V E I N T I U N O
LUNA SOON
Leonel:
Sin ninguna duda este fin de semana fue el peor de mi existencia. Hannah me obligó a estar con ella por dos días seguidos para que hoy me dejara tranquilo y pudiera celebrar su cumpleaños con ella. Ayer recorrí toda la ciudad en búsqueda de un regalo digno para Luna, al final del día decidí comprar unos aretes de luna con pequeñas piedras incrustadas y una estrella azul, me encantó que la estrella fuera de ese color, espero que con ellas me recuerde.
Veo llegar a mi Lunita con solo un chaleco azul, hoy hizo mucho calor y —por lo visto— ella tampoco es inmune a esto, me alegra mucho verla, la he extrañado mucho.
Se acomoda en su lugar, es el momento para darle mi regalo. Me acerco hasta ella con las manos en los bolsillos, quiero que crea que olvidé su cumpleaños.
—Feliz cumpleaños, Lunita.
Sus ojos se abren, creyó que lo olvidaría, que ingenua. Dejo la pequeña caja sobre sus manos, mi Lunita mira con lágrimas en los ojos su regalo, pero en un instante las lágrimas desaparecen y me mira molesta.
—Gracias —No puede disimular su enojo.
—¿Pasa algo?
Tomo su hombro y por fin me mira a los ojos, sus ojos brillan más de lo usual, creo que ese efecto es gracias a las lágrimas que tiene acumuladas, me siento miserable, ¿le hice algo?
—No —Agita la cabeza—, solo quiero evitar los problemas, tu novia fue muy clara conmigo.
Gira la cara y se limpia las lágrimas con fuerza, ¿qué fue lo que Hannah le hizo a mi Lunita?
—¿Hannah te hizo algo?
Sus cejas se tocan y su frente se arruga, sus manos se hacen puños a cada lado de la caja de regalo, en su muñeca puedo notar una nueva pulsera. Esta es la cereza del pastel, ahora yo también estoy molesto, ya veremos que sale de este choque, Luna Soon.
—Entonces es cierto —Me mira furiosa—, ¿cuándo planeabas decirme que tienes novia? Pensé que éramos amigos, creí que me contarías esas cosas.
Me parece increíble como solo una, una maldita palabra haya hecho que mi corazón se partiera en mil pedazos, "amigos..." ¿realmente me ve como un maldito amigo?
Esto ya fue suficiente, si Luna no puede ver lo mucho que me gusta puede irse a...
Lo que más me da coraje es que estuve soportando a la idiota de Hannah por dos infernales días para poder estar aquí con ella, no es como si lo supiera, pero es incapaz de ver que, para mí, ella es lo más importante que existe.
—No deberían importarte mis relaciones amorosas, Luna.
Eso la hace perder la poca calma que tenía, se levanta arrastrando la silla y golpea la mesa con las palmas abiertas, siento las miradas de mis compañeros clavarse en mi nuca, pero eso no me interesa.
—Si no quieres que me meta en tus "relaciones amorosas" diles a tus conquistas que no me metan en sus problemas.
Toma la caja, por un segundo creí que me la arrojaría a la cara, pero la toma con fuerza y se va del salón pasando por encima de dos de nuestras compañeras. Esto era lo único que me faltaba para hacer peor mi vida, no quería hacer enojar a Luna el día de su cumpleaños, soy un patán. Me dejo caer en su lugar y me jalo el cabello. Voy a terminar mi relación con Hannah si es cierto que molesto a Luna, me siento culpable por esto, fue mi culpa por decirle que Luna siempre iba a ser más importante que ella, soy un completo idiota.
Lucas:
Luna llegó demasiado alterada a mi salón y se sentó sobre mi mesa, se ha estado quedando de Leonel y su relación desde que está aquí, adoro a mi amiga, pero esto es molesto.
—Puedes creer que me reclamo por meterme en sus "relaciones amorosas" —Hace comillas en eso último—. Yo no le pedí a su novia que me agrediera, Leonel es un completo idiota, me acusa de algo que no hice.
Adoro a esta niña con todo mi corazón, pero comienzo a estar nervioso, las clases no tardan en empezar y si sigue aquí se meterá en problemas.
Agita las manos de manera frenética y eso hace que el dije que le regale brille, me entristece un poco ver que mi collar terminó siendo una pulsera, pero es su regalo y no me molesta como lo use.
Ingreso aire en mis pulmones para poder calmarla, pero Hannah no quiere que Luna se tranquilice.
—¿Ahora coqueteas con Lucas? —Suelta una risita burlona— ¿No te basta solo con mi novio?
No permitiré que nadie trate mal a mi amiga, mucho menos en su cumpleaños. Me levanto de mi lugar para enfrentar a Hannah, ésta se echa para atrás cuando ve que estoy realmente molesto.
—Luna no busca coquetear con nadie, a diferencia de ti ella solo busca hacer amigos, a ella no le interesa estar con algún chico solo para tener sexo con ellos.
Esta vez me pasé, dije todo esto basándome en algunos rumores, en realidad no creo que Hannah haya iniciado su vida sexual, pero la ira que sentía me cegó. Mi compañera suelta una risita nasal y se gira sacudiendo su cabellera rubia, ¿está tratando de decirme que todo es cierto? No puedo creer que no se haya detenido un instante a defenderse.
—Buenos días, chicos, por favor todos vayan a sus lugares —La maestra de lengua observa fijamente a Luna—. Señorita Soon, debería irse a su salón, odiaría arruinarle la sorpresa del día de hoy.
Luna baja la cabeza avergonzada, se levanta de la mesa, dice un "te veo más tarde" y sale del salón. Sale a toda prisa para no perderse su clase.
Esta niña es muy especial, ya quiero ver su cara cuando descubra la sorpresa que le hemos preparado Jamie y yo, la escuela fue muy generosa al dejarnos realizar todo esto, creo que a Luna le gustará ver lo mucho que la queremos.
Al fin llegó el momento, ya llego la hora de deportes, el gimnasio ahora es un salón de fiesta, todo para Luna. Al resto de mis compañeros no parece molestarles en lo más mínimo que no haya clases, los padres de Luna se encargaron de traer la comida durante las clases. Solo falta que Jamie cumpla con su tarea y distraiga el tiempo suficiente a Luna, solo nos falta servir algunas bebidas.
Leonel entra al gimnasio y observa todo con sorpresa, el gimnasio se parece mucho a su fiesta fallida y parece notarlo. Pero esta fiesta es mil veces mejor que la suya, por todo el lugar hay pastelitos, sodas y algunos bocadillos preparados por el señor Dante, Luna es una gran fanática de los postres.
—Lucas —Los ojos de Leonel se detienen en mí y trota hasta llegar a mi lado—. ¿Esto es por Luna?
Asiento, no tengo ganas de hablar con él, pero no creo que Leonel haya terminado con esta platica.
—Debiste decirme —espeta molesto—, te habría ayudado con mucho gusto, tu sabes mejor que nadie lo mucho que me gusta Luna.
¿Lo dice en serio?
Fui yo quien lo ayudo cuando me conto que le gustaba Luna, pero no creo que en realidad sienta lo que dice, si en verdad le gustara Luna no saldría con Hannah, quien, por cierto, me ve mal por organizarle todo esto a Luna, ya no tengo ninguna duda sobre que a Hannah le encanta ser el centro de atención.
—No te dije nada porque organice esto con Beckha y Jamie, conociéndote como lo hago sé que te habrías peleado con alguno de ellos y esto sería un caos.
Es increíble que le esté mintiendo a mi amigo, pero hay algo dentro de mí que dejo de confiar en él desde el sábado, por mucho que Beckha odie a Leonel no lo creo capaz de inventarse esas pruebas.
Y hablando del diablo....
Beckha entra al gimnasio abrazando a Luna por el cuello, ¿en dónde está Jamie? Se supone que él estaría con Luna y no la traería pronto, al menos todo está en su lugar, salvo por las sodas que sigo sirviendo.
Los ojos de Luna se abren de par en par, da una vuelta sobre sus talones viendo todo el gimnasio, sonríe de forma dulce, se suelta del abrazo de Beckha y corre hasta llegar a mí. Luna se cuelga de mi cuello y yo le doy un par de vueltas, pongo sus pies sobre el suelo y sigo abrazándola, no me importa la mirada inquisidora de Leonel, lo único que me importa es la enorme sonrisa que tiene ella.
—Feliz cumpleaños, pequeña Luna —Beso su mejilla.
No quiero soltar a Luna, tenerla en mis brazos me hace recordar a mi hermanita y es por eso que deseo que sonría siempre.
—Eres el mejor amigo del mundo, Lucas —Me suelta para limpiar una lagrima que cae por su cara—. Primero me das el mejor regalo del mundo —Toma su mano apretando el dije— y ahora esto, no esperaba tener una fiesta el día de hoy, gracias.
Luna me sonríe, le acaricio su cabecita y eso la hace sonreír un poco más. No sé si quiero tanto a Luna porque Angel y Midael son hermanos muy unidos o si existe algo más, pero de lo que si estoy completamente seguro es que Luna se ganó mi corazón.
Después de nuestro abrazo Leonel no se separó de Luna ni un instante, todos disfrutamos de la fiesta de Luna, al menos la mayoría. A Jamie parece que la tierra se lo comió, desapareció de la escuela, pero Luna no parece preocupada, ella debe saber en dónde se metió.
Jamie:
—Te odio, Luna Soon, yo debería estar en la fiesta, no aquí.
Escucho una risa en mi cabeza.
Eso ni tú lo creíste, Jay, se burla, amas a Luna Soon más que a ti mismo.
—Eso ya lo sé, pero quiero odiarla un rato.
Mi querido Jay, su voz está cargada de autoridad, no me obligues a recordarte que esto no tiene nada que ver con Luna, ella quería venir en tu lugar y tú no se lo permitiste. Ahora vamos a encargarnos del problema, así podrás volver antes y disfrutar de la fiesta de Luna.
Me molesta que tenga razón. Suelto el aire algo fastidiado, según...
Nada de según, ella tiene razón.
—¿En dónde nos dijo Luna que aparecerían?
Algunas veces es fastidioso que Luna vea venir a los demonios, me dijo que un par de demonios estaban cerca de la escuela, si no recuerdo mal Luna dijo que llegarían por la bodega del conserje.
Llamo una lanza que aparece en mis manos brillando como un diamante, me encantan estas armas transparentes, así puedo ver mi poder ir y venir por ella.
Atento, Jay, son demonios rastreadores.
Siempre me ha impresionado el poder de mi ángel, siempre ve más haya de todo y por ser su Elegido puedo hacer una conexión directa a los pensamientos de los demás, es un poder de gran utilidad a la hora de pelear en equipo, Luna y yo lo usamos bastante.
Dos chicas llegan al lugar que me indicó Luna, se nota que no son demonios muy inteligentes, cualquiera se daría cuenta de que estas dos no son chicas de secundaria, ellas son altas y tienen demasiadas curvas, me parece un muy mal chiste. Uso la visión de Pas para ver su verdadero ser, mi ángel y yo nos llevamos muy bien y siempre me deja usar su poder sin pedirme nada a cambio, es mi mejor amigo.
Veo fijamente a las chicas y veo que, en efecto —y para mi mala suerte—, este par son demonios rastreadores, creo saber lo que están buscando, pero nunca voy a dejarlos entrar a la escuela para obtener lo que buscan.
—Me parece que están perdidas, chicas —Llamo su atención.
Al verme ambas gruñen, es muy normal que nos odien con solo vernos, le recordamos la existencia del bien. Giro la lanza en mi mano y le golpeo la boca del estómago a una de ellas.
—Maldito ángel.
Se balancea contra mí, es muy fácil esquivar su golpe y golpeo su nuca con el borde de la lanza, el impacto es tan fuerte que me obliga a tomar la lanza con ambas manos para estabilizarla. Me giro rápido para recibir el golpe del otro demonio, pero en lugar de pelear sale huyendo al bosque, atravieso la cabeza del demonio que ataqué y salgo a perseguir al otro, abro las alas y salgo volando, con un poco de suerte me guiará hasta su líder, o, mejor aún, con quien lo ha invocado.
El demonio se detiene a la mitad del bosque y cambia de forma, al fin me tomará en serio porque toma su forma original. Los rastreadores son muy parecidos a los perros solo que no tienen ojos, ellos se guían por el olor, aunque no lo parezca con esa nariz de serpiente, lo agradable de estas cosas es que solo tienen una hilera de dientes y es muy fácil matarlas.
El demonio lanza un aullido demasiado potente y agudo, no soporto el ruido que hace, me cubro los oídos y aprieto los dientes. Mis ojos se cierran sin ningún permiso, no podré aguantar más, en cuestión de segundos mis oídos sangraran, me encantaría callarlo.
Casi como si me hubiera escuchado se calla, le agradezco a quien lo hizo callar desde el fondo de mi corazón. Abro los ojos y dejo de cubrir mis oídos, un molesto zumbido retumba en mi cabeza, estoy algo aturdido, lo sé porque el zumbido no deja de estar en mi cabeza y porque veo demasiado borroso.
Me recupero lentamente, veo una forma diferente en donde se encontraba el demonio, la Nefilim se encuentra de rodillas en lugar del demonio con una espada clavada en el suelo, algo no me cuadra.
¿Qué hace aquí ella sola?
Veo una gota de icor bajar por su brazo como si fuera una gota de agua resbalándose por un vaso de vidrio, eso debe dolerle mucho.
Malena pierde la fuerza de sus brazos y cae de costado sobre el suelo lodoso, su espada sigue clavada en el suelo, me da pena, se ve tan indefensa... casi tengo ganas de ayudarla, pero yo sé que es más peligrosa de lo que quiere aparentar, por más que Luna confíe en ella yo no puedo hacerlo.
Me agacho a su lado haciendo mucho ruido, Malena trata de girarse, pero de inmediato su cara muestra un horrible gesto lleno de dolor, no puede ocultar lo mucho que le duele el brazo.
—Lucas... ayúdame.
Me sorprende que Lu le haya contado que es un Elegido, si dos de mis amigos confían en ella tal vez pueda confiar en ella.
—Yo no soy Lucas.
Malena se hace un ovillo sobre el suelo, es un poco tonto que intente aguantar el dolor, no debería aguantarse, va a perder el conocimiento si sigue luchando.
—Lléva... me... con... Lucas...
Noto como aprieta los dientes y suelta una lágrima, aprovecho su vulnerabilidad e intento meterme a su cabeza de nueva cuenta, pero en menos de dos segundos me encuentro con una barrera demasiado compleja como para que ella la haya levantado y puedo sentir la presencia de un ángel caído, esa muralla la debió levantar el desgraciado que la obligó a unirse a él. Me entristece un poco, no importa que Luna y yo lo hayamos enviado al infierno a ese maldito todo lo que hizo en este mundo se queda aquí, es una pena que Malena tenga que vivir con esto para toda su vida.
En serio me compadezco de ella, al menos yo pude decir que sí a estar unido a Paschar, pero a ella no le dieron esa opción, a ella la obligaron, sometieron su voluntad y terminó accediendo a algo que no quería hacer.
Dejo la lanza sobre el suelo y desaparece en cuestión de segundos, voy a ayudarla después de todo, no tengo el corazón para dejarla así, conozco muy bien el dolor que debe sentir.
—Descuida, voy a ayudarte.
Canalizo el poder como nos enseñó Lucas, voy siguiendo el camino que hizo el icor sobre su piel, su cara se va relajando conforme voy bajando, cuando llego al final de la herida ella suspira llena de alivio. Se levanta del suelo recargándose sobre el codo sano, se sienta sobre el suelo como si su cuerpo le pesara, revisa la herida y sonríe al ver que está completamente curada.
—Te lo agradezco mucho —Sus ojos se abren de más, debe ser una gran sorpresa enterarse que soy un Elegido—. ¡¿Jamie?!
Le sonrío a medias, puedo sentir algo extraño, sentí esto mismo el día que vi que deseaba venganza contra alguien, quiero mantener la esperanza y que quiera venganza contra cualquier otra persona y no Angel.
—Hola, Malena, ¿puedo llamarte Mal? —digo como perico.
Sus ojos parpadean un poco, no debe ser fácil de asimilar que el amigo de su mejor amiga sea algo que no soporta.
—¿Qué? —Agita la cabeza—. Sí, claro, puedes decirme como gustes, Jamie.
Sus ojos me recorren de arriba abajo, ahora me siento como un bicho raro y eso no me gusta en lo más mínimo.
—¿Qué estás haciendo en el bosque tú sola? —pregunto sin ninguna clase de miedo.
Malena desvía la mirada, creo que ya notó lo mucho que me incómoda su mirada porque un ligero rubor se instala en sus bonitas mejillas.
—Vine a buscar una flor plateada, es una flor especial que solo nace aquí, todos aquí le llaman la flor de la promesa, quería regalársela a Luna por su cumpleaños, sé que le encantará, pero un demonio me atacó, peleé por un rato con él y lo envié al infierno. Cuando creí que todo había terminado escuché chillar a otro demonio, no soporté el sonido y vine a hacerlo callar.
Me pongo de pie y la ayudo a levantarse, creo que me equivoqué con ella, es realmente agradable.
—¿Te encuentras bien?
Me sonríe mostrando esos dientes tan blancos que posee, se nota que cuida mucho de su imagen.
—Ahora lo estoy gracias a ti —Besa mi mejilla—. Muchas gracias, Jamie, te debo una.
Toma su espada de la tierra y camina lentamente hacia la salida del bosque, el icor sigue haciendo de las suyas en su cuerpo, lo sé porque se va recargando sobre los árboles para no caer.
Dejo de observar a Malena y me pongo a buscar alguna pista sobre el demonio, pero en el suelo no se ven las marcas que dejan los demonios, solo se ve la marca de la espada de Malena, sé que hay algo más en todo esto.
Sí que es buena con los engaños.
—¿Qué fue lo que viste, Pas?
El demonio escapó, ella es quien los invocó hasta aquí y lo peor es que ella es quien está cazando a mi hermana, pero dudo mucho que sea capaz de hacerle cualquier tipo de daño.
—¿Qué es lo que estás diciendo? —digo asustado.
La Nefilim no podrá hacerle daño a Luna, ella ama a nuestra pequeña de la misma forma que ama a cualquier otro miembro de su familia.
Dudo mucho que el amor sea importante para esa cosa. Eso quiere decir que Malena no ha cambiado en absoluto y que Luna se equivocó con ella, nunca debí permitir que la dejara con vida, debí matarla cuando tuve oportunidad.
Nunca creí decir esas palabras, Luna se equivocó. Mi Luna, la chica que jamás ha tomado una decisión a la ligera ni dejándose guiar por sus emociones, la persona más calculadora del planeta cometió el peor error de su vida, este error puede costarle la vida a mi mejor amiga.
Yo no lo llamaría un error, Jay.
—Estás demente, ¿comprendes las consecuencias de todo esto? —espeto molesto.
Claro que las entiendo, por eso es que lo digo, dice con una calma que me asusta. Esta es la oportunidad perfecta para ver si la Nefilim realmente ha cambiado.
No, simplemente no puedo exponer a Luna de esta forma, nunca voy a ponerla en peligro, por nada del mundo voy a permitir que esa cosa dañe a mi hermana, no puedo dejar que consume su venganza, no estoy dispuesto a dejarla morir ni ahora ni nunca.
Te doy mi palabra, no dejaré que Luna muera, solo confía en mí.
—¿Qué es lo que planeas?
Tenemos que dejar que la Nefilim se acerque aún más a Luna para que la ame cada vez más. Si Malena realmente cambió no dañará a Luna, el amor siempre puede más que el odio, el amor es la fuerza más poderosa del mundo. Pero... —lo escucho suspirar— pero si en verdad no es capaz de poner el amor por encima del mal que hay en ella... tendrá que morir.
~*~
Hooola mis pequeños ángeles del cielo.
¿Les he dicho que amo a Paschar?
¿Ustedes que harían en su lugar?
Muchas gracias por los votos y las lecturas, los amo.
Sin más que decir me despido.
Besitos 😘😘😘.
~Hachii.
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