Reglas son reglas

Seis meses, al pobre Aizawa le tomo seis meses de vacaciones comenzar a extrañar el cielo, pero solo le tomo un minuto ahí para extrañar nuevamente sus vacaciones, nada más poner un pie en el lugar comenzaron a llevarle quejas y reclamos, Hermes el mensajero oficial del cielo estaba en las últimas llendo y viniendo para dejar las incontables quejas, Tlaloc estaba furioso, los jinetes lo habían despertado en mitad de la noche para que limpiara la sangre que quedó después de hacerla llover, el conejo de la luna estaba igual  y exigía una indemnización, los meteoritos de Mina habían caído justo encima de su fábrica de medicina y habían lesionado a varios de sus trabajadores, Tepeyolotl también estaba molesto, ahora tenía que reacomodar las placas tectónicas y Poseidón... ¿Hace falta decirlo?

Como intermediario que era, él en persona tenía que recibir y llevar las quejas hasta Dios para que éste último hiciera su trabajo, mientras caminaba hasta la oficina saboreaba en silencio los posibles castigos que le daría a Bakugou Katsuki una vez regresara.

Mientras que en el cielo poco a poco todo volvía a la normalidad, en la residencia Midoriya todo adquiría un tinte de fantasía e irrealidad, los días tensos se habían acabado, en su lugar el romance y la pasión hacían gala de su presencia, ambos jóvenes parecían querer recuperar el tiempo perdido, Katsuki aún no le decía nada a Izuku, quien parecía haber olvidado que aquel ángel tendría que irse algún dia, lo cierto era que Izuku no lo había olvidado sabía muy bien cuando se suponía que tendría que marcharse, pero prefería guardar silencio, quería creer que si no decía nada ese momento tardaría más en llegar.

Katsuki también estaba tenso, jamás había hecho algo así, ni el mismo sabía que le ocurría a los Ángeles que desobedecian las reglas,  lo único que sabía era que no quería separarse de Izuku, no ahora que por fin había recuperado su amor otra vez, no volvería, se quedaría a su lado para verlo despertar cada día y ser lo último que viera antes de irse a dormir, solo le quedaban tres días pero no estaba preocupado o eso quería pensar.

En un instante pasaron los tres días y Bakugou no dio señales de regresar, eso en definitiva preocupo a Aizawa, pero dicha preocupación fue reemplazado con más ira al ver que era una descicion tomada por el propio Katsuki.

—Ashido, lleva esto al departamento de recolectores y no tardes—Ordeno Aizawa a la joven jinete quien se encontraba ayudando con el papeleo.

No era difícil suponer que enviarían a alguien para recoger a Katsuki, a la fuerza si era necesario.

En su camino se encontró con Kirishima y Kaminari a quien no dudo en hacerles saber lo sucedido, provocando que ambos jóvenes corrieran de prisa rumbo a la oficina de Aizawa en busca de detener lo inevitable.

—¡Aizawa-san! ¡Por favor no haga que Bakugou y Midoriya se separen, se lo ruego!—Grito Kirishima siendo secundado por Kaminari.

—Reglas son reglas, niños, su tiempo de vacaciones ha expirado, Dios da demasiadas libertades a sus hijos y aún así Bakugou se atreve a a abusar de esas libertades, es inaceptable—Sentencio Aizawa.

—Entonces por favor, tome mi tiempo de vacaciones, de este siglo y el que viene, permitale quedarse hasta que Midoriya tenga que volver—Kirishima se arrodilló frente al escritorio de Aizawa pegando su frente al piso, Denki imitó sus acciones e hizo el mismo ofrecimiento.

—Yo también renunciare a mis vacaciones, haré horas extras si quiere, le atinare los rayos a Mineta, pero por favor no lo haga volver—.

No es que alguno de los dos tuviera algo contra Bakugou y no lo quisiera en el cielo, era simplemente que desde que lo habían visto entrar en contacto con Midoriya, el rubio parecía realmente feliz,  la separación forzada de dos enamorados traía como consecuencia apatía, frialdad y mucho dolor, aún si Midoriya tenía que volver al cielo algún día, no querían ver a Bakugou cargar durante décadas con la tristeza.

—No—La repuesta de Aizawa fue tajante—Ademas tiene que volver para recibir una reprimenda adecuada por sus travesuras—Aizawa sonaba más como una madre enojada con su retoño que como la mano derecha de Dios—Es culpable de pecados pequeños y graves, como hostilidad innecesaria con el príncipe del inframundo, mentir en su formato de vacaciones, mentirle a los humanos y después darles información que ellos no debían conocer todavia y provocar que los cuatro jinetes del Apocalipsis...—.

—Pero...—Intento hablar Kirishima.

—...Casi destruyeran la tierra, es directamente culpable también de la ira de diferentes deidades, debe volver aquí para ayudar en la reconstrucción de todo lo que se rompió y dar las adecuadas disculpas, en otras circunstancias aceptaría sus ofrecimientos, pero dejar que Bakugou se salga con la suya sería solamente malcriarlo—.

Un delicado toque en la puerta hizo que voltearan a la puerta, la cabeza de Mina se asomaba, con un gesto de incomodidad por interrumpirlos dijo:

—Los recolectores, Chisaki y Mirio de la facción de Azrael ya han partido—Mina estaba tensa, sabía que ese par no se llevaba bien.

—Entendido, vuelve a tus ocupaciones, en cuanto a ustedes...—Las palabras murieron en su garganta, ni Kirishima ni Kaminari se encontraban allí.

Mientras tanto en la tierra, Bakugou estaba inquieto, sentía que una de las puertas del cielo se había abierto cerca de él, trato de restarle importancia, después de todo los recolectores trabajan día y noche y no sería raro llegar a a cruzarse con alguno de ellos, preparaba la cena mientras Deku tomaba un baño.

La presencia de dos recolectores llegando al parque cercano le hizo entrar en alerta, sin decir nada, salió de la casa dejando una nota tras de sí, no tenía ninguna duda esos tipos venían a buscarlo a él, eran Ángeles que recolectaban almas para llevarlas al cielo y Katsuki sabía que nadie en las cercanías estaba próximo a morir, con toda seguridad Aizawa los había mandado, con ayuda de sus alas no le tomo demasiado llegar al encuentro de aquellos individuos, quienes le mostraron una cuerda de captura apenas lo vieron llegar, pero desgraciadamente Katsuki no les iba a dejar las cosas fáciles.

En otra parte, Deku salía tranquilamente de la regadera con tan solo una toalla en la cintura, había adquirido el extraño hábito de observar las marcas que Katsuki le dejaba en el cuerpo después del sexo, estaba por quitarse lo único que lo cubría cuando sorpresivamente algo atravesó su techo dejándole un enorme hueco que reparar, entre los escombros y la madera rota Izuku vio claramente que un ángel de cabello rojo y enormes alas había caído de cara en su piso.

—¡¿Bro, estás bien!?—Otro angel, pero está vez uno rubio, entraba por el hueco abierto del techo.

—Si, estoy bien, soy muy duro...¡Mierda, Bakugou!—Grito Kirishima apenas recordó lo que estaba haciendo, ambos Ángeles corrieron escaleras abajo, ignorando a Izuku, aparentemente sin darse cuenta—¡No está!—.

—¡¿Llegamos tarde!?—Grito Denki en pánico.

—Dis-disculpen ¿Son amigos de Kacchan?—Izuku quien se había puesto lo primero que encontró se armó de valor para preguntar.

Antes de que alguno pudiera contestar una fuerte serie de explosiones provenientes del parque cercano, los pusieron en alerta, no hubo tiempo para las explicaciones, los tres salieron corriendo en dirección a los estruendos, los Ángeles de inmediato tomaron la delantera dejando rezagado a Izuku, cuyo pecho se contraiga con preocupación,sabía que Kacchan tenía algo que ver en todo esto.

Denki y Kirishima llegaron primero, viéndolo de frente ante chisaki, Katsuki ya tenía algunas lesiones.

Kaminari fue el primero en atacar a Chisaki con uno de sus rayos y aunque su ataque no lo dañó  fue suficiente para hacerlo retroceder, los tres estaban en problemas,si esas cuerdas de captura los rodeaban perderían sus poderes y no podrían defenderse.

Los dos ángeles recién llegados corrieron en dirección a Katsuki pero este último los detuvo.

—¡Debemos estar separados hay un tipo muy raro también!—.

Katsuki no pudo explicar más, un tipo rubio salió atravesando el suelo, con su puño en dirección a Kaminari, Kirishima logro hacer a Denki a un lado y usando su endurecimiento se preparó para recibir el golpe, pero Mirio también lo atravesó, el recolector se puso detrás de ellos y en cuanto ambos voltearon fueron tomados del rostro y estrellados contra el piso quedando ambos inconscientes, posteriormente fueron inmovilizados con las cuerdas de captura, debían llevárselos también.

Katsuki se había quedado solo nuevamente y en un dos contra uno dudaba mucho poder ganar, aparentemente Mirio no tenía intención de lastimarlo, pero Chisaki era alguien diferente, su habilidad podría hacerlo pedazos en un instante. 

—¡Kacchan!— Deku se acercaba corriendo a ellos.

Su presencia fue un distractor más que suficiente para que Katsuki bajara la guardia por un momento, el cual fue aprovechado por Mirio para salir del suelo nuevamente y envolver a Katsuki con la cuerda, con sus poderes eliminados y su fuerza reducida a la de un humano común, Katsuki no pudo hacer mas.

—No, no vengas, Deku—.

El portal de los recolectores fue abierto y ambos hombres comenzaron su retirada con sus nuevas cargas a cuestas, Deku trato de acelerar sus pasos, pero de improviso Mirio se lanzó a él y con su fuerte puño logro noquearlo, ante la mirada furiosa de Katsuki, quien comenzó a maldecir y a insultar al recolector, quien haciendo caso omiso al furioso ángel, tomo a Izuku en brazos y salió volando con él.

—Tranquilizate solo lo llevó a su casa—Dijo Kai fríamente.

No hacía falta que se lo dijera, aún así no podía evitar estar tenso, de todas formas le dolía no poder despedirse de él.

Chisaki no quiso esperar a Mirio, tomando solo la cuerda de Katsuki lo arrastró hasta el portal, Katsuki odiaba esos portales, primero era envuelto por una densa oscuridad y luego la intensa luz del cielo lo cegaba otra vez, pero en esta ocasión no fue cegado, lo primero que sus ojos vieron fue a Aizawa y al mismo Dios esperándolo en la puerta.

—Estas en problemas—Dijo Chisaki antes de entregarlo.
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Para suerte de Katsuki el castigo no fue tan serio como lo había esperado, después de ser obligado a pedir disculpas fue puesto en una celda junto con Kaminari y Kirisihima, estos últimos también habían sido castigados.

—¿¡Quieres dejar de tocar esa puta armónica, cara estúpida!?—Pensandolo bien, si era bastante malo, ese día se cumplía un mes desde su encierro.

—¡No me llames así! ¡Kirishima dile algo!—Grito Denki ofendido.

Pero Kirishima no respondió, el pelirrojo estaba demasiado abatido, le había fallado a su amigo y compañero.

—Lo siento, no pude hacer nada—.

—Esta bien, fue mi culpa en primer lugar —Katsuki reconocía su error, ninguno había querido hablar al respecto y se limitaban a dejar que Denki hiciera más amena la situacion.

—Bakugou, afuera, Aizawa piensa que es momento de darte tu verdadero castigo—Dabi, uno de los carceleros, abría la puerta de la celda.

—El castigo que el reciba lo quiero yo también—Dijo Kirishima sin temor.

—Eso no lo decides tú—Fue todo lo que dijo Dabi antes de arrastrar a Katsuki fuera de la celda, dejando a Denki y Eijiro encerrados por dos días más.

Una vez pasado ese lapso de tiempo, lo primero que ambos hicieron fue ir en busca de Katsuki, al no encontrarlo fueron a encarar directamente a Aizawa, irrumpiendo sorpresivamente en su oficina

—¿¡A que se refiere con exiliado temporalmente!?—Grito Eijiro mientras Denki sentía sus ojos llenarse de lágrimas.

—Su exilio fue necesario para que pudiera cumplir con la nueva misión que se le ha encomendado, ya que le encanta trabajar durante sus vacaciones le he dado unas de 80 años, no lo verán de nuevo hasta pasado ese tiempo—.

—¡Lo único que el quería era estar con la persona que amaba, se supone que este es el cielo y convirtieron este lugar en un infierno para él!—Eijiro salió de la oficina indignado con Denki tras el.

—No te preocupes, lo entenderán algún dia —Dijo Yagi saliendo debajo del escritorio de Aizawa.

—Estoy seguro de que ahora me ven como alguien peor que Enji—Aizawa se derrumbó en su silla, le dolía hacerle eso a sus niños, pero debía imponer orden y disciplina.

—Me recuerdan tanto a nosotros cuando éramos jovenes—Yagi le daba un ligero masaje a los hombros de Shota—¿Recuerdas nuestras escapadas?—.

—¿Recuerdas las palizas que te daba el señor Sorahiko por ello?—.

Ante la mension de ese nombre Yagi tembló de pies a cabeza. 

En otro lugar muy lejos de allí, Izuku comía su almuerzo sin ánimo alguno, durante ese mes parecía que había muerto en vida, Camie se imaginaba por qué, pero Izuku se había encerrado en si mismo y por más visitas que ella le hacía, no podía levantarle el ánimo.

A Izuku le apenaba que su amiga estuviera tomandose tantas molestias por el, no podía decirle que había pensado incluso en el suicidio, pero estaba seguro de que Kacchan no querría eso.

Lo odiaba, odiaba el momento que había estado viviendo desde hace un mes, odiaba llegar a una casa vacía, odiaba dormir en una cama fría, odiaba ver la silla vacía frente a él como un recordatorio de su soledad, maldecía su nombre y su recuerdo para después arrepentirse y llorar amargamente, suplicando a Dios que por favor se lo devolviera, odiaba hacer plegarias al cielo sin que estás tuvieran respuesta.

De pronto el timbre de su puerta sonó y el realmente odiaba eso tambien, porque secretamente anhelaba que Kacchan estuviera del otro lado listo para derribar su puerta ante su tardanza, pero su corazon terminaba partiéndose aún más cuando del otro lado no estaba aquel a quien quería ver.

El molesto recién llegado insistió tocando el timbre e Izuku sin ganas a abrir  tuvo que salir a ver quién era y que quería.

—¡Buenas tardes señor! ¿Quiere saber el secreto de mi felicidad?—Era Mineta usando un bigote falso, aquel molesto  incubo de antes estaba parado frente a su puerta con una gran caja de cartón en sus manos, Izuku creía saber que contenía.

Con una expresión totalmente indiferente Izuku dejo que el pequeño demonio siguiera con su discurso, a la espera de que un rato le cayera encima, para fortuna de Mineta y desgracia de Izuku, el bigote falso parecía cumplir su función.

O al menos eso pensaba Mineta, hasta que una mano grande y fuerte lo tomo de la cabeza y le lanzó una pequeña explosión que lo dejo aturdido dando paso después a la inconsciencia.

—Escucha bien bastardo, porque sólo voy a decirlo una vez, soy tu puto ángel de la guarda y estoy aquí para dos cosas, no dejarte caer en la tentación y librarte del "malamen"— .

Las mismas palabras, la misma pose, la misma persona.

—Ahora dime bastardo ¿Donde voy a dormir?—.

Izuku estaba igual de sorprendido que la primera vez, pero a diferencia de ese momento, lejos de estrellarle la puerta en la cara lo que hizo fue llenarle el rostro de besos y ante la sorpresa de Katsuki arrastrarlo al interior de la casa.

—Tu... Estas aqui... De verdad eres tú...—Entre sonrisas y lágrimas Izuku acariciaba el rostro de Katsuki tratando de convencerse a si mismo de que era real, hasta que hizo una pregunta cuya respuesta temia—¿Cuanto tiempo te quedarás?—.

—No lo sé ¿Cuantos años te quedan de vida? Eres mi única misión hasta que sea hora de llevarte al cielo, así que más te vale portarte bien desde ahora, o tendré que castigarte—Dijo mientras bajaba a besar sus labios—Vayamos a la cama—.

—Pero acabas de llegar—.

—¿Eso es un "no"?—.

—No, pero...—A Izuku no le hizo falta decir mas, Katsuki lo tomo por el trasero y lo hizo enredar sus piernas en su cintura.

Katsuki subió las escaleras con Izuku cargando, la cercanía y la fricción entre ambos miembros los hizo exitarse, Katsuki no tenía paciencia para despojar a Izuku lentamente de sus ropas, simplemente se las arrancó, a Deku le hacía algo de gracia ya que ambos estaban ansiosos e impacientes, ambos querían la union más que nada, Deku estaba feliz de poder decirle adiós a los momentos de tristeza e internamente le daba las gracias a Dios por ese anhelado reencuentro, pero Dios y todo lo demás desapareció de su cabeza en cuanto Katsuki metió dos dedos en su trasero, expandiendo su ano a la fuerza para que Izuku pudiera recibir su miembro sin problemas.

Los besos iban acompañados de caricias y palabras de amor que no eran suficientes para expresarse.

—Metelo...—Pidio Izuku, estaba más que impaciente.

—Te lastimare—.

—No importa, si eres tú, está bien—.

Katsuki sonrió como pocas veces lo hacía, tomo las piernas de Izuku las abrió dejando expuesta esa entrada que había extrañado por más de un mes, se introdujo con lentitud, Izuku emitía pequeños gemidos de dolor, pero aún así se las arregló para rodear la cintura de Katsuki impidiéndole salir.

No importaba si dolía queria todas las pruebas de que Katsuki era real, quería levantarse adolorido por la mañana y ver a Katsuki junto a él.

—Voy a moverme—Anuncio Katsuki.

—Si—Con la voz temblorosa y los ojos en lágrimas Deku dio la autorización.

Katsuki se aferró a la espalda de Deku mientras embestía con dureza, sacaba casi todo el miembro dejando adentro solo la punta, Izuku juraba que el pene de Katsuki se volvía más grande con cada embestida, provocándole la terrible necesidad de sujetarse a alago, al no haber nada, terminaba arañando la espalda y hombros de Katsuki, el cual estaba complacido, esa desesperación en Izuku le daba a a entender que Deku lo necesitaba tanto como él y eso le hizo feliz, ninguno había borrado la sonrisa de sus rostros, por qué sin notarlo ambos habían estado sonriendo desde un principio, incapaces de ocultar la felicidad de la que gozaban en ese instante.

Izuku no pudo aguantarlo más, la voz de Katsuki gimiéndole en el cuello, las manos de Katsuki apretando su trasero, su pene golpeando el punto que lo lleva al paraíso, todo ello terminó por desencadenar lo inevitable, Izuku eyaculo irremediablemente y Katsuki  le siguió poco después, llenándole por completo.

En busca de recuperar la energía perdida Katsuki abandono el cuerpo de Izuku y se recostó a su lado.

—Mas vale que estés preparado, Deku, por qué voy a follarte así todos los días—.

—¿Estas loco? Moriré...—.

—¡Bah! Aguantaras, lo sé—.

—Si tu lo dices, Kacchan, dímelo otra vez—Izuku se dio la vuelta hasta quedar recostado en el pecho de Katsuki—Dime que no te irás—El sueño comenzaba a vencerle a pesar de ser medio día.

—No voy a irme a ningún lado, a menos de que tu me pidas que me marche y tal vez ni aún entonces—.

Izuku sonrió, el cansancio acumulado le paso factura y se durmió, Katsuki le dio un beso en la frente e hizo lo mismo.

—¿Lo ves Bro? Aizawa no es tan malo—Dijo Denki sentado en el sofá mientras apagaba la televisión, a su lado Kirishima le respondió.

—Pudo haberlo dicho desde antes, me hizo quedar como un tonto—Eijiro hizo un puchero.

—No tengo por qué justificarme con ustedes—Replico Aizawa junto a Eijiro.

—¿Que veremos ahora?—Dijo Yagi.

FIN
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¡Ahhhhhh! Nunca podré escribir porno romántico, lo intento y lo intento pero no puedo, soy una marrana sin remedio.

En fin esta mierda se acabó, originalmente iba a ser una adaptación de Kobato, una serie de clamp, pero no sé en qué momento se torció hasta convertirse en esta mugre. 😅

y bien que opinan?
Que faltó?
Que sobró?
comentarios?
críticas?
mentadas de madre?



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