Mitsuki arrastró a su hijo semi consciente dentro del bosque, sabía que el niño estaba sangrando y probablemente estuviera manchando su camino, pero eso no importaba, justo ahora, tenía que deshacerse del engendro antes de que su esposo llegara a la casa.

--- Maldita sea, todo esto es tu culpa, si no hubieras nacido, tu no estarías sufriendo y mi matrimonio no estaría al borde de la muerte, ¿Entiendes?--- murmuraba constantemente, gruñendo cuando Katsuki ya no pudo seguir su paso, dejándose caer al suelo. --- ¡Cabrón, copera niño estúpido! ¡No voy a cargarte si eso es lo que quieres!--- exclamó, tomándolo más fuerte de su brazo para seguir caminando en dirección al río.

No podía tenerlo otro día más en su hogar, se robaba constantemente la atención de Masaru y no sabía hacer nada más que enfurecerla, no podía más con esta farsa.

Cuando vio la estela de agua, la mujer sonrió cínicamente, aferrándose aún más al rubio con la esperanza de tener su vida de regreso.

--- Todo va a terminar, tú te vas a largar de mi vida y volveré a ser la mujer que era antes, no tendré que preocuparme de la escuela, de la comida, de la niñera, ¡No tendré que fingir que te quiero en frente de Masaru!--- la mujer tomó la camisa del niño y lo lanzó hacia el agua, enredando sus manos en el cuello del rubio para mantenerlo en ese lugar.

No sintió los rasguños que su hijo le dio, no le importó las patadas que golpearon su abdomen, no sintió remordimiento cuando las burbujas salían del agua, solo sentía una felicidad pues pronto sería libre.

Las manos de Katsuki pronto perdieron fuerza, pero antes de que ella se viera victoriosa, su cuerpo se elevó de forma violenta.

--- ¿¡Pero que mierda!?--- exclamó, tratando de regresar al suelo pero había una fuerza que la mantenía en ese lugar, y luego, sus extremidades fueron estiradas, quedando con sus piernas juntas y ambos de sus brazos a sus costados, inmovilizados.

Levantó su cabeza para poder ver quién era el responsable de esto, preparada para soltar las maldiciones más fuertes que ha conocido.

Pero lo que vió, fue algo irreal.

Lentamente, el cuerpo de su hijo se elevó de la misma manera que ella, pero más suave, delicado podría decirse, y de la misma forma, un ser comenzó a salir del denso bosque solo para revelar algo que hizo a Mitsuki jadear en sorpresa.

Su cuerpo era como una masa negra que podía destellos brillantes , casi como si fuera la noche misma adornada de estrellas, sin embargo, su forma era la de un humano, manos, piernas, torso... Todos iguales iguales a las suyas.

Y sus ojos, joder, eran mucho más oscuros que su cuerpo, careciendo de cualquier brillo.

--- ¿Qué es lo que eres, fenómeno? ¿¡crees que te tengo miedo solo por qué parezcas un demonio nacido del infierno!? ¡Intenta luchar, bastardo, puedo contigo con una mano atada a mi espalda!--- gruñó entre dientes, pues trataba de liberarse de un agarre invisible. --- ¡Liberame ahora, cabrón!--- terminó.

La cosa ladeó su cabeza, curioso de la reacción tan violenta que la mujer había tenido, por lo que levantó su mano, atrayendo el cuerpo Katsuki hacia su pecho, dónde lo acunó de forma protectora.

--- Sabes...--- habló, y la voz que sonaba en los oídos de Mitsuki no era la de un hombre ni la de una mujer, era casi como si fuera un ruido que ella podía entender de alguna forma.
--- He estado en esta tierra por casi dos años, pero estoy seguro de que no deberías tratar así a tu cría.--- explico. --- En especial cuando muchos quieren tener lo que tú posees... Pero les es imposible.--- la tristeza era palpable en cada palabra, pero Mitsuki solo pudo mirar atónita lo que sucedía después.

Las heridas abiertas de Katsuki comenzaron a cerrarse, regenerando aquel pedazo de piel como si nada hubiera pasado, luego, agua emergió de su boca y nariz, probablemente la que había ingerido en el río, convulsionado violentamente antes de dar una bocanada de aire, tosiendo y vomitando el líquido que se había ido a su estómago.

Después, la mirada del ser volvió hacia la rubia, aún flotando sobre ellos, deslizándose sobre el río hasta quedar frente a la mujer.

--- Gracias.--- dijo, abrazando más al niño.

Mitsuki chasqueo su lengua, asustada y confundida pero escondiendo el sentimiento entre su furia.

--- ¿Por qué me agradeces, bastardo?--- sus brazos fueron forzosamente estirados frente a ella, y vio con horror como aquella cosa transformaba su piel de forma morbosa hasta que poco a poco, fue tomando una forma que ella veía todos los días al espejo.

--- Siempre deseé tener un hijo.---

Y luego, comenzó a sentir como su cuerpo era aplastado.

Lo último que vio, fue como Katsuki era abrazado por esa cosa, transformada en ella, antes de que su cuerpo fuera aplastado sin piedad alguna a excepción de su cabeza.

"Mitsuki" miró a su hijo, sonriendo al verlo dormir tranquilamente en sus brazos antes de tomar los cabellos de la mujer y comenzar a robar sus memorias, luego limpio el lugar, manipuló los recuerdos del niño, arreglo algunos errores en su cuerpo y se fue a casa.

--- Todo estará bien ahora.--- murmuró, besando la cabeza de Katsuki. --- Ya nadie va a lastimarte.---

Ya estaba lista para la nueva fase de su investigación.

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