Tormenta y despertar

—Kacchan, esto no puede seguir, creo que lo mejor seria terminar—

Midoriya Izuku de 48 años de edad y reconocido doctor de la aldea  trataba de terminar con su pareja, un espíritu con eternos 18 años.

—¿Acaso ya no me amas?—Repondio Katsuki.

—Claro que te amo—.

—¿Es esa mierda de la edad otra vez?—.

—¿¡Es que no lo ves?! ¡Mírame! Soy un viejo, no quiero causarte problemas—.

—Deku...—

—Las cosas ahora están bien, pero ¿Qué harás cuando mi vista y mi voz se hayan ido? ¿Cuando ya no pueda ni reconocerte? ¿Qué harás cuando ya ni siquiera pueda moverme? ¿Cuando yo muera?—.

Katsuki guardo silencio, se acercó a paso firme a su amante, tomó su rostro entre sus manos y disipó cada una de sus preocupaciones.

—Aunque no me veas ni me oigas podrás sentirme, si un día despiertas y no sabes quién soy te enamorare todos los días de ser necesario, cuando ya no puedas moverte yo seré tus piernas y cuando llegue tu hora de partir sostendré tu mano hasta el final—.
.
.
.

Aizawa Shota salió temprano por la mañana de la casa de campo que compartía con Toshinori Yagi, se dirigía a un viejo hostal al pie de la montaña Hakurei, dicho negocio era propiedad de Yagi y debido a la enfermedad del rubio era el propio Aizawa quien debía ir y verificar el buen funcionamiento del lugar, Aizawa creía que el sitio estaba en buenas manos, después de todo el joven Tsunagu Hakamata era un gran administrador, independientemente de su actitud y apariencia un tanto excéntrica.

Y lo cierto era que Aizawa prefería mil veces esa vida antes que atender sus ocupaciones en el cielo, el pobre hombre estaba harto de correr de un lado a otro detrás de deidades inactivas y poderosas, todo empeoró una vez que Yagi tomó sus vacaciones, lo peor del caso era cuando debía supervisar alguna reunión entre dioses, Aizawa las odiaba.

—"Bien, compañeros necesitamos ideas para reducir el incremento de humanos malvados en el mundo, a este paso, el infierno tendrá energía de reserva por eones y nosotros no tendremos almas para regular ¿Alguna propuesta?—Con múltiples papeles en mano Aizawa esperaba una respuesta positiva, pero solo dos deidades levantaron la mano—Tlaloc, Poseidón si llegan a decir la palabra diluvio otra vez...—Aizawa no termino de hablar, ambos dioses bajaron la mano.

—Aizawa mejor discutamos eso después de una gran fiesta, el gran jefe ahora no está—Grito Zeus con mucho entusiasmo.

Ante la mención de la palabra fiesta, Hades contuvo la risa y comenzó a darle codazos mal disimulados a Tezcatlipoca, el cual comenzó a reírse al ver el rostro de vergüenza del pobre Quetzalcóatl, quien solo se encogió en su sitio.

Aizawa suspiró con mucho fastidio, dentro de poco tendría que volver a lidiar con situaciones así.

Al mismo tiempo en el hostal, Izuku estaba por salirse de sus casillas, todo comenzó a primera hora de la mañana, después de pedir un pequeño servicio a la habitación Izuku se encargó de preparar la mesa del desayuno para que él y Kacchan pudieran comer apaciblemente, pero no estaba dando resultados, el rubio había tomado su plato y se había alejado lo más posible de él, Izuku ya no lo soportaba mas, la tristeza mezclada con la frustración estaban haciendo mella en sus sentimientos.

—Kacchan, hablemos...—.

Katsuki lo ignoro y siguio comiendo.

—Ya no lo soporto ¿¡Por qué te comportas así!? ¿¡Es que acaso te hice algo!?—.

Katsuki no le respondía, seguía dándole la espalda, aunque por dentro se moria por darle a Izuku todas las explicaciones que quería, pero ¿Que podía decirle? su propia ineptitud y vergüenza habían empeorado las cosas, en su desesperación lo había complicado todo sin quererlo y ahora estaba mortificando a Izuku con un problema que no le correspondía, dolía mucho, recordar a detalle un intenso romance, estar enamorado profundamente de alguien que no te recuerda y hacer que esa persona sufra por ello, ambos la estaban pasando mal.

—¡Kacchan, habla por favor!—.

—¡Déjame!—Bakugou no dijo nada mas, salió de ahí dando un portazo, ambos estaban en su limite, Katsuki solo quería alejarse y despejar su mente un rato, tenía que poner en orden todas sus prioridades.

—¿Que haces aquí Bakugou?—Una voz cargada de pereza lo interceptó apenas terminó de bajar las escaleras, su líder y mentor lo miraba con desaprobación, era obvio que el moreno no esperaba que Katsuki hubiera bajado a la tierra también.

—Solo estoy de vacaciones, creí que tenía derecho a ellas—Katsuki mirába los ojos de Aizawa.

—¿Recuerdas que mentir está prohibido, verdad?—Bakugou no dijo nada, fijo su vista en el suelo tal como si fuera un niño al que están reprendiendo.

El joven rubio se vio arrastrado hasta el jardín de aquel viejo hostal en donde fue forzado a revelar todos y cada uno de sus motivos, omitiendo, claro está, los detalles vergonzosos de su estancia en la tierra, muy para su desgracia Aizawa no fue condescendiente con él y Katsuki fue severamente regañado.

—Te precipitaste—.

—Dime algo que no sepa—.

—Mentir y ocultar la verdad jamás acarrea nada bueno, ese silencio que insistes en prolongar le está haciendo daño a su ya dañada relación, tu mismo estás levantando un muro que les impedirá a ambos acercarse—.

—Si tan solo el pudiera recordarme...—.

—El te recuerda, o al menos su alma lo hace ¿Crees que fue casualidad que Midoriya se convirtiera en tu tutor? El te pidió específicamente en cuanto te vio, puede que no te reconozca pero sus sentimientos siguen allí, al fin y al cabo un lazo como ese es muy difícil de romper...—La nostalgia era visible en los ojos de Aizawa así como la sensación de estar hablando con experiencia de por medio—Recuerda que ahora Midoriya es solo un humano, no puedes exigirle demasiado—Despues de esas palabras hubo silencio, Aizawa no podía hacer mucho en esos momentos, y de verdad esperaba que Katsuki comprendiera sus palabras—Pero, la eleccion no es de nadie más que tuya, debo irme deje solo a Toshinori y ya he perdido mucho tiempo contigo, además aún debo arreglar algunas cosas con el administrador del lugar—.

Katsuki lo vio marcharse arrastrando los pies con pereza, pero el no se movió del sitio, el jardín era amplio y sus numerosas plantas y flores relajaban la vista, era sin dudas, un lugar precioso, el viento fresco revolvía su cabello y traia consigo un aroma de nostalgia, el olor del bosque que llegaba hasta él le parecía bastante familiar, cerró los ojos un instante y sin quererlo se quedó dormido.

Cerca de allí en la habitación que habían reservado, Izuku estaba tirado boca abajo en la cama, su pecho y su garganta ardían, las evasivas de Katsuki le generaban una terrible sensación de abandono que no era capaz de explicar, sabía que Katsuki volvería en cualquier momento, pero el ya estaba harto de las situaciones incomodas, salió de la habitación con intención de explorar un poco pero justo en la recepción se encontró con un hombre de aspecto sombrío.

—No te ves bien muchacho—Aquel hombre de largos cabellos negros y aspecto de no haber dormido en días le había hablado de la nada.

—No es nada señor, es solo que estoy un poco estresado—Izuku no quería ser grosero, solo queria terminar esa conversación y tratar de relajarse un poco.

—Algo que siempre me ayuda con esas situaciones son las largas caminatas por el bosque, estás de suerte jovencito, este lugar es perfecto para una larga caminata—.

—Lo dudo mucho señor, la verdad no conozco el sitio y con todo respeto es un poco imprudente hacer ese tipo de recomendaciones a un recien llegado—En esos momentos Izuku no tenía la mejor de las disposiciones.

—Cierto, me disculpo... Aún así en caso de que quieras tomar mi consejo, en la barra de recepción hay mapas y panfletos—.

—Señor Aizawa, ya tengo el papeleo que me pidió...—El administrador se acercaba por el pasillo e Izuku lo tomo como una señal para retirarse.

—Con su permiso...—Ambos adultos respondieron al joven y cada quien se retiró del pasillo.

Izuku quedó un rato en la recepción, dudando entre sí hacerle caso o no a aquel misterioso hombre, terminó por volver a su habitación, le tomó 30 minutos preparar todo para una pequeña excursión y sin avisarle a nadie salió del lugar.

La sincronización entre Izuku y Katsuki era bastante curiosa, mientras uno se adentraba más y más en el bosque el otro era despertado de su pequeña siesta.

—Muchacho te dará un resfriado si te duermes aquí afuera—El gerente movía suavemente a Katsuki.

Katsuki no respondió, dormido o despierto no dejaba de pensar en su situación, si tan solo pudiera ser más honesto tal vez todo este enredo tendría un final feliz, pero terco como era solo lograba empeorarlo todo, sin pronunciar palabra se levantó y fue en busca de Deku, provocando molestia en el gerente ante los nulos modales de su huésped.

Encontrar la habitación vacía no le sorprendió en lo absoluto, supuso que tal vez Izuku estaría fuera por un par de horas, el colmo fue cuando el reloj dio las cuatro en punto e Izuku no volvía, con los nervios de punta, salió corriendo a la recepción.

—¡Hey viejo! ¿Sabes dónde está Deku?—Katsuki se dirigió al gerente a gritos y sin ninguna cortesía.

—Si se refiere al joven que vino con usted salió hace un par de horas y le voy a pedir que mientras esté en este lugar tenga cuidado con sus moda...—.

—¡Como sea! ¡Mierda! ¿¡Sabe a dónde fue !?—A Katsuki no podían importarle menos las peticiones de ese tipo.

—Lo desconozco y le voy a repetir que...—Hakamata dejó su frase a medias, Katsuki salió corriendo de allí llevándose toda su paciencia, provocando que el pobre administrador gritase su primera palabrota en mucho tiempo.

A pocos metros del lugar y alejándose rápidamente, Katsuki corría en dirección a la entrada del bosque, de mala gana se detuvo de golpe al llegar, no tenía idea de dónde podría estar Deku, incapaz de quedarse quieto comenzó a andar en línea recta, memorizando el sendero para poder regresar, pero Bakugou no sentía la necesidad de hacer eso, ese bosque le era tan familiar que sentía que podía recorrerlo con los ojos cerrados.

—"No puede ser"—El corazón de Katsuki se aceleró y sus manos comenzaron a temblar, Bakugou sabía exactamente en donde estaba y creía saber en dónde estaba Izuku también.

El norte, cuando vivió como espíritu en esa dirección se encontraba su hogar, aquel diminuto lago rodeado por una muralla de árboles, el pensar que después de todo ese tiempo Izuku había ido a parar precisamente a ese lugar le parecía hasta irónico, llegar hasta allí le había resultado más difícil que antaño, troncos caídos y muchísima maleza le complicaban un poco el camino, pero estaba cada vez más cerca, podía sentirlo.

Con el corazón a punto de salirse de su pecho llegó a la entrada del que fuera su hogar, un arbol que el mismo había ahuecado logrando hacer una rústica entrada, espesos arbustos servían de camuflaje y era imposible verla a simple vista, eso último desánimo un poco a Katsuki, tal vez Deku no estaba ahí, respiro profundamente y se zambulló en las hojas, lo primero que vio al cruzar fue el lago, inmóvil y sereno, durante algunos instantes quedó embelesado, el lugar estaba tan bello como lo recordaba, ni siquiera había maleza, era como si el tiempo se hubiera detenido en ese lugar.

Un sollozo familiar captó su atención, Katsuki no tuvo que preguntarse a quien pertenecía le bastó girar la cabeza para saberlo, ahí estaba el tonto que había ido a buscar, Izuku estaba llorando sin control mientras abrazaba el que anteriormente fue su cuerpo ahora convertido en una simple piedra, Deku no tenía ni idea de que si cavaba en el montículo frente a la roca encontraría su anterior cuerpo.

—Deku ¿Que sucede, por qué lloras?—Katsuki sabía que no era el momento para gritos ni reproches, simplemente llegó hasta Izuku y lo abrazo por la espalda.

—No lo sé...—Izuku hacia lo posible por hablar pero su llanto lo dificultaba—Cuando llegue a este bosque, sentí que ya lo conocía y mis pasos me guiaron aquí, siento como si hubiese vuelto a casa pero también siento una inmensa tristeza... Y mucha soledad...—.

—Nunca cambias, siempre mortificandote por problemas de otros...—.

—¿¡De qué rayos hablas!? ¡No es lo único! ¡¿Sabes cuan triste he estado por culpa tuya?!—.

Katsuki no podía refutar nada, todo era verdad, Deku no había hecho nada malo, el único cretino habia sido él, se suponía que era su ángel de la guarda y solo le provocaba disgustos.

—Yo... Lo siento...—Katsuki se disculpó sinceramente mientras abrazaba a Deku con más fuerza—.

—¿Vas a decirme por qué me evitabas?—Pregunto Izuku soltando por fin la roca.

Katsuki no quería contestar, pero las palabras de Aizawa aparecieron en su mente, sabía que debía confesarse y ser honesto, si el hombre que fue hace siglos lo viera ahora, seguramente lo golpearía.

—Estaba celoso...—.

—¿Celoso? ¿De quien? ¿Todoroki-kun?—Si no mal recordaba desde la visita de Todoroki, Katsuki había comenzado su hostilidad—Kacchan, no te preocupes, eres una persona valiosa e irremplazable para mí, yo...—.

—Basta, no es necesario que lo digas ...—Katsuki era consciente de que Deku aún no comprendía lo que sentía por él, había decidido no tratar de apresurar las cosas y dejar que Deku descubriera sus sentimientos a su propio ritmo.

Con las paces hechas ambos disfrutaron de su corta estancia en el hostal, Izuku compro algunos recuerdos para sus padres y Katsuki le llevaba algunos presentes a Kirisihima y Kaminari, para alegría de estos últimos quienes no habían dejado de espiarlos desde que Katsuki llegó a la tierra, la vida de ambos era su telenovela.

La tarde del domingo ambos jóvenes abandonaron el sitio, muy a su pesar Izuku tenía escuela al día siguiente y no podía descuidarla, esa noche ambos se fueron a dormir con una sonrisa en sus rostros.

Katsuki se levantó a primera hora del lunes, quería preparar el desayuno de Izuku y poder despedirlo apropiadamente antes de que se fuera a la escuela, tal como lo hacía cuando ambos eran amantes.

—No olvides tu almuerzo jodido nerd—Aunque las despedidas de Katsuki distaban de ser las de una esposa amorosa.

—Lo tengo conmigo Kacchan—Con todo y el mal humor de Kacchan Izuku no podía evitar estar feliz—Volveré por la tarde, nos vemos—Tomando desprevenido a Katsuki, Izuku le dio un sencillo beso en la mejilla, el rostro de Katsuki inmediatamente explotó en un rojo intenso mientras que Deku se fue tranquilo a la escuela, ese beso se había sentido tan natural que fue incapaz de sentir vergüenza.
.
.
.
.
.
.

Tsunagu Hakamata= Best Jeanist (Por si no sabían)

Referencias:

Tezcatlipoca/Quetzalcoatl

Tezcatlipoca enviaba hambre, pestilencias, epidemias y enfermedad. Es un dios embustero y tramposo, que alguna vez, cuando Quetzalcoatl cayó enfermo, Tezcatlipoca se apareció como mago y le ofreció una bebida milagrosa, el pulque “bebida de la inmortalidad” Tezcatlipoca le dijo: “me lo agradecerás” Quetzalcoatl lo bebe, se emborracha y viola a su hermana. Ya sobrio se arrepiente y avergüenza y abandona su imperio.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top