Capítulo 9
Ni se te ocurra explotar, llorar, ni hacer un drama.
Me quedé en silencio sin poder procesar lo que acababa de escuchar. Todo este tiempo estuve llorando y sufriendo porque pensé que me había quedado huérfana, cuando mi mamá nunca me dejó. No podría describir lo que estoy sintiendo, porque no lo sé; es como una mezcla de felicidad, tristeza, enojo y decepción.
Siento las lágrimas aproximándose, será mejor que salga de aquí. Sé que para mi tía es difícil decirme todo esto y yo no seré de mucha ayuda si llegase a explotar.
Sin ser consciente de lo que hago camino hasta la puerta.
— Kamila ¿A dónde vas? — preguntó mi tía con desesperación, cerré los puños con fuerza.
— A otro lugar que no sea este, si me quedo un minuto más explotaré — respondí firmemente saliendo de la casa.
Corrí, corrí y seguí corriendo como si mi vida dependiera de ello. Sentí que iba muy rápido, apenas y podía ver los carros en las calles, como si fueran solo figuras distorsionadas, pero no estaba en óptimas condiciones como para pensar. Corrí aún más rápido como si con aquello lograra huir de la realidad, como si eso me hiciese desaparecer.
Llegué a un parque abandonado, aunque no tenía ni idea de cómo; nunca había estado aquí antes. Estaba tan solitario y muerto que sentí como si me llamara a adentrarme en él. Caminé por un largo rato tratando de regular mi respiración.
Me senté bajo un árbol de tronco grueso y fuerte. Sin sentirlas venir las lágrimas ya iban escapándose de mis ojos y resbalando por mis mejillas a la par que la lluvia me empapaba. Abracé mis piernas y enterré la cara entre mis rodillas, solté un suspiró pesado.
Pasé toda mi vida con aquel sentimiento de soledad por no tener a mis padres conmigo, porque creía que Dios se los había llevado y ahora resulta que viví engañada, creyendo en una mentira; mi mamá estaba viva y era la que yo pensaba que era mi tía. Siempre estuvo conmigo, nunca me dejó, pero me hizo creer que era así.
¿Por qué no solo me dijo la verdad desde el comienzo? ¿Por qué engañarme así? ¿Ni siquiera se ablandó al verme llorar de niña? ¿No se siente culpable de hacerme sufrir?.
Ah, pero eso no es todo. Soy una Krístal, mi papá también lo fue y se suicidó ante mis ojos.
Miré el brazalete en mi muñeca izquierda, el mismo que me dio mi padre unas horas antes de morir.
— Ay papá, no me dejes caer — susurré al viento con dolor —, no me dejes — dije desatando el llanto que trataba de contener —. ¡Papaaaaa! — grité con desesperación creando aún más lágrimas.
Me quedé sin fuerzas, débil y sin ganas de vivir. Si viví de una mentira, ¿Por qué no morir de una verdad?
Y entonces fue cuando vi a un chico corriendo hacia mí, pero no logré detallarlo bien, las lágrimas nublaban mi campo de visión. Y sin darme cuenta mis ojos se cerraron y no pude sentir ni ver nada más.
Alex.
No debí arrancar así, al menos tuve que ser educado y despedirme.
Eso ya es algo característico de tí, estropearlo todo.
No me digas algo que ya sé.
Estuve como una hora conduciendo sin saber que hacer, esa castaña ojos avellana abarcaba cada parte de mi mente, me sentía torpe. ¡Me está volviendo loco!. Pone el resto de mis pensamientos a la deriva.
En fin, terminé parando en un parque baldío. Aparqué la camioneta y me dispuse a caminar mientras la lluvia caía sobre mí. Después de un rato, llamó mi atención una parte que estaba un poco escondida, y fui por allí.
¿Y si te roban? — preguntó mi conciencia sacándome de mis casillas.
Cállate — le ordeno y dejó de perturbarme.
Caminé por unos pocos minutos hasta que escuché unos sollozos.
¿Y si es la llorona? — preguntó de nuevo haciéndome dudar en si seguir o regresar.
Lo averiguaremos — le dije tratando de no asustarme.
Seguí el sonido de los sollozos hasta que visualicé un árbol gigantesco, debajo se encontraba una chica sentada abrazando sus piernas.
Un momento, ¿Esa no es Kamila?.
Me acerqué un poco y comprobé que lo era; sin pensarlo dos veces corrí hasta ella, pero antes de llegar la vi desplomarse en el suelo. La tomé entre mis brazos con delicadeza tratando de mantener la calma y corrí hacia la camioneta, la subí al asiento trasero y conduje hacia el hospital.
Kamila.
Desperté en una habitación totalmente blanca. ¿En dónde estoy? Lo último que recuerdo es que vi a un chico corriendo hacia mí, pero... ¿Cómo llegue aquí?.
Esto ya se está volviendo costumbre.
— Despertaste — dice una voz conocida —. ¿Estás bien? — me pregunta. Miro hacia mi lado derecho y me encuentro con Alex.
¡Señor, ten piedad!.
— Aaamm... Sí, creo — no pude responder de forma más estúpida —. ¿Qué hago aquí?.
— Te desmayaste — dice con una mirada un tanto confundida —, te deshidrataste — ¡Ay, qué pena! —. No fue nada grave, el doctor dijo que cuando despertaras nos podíamos ir — dijo con una sonrisa. Siento que me voy a derretir, fuera de juego.
— Bueno ya estoy despierta, vámonos — dije un poco nerviosa.
Al pisar el suelo casi me caigo, pero sentí como unos brazos fuertes me sostuvieron, me fijo y veo a Alex, quien me miraba con una sonrisa; si sigue así me volveré a desmayar.
Salimos del hospital, en ningún momento separó su brazo de mi cintura, esto me está gustando. Subimos a su camioneta y comenzó a conducir.
— ¿Por qué llorabas? — me preguntó.
No sé qué decirle.
Dile la verdad — dice mi conciencia orientándome.
— Me enteré de algo que no es muy bonito — respondo tratando de no verme débil.
— ¿Tu tía tiene que ver en eso? — vuelve a preguntar, si supieras que no es mi tía.
— Sí — musité.
— Deberías hablar con ella, te sentirás mejor después.
— Eso lo sé, pero lo cierto es que no quiero volver — digo con sinceridad —. No quiero enfrentarlo — digo con la voz un poco entrecortada.
— ¿Quieres ir a donde Raquel? — pregunta sutilmente.
— No, solo quiero ir a un lugar donde no haya nadie.
— Puedo complacerte en eso — dice con una sonrisa cálida que me hiso sentir mejor.
Después de cuarenta minutos de camino llegamos a una playa. Nos bajamos de la camioneta y comenzamos a caminar por la arena con nuestros zapatos en mano. Pasaron algunos minutos y no me di cuenta cuando ya estaba llorando nuevamente.
— Hey ¿Qué pasa? — preguntó Alex posicionándose frente a mí, mientras secaba mis lágrimas con sus pulgares. No pude evitarlo y me lancé sobre él. Alex no tardo ni un segundo en rodearme con sus brazos formando un cálido abrazo.
Duramos unos cuantos minutos así en los que yo lloraba y el acariciaba mi cabello. Sentí una sensación de protección que me invadió por completo, sentí que todo desaparecía a mi alrededor, que solo estaba con él y nada podría hacerme daño.
— Si quieres puedes contarme que fue lo que pasó con tu tía para que te desahogues, si quieres — dijo con tanta dulzura que me hiso abrazarlo más fuerte.
— Siempre viví una mentira, sufrí de más — dije tratando de recuperar el aire —. Pensé que mi mamá había muerto, que me había abandonado. Y resulta que siempre fue la que yo creía que era mi tía — dije rompiendo en llanto nuevamente.
Alex.
Al escuchar como decía aquello solo pude apretarla más contra mi pecho, no sé qué decirle para hacerla sentir mejor. Solo tengo ese sentimiento de tener que protegerla de todo, no quiero que le hagan daño; verla así tan vulnerable me provoca querer tenerla y no dejarla sola nunca más. De algún u otro modo debo aceptar que esta chica despierta sentimientos diferentes en mí.
— Todo estará bien — le digo acariciando su cabello mientras siento como se hunde más en mi cuello.
Esta es la sensación más bonita que he tenido, tenerla pegada a mi cuerpo emanando su calor. Ojalá y este abrazo nunca termine.
~~~~~
Vota si te ♥
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top