5. Lo hice por ti.
Notas de autor: esta vez las vamos a dejar al principio porque vamos a dar la bienvenida y las gracias a alguien que quizá será cliente frecuente aquí jaja. Mi amix del alma que no me dejó morir sola y me ayudó dando algunas ideas. Es decir, ella me dio la idea, una genio, yo solo me encargué de escribir lo que me expresó y espero haberlo hecho bien como espero que sea del agrado de ustedes. Gracias demon_lawliet
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Resumen: Beyond solo quería lo mejor para Light.
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Light se hizo bolita en el sofá de la sala. Sus padres lo vieron pero ninguno dijo nada, pese a no tener el mejor aspecto, al menos habían logrado que saliera de la habitación y eso ya era un avance. Habían pasado tres días desde el sepelio de Elle Lawliet. Tres días en los que Light apenas había comido, apenas había dormido, y no había querido ver a nadie.
Sin embargo, cuando supo que era Beyond el que estaba en la puerta, no dudó en pedir que lo dejaran pasar. Salió del sofá apresurado pero al verlo no pudo evitar quedarse estático por un instante. Que suplicio era que su difunto novio tuviera un gemelo.
—¡Beyond! —gimoteó lanzándose hacía él cuando su cuerpo reaccionó. Necesitaba llorar con alguien que sí entendiera su dolor— Elle... Elle está muerto... —murmuró viéndolo con los ojos desbordados en lágrimas.
La aclaración no era necesaria, parecía más bien que estaba intentando convencerse a sí mismo de que todo era real.
—Lo sé... —Respondió con voz suave, acariciandole los costados de los brazos con las manos. Pese a no estar llorando, su rostro reflejaba el pesar del momento—. Pero ya todo estará bien...
Light, que había bajado un poco la cabeza, volvió a alzarla y frunció el ceño.— ¿¡Qué!?
****
Beyond recordaba el día que lo vio por primera vez, hace más de un año y medio. Fue en el campus de la universidad, el chico más guapo y perfecto que podía existir. Lo observó por días, jamás se le cruzó por la cabeza acercarse, era consciente de su piel fantasmagórica y cuerpo delgado, que con la ropa dos tallas más grande que usaba lo hacían lucir como un marginado más, los anteojos de montura gruesa y desgastados que debía usar tampoco ayudaban a su apariencia.
Jamás se le cruzó por la cabeza hablarle pero parecía que estaban destinados a conocerse. Un día al caminar mientras lo veía de reojo terminó tropezando, y la mano que apareció frente a su rostro para ayudarlo fue la de él.
—¿Estás bien? —preguntó el chico de cabellos castaños.
Beyond se relamió los labios, ¿acaso era digno de tomar su mano?
—Sí, estoy bien... —murmuró, poniéndose de pie por su cuenta y sacudiéndose el pantalón.
El contrario se enderezó y regresó el brazo al costado de su cuerpo luego de que su ayuda fuera rechazada. Solía ser amable con todos y nunca nadie lo había rechazado, quizá eso lo llevó a preguntar:
—¿Cómo te llamas?
—Beyond.
—Oh, mucho gusto —volvió a extender la mano a manera de saludo—. Yo me llamo...
—Light, lo sé. —Interrumpió, su voz sonando hastiada cuando realmente estaba saltando por dentro.
—¿Lo sabes? —Light volvió a retirar la mano pero esta vez enarcó una ceja.
—¿Quién no lo sabría?
—Claro. —Sonrió y luego se despidió diciéndole que tuviera cuidado.
***
Beyond no entendía cómo lo había logrado, algún dios debía estar de su lado, de otra forma no se explicaba que Light estuviera en su casa... en su habitación. Habían seguido intercambiando palabras en el campus, saludos, sonrisas; hasta que un día en uno de esos saludos escuetos descubrieron que ambos coleccionaban monedas. Beyond envalentonado lo invitó a su casa creyendo que sería rechazado, Light aceptó.
—¿Quieres que te traiga un poco de jugo? —Preguntó el anfitrión luego de haber puesto sobre el escritorio el álbum donde guardaba sus monedas más valiosas.
—Claro. —Asintió, tomando asiento frente al escritorio y pasando las páginas con sumo cuidado.
Beyond salió de la habitación y apoyó la espalda contra la puerta luego de cerrarla. Hasta ese momento pudo dejar salir todo el aire retenido y sus manos comenzaron a temblar entre la emoción y la incredulidad.
—¿Ya vas a decirme quién es?
Beyond dio un respingo y soltó un jadeo mientras volteaba hacía un lado, encontrándose a su hermano con un brazo extendido apoyando la mano en la pared y sosteniendo una lata de cerveza en la otra
—¡Me asustaste, Elle! —dijo apretando los dientes— ¿¡Y qué haces aquí!? ¿Acaso no ibas a salir con tus amigos?
—En un rato. —Encogió los hombros y le dio un sorbo a la lata— Pero me dio curiosidad al verte regresar acompañado, sobre todo porque lo primero que hiciste fue llevarte a ese muchacho a tu habitación, ¿picarón, eh? ¿El pequeño Beyond ya creció? —Canturreó, pinchándole una mejilla.
Eran gemelos, Elle mayor por solo unos minutos, pero la personalidad tan distinta de ambos los hacía lucir como si la diferencia de edad fuera de al menos dos años.
—Ya, deja de molestar... —hizo un puchero, apartándole la mano— Y no es lo que te imaginas, pero... —tragó saliva, nervioso— se llama Light y me gusta mucho. —Confesó sonrojándose. Quizá eran muy diferentes, quizá no eran los más unidos pero era su hermano y siempre lo había visto como alguien a quien acudir.
—¿Así que mi hermanito está enamorado? —le pasó un brazo sobre los hombros, pegándolo a él. Beyond asintió— Bueno, es normal. Ya estás en el tercer año de universidad, es normal que conocieras a alguien en algún momento. Creo que lo mejor será irme para no hacer mal tercio. Otro día me lo presentas, ¿va?
Beyond de nuevo asintió, algo de lo que después se arrepentiría.
****
La vida le demostró que lo que él quería su hermano lo obtenía cuando unas semanas después Elle y Light anunciaron su noviazgo.
Le dolió el alma, lloró en la habitación pero cuando su hermano se acercó para hablar con él para pedirle perdón y decirle que las cosas simplemente se habían dado, le creyó. Creyó que debía ser una mala broma del destino al hacerle creer que tenía una oportunidad y luego demostrarle que no era así de la peor manera. Sin embargo, no podía enojarse con su hermano por los malos chistes de la vida.
Quería a Elle y se conformó con seguir siendo el amigo y ahora el cuñado de Light.
****
«Light estaría mejor conmigo», fue algo que pensó tantas veces pero lo reprimió, debían ser solo sus celos y estaba seguro que ese sentimiento desaparecería con el tiempo. Sin embargo, los meses pasaron y no lo superó.
Supo ocultarlo, sí, no por nada Light le había pedido ayuda para armar una sorpresa para Elle, estaban a pocos días de cumplir un año de noviazgo.
Beyond deseó haber dicho que no.
Por ayudarle a su amigo, decidió saltarse la última clase para volver temprano a casa, solo debía tomar unas cosas e ir a casa de Light. No obstante, lo que encontró al entrar fue a Elle sentado en el sofá y una chica rubia sobre sus piernas, saltando sin ropa.
—¿¡Qué están haciendo!?
La chica gritó al saberse descubierta y pegó un brinco, buscando cubrir su desnudez. Elle chasqueó la lengua mientras se subía el pantalón.
—Beyond, no hagas un escándalo de esto.
—¿Qué está ocurriendo? —preguntó la chica nerviosa, poniéndose la ropa lo más rápido que podía.
—Preciosa, por favor vete a casa y yo te llamo luego, ¿sí? —pidió Elle guiñandole un ojo— Yo tengo que hablar con mi hermanito.
La joven asintió y se escabulló entre el pequeño espacio que había entre el muchacho recién llegado y la pared.
—¿Acaso no tendrías que estar en clases, Beyond? —Cuestionó Elle tan pronto la visita cerró la puerta.
—¿¡Cómo puedes hacerle esto a Light!? —apretó los dientes al igual que los puños.
Elle puso los ojos en blanco mientras se rascaba el abdomen desnudo, luego buscó entre los cojines su camisa.
—En serio, Beyond, no hagas un escándalo de esto.
—¡Él te ama, tarado! ¿¡Sabes cómo va a sentirse cuando se entere!?
Elle detuvo sus acciones y volteó a verlo de reojo, acto seguido caminó hacía él para tomarlo del mentón.
—Entonces, hay que evitarle el sufrimiento. Yo no le diré nada, ¿acaso tú sí?
Beyond apartó el rostro y retrocedió un paso.
—Light estaría mejor conmigo... —murmuró agachando la cabeza y apretando los puños.
Lo dijo por inercia, algo que pretendía compartir solo consigo mismo, pero la cercanía hizo que llegara también a oídos del otro, quien sonrió con malicia.
—Probablemente... —respondió entrecerrando los ojos, tomándolo del mentón para que alzara la cabeza—, pero me eligió a mí. Así que más suerte la próxima, hermanito. —Finalizó con una sonrisa ladina, luego dio media vuelta y se dirigió a su habitación.
Beyond volvió a apretar los puños, su cuerpo completo temblando de coraje. Él no podía permitir que su hermano se saliera con la suya. No podía permitir que le hiciera daño a Light.
*****
—¿¡Qué!? —Light frunció el ceño, levantando la cabeza— ¿¡Cómo puedes decirme que todo estará bien!? ¡Elle está... —de pronto la rabia se vino abajo y algo dentro de él volvió a romperse— No... Elle se... —negó con la cabeza, mordiéndose los labios— ¡Elle se suicidó! —Farfulló, tomando al otro de la camisa y jalandolo hacía él— ¿¡Por qué, Beyond!? ¿¡Por qué lo hizo!?
Light sabía que nadie más que Elle podría decirle por qué hizo lo que hizo pero su dolor le exigía respuestas. Ya era bastante doloroso lidiar con la muerte de su novio, sin embargo tener la imagen mental de que lo encontraron colgando del techo lo estaba desgarrando. ¿Cómo se suponía que debía afrontar la realidad de que él siendo su pareja nunca se dio cuenta que Elle estaba sufriendo en silencio?
—No lo sé... —respondió Beyond con voz serena, tomándolo de los hombros—... lo único que sé es que ya todo estará bien.
Las pupilas de Light se movieron erráticas, analizando el rostro de su amigo, sin comprender cómo podía lucir tan tranquilo. Supuso que Beyond debía estar en shock, Elle era su único hermano y no solo eso, su gemelo además. De igual forma, no es cómo si Light estuviera en condiciones para analizar la forma en la que otros sobrellevaban el luto, él solo quería llorar hasta dormir y que alguien le dijera que todo había sido una pesadilla.
Abrazó a Beyond y ocultó el rostro en su pecho, llorando. Quizá su consuelo era que podía refugiarse en alguien que no solo era su amigo, sino que también era lo más parecido y cercano que tenía su Elle.
Beyond, por su parte, lo recibió gustoso entre sus brazos y con las manos le acarició la espalda. Las mismas manos con las que había presionado el cuello de su hermano hasta dejarlo sin aire.
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