Por honor...
Flashback
Dieciocho horas antes...
La rapidez con la que logró una reunión le sorprendió. Desecho las dudas cuando le dijo que estaba a punto de llamarle, era conocedor que estaba por fuera y quería saber si le gustaría trabajaren el sector privado. No era nada personal, solo que amaba ser su propio jefe y el Vryzas le daría ese lujo.
De todas las personas que lo conocían, era de los pocos que estaba al tanto de lo complicada que era la relación con sus hermanos. Quizás por qué conoció primero a Demitrius que él y tuvo negocios con sus tíos antes que ellos vinieran a este mundo. En realidad, era más de esto último que ser amigo de su hermano mayor.
Hace mucho tiempo que no le veía, la mayoría de las veces lo hizo por trabajo, en pocas ocasiones, para hacer vida social. La de hoy no sabía en cuál de las dos ubicarla, solo que no era social.
El sitio escogido fue en un puerto, libre de tráfico y privado, bastante cerca de la autopista, pero con la suficiente privacidad para ampliar la conversación a temas delicados. A lo lejos se ve la figura en traje negro sentada en una banca, cruzado de piernas, con un brazo extendido en la misma. El habano que se fuma y el hilo de humo que sale de su mano derecha le identifican desde mucho antes de conocerlo.
El puerto pintado de blanco, dos yates a una distancia de cien metros dan cuenta que la persona que se fuma el habano a esa hora de la noche es de importancia considerable. Pese a la distancia, es evidente que sonríe al verle, pero Angelo está pendiente a toda la seguridad que hay alrededor del hombre.
Más fuerte y mejor armada de lo que recuerda.
Detrás de él, un grupo de su esquema de seguridad oficial, una limusina parqueada en solitario y por lo menos tres hombres ocultos entre las edificaciones a su alrededor. Busca el resto de los vehículos y los encuentra a uno dos cientos metros de la limusina.
—¿No te gusta mi esquema de seguridad? —le pregunta al verle juntar las cejas mientras lanza el ancla y toma la cuerda para atar el yate al puerto. —es mejor que el tuyo.
—No los necesitaba para verte —confiesa y el hombre asiente. —nunca lo necesitaba, hasta hoy.
—Cierto. —confirma haciendo un movimiento con la cabeza lentamente —lamento la perdida.
—Algo me dice que no te refieres a Aydey...
Escucha el graznido de las gaviotas junto con el tráfico de la vía cerca al puerto. El viento frío de la noche se cuela por sus poros llegando a ser fastidioso. Sus labios van a resecarse y sus mejillas estarán piel al final de la jornada.
Pero habrá valido la pena.
—La muerte de un traidor no debe doler, aunque lo hace. —le dice, mientras Angelo ve al capitán del yate maniobrar la máquina y detenerse.
—Tú sabes mucho sobre eso.
—En peores circunstancias. —le recuerda y afirma porque tiene razón —Sé cómo te sientes.
Salta a puerto con las cuerdas en la mano, ata el yate a un costado de esta y le indica al capitán que espere. El hombre asiente sin salir de la cabina mientras él se acerca a su objetivo. Alza su remera y da un giro de 360º para demostrar está limpio.
—No era necesario—sonríe al hombre que comparte el mismo nombre con su casi hermano y este le muestra el pulgar—nunca lo será.
Agradece con una inclinación de cabeza, pero haciendo uso del sentido común se sienta en la banca de al lado y no en la que ocupa el hombre. Son solo dos hombres contemplando el mar enfurecido a esa hora, el cardumen de peces y las gaviotas haciéndose a su mejor festín. Le extiende una caja de cigarros y un encendedor que recibe agradece, pero que no tiene pensado usar.
—¿Quién te lo dijo? —es su primera pregunta.
—Un ex miembro del FBI a quien le hice un favor. —confiesa —en realidad pedía información sobre Misha Vovk.
—¿Quién? —la voz del hombre es de sorpresa y puede ver en sus ojos como se esfuerza en asociar ese nombre con alguien.
No cree lo recuerde, para aquella época tiene claro el jefe de todos era Epson Frederick y muy seguramente heredó el puesto tras su muerte.
—El padre de Noah, hombre a quien asesinó por supuestamente violar a su madre —le aclara y se ve confundido por la información—era lo que primero a lo que me dedicaría al quedar en tierra, creí que tenía que ver. No fue así o eso creo en este punto no tengo todo claro, solo que estaba tu nombre como el jefe...
—¿Te sorprendiste? —le pregunta tras un silencio y Ángelo calla un instante.
—Un poco, luego todo tuvo sentido.
Solo con una llamada solía solucionar casi que cualquier cosa o recibir información. Era a él quien recurrían para calmar a Moscú o a cualquier otro país. El poder que había adquirido, su ascenso a temprana edad, sin contar quien fue su mentor.
—¿Cuándo ocurrió? —quiso saber y lo ve negar.
—No sé. No tengo registro de algo especial que pueda decirte... ¡Fue aquí! —señala dando una calada al habano y girando su cuerpo hacia Angelo—mi motivación fue el odio, eso lo tengo claro. El hombre de quien debía vengarme era poderoso y yo un hijo de un joyero... era urgente ser más importante que eso. Sin embargo, no tengo un día, hora o referente... solo ocurrió.
Contrario a él, Angelo sabe el momento exacto y el porqué de su decisión. La traición de su ex, muerte de su hijo y el asesinato de su hermano marcaron su destino. Yendo un poco a su niñez, se diría que lo vivido con la madre de su hermano también influyó.
—Lo que sí puedo decir es cuando decidí decir adiós. —su voz interrumpe los pensamientos de Ángelo que lo ve intrigado —mi mujer y mis hijos estuvieron en riesgos, la vida me dio un hogar. La familia e hijos no comulgan con esta vida, lo entendí rápidamente.
Su familia no estuvo en riesgo por pertenecer a esa vida, pero le bastó ver a su esposa herida para darse cuenta para darle final. Confiesa no ha podido desligarse del todo, pero sin dudas hace años dejó atrás la participación en todo y hoy día tiene personas que hacen "de todo por cualquier dólar".
—Ahora entiendo que no se puede tener una esposa e hijos en esto—comenta de buen humor y ambos sonríen —¿Un poco tarde?
—En realidad no—le responde cruzando sus piernas—mis tres primeras esposas se fueron con hombres de mi seguridad y aunque la infidelidad no es justificable, te diré. —señala su pecho antes de seguir — El único culpable que eso sucediera fui yo, por descuido, desinterés, falta de comunicación, arrogancia —enumera y se queda en silencio antes de seguir—hasta por escogerlas mal... pero nunca fueron ellas.
—¿No fue una de ellas las que intentó matar a tu mujer embarazada? —la pregunta parece molestarle, aun así responde afirmando en silencio.
Entiende a donde quiere llegar, él tuvo que pasar por todo eso para obtener la felicidad y saber decir adiós. La muerte de su hermano y los señalamientos de su madre de culpable. Cada quien le dará la importancia que merece sus trágicas vidas, pero al final la enseñanza es una sola.
Nunca es tarde para decir ¡No más!
—¿Qué te trae por aquí? —pregunta al fin —Te di lo que creí necesitabas, sé que en este instante pensaras que tarde... pero no vi otra manera de compensarte más que esa... disfrutar de tu hijo. —hace una pausa larga al recibir un mensaje que lee y sonríe a la pantalla antes de seguir—he estado por fuera del medio, pero al tanto de todo, se hizo una investigación ...
—¿Te refieres a aquella en donde Kanoe es culpable de todo? —le pregunta y arquea una ceja viéndolo fijamente.
—Tengo la leve sospecha que no opinas lo mismo.
Antes de empezar a contar sus sospechas, existe una pregunta que ronda su cabeza. Por qué siempre que se hablaba de él, se decía que él apoyaba en especies y no con dinero. No hay registros de que sea el gran jefe por ningún lado, incluso que sea miembro. Aunque se sabe, maneja su propio personal y no depende de nadie.
—Nunca necesité de una jerarquía para hacerme respetar, no me consideré un jefe de nadie allí...—empieza con rostro solemne— tenía claro, no era mi mundo. Solo fue un trampolín para obtener lo que vez hoy día. Me retiré del todo hace más de una década, pero al parecer no han querido quitar mi nombre de allí.
—Eso habla bien de lo que hiciste—en respuesta se encoge de hombros —¿Sigues teniendo influencia?
—¿Tú qué crees? —es su respuesta.
Le narra todo cuando ha descubierto y sucedido, lo que le dijo Young y Xen, lo que averiguaron sus hombres e incluso lo que la policía en Atenas encontró. No se limita en detalles, responde sus dudas y escucha sus consejos. Siempre ha admirado la manera que tiene de enfrentar los conflictos y salir aireado de ellos.
—Kai Kanoe fue el del desfalco ¿Me equivoco? —al verle afirmar mira el mar antes de seguir — un dinero que se perdió tras su muerte. —sigue más para sí que para Angelo. —fue en la misma época en que Maissa fue secuestrada en Israel. Culparon a un tercero de todo, tal cual lo hicieron contigo.
¡Claro que sí! Un territorio era de los Frederick, quien inicialmente se le atribuyó el secuestro. Pero, que en ese tipo de trabajos le correspondía a Young y era imposible que algo así se planeara sin que lo supiera.
Nunca supo cómo había arreglado todo con Sergey, la mano maestra que sacó a Maissa de Londres ayudado por Alessia, quien lo hizo con la esperanza de quedar en libertad para formar un hogar con Jedrek.
—Necesito de algo fuerte—comenta inspirando fuerte.
Quince minutos después y luego de hacer una llamada que solo duró dos minutos, recibe otra de vuelta con una información que ayudaría a Noah.
O le destruiría.
—Habib Levenev, era hijo de Dimitri, sobrino de Vladímir...
—El que abuso de Amelia, su prima, en dos ocasiones y fue ejecutado por ello —recuerda y el hombre asiente.
Noah era hijo de ese bastardo, quien tras matar al esposo se llevó a la mujer que le gustó y a quien, tras ver en un centro comercial, la siguió y asaltó. Se cree estuvo retenida por más de un año allí y fue liberada quizás tras la muerte del hombre a manos de Rogers.
Así las cosas Noah no tenía 38 años como decían los registros... Si no 42, los mismos que él. Mira al hombre y por primera vez no se siente sorprendido, por lo que acaba de averiguar... Solo con una llamada y le sonríe.
—Dimitri figuraba como dueño del complejo Levenev, al morir verificaron el único heredero había muerto y solo vivía Vladímir. Por lo que todo pasó a sus manos. —Angelo afirma sin conocer de lo que habla y el hombre le sonríe — ¿NO sabes que es el complejo Levenev? —niega y su acompañante sigue —Todo el dinero legal que tienen, estamos hablando de la tercera parte en dinero, de mi empresa.
La revelación lo deja sin palabras y no porque su amigo pudiera ser Billonario. Estaba seguro, Noah no querría un dólar de ello, pero esos imbéciles no pensarían lo mismo. La única manera de eliminar amenazas es con la muerte, solo así estarían tranquilos.
Kurn sigue diciendo que el conflicto se remontaría décadas atrás. Dimitri era, en aquella época, lo que hoy William Ivannov con Angelo y muchos, es decir, el que le blanqueaba el dinero a su cuñado, pero era poseedor de una gran parte de este.
—No retiraba regalías, no pedía dádivas... Dimitri invertía y esa inversión con los años se triplicó. Quedaba todo en familia y en sí, podía invertir o hacer lo que mejor le parecía con su dinero...—hace una pausa levantándose y pidiéndole seguirle —imagina que, al morir un tuyo cuñado, recibes la noticia que eres billonario y años después... tus hijos, saben que hay un heredero ¿Qué hacer? Ese dinero es lo que les permite esa vida hoy día.
La vida de Noah y Jaz corren peligro, su amigo por ser quien es y su futura esposa por el bebé que crece en su vientre. El resto del viaje lo hacen con Kurn y él haciendo las teorías sobre el por qué Sergey ayudó a Xen, ambos tenían motivos monetarios que ocultar. Lo sucedido con Sasha estaba ligado a todo, pero Tomasevic y él no lograron conectarlo.
Detienen el viaje en un club nocturno solitario y ambos se sientan en la barra. Nadie llegará a ese lugar a juzgar por como el dueño cierra las puertas y gira el letrero de "Cerrado". Las dimensiones del poder que tiene Kurn son tan extensas que no hay un comienzo y un final.
—A mi edad, mi único interés en tomar en brazos a mis nietos, caminar sin que se salga un gas o que mi erección dure lo suficiente para satisfacer a mi mujer. —ambos sonríen ante eso y Kurn le ve antes de seguir alzando el vaso whisky hacia Angelo con una media sonrisa. —lo que voy a decirte lo hago bajo mi experiencia, he estado en los dos lados de la moneda. No tienes que seguir mis consejos, solo observa lo que ha sido mi vida y espero al final de la reflexión pueda este viejo serte de utilidad. Deja todo y no mires atrás, tienes un hijo por el que luchar y probablemente el mismo tiempo vivido por delante. Yo me encargo de todo...
La diferencia de obedecerle a él y no a los demás, era que su palabra era ley. Jamás dejaba una promesa sin cumplir, por lo que decidió aceptarla.
Al embarcarse en el vuelo de vuelta se lo prometió así mismo. Sabía que no iba a vivir para siempre, pero mientras estuviera aquí, lo haría según sus leyes. No pensaba lamentarse por lo que pudo ser y no fue, ni preocuparse por el tiempo que quedaba. Amaría la vida como lo hizo hasta hoy.
El resto se lo dejaba a los años...
Fin del flashback
Con la muerte tan evidente y dos únicos arrepentimientos de lo que dejó de hacer: no decir a su hijo te amo o quizás sí lo hizo debió demostrarlo un pocas, lo otro era no decir te amo a Sasha... Debía aclarar que no era que la amara (aunque si sentía cosas fuertes por ella), su arrepentimiento era más por no llegar a hacerlo de la manera en que ella lo merecía.
Angelo solo seguía recreando en su mente su última visita, aquella realizada a Kurn Tomasevic. No veía su vida pasar por su mente o los temores de ir al infierno, el que de existir tenía ganado. Mientras el fuego se propagaba rápidamente, que el sitio fuera viejo ayudaba en gran medida a su propagación.
El inclemente calor le obligan a estar en mitad de la improvisada celda. Ya ha constatado varios detalles como que, los barrotes están adquiriendo temperaturas elevadas, también que es cerradura y no candado, por último y bien planeado, todo era en metal.
El dolor de cabeza acrecienta, la pesadez en su cuerpo unido a la visión borrosa. Mira a su alrededor y hacia arriba en búsqueda de un sitio por donde escabullirse, muy a sabiendas de que no va a existir. Al tiempo que intenta controlar los síntomas que empieza a verse por exponerse al fuego y humo. Sus ojos se mantienen alertar mientras decide lanzarse al piso, tras volver el aire a sus pulmones descubre que se ha rendido demasiado pronto.
Con la imagen de Anker en su mente y su pequeño rostro lleno de llanto al rogarle no volver, se incorpora. Lo único que tiene es una camilla y se dirige a ella, retira partes de la cobija blanca cubriéndose con ella la nariz.
Se hace a una de las barrillas de la cama dirigiéndose hacia los barrotes. El sudor cubría su rostro y cuerpo, sus intentos por abrir los barrotes eran inútiles, pero era eso o rendirse. Tomaba impulso y lanzaba golpes justo a la zona de la cerradura, si el sitio era viejo estás también. Con esa idea fija en su mente y la firme intención de no rendirse sigue.
De vez en cuando se distraía al ver las llamas cada vez más cerca de los tanques de combustibles, estos estaban al final de la bodega y el fuego inició detrás de él. Bastaba solo una chispa para que el sitio hiciera explosión y no quería eso.
Escucha las ráfagas de fusil en medio del ruido del fuego, propagarse, las voces hacen eco dentro de la bodega en llamas, se detiene un instante. Hay alguien allá afuera arriesgando su vida por él y eso le anima a seguir golpeando la cerradura. El intercambio de disparo y las órdenes son traídos por el viento, ese que está propagando el fuego a zona peligrosa.
Decide ignorar el fuego, los fusiles, las balas, su piel ardiendo o el amarillo brillante del fuego que lanzaba ráfagas hacía los barrotes. Se concentra en su labor y solo cuando escucha el "crack" la reja abrirse se detiene.
—En adelante voy a portarme bien, si este es el infierno no quiero ir allí —la voz de Estanislav la escucha antes de ver su humanidad cruzar el humo —por lo menos estas en pie.
Pero no dura mucho, porque todo a su alrededor se derrumba, el impacto contra el suelo le llega junto con una maldición seguida de otra.
(...)
Cuando abre los ojos tiene la certeza está en sitio seguro, esas paredes si las recuerda. La imagen que tiene frente a él de un Jesús tocando la guitarra fue pegada por él, hace más de quince años. Sus manos están vendadas y parte de su dorso, pero la certeza que está en sitio seguro le tranquilizan.
—Lamento no creerte, pero jamás que podrían hacer algo así—la voz del tío William lo hace buscarlo y lo encuentra sentado en un costado viéndole divertido. —eres el tipo de las mil vidas.
—¿Me salvaste? —le pregunta simplemente.
—Lo intenté, pero tus hermanos llegaron primero... los treinta —corrige y Angelo sonríe.
—¿Te agrada tener la razón sobre ellos?
No. Le agrada saber que existía en ellos lo que insistió en crear en torno a todos, eran palabras sencillas cargadas de un significado para él.
—¿Anker?
—Sabe que estás bien y que irás por él en unos días... le prometí que así seria.
En silencio y con la imagen del Jesús rockero escucha que Xen murió en el intercambio de disparos. La sorpresa se la llevó al saber que los enfrentamientos iniciaron entre los hombres de Young y los de Xen, se cree que al salir de la bodega. Esta acción no le quita la falta, pero disminuye el castigo y conserva el puesto con algo de deshonra.
Estaría vivo y para algunos es mejor eso que cualquier muerte con honores.
—Los hombres de este ayudaron a repeler el fuego a los tuyos. Recibí un mensaje junto con coordenadas de tu paradero... — sigue diciendo—solo soy protagonista en traerte aquí ¿Qué has hecho de este sitio exactamente?
—Una isla, no creo que necesites más explicación que esa—su tío sonríe incorporándose rápidamente al ver que él está a punto de hacerlo.
—Parece un pueblo chico...
—Un paraíso para aquellos que no desean contacto con el mundo exterior.
Aquella isla perteneciente a ese pedófilo que se "suicidó" en prisión, la misma que le dieron como pago y la que hasta el día de hoy es la casa de sus hombres. Cuenta con todo lo necesario para subsistir, servicios básicos en las viviendas, tiendas, almacenes y hasta un bar. Lo único que debes hacer para seguir en ella es no cometer delitos o serás expulsado.
No vivirás para decir, estuviste allí.
A lo largo de su vida como Hermes, se encontró con personas a las que no supo en donde dejar, pues su vida peligraría en cualquier sitio. No recuerda cómo empezó a dejar allí a personas allí de forma provisional, pero tras pasado el riesgo las mismas no querían irse y él descubrió que salir de allí les daría una ubicación en el mapa.
—Míralo como un sitio de retiro espiritual, pero eterno. —explica simplemente al mirar su antigua habitación. —¿Qué te preocupa?
—¿Has visto noticias? —últimamente respira por inercia, piensa divertido —Gino Doyle fue baleado por desconocidos y en este punto pienso solo en Sergey por negarse a sus cuidados.
Él exigió el retiro de los hombres de Sergey, Angelo no hacia esos trabajos, pero tiene una deuda de gratitud con el tío del seudo ángel.
—¿Qué tan delicado es?
—La prensa no precisa, pero sus sedes han sido atacadas... ¿Podrías antes de irte del todo...?
—Puedo —le interrumpe y su amigo sonríe asintiendo.
—En ese caso debes pasar por los Russo, son ellos quienes pidieron tu ayuda. —afirma en silencio sin hacer comentarios.
Se había acabado y contrario a lo que creyó no se sentía aliviado. Sus hombres habían cobrado la deuda de honor tal cual lo prometieron, Xen y sus hombres murieron como lo que fueron. Aún había que narrar a Noah lo que averiguó y dejar en libertad a aquellos que lo quisieran. Muchos se quedarían en ese lugar, sin importar a lo que se dedicaran.
—¿Quieres llamar a alguien? —le pregunta mostrando el móvil y niega luego de pensarlo mucho —¿Seguro?
—Anker sabe que estoy bien—le recuerda y asiente —que estaré de vuelta para siempre y ella... Merece a alguien mejor que yo.
—Si la quieres, ten huevos Vryzas y sé ese alguien— sin decir una palabra más se levanta dejando solo curando sus heridas, no las del cuerpo...
Las del alma.
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