O N C E

VEREDICTO

Malena:

Veo llegar a Luna, para variar, viene acompañada de sus amigos, Lucas y Jamie la flanquean como si fueran sus guardaespaldas, es fastidioso no poder estar a solas con mi amiga.

—Hola, Malena —me saluda ella.

Cuando llega a mi lado me pongo a revolver su cabello, por fin pude hacer que le guste este gesto, me sonríe de forma tierna.

—Creí que planearíamos la fiesta solas —susurro.

—Sí, eso haremos —Se gira a ver a los chicos—. Ellos sólo vinieron a dejarme, mi papá está un poco paranoico con eso del animal que anda matando y prácticamente los obligó a traerme.

Cuando mis ojos se cruzan con los de Lucas retira la mirada y se pone tenso; Jamie juega con su arillo, le da vueltas y lo muerde en varias ocasiones.

—Nosotros ya cumplimos, Luna —dice Jamie cuando libera su perforación—, no te adentres mucho, te veo luego.

Ese par se despide agitando la mano, pensé que tendría que asustarlos para que nos dejaran solas, menos mal que parecen llevarse muy bien, de lo contrario tendríamos la compañía de uno de ellos.

—Muy bien, ya estamos solas —dice con entusiasmo—, el cumpleaños de Leo es unos días, dime que tienes preparado.

Luna baila en su lugar, me parece sorprendente la velocidad con que esta niña se ganó mi amor. Se ganó mi afecto de la misma manera que lo hizo con Leo. La abrazo por el cuello y la llevo al bosque de forma lenta mientras ella me cuenta alguna idea que tiene para la fiesta sorpresa de Leonel. No estoy muy feliz de hacer esto, pero no tengo muchas opciones para poder convencer al otro Elegido, espero que puedas perdonarme, Luna.

—Todo eso suena fantástico —digo disimulando, la verdad es que no escuché nada de lo que dijo—. ¿Crees que tu padre nos deje hacer la fiesta en su restaurante? Por cierto, conseguí los números de sus compañeros, tenemos que invitar a todos, incluso a Beckha.

La sonrisa de Luna no oculta la emoción que siente al hacer esto. Me alegra que ella esté aquí, yo ya no sabía qué hacer para que Leo vuelva a celebrar sus cumpleaños, sé que se enojará un poco, pero al final amará todo cuando sepa que Luna estuvo involucrada.

—Yo envío las invitaciones, pero no olvides darme los números, por el restaurante no te preocupes, mi papá no su... ele...

En la cara de Luna alcanzo a distinguir el temor, por fin pude hacer esto sin que nadie nos interrumpiera. Me giro a ver a pesar de saber que uno de mis demonios estaría esperándonos, todo esto es perfecto, mi demonio es parecido a un esqueleto, larguirucho y bastante feo.

—Luna, corre —Ella se queda inmóvil así que la empujo un poco—. ¡Vete! ¡Ya!

El demonio se arroja sobre Luna, pateo su fea cara y aprovecho para sacar mi espada de la bota. Veo que a unos metros de mí Luna se tropieza con una raíz, sabía que era bastante torpe.

Me giro antes de que pueda llegar a ella y corto el aire, no consigo cortarlo, pero si consigo llamar su atención. El demonio me ataca, consigo esquivar su ataque, golpeo su cara con mi codo y le atravieso la cabeza con la espada. Sonrío satisfecha, pero el demonio tiene otros planes, antes de desaparecer me lanza un poco de su icor que cae sobre mi brazo, me tiro al suelo cuando este desparece y me pongo a rodar sobre el suelo, detesto el dolor que el icor deja, siento que la piel se me funde con los huesos.

Luna se arroja a mi lado, se quita la sudadera y la ata arriba de mi codo, quisiera decirle que esta cosa no se parece en nada al veneno de una serpiente, pero dudo que lo entienda.

—Malena... —Aprieta otro poco—. ¿Por qué lo hiciste? —Sus lágrimas caen al suelo—. ¿¡Por qué hiciste eso!?

Intento sonreír para tranquilizarla un poco, pero sólo consigo hacer una mueca llena de dolor.

—Porque te quiero, Luna. No podía dejar que te hicieran daño.

Más lágrimas se acumulan sobre esos bonitos ojos grises, las lágrimas hacen que tengan un brillo diferente, Luna es una niña muy hermosa sin ninguna duda.

—Te llevaré al hospital —Pasa mi mano sana por su cuello y me ayuda a ponerme de pie—. ¿Por dónde está el hospital?

Niego apretando los dientes, no me gustaría gritar ahora que estoy tan cerca de ella.

—Llévame con Lucas —digo apretando aún más mis dientes.

Luna entra en pánico, la noto demasiado tensa, damos un paso más, pero mis piernas se quedan sin fuerza, el maldito icor me penetró demasiado la piel, el dolor está provocando que mis sentidos se nublen, a este paso me desmayaré.

—Llama a Lu...

Mis ojos se cierran sin ninguna consideración, por más que le exijo a mi cuerpo responder no lo hace, pasó justo lo que no quería que pasara. Hace bastante que no me desmayo, la última vez fue cuando me intentaron quemar viva por creer que era una bruja, pero ni con eso consiguieron matarme. No me gusta perder la conciencia, me hace sentir... vulnerable, al menos me queda el consuelo de saber que voy a sanar, será tardado, pero lo haré.

Lucas:

Dejamos a Luna hace veinte minutos y hace cinco minutos me llamó bastante alterada, le di mi dirección, mencionó algo sobre Malena, creo que esta herida. Por ahora Jamie y yo estamos corriendo hacia mi casa, esperaba pasar este día en algún sitio con mi amigo, quería llevarlo a la pista de patinaje, pero la maldita Nefilim arruinó mis planes, aunque la seguridad de Luna es primordial.

—¿Crees que Luna también esté herida? —pregunta Jamie—. La conozco y sé que es bastante temeraria.

Niego con la cabeza, yo no la escuche mal, sólo alterada, pero tengo muchas ganas de saber algo.

—¿Qué fue lo que Paschar vio de Malena?

Suelta el aire decepcionado.

—Vio que realmente cambió, ama a los Knight más que a ella misma, pero hay algo que me tiene inquieto, vi que desea venganza, no sé exactamente contra quién o qué, pero también noté que...

Creo saber lo que dirá.

—Pero no se vengará, no si al menos algún Knight pueda estar en peligro.

Jamie asiente una sola vez y acelera el paso, puedo distinguir mi casa a lo lejos y noto que la puerta esta abierta, me alegra saber que Luna encontró la llave de repuesto.

Al entrar a la casa escucho un ligero sollozo, camino hasta la sala y encima del sofá se encuentra Luna junto a Malena, ella le acaricia la cara a la Nefilim. Parece que no saben cómo curar las heridas con el poder angelical, tendré que enseñarles para no correr riesgos.

—Luna, dime que fue lo que pasó.

Le doy la vuelta al sofá y me arrodillo a su lado, reviso a Malena, esta inconsciente. Desato la sudadera que tiene sobre el brazo, veo con horror la herida que tiene sobre su brazo, es demasiado icor, incluso para ella, no me sorprende que se haya desmayado. Los Nefilim tal vez sean inmortales, pero sanan de forma lenta cuando se tratan de los demonios.

—Estábamos caminando, no recuerdo en qué momento nos adentramos al bosque, un demonio salió de un árbol y me atacó, Malena evitó que esa cosa me hiciera daño.

Jamie observa a Luna con una ceja enarcada.

—¿Por qué no invocaste...?

—Angel no me dejó llamar ningún arma —lo corta—, me dijo que lo mejor que podía hacer es dejar que el demonio la matara —Sorbe la nariz—, me dijo que era mejor que el mal se destruyera entre sí. Pero nosotros sabemos que sólo un arma celestial podría terminar con su vida.

Puedo escuchar cierto resentimiento en su voz, se nota que no está muy de acuerdo con su ángel. Lo mejor que puedo hacer ahora es concentrarme en Malena.

—Acércate un poco más, Luna.

Le hago un gesto a Jamie para que también se acerque, él llega a nuestro lado, Luna se pega demasiado a Malena como si no confiara en mí, es incómodo estar entre este par, Luna parece estar dispuesta a matarme si le hago algo a Malena y Jamie parece estar dispuesto a clavarle un cuchillo en el pecho.

—Voy a enseñarles esto sólo una vez.

Me concentro y envío mi poder a mis dedos, paso mi dedo índice por la herida, conforme bajo por la herida la piel de Malena empieza a sanar de forma más rápida. Este par observa con mucha atención lo que estoy haciendo, ella sonríe mientras que Jamie parece sorprendido, ahora siento que Midael confía en mí porque no se opuso a esto.

—Sólo es canalizar el poder, ¿cierto?

Le sonrío a Luna, es una chica bastante observadora, asiento y ella vuelve a acariciar el rostro de Malena. Suelto un largo suspiro, tengo miedo de no hacer lo correcto.

—Será mejor que se vayan, sé que Malena es de fiar, pero es mejor que no sepa que hay más Elegidos en este lugar, ¿de acuerdo?

Los dos asienten, se levantan del suelo y se van tomados de las manos. Los escucho platicar y después como se cierra la puerta, no puedo evitar sentirme agradecido con Malena, no sé qué le habría pasado a Luna si ella no hubiera estado con mi amiga.

—Nunca voy a olvidar lo que hiciste por Luna —Levanto la mirada—. Malena tiene mi favor con el cielo, ella cambió.

Bajo la mirada de nuevo, esa herida va a necesitar un poco de hielo.

Luna:

No puedo creer lo que Malena hizo por mí, estaba dispuesta a sacrificarse por mí, hizo todo eso para que yo pudiera escapar. No tengo más dudas, no necesito más pruebas para comprobar que Malena realmente cambió, pudo haber sido malvada, pero estoy segura que el amor de los Knight la hizo cambiar.

Sabes que eso no es cierto.

Por favor, no empieces, digo en mi cabeza, no quiero pelear contigo.

Arrojo mis cosas al sofá, reviso que no haya nadie en la cocina y agudizo el oído para poder escuchar algún sonido dentro de la casa, pero todo me indica que estoy sola. Debería seguir en la escuela, pero no podía prestar atención a mis clases, por eso les dije que me sentía un poco enferma, no creo que sea tan malo perder algunas clases. Me dejo caer sobre mi sofá para descansar un poco, cierro los ojos cuando noto una gran cantidad de luz emanar del cielo, aquí vienen los problemas.

—Dime que no caíste con algo tan patético como eso —dice mi ángel.

Me cubro los ojos con mi antebrazo, no tengo ganas de pelear en este momento. Ella fue la que deseaba tener pruebas del cambio de Malena, ya las tiene y ahora dice que no son reales, no logro entender a mi compañera.

—Si le creo, ¿qué harás?

Resoplo un poco y descubro mis ojos, será mejor enfrentarla de una vez. Al verla me doy cuenta que no está nada contenta y sus brazos cruzados lo delatan, menos mal que sólo mandó su proyección espiritual, de verdad no estoy de humor para pelear con ella, sus ojos parecen cansados y puedo notar la decepción en ellos.

—Eres más lista que eso, Luna. No puedes creer que esa cosa cambió de verdad.

Me siento de forma correcta, ya tomé mi decisión y no tiene más remedio que aceptarlo, Malena cambió, confío en que no hará más daño.

—Malena no es un peligro, ella está dispuesta a cazar demonios, ella cambió y merece vivir, ese es mi veredicto.

Sólo había recurrido a esto una sola vez, esta es la segunda vez que no concuerdo con mi compañera, justo por eso siempre estamos cerca de Jamie y de Paschar, Angel tiene sus propios criterios y yo los míos, por eso es bueno tener a un intermediario. Escucho un ligero estruendo, eso quiere decir que el cielo acepta mi reporte y que está conforme con mi decisión.

Me alegra por Malena, ahora podrá quedarse con su familia sin ninguna preocupación, los Knight también merecen esta felicidad.

—Estás cometiendo un gran error, Luna, el peor de tu vida —Se gira molesta—. Espero que comprendas el alcance que tiene tu decisión, a partir de este momento tendrás que estar más atenta a sus acciones, porque al primer error que cometa tendrás que matarla —La escucho soltar una risa nasal—, y eso será más pronto de lo que te imaginas.

Se va de mi casa, me sorprende lo cerrada que puede llegar a ser, si alguien se equivoca aquí es ella. Yo comprendo a Malena, ella sólo quería destruir todo porque nunca se sintió parte de algo, pero al fin encontró el lugar al que pertenece y gracias al amor que le brindaron los Knight pudo cambiar. No hay fuerza más poderosa que el amor, eso lo entiendo mejor que nadie.

~*~
Hooola mis lindos ángeles del cielo, ¡¡¡ya es jueves!!!

Cómo han visto he estado actualizado diario, espero poder así.

El próximo capítulo me fascina, no haré spoilers, así que me voy.

Sin más me despido.

Besitos 😘😘😘.

~Hachii.

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