Sangcheng - No quiero saberlo.

Prompt: Almas gemelas no destinadas. 

Sinopsis: Existe una poderosa conexión que une a dos almas por un fuerte lazo, haciéndolas encontrarse en todas sus vidas. Todos anhelan encontrar a esta persona, pero a veces el tiempo no es el correcto. 

—¡¿Por qué nunca me lo dijiste?!

Las palabras resonaron en la habitación, impactando con la misma fuerza que la de un rayo.

Pero el hombre a quienes estaban dirigidos esos gritos no se inmutó, en su lugar apretó con fuerza su querido abanico. Ese día había escogido uno de sus favoritos y uno de los más especiales, estaba decorado con una colorida explosión de flores de loto de una variedad de tamaños.

No le sorprendió la indignación del líder de Yunmeng Jiang, era algo que Huaisang había esperado que sucediera tarde o temprano. Solo que secretamente había deseado nunca tener que enfrentarse a esta.

—A-Cheng, por favor tranquilízate.—A pesar de llamarle de esa forma tan cariñosa, en su voz había seriedad.

Desde que había sido revelado como el verdadero titiritero ya no tenía sentido que actuará como un ratoncillo, constantemente asustado.

Su pedido fue ignorado por el hombre de túnicas moradas, quien apretó los dientes y estampó una mano contra su escritorio.

—Contestame.

Huaisang admiro con impotencia la manera en que la pintura en la que llevaba días trabajando se arruinaba al momento que el agua cayó en el papel.

Estaría molesto con cualquier otra persona, pero sabía que en ese momento no estaba en posición.

—¿Cómo lo supiste?—preguntó mirándole a los ojos, sintiendo su corazón agitarse por la rabia y tristeza reflejada en estos.

—Wei Ying. Él me lo contó.

Maldijo por lo bajo a Wei Ying. Creyó que este guardaría su secreto hasta la tumba, pero quizás el ya haber muerto una vez le hizo creer que podía ir por la vida divulgandolos.

—Huaisang, ¿por qué jamás me lo dijiste? ¿Sabes cuánto tiempo he buscado...—Jiang Cheng se detuvo a media oración, mordiendo su lengua.

Aún en esa situación de querer encararle no era lo suficientemente honesto consigo mismo.

Sin tener que decirlo Huaisang lo comprendía. Jiang Cheng siempre había sido fácil de leer para él. Había aprendido bastantes cosas del hombre en su estadía conjunta en el Receso entre las nubes.

—Jiang Cheng, si estuvieras en mi lugar. ¿Habrías podido decirlo tras todo lo que pasó? Tras todo lo que hice.

Vio como aquella fuerte mandíbula se tensaba y la manera en que salían chispas de Zidian, haciendo notar la molestía de aquel a quien servía. Cualquiera estaría aterrado de recibir un latigazo con el arma de Sandu Shengshou, pero Huaisang no lo estaba.

Conocía a Jiang Cheng, no sería capaz de atacarlo...por desgracia.

Para su suerte Jiang Cheng era una persona racional a pesar de su apasionada personalidad. Pasó una mano por su frente en un intento de contenerse.

—Pero antes de eso...Antes de todo esto, lo supiste desde que estábamos tomando clases en Gusu. ¿Por qué nunca dijiste nada?

Desplegó su abanico sobre su rostro, como una manera de cubrir su triste sonrisa. Siempre le era difícil mantener sus fachadas frente a Jiang Cheng.

"Iba a hacerlo" pensó.

Pero solo pudo murmurar.

—Éramos jóvenes, A-Cheng. Ambos queríamos disfrutar de nuestra juventud antes de pensar en todo el asunto de las almas gemelas.

En realidad Huaisang había querido contárselo desde el primer momento en que se dio cuenta.

A pesar del castigo que les trajo, aún recordaba con cariño aquella noche de borrachera. Tras dejar a Wei Ying a solas para que lidiara con Lan WangJi, continuaron bebiendo y charlando en voces quedas en su dormitorio hasta que el alcohol en la sangre junto con las crueles horas a las que tenían que levantarse todos los días les hicieron caer rendidos ante el sueño compartiendo su cama.

A la mañana siguiente, y con un terrible dolor de cabeza presenció lo que consideró un milagro. Durante la noche las túnicas de Jiang Cheng se había abierto un poco por el movimiento de este, haciendo que quedara ligeramente abierta y mostrando parte de su pectoral derecho. Huaisang observó con sorpresa una pequeña orquídea grabada en la piel de Jiang Cheng. De pétalos rosados y en el mismo lugar que la marca de Huaisang.

Se decía que las almas gemelas era algo que existía. Una conexión que solo pueden tener dos almas, unidas por un fuerte lazo que las hacía encontrarse en todas sus vidas. Todos eran fieles creyentes de las almas gemelas, hasta aquellos que decían que no les importaba y que solo era un cuento de niños.

Ellos como cultivadores contaban con una ventaja a diferencia del resto, y es que cuando su núcleo dorado comenzaba a formarse en alguna parte de su cuerpo aparecería una marca cuya forma y zona donde se presentará la compartiría con su alma gemela.

Había quienes nunca conocían a sus almas gemelas, otros que aunque lo hacían no tenían aquella conexión tan íntima y romántica como eran narradas en los poemas.

Huaisang se consideró afortunado. Desde la primera vez que se vieron, tuvo un gran enamoramiento por Jiang Cheng del que solo Wei Ying sabía. Y aunque tenía sus sospechas del mayor, en ese momento fue demasiado cobarde como para confesarse. Se quedó en silencio, prefiriendo pensar en una manera romántica y única para cortejar a Jiang Cheng.

Ahora solo podía reírse de sí mismo, por lo iluso que fue al creer que tendría todo el tiempo del mundo.

Tras la muerte de su Dage, comenzó su plan contra Jin GuangYao. No dejaría que el karma se encargara de hacer a Jin GuangYao cumplir, se prometió que se vengaría del que alguna vez consideró a su amigo aunque fuera lo último que hiciera. La rabia y la furia le consumían, pero no le importaba. Nada le importaba cuando se trataba de su venganza, se tenían que hacer sacrificios para conseguir lo que quería.

Y entre esos sacrificios estaba su sueño de tener un futuro al lado de Jiang Cheng.

Sabía que eso también afectaría a Jiang Cheng. Este jamás lo había dicho en voz alta pero siempre parecía curioso sobre el tema de las almas gemelas.

Aún así Huaisang se mantuvo en silencio, inconscientemente prestando más atención de la debida cuando alguien halagaba al líder de Yunmeng y sintiéndose celoso al escuchar sobre alguna de sus citas organizadas por una casamentera.

Pero jamás interrumpió ni hizo algo. Solo se quedó a la orilla, mirando.

Ahora que su venganza estaba completa, no podía volver a ser el Huaisang de antes. Se había ganado el respeto del mundo de la cultivación gracias al miedo. Estos temían terriblemente de sus planes, y Huaisang los comprendía. De haber sido necesario, habría sacrificado todo el mundo de la cultivación para vengar a su DaGe.

Por eso, no podía estar con Jiang Cheng. Ya no era el tonto y adorable Huaisang que alguna vez le había hecho sonreír con sus pinturas o datos sobre sus aves.

—Pero, ¿por qué vienes a preguntármelo ahora?—Cambió de tema moviendo lentamente su abanico.—Mañana es el esperado día de tu boda. Deberías estar descansando y haciendo las últimas preparaciones.—sonrió con falsedad.

Jiang Cheng le miró por un largo rato, por un momento Huaisang temió que este viera tras su máscara.

—Huaisang, ¿nunca sentiste nada por mi?—La voz de Jiang Cheng tembló al pronunciar esas palabras.

El de ojos ámbar sonrió, bajando su abanico.—Es mejor que vuelvas a Yunmeng. Habrá muchos rumores si alguien te ve conmigo. Seguramente creerán que estamos aliandonos para tomar el control de todas las sectas.—bromeó levantándose de su asiento, acercándose a Jiang Cheng para guiarle a la salida de su oficina pero este se lo impidió.

—Huaisang.

Antes que pudiera decir algo más, Huaisang volvió a hablar.

—A-Cheng, aunque seamos almas gemelas no tiene que ser de forma romántica. Además tus padres lo eran, y ya ves lo que sucedió con su relación. No quería poner ese tipo de peso sobre ti cuando me enteré, por eso no dije nada.

Jiang Cheng se quedó unos momentos en silencio, parecía estar pensando muy minuciosamente en algo a juzgar como sus cejas se apretaban. Abrió su boca, con la intención de decir algo pero al final solo soltó un suspiro. Sus músculos se relajaron pero Huaisang pudo notar cierta resignación en sus expresiones.

—¿Estás seguro?

—Por supuesto. Ahora debes irte.

—Nos vemos mañana, A-Sang.

Sonrió despidiéndose.—Nos vemos mañana, A-Cheng.

Admiró como el hombre salía de su oficina, en dirección a Yunmeng sintiendo una opresión en su pecho.

Por un momento tuvo la impresión que Jiang Cheng estuvo a punto de hacer algo de lo que podría arrepentirse.

Respiro hondo, sonriendo con tristeza las pinceladas rojizas y anaranjadas que el cielo le mostraba.

Él había elegido su destino cuando comenzó con su plan de venganza. La soledad no le era una molestia, pero no quería saber que tipo de destino aún podía anhelar con Jiang Cheng.

—En la siguiente vida, A-Cheng.—prometió hacia el cielo.—Me aseguraré de ser digno de ti. 

Día dos y acá seguimos! Ufff pensé que hoy no iba a poder...

Amo mucho a mi bb Huaisang, pero amo mas el drama 😎👌 

Espero les haya gustado 💖 cuidense muchooo! 

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