T R E I N T A Y U N O

CELOS

Lucas:

—Entonces, ¿vas a alejarte de Leonel para ayudar a Jamie? —digo sorprendido.

Nunca creí que Luna fuera a renunciar a Leonel por nada del mundo.

Mi amiga baja ambas cejas y arruga la nariz, creo que mi comentario la hizo enojar.

—No estás entendiendo —Sopla en sus manos por el frío—. Te lo explicaré nuevamente. Mi papá me castigó por un pequeño incidente con Leo, ahora Jamie será mi niñera por lo menos dos semanas —Vuelve a soplar sobre sus manos—. Lo peor es que Leo escuchó toda la discusión con mi papá, pero al menos sabe porque Jamie estará pegado a mí. Así que no, no dejaré a Leo, solo aprovecharé mi castigo para ayudar a Jamie.

Algo en su historia no termina de convencerme. Conozco a Leonel, sé que algo le pidió a cambio.

—Me imagino que Leo saltó de alegría cuando le dijiste que no podrás estar con él, ¿qué te pidió?

Sus mejillas se tornan de color rojo y no tarda nada en desviar la mirada, tal parece que Leonel no cambia en nada.

Veo como Luna atrapa un copo de nieve con su dedo, mi corazón da un salto en mi pecho, Luna se ve tan... tierna.

—No estaba contento —dice viendo como el copo de nieve se deshace sobre su dedo—, me dijo que no me preocupara, pero que cuando me levanten el castigo saldríamos solo nosotros.

Observo a Luna con cautela, está mintiendo y no es buena en eso. Me causa risa saber que fue el mismo Jamie quien me dijo como detectar que Luna está mintiendo.

Y hablando del diablo...

Jamie camina frente a nosotros con las manos en los bolsillos, mi amigo usa una bufanda que hace juego con el gorro de lana que usa Luna, creo que Luna robo algo de Jamie.

En cuanto ella ve a Jamie sale corriendo a su lado, se quita el gorro y se lo pone a Jamie. Sin perder el tiempo abraza a Jamie por la espalda y se queda pegada ahí, creo que ya se le pasó el enojo.

Me detengo a una distancia prudente y no soy el único que lo hace, un sujeto se detiene a la misma altura que yo, se pone de mal humor al ver a mis amigos abrazados, sigue su camino empujando a todo aquel que se le atraviesa. Estoy casi seguro que he visto a ese tipo en la escuela, creo que es el capitán de hockey.

Dejo de ponerle atención al sujeto y me concentro en mis amigos, me acerco otro poco para seguir con nuestro camino.

—Luna...

Jamie se separa de Luna y yo pego un salto en mi lugar, reconocería la voz de la Nefilim en cualquier lugar. Luna deja a Jamie y sale corriendo a los brazos de Malena, me molesta que sea tan falsa, Luna la adora tanto que no nota cuánto la odia.

Malena la abraza pretendiendo amor y le revuelve un poco el cabello, esto parece gustarle a Luna porque la veo sonreír como suele hacerlo cuando está con Leonel o cuando piensa en él.

—Hola, Mal, ¿Leo ya te contó?

La Nefilim asiente llena de pena, eso no creo que pueda fingirlo, algo malo pasa.

—De verdad lamento haberlos metido en este lío —Acaricia las mejillas de Luna—. Ve el lado positivo, solo es una semana. Mis tíos dicen que no hay problema en que vayas a diario a nuestra casa una vez que te levanten el castigo y hablando de estar en casa —Saca un archivero de su blusa—. ¿Podrías entregar este justificante a los profesores?

Luna toma con gusto los papeles que le ofrece Malena, Luna nos está ocultando algo y voy a averiguar de qué se trata.

Al ver a Malena puedo ver toda la hipocresía que tiene, como me gustaría invocar cualquier espada celestial y cortarle la cabeza con ella, pero no lo haré porque si lo hago estaría actuando por odio y ese no es mi deber como Elegido. Solo tengo que aguardar pacientemente a que su odio la consuma por completo para poder atravesarle el corazón con mi espada y así darle paz a esta ciudad.

—¿Cómo sigue? ¿Aún le duele? —Luna se ve preocupada.

—Ya está mejor, supongo que aún le duele porque se queja bastante de ello, pero hacemos todo lo que podemos para que se sienta mejor.

Me les acerco para mantener a raya a la Nefilim, no dejaré que juegue con Luna.

—Hola, Malena —Saludo—. ¿En dónde está Leonel?

Malena baja los hombros y noto tristeza en sus ojos.

—Está en casa, tuvo un pequeño accidente. No es nada grave, solo se le ocurrió saltar a la nieve desde su ventana, por alguna razón le pareció una buena idea hacerlo.

Eso no es para nada algo que haría Leonel, es algo estúpido y temerario, conozco muy bien a Leonel y sé que eso le daría miedo, Leonel es demasiado precavido en todo lo que hace.

—Si... por fortuna no se rompió nada, solo tiene un esguince de tercer grado, es una fortuna que haya nevado tanto el sábado —complementa Luna.

Malena vuelve a revolver su cabello y Luna vuelve a sonreír.

—Su hazaña lo dejará en cama por lo menos dos semanas. Les pido que vigilen de cerca a Luna, le gusta meterse en problemas.

—¿No tienes que ir a clases, Malena? —dice Jamie lleno de odio.

—Sí, pero alguien tiene que cuidar de Leo y no creo que una enfermera esté dispuesta a dejarlo inconsciente si intenta escapar, por eso me quedaré en casa para cuidarlo de sí mismo.

Malena besa la frente de Luna y le acomoda el cabello, de verdad quisiera verla muerta.

—Bueno, muchachos —continúa—, ya tengo que regresar. Mi niña preciosa no quiero que te metas en más problemas así que por amor a Dios mantente lejos del bosque, se lo prometiste a Leo.

Luna levanta los hombros y sonríe llena de picardía, esta niña trama algo.

—Al menos lo intentaré, Mal —responde de forma traviesa.

Malena mira llena de incredulidad a Luna, ella sabe algo que nosotros ignoramos.

—No es una broma, Luna —La regaña—. No rompas tu promesa.

Todo el aire travieso de Luna desaparece y termina asintiendo apenada. Malena se despide de todos agitando la mano, me alegra no tener que soportarla un segundo más.

Pero no sé con quién estoy más enojado, si con Luna por ser tan ingenua o con Malena por ser tan hipócrita. Quisiera poder abrirle los ojos a Luna y demostrarle que Malena nunca va a quererla.

Entramos a la escuela y dejamos a Luna en su salón. Jamie insiste en que debemos hablar así que nos quedamos un momento en el pasillo alejados de todos, espero que no me tenga malas noticias.

—Creo que nos estamos equivocando con Malena —Suspira cansado—. De verdad ha cambiado y detesto tener que admitirlo.

—¿Qué viste esta vez, Jay?

—Nada en particular, pero pude ver que la ama, Malena ama tanto a Luna que está dudando, no le hará daño a Luna ni porque su vida dependa de ello y creo que eso se debe a Leonel...

—Pero desea hacerle daño a Angel, eso no ha cambiado —Lo interrumpo—. Nuestra Luna está en medio de esas dos y no dudará en matarla sin con eso se deshace de Angel.

—Tienes razón, pero solo en una parte —Se recarga en la pared—. Malena está dispuesta a renunciar a su venganza con tal de que Leonel sea feliz y sabe mejor que nadie que la felicidad de Leonel está ligada a Luna. La Nefilim no le hará nada mientras Angel se mantenga distante de ella.

Quizás esta nueva información lo hace sentir confiado, pero no podemos bajar la guardia, Malena no es una persona estable y pude cambiar de opinión en tan solo un segundo, no voy a bajar la guardia, no permitiré que le haga daño a Luna. No estoy dispuesto a perderla.

—Pero lo que me preocupa es lo que le dijo a Luna —continúa—, ¿a qué crees que se refiera con "aléjate del bosque"? Trate de ver algo en su mente, pero levanto un muro en su cabeza en cuanto quise ver, ¿crees que esté planeando un nuevo ataque? ¿Crees que le haya avisado para que nos deje solos y tenga más posibilidades de quitarnos del camino?

—No, no se trata de eso, Luna entendió de lo que hablaba Malena —Suelto el aire, no quiero preguntar, pero es necesario—. ¿Crees que Luna te mentiría si se lo piden?

—Si le pidieron que guarde un secreto lo hará y me dará las excusas más absurdas del planeta, eso es lo que más admiro de Luna, ella nunca te traicionaría —Jamie desvía la mirada, creo que acaba de sentir la presencia de alguien—. ¿Qué mierda hace él aquí?

Me giro un poco para ver quien puso de tan mal humor a Jay, es muy raro verlo tan alterado, ni siquiera cuando me mando al mundo de los sueños alcance a verlo, pero debo admitir que tiene una derecha muy poderosa.

Veo frente a nosotros al capitán del equipo de hockey. Verlo tan cerca me causa escalofríos, si soy sincero debo admitir que me da muchísimo miedo, nunca lo he tratado, pero los rumores que circulan de él no son nada buenos, dicen que es demasiado agresivo y que una vez hizo que un chico perdiera la memoria con un solo golpe, eso asusta a cualquiera.

—Hola, Jamie —Saluda casi gruñendo.

Mi amigo aprieta los puños y frunce el ceño, Jamie parece fuera de sus cinco sentidos. Pero eso no parece importarle al capitán y se acerca más a Jay, algo entre estos dos no me gusta para nada.

—Creí que después de un fin de semana largo dejarías de estar molesto, pero veo que eso no es así —Las cejas del capitán se juntan en una sola, se puede sentir la tensión en el aire—. Quiero hablar contigo, tenemos que aclarar el asunto por el cual me golpeaste en la cara y si tu amigo no se larga en los próximos cinco segundos voy a sacarle las muelas de un golpe.

A eso yo lo llamo una invitación a correr por tu vida, es una forma muy poco sutil de pedir que los deje a solas. Salgo corriendo a mi salón, no quiero arriesgarme a ver si la amenaza del capitán es cierta o falsa, me considero una persona lo suficientemente lista como para no arriesgar mi vida con cosas tan insignificantes como una pelea entre chicos. Lo único que puedo hacer por Jay es desearle suerte y ayudarlo a pagar su reconstrucción dental.

Jamie:

Gruño al ver a Tadeo tan cerca de mí, en su barbilla alcanzo a distinguir una pequeña mancha morada, me habría gustado pegarle más fuerte, pero algo me lo impidió. Esperaba que mi golpe le dejara muy claro que no quiero volver a verlo, me odio por haberle hecho daño a mi mejor amiga por su culpa.

Tengo tantas ganas de dejarlo aquí, largarme para que entienda que no lo quiero en mi vida, fue por el que lastime a Lucas, le pedí perdón y todo eso, pero las disculpas no borran las acciones y menos mi suspensión, mi papá me regañó como nuca lo había hecho.

No quiero tener más problemas por culpa de Tadeo, mucho menos ahora que Luna y yo pudimos reconciliarnos, por esa razón voy a evitar los conflictos y las peleas, y vaya que Tadeo es uno de esos conflictos en mi vida.

—Quisiera hablar contigo como lo haría la gente civilizada, sin golpes ni gritos, ¿podemos?

Aparto la mirada y me despego de la pared, si continúo escuchando a Tadeo voy a ceder y ya estoy cansado de sentirme débil, de hacer todo lo que él espera de mí, odio estar enamorado de él.

—Jamie —Me sostiene con fuerza—. Escúchame, voy a disculparme con tu amiga —Lo observo solo para ver cómo pone los ojos en blanco—, pero quiero algo a cambio y eso es que te mantengas lo más lejos que puedas de ella, es por su propio bien, Jamie.

Me parece que escuche mal o este idiota está amenazando a mi mejor amiga.

No le voy a permitir esto.

—No voy a hacer nada de lo que me pides, Tadeo —Le sonrío—. Tú no eres nadie para mí, no eres nada para mí y no puedes venir aquí a amenazar a mi amiga, tú no tienes por qué elegir con quien me relaciono y con quien no —Lo empujo y trueno mis nudillos—. Me parece que no fui claro la semana pasada así que te lo diré una vez más —Estrello mi puño a un lado de su cara—. No vuelvas a acercarte a mí o lo lamentarás en serio.

Paso a un lado de él y estrello mi hombro con el suyo. Me detengo unos pasos después.

—Y si algo le pasa a Luna iré por ti.

Ahora sí que lo dejo solo, debo aprender a controlar mi temperamento, como me gustaría atravesar uno que otro demonio en este mismo momento, pero en realidad solo deseo golpear a Tadeo hasta cansarme, es lo que no entiendo, ¿por qué demonios me busca? ¿Qué es lo que quiere de mí? ¿Por qué es tan irritante?

Luna:

Paso por mi querido Jamie a su salón a la hora del almuerzo, el primero en verme es Beck, creo que están discutiendo algo porque Jay le da la espalda a la puerta. Beck de inmediato sonríe al verme cerca de ellos, salto al cuello de Jay y cubro sus ojos, a Jay le encantará esta sorpresa.

—Adivina con quien almorzaras hoy —Beso su mejilla.

Jay toma mis manos y las quita de sus ojos, gira solo un poco la cara para sonreírme, algo trama este niño.

—¡Con Beck!

Aplasto sus mejillas como si estuviera preparando masa para las galletas. Sé que Jay hace esto para hacerme enojar, pero voy a dejarlo pasar solo esta vez, mi plan no puede fallar.

—De acuerdo, supongo que almorzaré sola, puede que te arrepientas, Jay —Agito frente a él los recipientes de comida.

Pongo la comida frente a él y comienzo a chantajearlo con la mirada, sé que no se resiste a mi lado tierno.

Jay termina sacando el aire, sabía que no se resistiría a esto. Se le queda viendo fijamente a Beck, espero que Beck no haga una tontería, sabe muy bien lo que planeo hacer.

—¿Vienes, Beck?

Esta vez soy yo quien mira a Beck, le suplico con la mirada que nos deje solos. Sabe que hago esto por Jay, él merece ser feliz y recibir muchísimo amor.

—Por hoy voy a prestártela —Me sonríe y yo le agradezco internamente—, tengo un asunto que resolver, una chica de primero me pidió hablar con ella, al parecer necesita mi ayuda y sabes que tu amigo jamás le niega la ayuda a nadie.

Se levanta de su lugar y se despide agitando la mano, creo que no miente con lo de la chica, pero en el fondo lo agradezco.

Jamie comienza a asentir, eso es malo, ya sospecha que tramo algo y que Beck me está ayudando.

—Muy bien, Luna, ¿qué estás planeando? ¿Con qué sobornaste a Beck?

Se gira lentamente y me mira con los ojos entrecerrados, como si con eso pudiera obligarme a decirle lo que tramo.

—Planeo muchas cosas, Jay, una de esas es dejar de pelear contigo, odio estar enojada contigo, eres mi hermano, Jay —Suelto el aire como si estuviera cansada—. Yo solo quería compartir el almuerzo contigo, pero parece que tú no quieres pasar el tiempo conmigo y no te obligaré a hacerlo —Tomo mi comida—. Iré a ver si Lucas quiere comer conmigo.

Me giro para hacer mi chantaje más convincente, tal parece que funciona porque Jay me sostiene por el codo, sabía que no podría con el sentimiento de culpa.

—Hagamos como que te creo, Luna —Se pone de pie—. Acepto tu invitación, de paso hablamos de unas cosas que me tienen intranquilo.

Me arrastra hasta la cafetería, no puede ser más perfecto, iniciemos con la fase uno del plan.

Veo una enorme fila para comprar comida, menos mal que para esto no necesito hacer esta enorme fila, con lo que hice haré que Tadeo se muera de celos.

Jay me lleva a la mesa más apartada de la cafetería, me siento frente a Jay, de casualidad vi que Tadeo Bell está detrás de mí, de inmediato un escalofrío recorre mi cuerpo, ya comenzamos. Ignoro lo que siento y me concentro en Jay, aunque Tadeo me lo pone difícil.

Dejo la comida frente a nosotros y voy destapando uno a uno los recipientes. Cuando abro el último veo como los ojos de Jamie brillan como un par de estrellas, se ve realmente tierno.

—Son costillas —Babea un poco.

Tomo su mano y la acaricio suavemente.

—Tus favoritas, le robé la receta a mi papá, pero decidí hacerlas más ricas y la modifique un poco —Tomo una costilla—. Dime qué opinas de mi receta.

Me levanto un poco de mi lugar y le meto la costilla a la boca. Si todo sale como lo planeo Tadeo creerá que nos besamos y ese es el primer paso para llevarlo a la locura.

Escucho un feo golpe, después escucho como le grita "largo" a alguien, creo que la primera fase salió a la perfección.

Regreso a mi lugar como si nada y veo a Jay sonreír como idiota, se nota que le encantó lo que hice, saborea sus labios y parece que esto no pasa desapercibido. Esto salió mejor de lo que esperaba, esto último me ayudará a agilizar las cosas de manera sorprendente.

—Es lo más rico que he probado en mi vida —Toma otra costilla, pero se detiene antes de morderla—. ¿Estás tratando de sobornarme? —Me apunta con la costilla—. Vas a necesitar más para poder evadir mis preguntas, Luna llena.

Muerde la costilla sin dejar de mirarme, esta plática incómoda no estaba dentro de mis planes y algo me dice que terminará mal.

—¿Qué fue lo que le pasó a Leonel? Dime la verdad.

Golpea la mesa con su dedo índice, hace eso cuando algo le preocupa o está impaciente. Me muerdo el labio, ¿por qué a Jamie le gusta meterme en aprietos?

—Si se cayó de su ventana, no fue tal como lo dijo Malena —Resoplo un poco—. Se cayó tratando de entrar a su habitación.

—¿Por qué tendría que entrar por la ventana?

Desvío un poco la mirada y meto aire a mis pulmones, esto será difícil.

—Porque Leo y yo nos escapamos el sábado por la noche y no queríamos ser descubiertos por nuestros padres.

Jay asiente ligeramente, toma otra costilla y la muerde con muchísima calma, creo que ya encontré la manera de contarle a Jay mis problemas sin que se moleste conmigo.

—¿A dónde fueron?

De inmediato busco algo más que ver, no puedo contarle la verdad, le prometí a Leo que sería nuestro secreto.

—Al bosque...

—¿Esa es la razón por la cual te regañó Malena? —Enarca la ceja.

Ya veo por donde va todo, lo que le preocupa es que Malena le haya hecho eso a Leo. Jamie necesita convivir un poco más con Mal, si lo hiciera se daría cuenta que Malena ama más a Leonel que a ella misma.

—Sí, el domingo tuve, tuvimos que soportar sus regaños. "Salir al bosque de noche es peligroso, ¿en qué estaban pensando? ¿Qué habría pasado si se perdían?" —Intento imitar la voz de Malena—. Soportamos su monólogo por horas, a Leo le fue mal, pero yo estoy completamente sana y antes de que me regañes quiero que sepas que ya entendí que lo que hicimos estuvo mal y no volveremos a hacerlo.

—¿Qué hacían en el bosque?

Deja el hueso de la costilla en la mesa y me mira sin ocultar su molestia, esto se pondrá feo. Desvío la mirada y mis pensamientos, no quiero que sepan de ese lugar, eso solo nos pertenece a Leo, a Mal y a mí.

—Bien, no me lo digas —dice molesto—. Me duele decirte esto, pero Malena tiene razón, no tienes nada que hacer en el bosque durante la noche, ¿qué habrías hecho si un demonio los ataca? Se prudente, Luna.

Sonrío encogiéndome en mi lugar, solo me queda asentir porque tiene razón, no me puse a pensar en eso. Busco a Tadeo entre la gente, pero creo que ya no está en la cafetería, no soportó vernos juntos.

Me pongo a pensar en mi siguiente paso, necesito hacerlo estallar, solo tengo una semana para lograr mi cometido o al menos conseguir que Tadeo le diga a Jay sobre sus preferencias.

Una enorme figura se deja caer a un lado de Jay, los dos vemos a Beck con duda, no parece haberle ido bien con la chica de primero. Sin importarle nada se lleva una de las costillas de Jay a la boca, de inmediato veo a Jay que no tiene buena cara, pero a la vez es graciosa. Extrañaba tanto estos almuerzos.

—¿Quieres un poco, Beck? —dice Jay dolido.

Contengo una carcajada, Jay podrá amar a todos, pero no soporta que le roben su comida, ni siquiera a mí me deja probar de su comida, mucho menos si son sus amadas costillas.

—Gracias, amigo —Beck le da una mordida a la costilla y mira la comida como si fuera algo celestial—. Esta deliciosa, tu padre es un excelente chef, Luna.

La sonrisa se me borra de inmediato, voy a matar a Beckha. Esta vez es Jay quien contiene una risita, sabe muy bien que no le conviene hacerme enojar, este es un tema bastante delicado para mí.

—Debo decirte, amigo, que la que preparó la comida fue Luna, no su padre —Se burla de Beck—. Luna llena, te luciste, sin duda has superado a tu padre.

Jay toma sus costillas y se va de la cafetería con los ojos brillantes, me encanta verlo tan feliz.

—Luna... lo siento.

Me concentro en Beck, por lo general no me gusta llamar a las personas que apenas conozco por un diminutivo, pero por alguna extraña razón me gusta el diminutivo que Jay eligió para Beck, le queda el mote.

—Descuida, Beck, no es la primera vez que creen que mis platillos son invención de mi papá.

Le sonrío un poco antes de mirar la puerta, como me gustaría que Leo entrara por esa puerta en cualquier momento y me aleje de Beck, estas semanas serán muy largas sin él.

—Tierra llamando a Luna.

Me concentro en Beck una vez más, parpadeo un poco para alejar la imagen de Leo de mi mente.

—Perdona, ¿qué me decías?

Se hunde en su lugar y saca el aire, creo que está avergonzado de algo.

—Te decía que tengo un problema muy grande —Coloca sus codos en la mesa y sostiene su cabeza con las manos—. Tengo novia, Luna.

Suelto una buena carcajada, no veo como eso puede ser un problema. Entonces recuerdo que salgo con Lucas y que si Leo lo sabe voy a perderlo para siempre, ese si es un problema y siempre lo olvido porque no parece que Lucas y yo seamos algo.

—No es gracioso, Luna, la chica no me gusta ni un poco —Eso detiene mi risa—. Me da miedo herirla, no quiero hacerle eso.

—¿Quién es la chica en cuestión?

—Natalí, la chica de primero que quería pedirme algo —Deja caer su cara a la mesa—. No puedo creer que haya caído en su chantaje, se supone que ya soy más maduro que ella.

Ahora si veo el problema, acepto salir con ella porque no le dió otra opción, no porque en verdad le interese la chica. Alguien debería hacer entrar en razón a la chica, si continúa así solo saldrá herida porque no creo que lo que siente Beck por ella cambie. Pero conociendo a Beck saldrá con ella una semana y después terminará con ella diciéndole lo que siente, Beck suele ser muy... directo, por no decir frívolo.

—Tienes que hablar con ella cuanto antes —Me pongo de pie—. De lo contrario solo van a lastimarse, se fuerte ante el chantaje.

Le giño el ojo y camino a la salida, Beck necesita tiempo para pensar.

A penas pongo un pie fuera de la cafetería siento como alguien me abraza por detrás y cubre mi boca para evitar que escuchen mis gritos, por un segundo pensé que era Lucas, pero Lucas no tiene la piel bronceada.

El sujeto en cuestión me carga con una facilidad que da risa y me lleva por los pasillos como si fuera una muñeca de trapo. Intento zafarme de su agarre, pero ni siquiera me deja un centímetro para moverme, sea quien sea tiene mucha fuerza y —por lo que siento— mucho músculo, creo que estoy en peligro.

Después de dar al menos diez vueltas por toda la escuela me arroja contra una pared, de lo que parece ser el sótano de la escuela, este lugar es bastante húmedo, hace muchísimo calor.

—Creí que te había dicho que te alejaras de lo que es mío, al parecer no fui lo suficientemente claro o eres una idiota.

Veo a Tadeo salir de las sombras, este chico es tenebroso, ¿por qué de todos los chicos que le pudieron gustar a Jay tenía que ser el más tenebroso de la escuela?

¿Te encuentras bien? —dice mi ángel.

—respondo con calma— va a necesitar mucho más para asustarme, si fuera un demonio si estaría preocupada, pero puedo con un hombre enojado.

Te repito que ser valiente no es sinónimo de ser temerario.

Ya lo sé, déjame hacer esto por mi cuenta.

No alcanzo a escuchar la respuesta de Angel, me concentré en esquivar el golpe de Tadeo, vaya que es rápido, bastante rápido.

—Eres demasiado escurridiza —Me mira amenazante—. Más te vale no contarle nada de lo que pase aquí o tu bonita cara va a desaparecer.

Estoy muy feliz de que mi plan haya funcionado, si sigo como ahora en dos días más le dirá a Jay que le gusta. Muy bien, fase dos activada.

—¿En serio crees que con esa amenaza voy a alejarme de Jay? —Le sonrío con arrogancia—. Sigue soñando, Bell. Para Jay no hay nada más importante que yo, te reto a intentarlo, pero en el fondo sabes que siempre serás el número dos en la vida de Jay.

Creo que enfrentarte a tanto demonio te ha hecho perder tu sentido común, ¡este hombre te destruirá si sigues provocándolo!

Esa es la idea, Angel.

Le sonrío demasiado confiada, está respondiendo a mis provocaciones como yo esperaba.

—Sabes... le había prometido a Jamie que me disculparía contigo por estrellarte contra el árbol —Esta vez es él quien sonríe con arrogancia—, pero de verdad lo mereces y te has ganado otro golpe, niñita arrogante.

Sus ojos se vuelven oscuros y profundos, es igual que un feroz lobo dispuesto a atacar a su víctima. Veo como todos sus músculos se tensan, creo que de verdad va a darme un golpe, pero eso me da una gran ventaja.

—Me encantaría que lo intentes —Doy un paso al frente—. Hazlo de una vez, haz que Jay te odie y me dejes el camino libre, vamos, dispara y aléjalo de ti para siempre.

Aprovecho su confusión para salir corriendo, la verdad si me da un poco de miedo que me suelte un golpe. Estoy por salir del sótano cuando Tadeo me toma por el cabello y me estrella contra la pared pegando su cuerpo al mío.

—¿Te vas tan pronto, Soon? —Pega sus labios en mi mejilla—. Aun no nos hemos divertido como es debido.

Me tira dentro del sótano alejándome de la salida, me estrello contra el suelo de fea manera, estoy segura que mis piernas se llenarán de pequeños rasguños.

¿Te encuentras bien? —dice preocupada— Lo siento, no puedo quedarme viendo cómo te maltrata este imbécil, voy a intervenir.

¡No! Por favor no lo hagas —Me pongo de pie—. Yo me hago cargo de esto, confía en mí.

Pero no tardo nada en regresar al suelo, Tadeo se pone encima de mí y sujeta mis muñecas con bastante fuerza, sus piernas se colocan a un lado de mi cadera, esto no tiene buena pinta.

—Te gusta provocarlo, ¿no es cierto? —dice de forma hiriente— ¿Te gusta ser su centro de atención? Pero no te basta solo con Jamie, quieres ser el centro de atención de Beckha, de Lucas y de todo hombre que se te ponga en frente, nunca es suficiente para ti, por eso también intentas provocarme a mí —Sus ojos se clavan en mis labios y muerde su labio inferior—. Ya que te encanta todo esto voy a sacar provecho, me pregunto a que saben los labios que acabas de besar.

Veo su cara cada vez más cerca de la mía, ¿de verdad piensa que dejaré que me bese? Está muy equivocado, conozco muy bien a los de su clase, creen que por herirme voy a cumplir sus deseos, yo no soy para nada como el piensa y lo averiguará de la peor manera.

Levanto la rodilla y le golpeo su parte más frágil, me suelta de inmediato y se deja caer sobre su costado. Aprovecho su dolor para ponerme de pie y sacudirme el uniforme, como me gustaría darle otro golpe, pero creo que aprendió la lección con este.

—Si tanto deseas probar los labios de Jay ve a besarlo a él, poco hombre.

Salgo del sótano con los puños cerrados, Tadeo Bell es un completo imbécil, ¿quién se cree que es?

Pensaba que estaba enamorado de Jay y que haría todo para que Jay le correspondiera, pero es un cobarde, es estúpido e irracional, mira que buscar en mis labios los labios de Jay, eso es estúpido. La próxima vez que intente hacer algo como eso voy a clavarle una espada celestial en donde más le duele.

~*~
Hooola!!!
Por fin actualicé!!!!

Y vengo con un nuevo monólogo ✨

Díganme...

¿Qué opinan de Tadeo?

¿Luna está loca? Si un poco, pero todo lo hace por Jamie.

Buuueno ahora vayamos con el dato curioso.

Bueno, antes de ponerme a escribir la historia me puse a desarrollar a cada personaje y el porque son parte fundamental de la historia, uno de estos personajes fundamentales es Beck junto a su ángel que ya se verá más adelante.

Pero hablando de nuestro amado Beckha Daniels debo admitir que no iba a llamarse de esa manera, en un principio había pensado llamarlo Ryan, pero justo cuando estaba decidida a llamarlo así recordé a David Beckham y tuve un sueño muy loco y muy raro de un niño muy parecido a Beck que me decía Beckha y fue así como decidí que no sería Ryan, sino Beckha.

Ahora, Beck es como es justo por su ángel, que conoceremos mejor más adelante.

Escogí a William porque tiene ese aire de líder (y porque amo Narnia, ya saben, fui chica Disney).

Buuueno hasta aquí llega este dato curioso.

Y antes de irme y desparecer un mes completo quiero agradecerles por estás 3 mil lecturas y estamos bastante cerca de las 4 mil, no tengo palabras para agradecerles su apoyo.

Bueno, ahora las malas noticias.

Esta historia está a punto de terminar, pero tendrá continuación y una vez que termine esta historia continuaré con el infierno.

Y eso es todo por el día de hoy.

Me despido con un enorme beso y abrazo 😘😘😘.

Hasta pronto.

~Hachii.

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