Tan sutil como una explosion
—Déjenme presentarlos, Kacchan, el es Todoroki Shoto, un viejo amigo mío, acaba de llegar de Europa y paso a verme a la escuela, Todoroki-kun el es Bakugou Katsuki, el es... Pues, un buen amigo que hice recientemente, se está quedando conmigo mientras encuentra otro sitio—.
¿Viejo amigo? ¡Y una mierda! Todoroki e Izuku no cruzaron palabra alguna ni cuando estaban en el cielo y Shoto dejó de ir después del incidente que le dejo la cicatriz, por pura lógica era imposible que de un día para otro el inútil de Deku llegará con un "nuevo" viejo amigo, a Katsuki no le costó ningún trabajo descubrir que los recuerdos de Izuku estaban alterados.
—Mucho gusto Bakugou-san—Todoroki se levantó de su asiento y extendió su mano derecha para saludarlo, sin más opción Katsuki respondió el cordial saludo, no fue ninguna sorpresa para Shoto el exceso de fuerza que sintió en aquel sencillo apretón de manos, pero, curiosamente no sentía odio alguno que emanara de Katsuki, el rubio solo estaba dando una advertencia, a Shoto le causó algo de gracia el Katsuki que el recordaba era un chiquillo que no solía dar avisos ni advertencias.
Ellos nunca fueron amigos ni nada parecido, las pocas veces que Katsuki llegó a ver a Shoto este siempre se hayaba en compañía de su madre y Katsuki estaba demasiado ocupado buscando a su persona especial como para que quisiera acercarse a él, aún así no había un alma en el cielo o el infierno que no conociera la peculiar historia de los padres de Shoto, algunos la contaban con burla, otros con extrañeza y unos pocos con una mezcla de ambos, lo único que permanecía como un secreto era el motivo del cese de sus visitas, aunque claro, Katsuki era una de esas pocas excepciones, por el simple hecho de, por casualidad, haber estado en el lugar y hora convenientes.
Katsuki mientras tanto estaba a la defensiva y eso no le gustaba, desconocía hasta que punto las memorias de Izuku habían sido alteradas, no podía darse el lujo de caminar a ciegas por un campo minado, los demonios eran maliciosos por naturaleza, un paso en falso y podría terminar siendo repudiado por Izuku, desenmascararlo directamente podría ser peligroso además de que desconocía muchas de las habilidades de Todoroki no podía darse el lujo de medir fuerzas con el así nada más, además no tenía ninguna seguridad de que el príncipe del inframundo hubiese subido solo, ni mucho menos desarmado, debía pensar principalmente en la seguridad de Izuku, así que debía idear una forma sutil para hacer que Izuku se alejara de el, pero para ello requeriría mucha paciencia.
—¡Deku, olfatealo!—Grito Katsuki señalando a Todoroki, esperaba que el ligero olor a azufre le diera una pista a Deku sobre su origen.
—¡Que!—Izuku por su parte no pudo evitar su sorpresa por semejante petición.
—¡¿Es que acaso no lo hueles?!—.
Todoroki, por su lado, comenzó a olisquear el aire.
—Algo se quema—Dijo Shoto, imperturbable como siempre.
—¡Mierda!—Con el calor del momento Katsuki olvidó que no había sacado la comida del horno.
Después de eso a Katsuki no le quedó de otra que volver a a hacer la cena, mientras tenía un ojo encima del bastardo de dos mitades, desde la cocina podía escuchar perfectamente las risillas tontas de Izuku provocadas por Todoroki y eso a Katsuki le dolía, Izuku nunca reía con el.
—¡Basta Todoroki-kun!—Una petición seguida de más risas.
La mano de Katsuki comenzó a temblar y lágrimas producto de la rabia que estaba sintiendo resbalaron por sus mejillas, tan ocupado estaba degollando un pescado que no se dio cuenta que Izuku entraba a la cocina en busca de un poco de té helado, a Todoroki no le gustaban las bebidas calientes.
—Kaccha...— El llamado de Izuku murió en su garganta al ver semejante expresión en Katsuki y una sensacion desagradable surgió en su pecho, provocándole también infinitas ganas de llorar, no dijo nada, Katsuki se veía especialmente molesto y triste, así que prefirió no decir nada y llevarse en silencio aquello que había ido a buscar.
En cuanto a Todoroki, se había quedado a solas en la sala y sabía a la perfección sobre el estado de ánimo de ambos chicos, lo que lo llevó a tener un monólogo interno.
—"Bakugou está triste y es por mi culpa... Aunque es divertido molestarlo, además solo son bromas inofensivas no pasará nada... Pero podría estar destruyendo una relación... Relación que terminaría en cualquier momento, los Ángeles no pueden bajar a la tierra por mucho tiempo...— Todoroki siguio así un rato, animando y regañandose así mismo, su lado angelical le permitía leer sin problemas las emociones humanas y su lado demoníaco le indicaba las debilidades de cada uno, jamás espero que molestar y herir a Katsuki sería tan divertido como deprimente.
—Disculpa la demora Todoroki-kun—Izuku llevaba una bandeja con te helado y una expresión triste en su rostro, ver a Kacchan de esa forma le partía el corazon—¿En qué nos quedamos—.
Un aura de tensión se cernía sobre el lugar e incluso Todoroki comenzaba a ponerse incómodo.
—Te decía que mañana visitaré a mi madre y me iré esa misma noche, trataré de que venga conmigo pero lo veo muy dificil—Todoroki no mentía quería estar junto a su madre, más que cualquier cosa en el mundo, pero con toda seguridad ella no lo recordaba.
Hablaron por horas de cosas vanales y sin importancia, la escuela, los amigos, Todoroki hacia gala de sus habilidades e inventaba historias que lo hacían quedar bien, Katsuki no había tardado en unirse a ellos en absoluto silencio, Shoto sentía a la perfección la tristeza y la rabia de Katsuki cuando al contar una historia especialmente heroica, los ojos de Izuku se habían iluminado por la admiración.
—"Maldita dualidad"—Era extraño como Todoroki era capaz de sentirse bien y mal al mismo tiempo.
—Hey, Deku—Katsuki ya se había hartado de ser paciente y decidió tocar un punto sensible—Preguntale como se hizo su cicatriz...—.
La culpa de Todoroki se había esfumado.
—¡Kacchan!—Izuku iba a replicarle pero...
—¡Buenas noches! ¡¿Hay alguien en casa?!—Una voz desconocida se escuchó en las afueras de la residencia Midoriya.
—¿Inasa? —Al ver que Todoroki había reconocido la voz que gritaba afuera Izuku no dudo y fue a abrir.
En el breve instante que se quedaron solos Bakugou y Todoroki ambos tuvieron una breve pero intensa pelea de miradas, Katsuki ya habia aguantado a Shoto por demasiado tiempo y usaba la forma de librarse de él, Todoroki por su lado ya se había aburrido de la situación y se había tardado lo suficiente tiempo como para que Inasa se tomase la molestia de ir a buscarlo, por lo que decidió que solo haría una broma más y luego se iría, pero esto no lo sabía Katsuki quien decidió jugarse su az bajo la manga, plan que se puso en marcha cuando vio a Deku entrar con Inasa.
—Oye Deku, anda pregúntale a este bastardo como se hizo su cicatriz—.
—Si Inasa cuentale—Molesto y veloz Shoto se levantó del sofá tomó a Katsuki del cuello de la camisa y se lo llevó arrastrando hasta la cocina, dando una mirada rápida a Inasa quien se veía confuso, confiaba en que Inasa comprendería y que inventaría alguna historia decente.
Izuku mientras tanto, solo pudo quedarse mudo, la historia de la cicatriz de Todoroki no le interesaba realmente, pero el modos en el que este último llevaba a Kacchan no le gustó en lo absoluto, trato de seguirlos pero la gran anatomía de Inasa se puso en medio impidiendo su avance.
—Asi que ahí estaba el prin... Quiero decir, Shoto, rodeado de 16 terroristas en un orfanato en llamas, en una mano cargaba una caja llena de gatitos y en la otra 8 huérfanos...— Y mientras hacía poses sacadas de una película de karate kid, Inasa comenzó su relato frente a Izuku, el cual comenzaba a mostrarse interesado.
Ajenos a la extraña escena, el ángel y el demonio trataban de negociar.
—No voy a prometer algo así, Bakugou—.
—¡Solo te estoy pidiendo que no regreses a la tierra durante el tiempo que te quede de vida!—.
—Ya te dije que mi madre se encuentra en la tierra, no puedo irme ahora—.
—Entonces aléjate de japon—.
—Tampoco puedo hacer eso—.
—La ciudad—.
—No ¿Por qué no simplemente me pides que deje en paz a TU humano? ¿Que es el para ti? ¿Un amigo, tu amante tal vez?—.
—¿Qué...? ¡El no es mi...!—.
—Los Ángeles no deben mentir Bakugou, mira te propongo un trato si tú me dices que es él para ti, yo, Todoroki Shoto, juro en el nombre de mi madre que ni yo ni ninguno de los demonios bajo mi cargo, se acercarán a este joven, ni en esta vida o las siguientes—Todoroki no tenía el más mínimo interés en Izuku o su alma, las almas puras no valían nada en el infierno y aquel jovencito era incorruptible, pero por haber puesto el dedo en la llaga, Shoto molestaría a Katsuki hasta el final de su visita.
Para Katsuki era una oferta tentadora sin dudas, su preocupación inicial se habría desvanecido e Izuku estaría a salvo, pero, a pesar de no parecerlo, sentía que había una trampa en algún lado, aun así aceptó.
—Bien... El es la persona que más amo en el mundo, la única persona por la que daría mi vida... ¿¡Feliz, jodído bastardo!?—A Katsuki le costaba mucho hablar sobre sus sentimientos y está no era la excepción.
—Bastante—Una sonrisa de burla en su rostro lo confirmaba, ver a ese angel altanero y orgulloso totalmente avergonzado frente a él era un deleite.
—Ahora largo—Dijo Katsuki en un gruñido bajo.
—Me iré ahora mismo, pero con una condición, jurame que jamás volverás a mencionar lo de mi cicatriz—Ahora era el turno de Katsuki para sonreir, ese breve instante no se le olvidará jamás.
Ocurrió el último día que Shoto visitó el cielo, Enji siempre se aseguraba de enviarlo presentable en esas ocaciones, bañarlo, peinarlo y vestirlo eran cosas comunes, pero todo debía ser hecho en el infierno, los demonios eran terriblemente alérgicos a varios elementos que se encontraban en el cielo, el agua bendita era el peor de todos ellos.
Podría decirse que Enji era un padre responsable hasta que un incubo llamado Hawks se plantó en la vida de Enji, en un momento de lujuria entre aquel par, Enji olvidó por completo a su hijo y lo envío con su madre sin asearlo, el pequeño Shoto llegó junto a la mujer apestando a azufre, olor natural de los demonios, ignorante a las alergias de su hijo la mujer trato de bañarlo y así ambos protagonizaron un momento que el pequeño Katsuki vio por accidente.
—Oh cariño, ser un demonio no quiere decir que debas oler como tal—Rei le hablaba dulcemente a su hijo mientras lo desvestía.
—¡Mamá, espera no...!—.
Shoto trataba de advertirle, pero su madre pensaba que solo eran las negativas de un niño que no quería bañarse, ella velaba por las mujeres con hijos, así que no creía que hubiera diferencia entre su hijo y los de los demás y con una sonrisa escuchaba sus pequeñas rabietas.
—¡Al agua!—.
—¡Mamá!—.
—¡Dios mío!—Grito Rei.
—¿Qué?—Respondio Yagi apareciendo en el lugar.
El caos estalló de tal forma que nadie se percató de un pequeño Cupido fuera de lugar, que nada tenía que estar haciendo allí.
A raiz de ese incidente Rei entro en depresión por la culpa e incapaz de ver a su hijo a la cara pidió el exilio, ahora es una simple mortal, negándose a volver al cielo continua su ciclo muriendo y reencarnando, guiada siempre por sus instintos a ayudar a niños indefensos o enfermos, Shoto por su parte, perdio a su único familiar en el cielo, por lo que ya no había una razón para que estuviese ahí y a partir de ese día la relación que tenía con su padre se quebró, para Todoroki era un mal recuerdo y odiaba que la gente lo mencionara.
—Bien olvidaré ese incidente ¡Pero largate ahora mismo!—.
—De acuerdo—Fue todo lo que dijo y se dio la vuelta para llevarse a Inasa y nunca volver pero...
—¡Todoroki-kun, no lo sabía, gracias a ti estamos vivos!—.
Quien sabe que tontería le habrá dicho Inasa, pero más tonto era Izuku, quien terminó por creerlo.
Izuku los acompaño a ambos hasta la puerta con Katsuki siguiéndolos de cerca, pero antes de que Shoto cruzara el umbral de dio la vuelta y apreso a Izuku en un fuerte abrazo, finalizando el momento con un beso en la mejilla.
—Costumbre europea—Dijo Todoroki y finalmente se marchó, sin notar en lo absoluto el aura de celos emanando de Inasa.
Katsuki mientras tanto cerro la puerta de tal forma que la casa tembló hasta sus cimientos y de inmediato se abalanzó sobre Deku tironenado su camiseta de intentando quitársela.
—¡Quítate esto, Deku de mierda! ¡Hay que quemarlo!—.
Izuku no entendía nada, pero el comportamiento salvaje de Katsuki comenzaba a asustarlo.
—¡Kacchan basta ya! ¡Déjame!—Izuku forcejeaba.
—¡Quítate esto, terminarás apestando a él!— Katsuki había pegado su nariz al cuello de Izuku, tratando de encontrar las partes donde el olor era más fuerte pero en un instante se vio atrapado en la nostalgia.
Deku no despedía ningún olor desagradable, todo lo contrario, sin darse cuenta ese olor trajo a su mente recuerdos de varios siglos atrás, la brisa fresca y con olor a flores del bosque donde solia vivir, la calidez de la mano de Izuku sobre la suya, en busca de ese calor inconscientemente su mano se metió bajo la camiseta de izuku, el aroma dulce de su aliento llegaba hasta su nariz y su rostro bajo con la intención de besarlo como acostumbraba hacerlo, pero no pudo hacerlo, Izuku volteo el rostro por acto reflejo y sus ojos se cerraron, Katsuki recupero la cordura y se levantó dejando libre a Izuku.
Su pecho ardía y su garganta se había cerrado en un nudo doloroso, estaba tan cerca de la persona que amaba y aún así no podía hacer nada, en silencio subió las escaleras y se encerró en su habitación, fue ahi en donde se dio cuenta de algo muy importante, desde su llegada hasta ese instante no había notado ni un poco de amor en los ojos de Izuku, había confirmado por fin que Izuku no le amaba y a pesar de que creía estar preparado para ello no pudo evitar llorar un poco.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top