Capítulo 19
— ¿Hola? — pronuncia la voz irritada.
Los pasos resuenan sobre la madera, se está acercando. Cierro la reja con cautela tratando de no emitir ruido alguno y meto la llave en un bolsillo de los shorts con una velocidad sorprendente, debe ser uno de los poderes krístal.
— Kamila, ¿Qué haces cerca de la sección prohibida? Sabes que no puedes entrar allí, Zack debió habértelo dicho ya — dice Alex poniéndome algo nerviosa.
— Nada, solo merodeaba por aquí — respondo. Pudo estar peor —. ¿Tú qué haces aquí? — pregunto y noto que se tensa un poco.
— Te estaba buscando — dice soltando todo el aire que no sabía que contenía.
— ¿A mí? — pregunto como una estúpida y él asiente — ¿Para qué?.
— No se, pensé que podíamos ver una película, claro si quieres, si no quieres está bien — responde algo nervioso y me causa ternura.
— Por supuesto — digo y él me sonríe, siento que me voy a desmayar en cualquier momento y el motivo es esa gran sonrisa que decora su lindo rostro.
Fuimos a su habitación y nos acostamos en su cama a verla, comíamos palomitas y hacíamos voces graciosas imitando los diálogos de los protagonistas. Entre todo eso no sé cómo terminé viendo la película recostada a él mientras Alex tenía sus brazos encima de mi vientre y yo los míos sobre los de él, tampoco estoy segura de cómo me quedé dormida, lo único que sé es que estaba bastante cómoda en esa posición.
Alex.
Nos estábamos divirtiendo mientras veíamos la película y sin darme cuenta ella estaba recostando su espalda sobre mi torso mientras yo la abrazaba rodeando mis brazos por su vientre. Fue un momento mágico, me encantaba tenerla así de cerca, poder sentir su piel junto a la mía, lo relajada que está, simplemente es el puto paraíso.
De pronto siento como su respiración se vuelve más lenta y pausada. Se ha quedado dormida; sin pensarlo mucho, me teletransporto con ella hacia su habitación y aparecimos sobre su cama.
Me levanto tratando de no ser tan brusco y no despertarla, la cubro con su cobertor y me quedo unos segundos contemplándola, se ve tierna e inofensiva. Me recuerda cuando se durmió abrazándome hace unos días en aquella rama, donde la había encontrado tras haberme percatado y preocupado de su ausencia en la casa. Esa noche dormí con ella, y juro que jamás había dormido tan bien como esa noche, sin mencionar que desperté a su lado. ¡Joder, hasta recién levantada se ve hermosa!.
Me decido de una vez a salir de allí, si abre sus ojos y me ve creerá que soy un acosador.
No es del todo mentira — dice mi conciencia perturbándome —. Has estado visitándola por las noches mientras duerme.
Juro que si no fueras parte de mí ya te fuese estrangulado.
Sabes que me necesitas, soy lo más útil de lo que dispones, amigo mío — y le doy toda la razón en eso.
Me teletransporto a mi cuarto y de allí sí salgo como una persona normal y civilizada. Camino hacia la cocina por un poco de agua y me cruzo con Alicia. Y todo tan bien que estaba.
— Oye cariño — dice mordiéndose el labio inferior, patética —, estoy necesitada ¿Sabías? — y su mejor amiga me tira onda ¿Acaso no es eso traición?.
— ¿Y qué pretendes que yo hago?.
— No lo sé — dice acercándose peligrosamente a mí —. ¿Qué tienes en mente? — dice poniendo su mano en mi hombro y descendiendo por mi brazo.
— Amarrarte y tirarte al mar para que te ahogues y no tener que soportar tu mísera existencia — respondo fríamente alejándome de allí.
¡Y así, señores, es como Alex Espinoza manda a la gente al carajo!.
Fui a la cocina, me serví un vaso de agua y luego me encontré con un Finn perdido en sus pensamientos.
— Idiota.
— ¿Qué mierdas quieres, imbécil? — esto no me huele muy bien, algo tuvo que pasar.
— Que me digas por qué estás así — respondo tajante.
El suelta un bufido antes de contestar.
— Besé a Becky.
¡Se animó! Al menos uno de los dos lo hizo.
— ¿Y entonces a qué se debe tu actitud?.
— A que nos estábamos besando de lo mejor y de un momento a otro se separó y dijo que eso había sido un error — dice rápidamente con frustración.
— No te preocupes, talvez estaba nerviosa o pudo haber sido su primer beso. Es comprensible que piense así — comento para subirle el ánimo.
— O que no le gusto — murmura tapándose la cara con las manos y yo le doy leves palmadas en la espalda.
— Oye, tranquilo. Si tanto crees eso, enamórala entonces — menciono con la esperanza de que funcione. Él sonríe y me da un abrazo. Funcionó, menos mal, ya quería irme.
— Gracias, Alex — dice levantándose para salir disparado hacia yo no sé dónde.
— De nada — menciono yendo al gimnasio.
Bajo esas infinitas escaleras hasta que por fin llego, abro las puertas y me encuentro con Lucas haciendo barras, lo ignoro completamente y comienzo a hacer un calentamiento.
Termino de calentar y tomo unas mancuernas, pero antes de que comenzara a utilizarlas Lucas me interrumpe.
— Oye Alex — habla el chico pecoso —, ¿Qué opinas de Kamila? — tenso la mandíbula.
— ¿A tí que te importa?.
— Mucho — responde tajante —. He notado que la observas detenidamente y que cuando habla dejas de hacer lo que haces para escucharla atentamente así ella no hable contigo — comenta haciéndome enojar un poco —, Además, es con la única persona con la que eres amable — hace una pequeña pausa y prosigue — y gentil.
— ¿Y qué con eso? — pregunto con indiferencia.
— No quiero que te interpongas en mi camino.
— ¿A qué te refieres? — pregunto ya con algo de curiosidad. Es la primera vez que Lucas hace un espectáculo, siendo él tan tranquilo.
— No quiero que te acerques a ella — dice finalmente y yo suelto una estruendosa carcajada —. ¿Qué te causa tanta gracia, imbécil? — podrá ser mayor que yo, pero ni un gato le tendría miedo.
— De tus ocurrencias — menciono sin más —. A ver ¿Qué te hace pensar que me alejaré de ella? — pregunto con diversión.
— Solo lo digo para evitarte dolor — dice y me confunde —. ¿Recuerdas cuando Clarisse te utilizaba para satisfacerse y ganar popularidad? — dice y llega a mi punto débil —, solo eres un chico cara bonita que se puso cada vez más odioso y amargado. ¿Crees que ella te querrá? Yo pongo eso en duda — dice y sale del gimnasio.
Hasta las ganas de entrenar se me quitaron, todo lo que dijo es cierto, ignorando como lo dijo, tiene toda la razón. Ella no va a quererme jamás, solo soy un imbécil con fragmentos de su corazón perdidos, dejando su alma a la deriva.
Ya deja de pensar estupideces — aparece mi conciencia con aires de motivación —. Eso ocurrió solo una vez, ¿Quien dijo que volverá a pasar? ¿Y si ella es la indicada? — pregunta sacando esos pensamientos negativos de mi cabeza —. No dejes que ese idiota gane. ¡Hazle la guerra!.
Tienes toda la razón — le respondo sonriendo.
Siempre la tengo — contesta con arrogancia.
(...)
Estábamos cenando mientras los chicos hablaban de diversos temas, como de que harán mañana, la universidad, sus familias y otras cosas. No estoy prestando atención alguna a la conversación, solo pensaba en la castaña que no había bajado a cenar.
¿Seguirá dormida?.
Terminé de comer y me teletransporté directo a su habitación, pero la encontré vacía, el único ser que estaba allí era su cachorrita que estaba durmiendo.
¿En dónde estará?.
No puedo decir que no estoy preocupado, porque estaría mintiendo rotundamente. Miro en todas direcciones para ver si dejó alguna pista de su paradero y me topo con las puertas corredizas de balcón abiertas. Fue a volar. Por mi cabeza pasa la idea de ir a buscarla, pero eso sería muy desesperado, así que solo me teletransporto a mi habitación.
Me pongo a leer un libro de terror que tomé de la biblioteca y me olvido de todo por un instante.
Aquella espeluznante sombra se iba agrandando cada vez más en la pared, aumentando el miedo de Claudia, que a su vez retrocedía a pasos temblorosos. En la pared se logró ver perfectamente la aterradora sonrisa del demonio, mucho más grande de lo que debería ser, con dientes chuecos y afilados. Aquella criatura dejó de verse en la pared para aparecer frente a la chica de cabello cobrizo.
— Se acabó el tiempo, Claudia — dice con una voz ronca y fragmentada poniéndole los pelos de punta a la chica.
Este insertó sus largos y espantosos dedos en su boca hasta llegar a su garganta, atragantando a la pobre que muere asfixiada satisfaciendo al muy despiadado.
El demonio finalmente toma el alma de Claudia y se la lleva al inframundo acabando con su última labor del día, hasta que alguien decida jugar nuevamente.
Cierro el libro de golpe y lo colocó sobre la mesa de noche junto a mi cama. Sí que me ha asustado, no pensé que llegaría a ser tan aterrador.
Voy a la cocina por un vaso de leche, al llegar me encuentro con Kamila muy concentrada comiendo una manzana, esta dirige su mirada hacia mí y me sonríe a lo que yo le devuelvo el gesto.
— ¿Por qué no bajaste a cenar?.
— No tenía hambre y preferí hacer un vuelo nocturno — comenta —. ¿Tienes sueño?.
— No — respondo inmediatamente — ¿Y tú?.
— Tampoco — dice y nos quedamos en silencio, el cual ella corta —. ¿Y si jugamos a encestar? — pregunta con un brillo peculiar en sus ojos.
— Sería un placer — contesto y veo cómo se sonroja levemente haciéndome sonreír.
Kamila saca una pelota y nos encaminamos al patio, comenzamos a lanzarla al aro y encestamos casi todas. Ella es muy buena en esto.
— ¿Eres venezolana? — pregunto, he oído varios rumores sobre eso en la casa.
— Sí — responde en español —, al igual que tú.
— Eso es fantástico — respondo también en español —. Estoy cansado de hablar inglés todo el tiempo.
— ¡Sí! Es tedioso, ya casi se me olvidaba mi idioma natal por no hablarlo — dice dramática y suelto una carcajada.
— ¡Coño, al fin! ¡No jodaaa! — grito y comenzamos a reír.
Pasamos unos minutos jugando y riendo hasta que nos cansamos y fuimos a nuestras habitaciones, yo la acompañé hasta la suya y cuando se paró frente a su puerta se giró y me abrazó. Me sorprendió muchísimo pero le correspondí inmediatamente.
Luego se separó, nos sonreímos mutuamente y entro a su habitación. Yo regresé a la mía y me acosté en mi cama con una estúpida sonrisa de enamorado.
~~~~~~~~~~~
Vota si te ♥
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top