarca llamando la atención de los presentes, el mencionado hizo una seña a su manada para que siguieran a la cocina mientras se dirigía hasta su madre.

--- ¿Que paso, vieja?--- pronunció de manera burlona, sonriendo de lado.

--- Tengo noticias del Reino Oscuro.--- el ambiente del lugar cambiaba lentamente, pues Katsuki sabía que ese nombre estaba prohibido en el reino.
--- Shigaraki tomará el liderazgo del reino después de su boda-

--- ¿Boda? ¿Por qué mierda sabes eso? ¿Que no se supone que son nuestros enemigos?--- la fémina sintió un nudo en su garganta, pero era su deber.

Tanto el suyo, como el de su hijo.

--- Hemos acordado que tú te casarás con Shigaraki Tomura en dos días.--- sus palabras fueron directas, lo sabía, no era bueno que las noticias fueran de esta manera pero desprecia tener que hablar tanto.

Por otro lado, Katsuki se quedó en silencio con sus ojos abiertos, observando a su madre para ver si era algún tipo de broma de su parte, sin embargo, no había ningún indicio de aquello en su rostro.

--- ¿Esas bromeando? Maldición, dímelo.--- gruño apretando sus puños.

Nunca dejo que su segundo género lo atrapara en los estereotipos, siempre luchó, habló, gruñó y mordió a aquellos que quisieran sobrepasarse con él, su madre muchas veces le dijo que era algo por lo que debería sentirse seguro y que debía mantener su cara en alto aún si lo miraban mal.

¿Por qué ahora hace esto?

--- No, no lo es, el carruaje está listo, nos iremos en la noche.---

--- ¡Pero- ¡Maldición, escucha lo que dices! ¡No puedo casarme con él! ¡Dijiste que tenía que elegir a un Alfa que fuera-

--- Eso fue antes, las cosas cambian.---

--- ¡Mamá, detén esto! ¡Puedo hacerlo mejor, puedo buscar a un Alfa ya si quieres que me case, solo no lo hagas esto!--- la manada de Katsuki salió de la cocina al escuchar gritos, observando curiosos a ambos rubios.

Mitsuki trataba de no hacer caso a nada de esto, pero la voz suplicante de su hijo lo hacía tan difícil.

--- Es lo mejor para ti y para el reino.---

--- ¡Ma-

--- ¡No está a discusión, te casarás con Shigaraki Tomura quieras o no!--- gruño, apretando sus labios ante la mirada cristalina de su único cachorro, estando a punto de llorar.

--- Pe-

--- Ve a tu habitación y escoge lo que te vas a llevar, mande mensaje a tus amigos de los otros reinos con nuestro halcón, no sé si vayan a venir.--- y con esto, le dio la espalda, escuchando un último sollozo por parte del Omega que ignoró con dolor.

Es lo mejor, se dijo a si misma.


Kirishima corrió hacia el rubio una vez que los gritos dejaron de escucharse, abrazando al chico con fuerza mientras que los demás presentes hacían lo mismo, tratando de calmarlo con su aroma de alguna forma.

Cuando eso no funcionó, Eijirou lo cargo y se fueron hasta la habitación del explosivo (quien seguía llorando, lo cual era preocupante) para depositarlo en medio de su nido con cuidado, subiendo al mismo para soltar un aroma reconfortante.

--- Katsuki, Katsuki, ¿Que paso? ¿Peleaste con ella?--- pregunto Denki, un Omega también, mientras restregaba su mejilla con la del chico.

No hubo respuesta durante unos minutos hasta que la voz de Bakugou, aunque débil y temblorosa, logró escucharse.

--- M-Me voy a casar con el r-rey oscuro...---

Los demás presentes jadearon ante esto, aferrándose más al chico sin saber que decir para tranqulizarlo, pues la palabra de la reina era absoluta y nadie podía hacer nada contra ella.

Pasaron unos 20 minutos de esa forma, unos arriba de otros tratando de proteger a su lider hasta que esté mismo se levantó.

--- Iré a hacer mi maleta...--- susurro, bajando de su nido para ir a sus muebles, tomando una bolsa de piel para poner su ropa.

Después de todo... Se iba a ir de su pueblo para siempre.

Mina bajo rápidamente y comenzó a ayudarlo, haciendo bromas e insultando su sentido de moda, al poco tiempo todos estaban alrededor de su habitación haciendo bromas mientras poco a poco vaciaban el lugar que alguna vez fue su lugar de confort.

Fue cuando alguien tocó la puerta.

--- U-Uhm, ¿K-Kacchan?--- Jirou fue quien se levantó y abrió el pedazo de madera, dando a conocer a Shoto, Izuku, Momo, Iida, Uraraka y Tsuyu, todos con una sonrisa forzada ante las noticias.

--- Vinimos a despedirnos...--- murmuró Todoroki, masajeando su cuello ante el viaje que habían hecho de la nada.

Pasaron la tarde contando historias y comiendo algunas cosas  en el jardín, ahí Bakugou se enteró que probablemente el reino entero de la Yuuei asistiría a la boda debido a que es un pacto de paz no solo de su reino, si no de todos ellos.

Desde hace años que no había guerras en estos reinos, incluso podía decirse que el Reino Oscuro no pensaba en crear una guerra de la nada debido a que ellos fueron los que iniciaron la vez pasada y solo se defendieron, por lo que no hay rencor por parte de ambos bandos.

Pero, obviamente, si no hay nadie sufriendo no es un resultado digno para ellos.

Da igual ya, su opinión no importa y probablemente no lo hará.


--- ¿¡Cómo pudiste hacer algo como esto!?--- exclamó Masaru mientras caminaba de un lado a otro, soltando un aroma amargo como señal de estrés.

--- ¡Es nuestro hijo, Mitsuki! ¡Nuestro único cachorro! ¡¿Y ahora se lo das a un Alfa!? ¡Creí que esperaríamos hasta que eligiera a uno que él quisiera de verdad!--- el Omega talló su rostro, desesperado, tirando algunas cuantas cosas de los muebles debido a que las feromonas tranqulizantes de su esposa no ayudaban en nada.

--- Era necesario, una guerra pued-

--- ¡Puede! ¡Puede suceder! ¡Estás dándole a un maldito ser desconocido la vida de nuestro hijo por algo que podría o no pasar!--- el castaño estaba furioso, triste y confundido, no entendía que había sucedido para que la Alfa hiciera algo así.

--- ¡Tu no lo entiendes, las posibilidades de una guerra son mínimas pero están ahí! ¡Si nos deciden atacar no tendremos ningún tipo de conocimiento para ir en su contra!--- contraataco la fémina.

--- ¡¿No te has puesto a pensar en lo que le puede hacer a Katsuki!? ¿¡Que tal si lo golpea, huh!? ¡No vamos a estar ahí para protegelo! ¡Habíamos cambiado las leyes de este reino para que ningún otro Omega sufriera lo mismo que yo, que pudiera elegir con quién pssar su vida! ¡¿Y ahora lo tiras a la basura!? ¿¡A QUE MIERDA ESTÁS JUGANDO!?---

--- ¡A MÍ TAMPOCO ME GUSTA ESTO! ¡ES MI HIJO TAMBIÉN, PERO ES LO MÁS SENSATO! ¡SU VIDA SALVARÁ A MILLONES MÁS! ¡ES LO QUE UN REY DEBE HACER!--- hubo silencio después de eso, el aroma de lágrimas rodeando el lugar al igual que las feromonas tristes de Masaru.

El hombre limpió las gotas de agua que caían de sus ojos, apretando sus labios antes de hablar.

--- Muy bien, Mistuki, te ganaste el nombre de reina...--- escupió con veneno, sus feromonas siendo más y más furiosas.

--- Pero perdiste el derecho ser llamada madre.--- y con esto se fue.

Mitsuki sabría que esto iba a suceder, pero Katsuki podría aguantarlo, era su hijo, después de todo.

Solo era un matrimonio, nada más...

El camino hacia el Reino de Shigaraki fue silencioso, en su totalidad.

Katsuki no levantaba su mirada del suelo, aún cuando Mistuki tratara de hacerlo salir de ese trance. Masaru no le dirigió la palabra en ningún momento, se dedico firmemente a tranqulizar a su hijo para hacer el viaje más ameno de alguna forma.

Cuando llegaron, la manada de Katsuki ya estaba ahí, así que el chico, mucho antes de que su madre le dijera algo, se fue con ellos, también estaba el reino de Todoroki y Toshinori también estaba presente, quienes se acercaron a su persona apenas puso pie en el suelo.

--- ¿Enserio harás esto?--- cuestionó el rubio, jugando con sus dedos mientras que Enji se cruzaba de brazos, curioso.
--- No tenemos opción, una unión matrimonial es lo más seguro que podemos crear ahora...--- dijo acomodando su vestimenta.

--- Pero es tu único hijo...---

--- Lo sé, maldición, lo sé, Katsuki sabrá cómo pasar por esto, también nosotros de alguna forma, no es como si no lo fuera a ver nunca más.--- bromeó sin gracia, dejando a los corceles a cuidado del reino.

Antes de que Yagi volviera a hablar, el pelirrojo lo hizo.

--- Las costumbres de este lugar no son las mismas que las nuestras... Los Omegas aquí son como gemas preciosas debido a su baja natalidad, pero...--- rasco su cabello con incomodidad, había leído esto en un libro antiguos hace mucho tiempo.

--- ¿Pero?--- alentó la rubia.

--- En el momento que tú hijo y ese chico se casen, tú ya no podrás verlo de nuevo a menos que él lo decida, prácticamente... Perderás cualquier tipo de conexión con tu hijo.--- Mistuki palideció ante esto, teniendo la urgencia de romper el compromiso de una vez por todas, pero si lo hacía, podía causar una escena muy grande, sin mencionar la probable humillación que el Reino tendría.

Podría causar una guerra...

--- No hay vuelta atrás...--- fue lo que dijo, caminando hacia las grandes puertas del reino, a lo lejos pudo observar que Shoto estaba al lado de su hijo junto con sus compañeros de aventuras.

Iba a ser la última vez que lo verían así.

Masaru tenía razón.

Ya no merecía ser llamada madre.

Katsuki suspiró mientras sus amigos elegían la joyería que se llevaría en la boda, Todoroki parecía querer decir algo pero tenía una batalla interna, probablemente era algo que pondría en riesgo la boda.

--- ¡Mira Blasty! ¡Podemos ponerte estos! No son tus aretes pero son rubíes, combinan con tus ojos.--- el chico solo bufo, levantando su cabeza para que la rosada de los pusiera.

El ambiente en el salón era todo menos cómoda, intentaban, si, pero el final sería inevitable y Katsuki no puede sentir nada más que tristeza.

Tenía puesto un vestido blanco que su madre le dió, poseía hilos de oro alrededor de la tela suave que abrazaba su cuerpo casi como una segunda piel, pero no era traslúcida, cubría su piel completamente.

Era una vestimenta que los Omegas utilizaban en su reino, pero este era más especial, ya que podía soportar sus llamas en su forma de fénix.

Era la ropa que quería usar cuando se casara con la persona correcta, no en algo así.

Aún así, disfrutaría sus últimos momentos siendo libre con su manada, tal vez sería la última vez que se verían de está forma. Habló, luchó, bromeó... Hizo muchas cosas en esos últimos momentos sabiendo que para ellos también era difícil dejarlo ir.

El momento llegó.

Todos le dieron un fuerte abrazo antes de que saliera del cuarto, vestido completamente como un Omega tradicional.

Tenía un velo blanco encima de su cabeza que cubría en su totalidad su rostro, podía ver atravez de el obvio está, de igual forma, tenía los pendientes que Mina le había colocado y en cada una de sus manos poseía una pulsera de oro que eran de familia.

Sus hombros poseían unas hombreras de oro que estaban unidas a una capa del mismo color puro.

Su madre estaba frente a él, pero no pudo levantar su mirada del suelo, solo paso su mano por el codo de su progenitora para poder salir hacia el salón.

No estaban en el castillo, según lo que su padre le dijo antes de ser separados pues el padre tenía que tomar su lugar, era más bien uumn lugar donde hacían eventos de gran importancia (enserio, mucha importancia) y cuando terminara todo esto, su pareja lo llevaría hacia el castillo.

--- Te ves muy bien, Katsuki.--- hablo su madre con una sonrisa apenada.

--- Mnh...--- fue su respuesta.

--- Se que esto se ve muy mal, pero es para el bien de todos, Katsuki, tu vas a salvar muchas vidas...---

Nadie dijo nada después de eso, las  trompetas se escucharon momentos antes de que las puertas fueran abiertas pero, a pesar del ruido, Mistuki lo escucho muy bien.

--- Si no me querías en casa me hubieras dicho y ya, lamento no ser el hijo que esperabas.---

Mistuki se quedó con las palabras en la boca mientras caminaban por la alfombra roja, trato de negarlo, pero justo en ese momento había llegado All For One, tomando al rubio para subirlo hacia dónde estaba el Alfa.

Katsuki observo con cuidado las facciones del chico, tenía sus labios resecos pero fuera de eso, era alguien guapo, su cabello celeste enredado en una colita le daba un toque más sensual a su vista, pero era tan extraño saber que ni siquiera conocía lo más mínimo de él.

--- Reunidos aquí estamos, para presenciar la unión de estos muchachos, Alfa y Omega, quienes a la vista de los mismos dioses, prometen amarse mutuamente.--- que farsa, pensó Katsuki, pues ninguno de ellos podía amar al otro con solo haberse conocido ese mismo día.

--- Por medio de este lazo --- saco una tela brillante que fue colocado en la muñeca del peliceleste junto a la del rubio, obligando a sus manos a unirse.

El Alfa apretó el agarre, casi nervioso, y acarició la piel de su muñeca tratando de calmarlo.

El ritual fue bastante extraño pero no incómodo, ambos chicos tomaron vino (como muestra de amor y no sabe que mierda más), repitieron las palabras del hombre, y, por último, se besaron.

Fue una unión rápida, el Alfa se había agachado un poco, tomo su antebrazo con su mano libre y unieron sus labios suavemente.

Con esto, varios coros de aplausos fueron escuchados, sus manos seguían unidas por el lazo pero Katsuki ya no le importaba nada, estaba unido de por vida con alguien que probablemente lo trataría peor que la mierda, no podía estar seguro, lo peor de todo es que su madre estaría muy feliz con tenerlo fuera de su castillo de una vez por todas.

Debió haber sido un mejor hijo.

Tal vez nada de esto hubiera pasado si fuera un Omega normal.

--- Eres muy lindo.--- hablo Shigaraki de la nada, ambos estaban saliendo de la sala de ceremonias hacia el jardín pues era tradición de ellos que la pareja se fuera a su hogar cuánto antes.
--- Me dijeron que me casaría hace unos días y pensé que será una Omega cualquiera...--- el ceniza miro a otro lado, apretando sus labios.

--- Si intentas hacerme algo voy a cortar tu garganta.--- gruño, mostrando sus pequeños colmillos Omega.

El Alfa abrió sus ojos ante eso y Katsuki supo que la había cagado, volvió a bajar su mirada rogando para que la tierra se lo comiera.

--- Eres más de lo que esperaba... Los Omegas de este lugar son muy sumisos, que alivio.--- le sonrió con suavidad, moviéndose de repente para terminar con el rubio en sus brazos de forma nupcial.

--- ¡Ah! ¿¡Que-

--- Es tradición de los Alfas aquí llevarte al lugar donde pasarás el resto de tu vida.--- dos grandes alas blancas salieron de su espalda, causando sorpresa en el chico.

--- Y-yo puedo volar-

--- Arruinarias tu vestido, Omega, te ves tan lindo en el y no quiero deshacerme de eso tan pronto.--- y partió en vuelo.

Katsuki solo miro por última vez la sala de ceremonias como testigo de su último día libre.

Jamás volvería a su manada nuevo.

Jamás dormiría en árboles como cuando salía con sus amigos.

Jamás volvería a volar con ellos.

Jamás volvería a verlos de la misma forma.

Pues ahora su vida era de este Alfa, y solo de él.


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