T R E I N T A Y C U A T R O

LAZOS FORTIFICADOS

Lucas:

Tuvimos que perseguir a Luna, fue complicado seguirle el paso porque antes tuvimos que esperar a Jamie y asegurarnos que Tadeo no nos iba a seguir, no debemos poner en peligro a nadie. Alcanzamos a Luna en el bosque, ella no perdió el tiempo, en cuanto puso un pie en el bosque llamó a una espada celestial y salió volando hacia el peligro.

Es igual de impulsiva que Angel —se burla mi ángel.

No perdemos el tiempo y todos invocamos un arma y la seguimos muy de cerca. Gracias a la unión que hice con Luna puedo sentir lo que está mal, es bastante delicado.

Un grupo de demonios rodea a una niña, ver a esas cosas tan cerca de una pequeña me enferma. Aprieto los dientes y empuño con más fuerza mi arma, no dejaré que le hagan daño.

Me detengo justo a tiempo, estuve a punto de llevarme a Luna, veo lleno de ansiedad el lugar, no entiendo porque paró tan de la nada. Poco a poco voy sintiendo la presencia de los demonios, nos están rodeando, esto debe ser una trampa para llevarse a Luna, debí suponerlo.

Entreguen a la chica —gruñe un demonio.

Su cuerpo comienza a contorsionarse y a desfigurarse, está mostrando su verdadera forma, lo cual es repulsivo.

Beckha cubre con su cuerpo a Luna, se nota que quiere hacerse el héroe con ella y Luna no necesita que nadie la proteja, ella sabe cuidarse sola de los demonios, es más, podría cuidarse y cuidarnos a todos sin ningún problema.

Jay extiende su lanza y la clava sobre un demonio que no tarda en desaparecer frente a nosotros.

—¿Cuál de ustedes quiere ser el siguiente? —pregunta Jay con una sonrisita.

Los demonios avanzan en conjunto, este es uno de mis momentos favoritos, me encanta enviar a los demonios a su oscuro reino. Sujeto con más fuerza mi arma listo para atacar, pero Luna me aleja de los demonios, Jamie hace lo mismo con Beckha, no entiendo, ¿qué están haciendo?

—Ustedes vayan por la niña, nosotros nos encargamos de esto —Grita impaciente, llama a otra arma que lanza justo a mi lado, me giro y veo a un demonio hacerse ceniza—. Vayan por ella, ¡ahora!

Beckha me mira, no me agrada del todo la idea de ir con él, pero termino asintiendo y él igual. El plan de Luna no es tan descabellado, hacer dos frentes para rescatar a la niña, ellos luchan contra los demonios porque siempre han hecho equipo, se conocen de pies a cabeza. También sé que Luna no me confiaría la vida de la niña si no supiera que haré todo por rescatarla.

Beckha y yo seguimos con el camino, le agradezco tanto a Luna porque sé en donde está gracias a ella. Reviso rápidamente las barreras, me asusta un poco que esas cosas hayan vuelto a romperlas, pero parecen estar en excelente estado, es un alivio saber que no podrán abandonar el bosque, aunque quisieran.

Después de unos minutos consigo ver a la pequeña rodeada de demonios, no dejaré que se la lleven.

—¡Suéltenla! —digo lleno de rabia— Esa niña no les pertenece.

Les hacemos frente, a estas cosas no parece importarles nuestra presencia, incluso sus bocas se distorsionan en una extraña sonrisa, o al menos pienso que es una sonrisa.

¿Te molesta ver esto?

Uno de los demonios le entierra las garras en uno de sus brazos, es un poco extraño, la niña no responde al dolor, el demonio saca las garras y saborea la sangre, aquí hay algo raro.

¿O esto? —dice otro demonio.

Este le muerde una pierna, pero ella sigue sin reaccionar, ¿será una ilusión?

—¿De qué sirve torturar a la niña? Está inconsciente.

No sé si Beckha de verdad es idiota o está fingiendo no saber lo que pasa con la niña. Lo que sí es muy obvio es que intentan provocarnos.

Es divertido ver sus caras llenas de frustración y de asco.

Un último demonio pasa su asquerosa lengua por toda la cara de la niña.

De verdad hay algo muy extraño en todo esto, esto me parece más bien una trampa. Me fijo un poco más en la pequeña, parece dormida, pero no respira con normalidad, lo hace más lento, no sé porque, pero siento que ya he visto esto antes...

¡Claro!

Esta niña esta igual que mi mamá cuando luchaba con el demonio por su conciencia, no puedo creerlo, ya han poseído a la niña y le queda muy poca voluntad para seguir viviendo, su alma está casi extinta. No puedo dejarla, si no se las quitamos ella va a desaparecer...

No... ella no va a desaparecer, no lo permitiré.

Observo con insistencia a los demonios, debo idear un plan y pronto, pero no debo alarmarlos o se la llevarán.

—Vajra —dice Beckha a mi lado.

No, espero que no haga nada estúpido. Por favor no ataques, Beckha.

Dime, Elegido —El demonio provoca a Beckha—, ¿te gusta ver a los tuyos sufriendo?

La provocación termina en otra mordida sobre el hombro, la pequeña por fin reacciona. Sus gritos resuenan por todos lados, me duele escucharla y me frustra no tener un plan para quitárselas.

Mi más grande terror se hace realidad cuando veo a Beckha atacar al demonio, pero un par de demonios le cortan el paso. La niña abre solo un poco los ojos y confirmo lo que ya sabía, la estamos perdiendo y Anael parece reaccionar a la poca vida que tiene.

—¡Anael, espera! —grito con horror.

Esto es una trampa, solo jugaron con nosotros.

—Ayúdame, por favor... —susurra la pequeña.

El demonio se acerca al cuello de la niña y Anael es incapaz de mantenerse en calma. Corta a uno de los demonios que le cerraron el paso y el otro comienza a alejarse con la niña entre sus garras.

Beckha comienza a rebanar a los demonios, pero no importa cuánto lo intente, más demonios aparecen para impedirle que se acerque a la pequeña. Sé que debe estar esperando que haga algo, pero es imposible, nos tendieron una trampa y nosotros no trazamos un plan para salvarla.

Uno de los demonios consigue herir a Beckha, se gira molesto y le corta la cabeza, otro grave error porque de su cabeza empieza a salir ese vapor negro, me pregunto porque no usa la cabeza para pensar.

—Es una trampa —dice bastante enojado.

Se deshace del vapor con un aleteo, pero ya no hay demonios al frente. Busco con desesperación a la niña, pero la veo desaparecer en el lago, creo que ya ha sido suficiente espectáculo. Salgo volando para cortarle el paso a Beckha, debe entender que perdimos esta batalla.

—Ha sido suficiente —Le quito a Vajra y cae al suelo en su forma humana—. Eres un completo imbécil, solo empeoraste nuestra situación, por tu maldita soberbia se llevaron a la pequeña, no eres un héroe, Beckha.

Bajo al suelo y suelto el arma. Beckha se pone de pie y me encara, cree que me intimida, pero no lo hace.

—Al menos hice algo para tratar de salvarla —Da un paso más hacia mí—. ¿Qué fue lo que tú hiciste, Lucas? ¿Quedarte viendo a los demonios para convencerlos con la mirada? Eres un excelente Elegido, Lucas.

Eso último lo dice con un sarcasmo bastante visible y termina empujándome, veo mi pecho incrédulo, no puedo creer que haya hecho eso. Me trueno el cuello y lo veo con todo mi odio.

—Y tú eres un estúpido narcisista —Suelto una risita para que le duela lo que diré—. Dime, Beckha, ¿qué hiciste tú por ella? ¿Qué es lo que esperabas que pasara viendo que nos estaban provocando? ¿Creíste que Luna te vería como el héroe que no eres? Salvar vidas es nuestra obligación, no lo hacemos para impresionar a nadie, aquí el que no sabe ser un Elegido eres tú.

Lo empujo lleno de coraje, se nota que no le gusta para nada que lo haya enfrentado, ¿pensaba que no le diría sus verdades? Que poco me conoce.

—¿Crees que no sé cuál es mi obligación? Déjame recordarte que nosotros teníamos una obligación —Me clava el dedo en el pecho—, solo teníamos que hacer una cosa y era salvar a la niña.

Me empuja con ambas manos y termino en el suelo. No espero nada para ponerme de pie y le devuelvo la cortesía, cae un solo instante y comenzamos de nuevo con los empujones, estamos a punto de soltar el primer golpe cuando alguien nos obliga a separarnos.

—¡Ya basta!

La voz de Luna resuena por todo el lugar, sé que debe estarnos viendo con desaprobación, pero no me importa y a Beckha tampoco parece importarle porque suelta el primer golpe, trato de dar un golpe yo también, pero una mancha negra se cruza en mi camino y me detiene antes de poder golpearlo. Nos empuja lejos del otro y su mirada de reproche va directamente a Beckha que parece avergonzado, vaya que se merece esto.

—Ha sido suficiente —Avanzo un poco para al menos devolver el golpe que me dio, pero Luna no me deja—. ¡Dije que fue suficiente!

Jamie sujeta a Beckha por el pecho, parece celoso de mi cercanía con Luna y eso me da mucha más satisfacción que haberle pegado.

Jamie se pega al oído de Beckha y le dice algo que parece calmarlo, pero su mirada sigue siendo de odio puro.

—Vamos a calmarnos —dice Jamie en voz alta.

Luna me mira bastante molesta, eso me preocupa, se enojará al saber que perdí a la niña.

—¿Alguno de los dos podría explicarme por qué se estaban peleando? ¿En dónde está la niña?

A penas parece darse cuenta que ella no está aquí con nosotros, esto va a ser difícil.

—¿Por qué no le preguntas al imbécil que está atrás de ti que fue lo que hizo? —digo bastante molesto.

—¿Por qué mejor no le dices lo que tú hiciste? Quedarte parado sin mover un maldito dedo para salvar a la pequeña, mira en qué clase de Elegido fuiste a confiar, Luna.

Beckha trata de avanzar hacia nosotros, pero Jamie lo retiene a la perfección, parece perro de pelea, de esos que cuando lo sueltan atacan sin dudarlo, menos mal que el cachorro tiene la correa aún.

—¡Se calman los dos! —dice Luna con autoridad— Uno de los dos tendrá que explicarme que fue lo que pasó —Su mirada va de Beckha a mí y de regreso—, ¿quién será el valiente?

Beckha baja los hombros y Jamie lo suelta, parece que ya se calmó el cachorro.

—Los demonios se llevaron a la niña —dice Beckha con la cabeza agachada—. Nos tendieron una trampa, no pude ni acercarme a la niña y Lucas no hizo nada para ayudarme.

Luna se gira hacia mí de forma lenta, siento que estoy viviendo mis últimos momentos.

—¿Por qué no ayudaste a Beck? —dice dolida y me empuja con ambas manos— Dijiste que no dejarías que esas cosas nos quitaran a nadie, ¿mentiste acaso?

—No lo hice, eso es lo que quiero, Luna —Le tomo las manos—. Yo sí me di cuenta que estaban provocándonos para tendernos una trampa, trate de hacer un plan rápido, pero el señor orgullo no se detuvo a pensar en nada, actuó como el estúpido que es —Lo veo fijamente—. Todo tiene que ser como el señorito, nadie es mejor que yo porque mi ángel es casi un arcángel, desea. No fue capaz de confiar en sus compañeros y decidió hacer todo mal para permitir que los demonios se llevaran a la niña.

Beckha se lanza de nuevo hacia el frente, se nota que no sabe controlar su maldito temperamento. Quita a Luna de su lugar y me toma por la ropa, está a nada de soltarme un golpe, pero una barrera blanca nos rodea a los cuatro, solo veo a Jamie en forma de ángel mirarnos con cierto resentimiento, esto se puso feo.

Luna:

Veo a Jamie completamente desconcertada, algo me dice que su idea es un poco... excesiva, pero confío en mi mejor amigo, sé que lo hace con las mejores intenciones.

Ya estoy harto de verlos pelear —De inmediato reconozco la voz de Paschar, esto es peor de lo que imaginé—. Los cuatro se van a sentar en esta barrera y aclararan sus mal entendidos, si desean seguir peleando entre ustedes la barrera se hará más pequeña y solo podrán salir de ella cuando sean sinceros entre ustedes —Nos mira a todos con molestia—. Ustedes son Elegidos, demuestren que realmente tienen más poder angelical que otros, pero sobre todo demuéstrenles a los demonios que nosotros sabemos arreglar nuestras diferencias hablando.

Debo decir que esto es una medida demasiado drástica, pero nos hace mucha falta sentarnos a hablar.

Jamie es el primero en sentarse sobre la nieve y junta las suelas de sus zapatos, le emociona todo esto. Por mi parte me preocupa bastante, sobre todo porque presiento que ni Beck ni Lucas van a dejar de pelear por esto. Termino sentándome junto a Jamie bastante lejos de este par.

—Hola, mi nombre es Jamie Brown —dice Jay con una enorme sonrisa.

Se gira a verme con ojos suplicantes, desea que le siga la corriente y no entiendo por qué. Veo a Lucas y después a Beck, no estoy contenta con ninguno de los dos, lo que más me molesta es que Beck no me ha demostrado lo mucho que le interesa ser un Elegido, todo siempre lo deja al azar y Lucas es demasiado calculador, somos un pésimo equipo gracias a sus diferencias. Pero eso no importa ahora, estamos en esta situación gracias a ellos y si quieren seguir peleando no me interesa, sé que Jay y yo estaremos bien.

Termino sacando el aire, espero no arrepentirme de lo que haré.

—Yo soy Luna Soon.

Sonrío un poco incómoda a Jay, él me señala a Lucas con la mirada, sabe que soy la única que puede convencer a este par para cooperar.

Veo a Lucas, nos sostenemos la mirada un rato, si es verdad que hizo una unión conmigo debe saber que estoy agotada de enfrentar a esos demonios y que necesito que todo esto termine para ir a descansar como Dios manda.

Lucas termina cediendo, se aleja de Beck y se sienta frente a Jay, me alegra saber que si es una persona racional y parece que entiende que estoy cansada.

—Yo soy Lucas Fernández.

Ahora es el turno de Jamie, él mira con demasiada insistencia Beck, este termina gruñendo, pero se acerca hasta el pequeño circulo que estamos formando. Él y yo terminamos viéndonos de frente, parece avergonzado y debería estarlo.

—Beckha Daniels.

Asiento para Jay, él conoce mejor que nadie a Paschar y sabe muy bien lo que intenta que hagamos al encerrarnos aquí.

—Vamos bien —susurra para mí y entierra sus dedos en la nieve—. Nací un quince de agosto de mil novecientos noventa y cuatro en Leacock, Londres.

Sostengo su mano con fuerza, sé muy bien que no le gusta hablar de donde viene y lo entiendo.

—Yo nací un siete de octubre de mil novecientos noventa y cinco en Italia, en Verona para ser más exacta —digo con más tranquilidad que Jamie.

Mi mejor amigo y yo vemos a Lucas con ojos suplicantes, debe entender que solo así saldremos de aquí.

—Yo nací en los Angeles, California —Lucas suelta el aire—. Mi cumpleaños es el tres de diciembre, nací en el noventa y cuatro.

Sin poder evitarlo suelto una risita nerviosa, me cubro la boca para evitar reírme más y para que eso ahogue un poco mi risa.

—¿Qué es tan gracioso, Luna? —dice con inquietud.

—Nada, es solo que... —Me aclaro la garganta— Bueno, mi mamá nació ese mismo día, aunque unos años antes que tú.

Jamie baja la cabeza como si estuviera apenado, creo que la fecha no le sonó en su momento, esa información le gustará a mi mamá.

—Pues yo nací aquí en Beaileville, fue un veinte de abril del noventa y cinco.

Esto se está poniendo muy bueno, llevamos cinco minutos sin pelear, esa es una buena señal.

—Mi color favorito es el gris —dice Jay perdiéndose en mis ojos.

Ya me había dicho esto hace unos años, dice que no ha visto nada más hermoso que mis ojos, me pregunto si piensa lo mismo ahora que tiene a Tadeo a su lado.

—Mi color favorito era el negro —Sonrío al recordar porque ya no lo es—, ahora es el azul.

Pero no cualquier azul, solo el azul de los ojos de Leo, podría ver ese azul día y noche. Lucas parece entender el porque me gusta el azul, lo sé debido a que levanta el rostro y sonríe al cielo.

—El mío es el rojo —dice Lucas con una sonrisa boba.

—Verde —dice con más reserva Beck.

Todos giramos hacia Jay para que proponga una nueva tanda de respuestas, estoy feliz de no ser yo quien las inicie, me quedo sin ideas a los dos segundos.

—Soy gay —Suelta con ganas mi mejor amigo.

De inmediato giro para ver la reacción de nuestros amigos, la verdad me sorprende que asienten sin mostrar asco o alguna de esas cosas que siempre hacen los hombres al saber sobre ese tema.

—Un momento, esperen un segundo —Levanto ambas manos—. ¿Ustedes lo sabían? ¿Les contaste antes?

Jamie niega, pero vaya que está más tranquilo que antes.

—La verdad es un poco obvio, pero igual lo quiero como a un hermano —dice Lucas y Beck solo asiente.

Esta vez soy yo la que termina negando, es increíble que lo sepan y no lo rechacen, la mayoría lo hace, pero me alegra que por fin hayamos encontrado amigos de verdad que no les importa eso, Jamie se gana el amor de todos.

—Soy hetero —Levanto los hombros restándole importancia.

—Heterosexual —dicen Beck y Lucas al mismo tiempo.

Jamie arroja un poco de nieve, parece frustrado.

—Muy bien, ya me cansé de esto, no seguiré haciendo estas cadenas. Así que les propongo algo —Jamie está sonriendo de más, eso quiere decir que planea algo malo—. Yo le hago una pregunta a Luna, Luna a Lucas, Lucas a Beck y Beck a mí. Si alguien tiene una pregunta general o específica levanta la mano y dice para quién va dirigida, ¿les agrada la idea?

A mí me parece lo más sensato así que asiento. Me parece que todos hicimos lo mismo porque Jay suspira aliviado, se gira hacia mí y sonríe de forma traviesa.

—Mi querida Luna —Levanta las cejas, esto no me va a gustar—, ¿a qué le tienes más miedo?

Date por muerto, Jamie Brown.

—Tengo fobia a los roedores.

Las risas de nuestros amigos no tardan en aparecer, la verdad a mí no me da risa, simplemente me aterran esas cosas.

—¿Te dan miedo los hámsteres? —Lucas sostiene su estómago debido a la risa.

—Deja de burlarte, me asustan y no le veo lo gracioso a eso.

En estos momentos me gustaría darle un buen golpe en la cabeza, pero no soy tonta, esperaré hasta que salgamos de aquí para hacerlo.

Me concentro en Lucas, deseo saber su más grande miedo para estar a mano.

—¿Cuál es tu más grande miedo, Lucas?

La sonrisa desaparece de su boca y comienza a dibujar en la nieve.

—Perder a la gente que amo —Agita la cabeza—. He visto lo peor de los humanos, todo el daño que pueden hacer y aún así no me aterra tanto como lo que los demonios pueden hacernos. Mi mamá y mi hermana... —Niega repetidas veces— Espero nunca ver a ninguno de ustedes de esa manera.

Esta vez le tomo la mano a Lucas, mi miedo es insignificante comparado con el de Lucas y me gustaría ayudarlo con todo lo que pueda.

—Lo lamento tanto —Todos giramos hacia Beck—, no tenía ni idea que tu mamá había pasado por eso.

Lucas quita su mano de la mía y niega como si ya no importara.

—No fue tu culpa lo que les pasó, no hay nada que perdonar —Suelta el aire y se acomoda el cabello, presiento que va a preguntar algo desagradable—. ¿Por qué odias tanto a Leonel?

Tanto Jamie como yo retrocedemos, estos tres meses conviviendo con ellos nos han enseñado que ese tema no se toca con ninguno de los dos, creo que Lucas si quiere seguir peleando.

La pregunta no parece agradarle para nada a Beck, solo espero que no vaya a estallar como es su costumbre.

—No tolero a Leonel, desde que tengo memoria ha sido un completo imbécil. Si mis padres me compraban un juguete él llegaba con toda la colección —Destensa el cuello—. Pero no es por eso que lo odio, si fuera por eso sería pura envidia y no es así, lo odio porque es un niño mimado que no sabe lo que significa esforzarse por algo. Siempre ha tenido unos padres y una Nefilim que le dan todo lo que él niño quiere, quizás si fuera menos pretensioso no lo odiaría.

Lucas asiente como si estuviera de acuerdo con lo que Beckha dice, pero no debería pensar que tiene la razón, Leo no tiene la culpa de que sus padres quieran darle todo lo que ellos no tuvieron, no es su culpa haber nacido en la familia que Malena escogió para hacerla su familia.

—Mi turno, Jay —Beck toma una rama del suelo y juega con ella—. Si pudieras besar a uno de nosotros dos, ¿a quién sería?

—A Lucas... —dice mi amigo avergonzado.

Me rio un poco al imaginar la escena, ¿me pregunto qué pensará Tadeo si se entera?

De seguro le zafa algunos dientes a Lucas.

—Por favor, no vayan a decirle nada a Tadeo —continua con nerviosismo—, es por la seguridad e integridad de Lucas.

Los dos chicos asienten, pero yo no prometo nada, si en algún momento me hace enojar usaré esto en su contra.

Me parece que Jay está buscando la forma de vengarse de Beck y eso me asusta un poco, Jamie tiene muchas herramientas para hacerlo. Creo que por fin encontró lo que buscaba porque levanta la mano, por su bien espero que sea una pregunta para Beck.

—¡Pregunta general! —Es momento para el pánico, Jay está sonriendo demasiado— ¿Quién les gusta? A mí me gusta Tadeo Bell.

No, por favor dime que no hiciste esa pregunta, Jamie Brown. Esto es peor de lo que pensé, veo a Beckha con mucha insistencia, no va a gustarle ni un poco saber que estoy enamorada de Leonel.

—Luna Soon —Me quedo helada al escuchar mi nombre salir de los labios de Beck—. Es la verdad, Luna, estoy perdidamente enamorado de ti.

Aprieto los labios y bajo la cabeza, esto no puede estar pasándome. Ahora sí que voy a matar a Jamie, lo haré sufrir por lo que me está haciendo.

—A mí me gusta una chica canadiense, su nombre es Lucero Figs.

Mi corazón se detiene un instante, ¿acaso dijo... Lucero? ¿Lucero Figs?

De inmediato busco la ayuda de Jamie, aunque él está igual de sorprendido que yo.

—¿Una pelirroja que vive en un pueblito llamado Veitel?

Me alegra que fuera él quien hiciera la pregunta incomoda.

—Sí —responde con duda—. Un momento, ¿la conocen?

Los dos asentimos aún en estado de shock, no es posible que Lucas conozca a Lucero, ella murió hace unos años. Lo último que supe de ella fue que se perdió en el bosque, me dijeron que su cuerpo fue encontrado en el fondo del barranco, nadie puede sobrevivir a eso.

—¿Les pasa algo, chicos? —insiste Lucas— Me están asustando.

Ambos negamos lo más rápido que podemos. A decir verdad, estoy contenta de saber que está bien, creí que había perdido a mi amiga, estoy feliz de que siga con vida, quizás no salto al vacío, quizás solo se escondió muy bien, eso es todo.

—Solo faltas tú por responder, Luna —Beck me mira con insistencia—, ¿quién te gusta?

—Yo... a mí... —Ese dolor que me indica que estoy siendo cobarde hace su presencia— Yo estoy enamorada de Leonel Knight.

Bajo la cabeza, no soy capaz de ver a los ojos a Beck porque sé que lo que dije le hizo daño y esa no era mi intención. Nunca entenderé porque el amor es tan complicado.

Las preguntas fueron cada vez más personales y mucho más difíciles de contestar, hemos estado aquí bastante tiempo, tanto que comienza a oscurecer, deberíamos regresar a casa antes de que les dé un ataque a nuestros padres.

—Creo que ya tuvimos suficiente —Beck se pone de pie—, vamos a casa.

Camina hacia una de las paredes de la barrera, pero se estrella contra ella sin ninguna piedad, incluso fue gracioso.

Jamie se pone de pie inmediatamente y toca la pared como si estuviera molestando a un pez en su pecera.

—Esta débil —Se gira a vernos molesto—. ¿Quién de ustedes nos está ocultando algo importante?

Veo a Lucas con terror, sin duda alguna esos somos nosotros, ¿qué se supone que hagamos?

—Luna y yo somos novios —dice Lucas por ambos.

Nuestros amigos se van al suelo, al principio creí que era por la impresión, pero tal parece que en realidad se fueron al suelo porque la barrera desapareció. Jay no tarda en ponerse de pie y sacudir su ropa.

—¿Cuándo planeaban decirnos esto? —dice con molestia mi mejor amigo.

Me encojo en mi lugar ante la mirada tan penetrante de Jay, nunca lo había visto tan enojado y menos conmigo.

—En mi defensa quiero decir que no tuve mucho tiempo para pensar las cosas de forma correcta —Me pongo de pie—. Acepté porque fue la condición que me pusieron Lucas y Angel para poder seguir viendo a Leo, ustedes saben muy bien que nunca me alejaré de Leo.

Beck se pone de pie en menos de un segundo, en sus ojos puedo ver la llama del odio bailando sin ningún temor.

—¿No crees que alejarte de Knight era una mejor opción?

La rabia en la voz de Beck me hace pensar en lo que dijo hace rato de Leo, pero él nunca lo entendería.

—No —Lo encaro a pesar de la diferencia de altura—, pensaba que ya había quedado muy clara mi posición hacia Leonel. No voy a dejar a Leo por nada del mundo, ni siquiera porque ustedes no confíen en su familia. Yo conozco a Leo mejor que ustedes y sé que maravilloso ser humano es, él es bueno, noble y sobre todo leal. Leo se ha ganado mi confianza y mucho más, cosa que tú no has hecho.

Me alejo de ellos con los puños bien apretados y estrellando mi hombro con Beckha, de verdad no soporto que me traten como una niñita.

Por lo visto no importa que tan fuertes sean nuestros lazos, ellos nunca van a confiar en mí. Por mí está bien, ellos pueden hacer lo que les plazca porque yo haré exactamente lo mismo.

~*~
Hooola, mis angelitos del cielo!!!

Por fin llegó la actualización mensual.

No sé ustedes, pero este capítulo me encanta, sobre todo porque se menciona a cierta pelirroja que amo con todo mi ser y que es la protagonista de Amor infernal 😏

Si todavía no han leído la historia los invito a leerla, sé que está en pausa por la edición de esta historia, pero es interesante conocer a la pelirroja que se metió al corazón de nuestro hermoso Lucas.

Buuueno sin más que agregar vayamos al último dato curioso.

¿Sabían que...?
La ciudad se llama Beaileville gracias a una de mis luchadoras favoritas de la wwe, mi querida Bayley, me encanta porque es super tierna.

Debo confesar que en la primera edición de La Nefilim la ciudad se llamaba Baileville, pero al leer un buen rato el nombre me di cuenta que baile no era un buen nombre para la ciudad.

Entonces al escuchar como se pronuncia Bayley me dije porque no y por eso cambió el nombre de nuestra bella ciudad del amor celestial.


Les dejo un bello gif para que la conozcan.


Es un encanto y lo que más me gusta de ella es que siempre se detiene a abrazar a sus fans 😍😍😍

Bueno, eso antes de que se cambiara de bando, pero igual la adoro.

Y gracias a ella tenemos nuestra hermosa ciudad, que por cierto esta en algun lado de Europa, muy cerca de España.

Y ya, hasta aquí el dato curioso.

Como siempre ha sido un placer que aguanten mis monólogos.

Besitos 😘😘😘.

~YU.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top