~1~

Fue arrojado contra el piso por un sujeto con el rostro cubierto. Soltó un quejido de dolor a la vez que lágrimas caían por sus mejillas. Quería volver con su padre...quería volver a su hogar.

-No entiendo como Géminis se pudo interesar en un niñato como tú.- su secuestrador habló con repulsión para después cerrar la puerta.

Se intento levantar pero entre la oscuridad de aquella sala donde se encontraba y la confusión de su cerebro cayó de nuevo contra el frío piso mientras que las lágrimas de nuevo acudían por más que intentaba evitarlo.

Pasos.

Dejo de llorar cuando escuchó suaves pasos acercándose a él. Su corazón se aceleró mientras que la adrenalina le dio el suficiente valor para poder pararse.

Intentó afinar la vista mientras que escuchaba como los pasos paraban de golpe, le había visto.

-¿Quien eres?- preguntó la voz que parecía de ser de un hombre.

Regulus no contestó, temblaba de pies a cabeza y sus latidos parecían ensordecer sus sentidos.

-¡¿QUIEN ERES?!- esta vez el chico rugió la pregunta mientras que los pasos volvían a reanudar.

-Soy Regulus Damantis!!!- chilló asustado mientras que empalidecía.

Los pasos volvieron a pausarse.
El hombre se había parado en frente de la única ventana del lugar, y vaya que no se sentía mejor por ello.
Tenía cabello peliazul y era en si muy guapo pero el cuchillo que mantenía arriba de su cabeza le intimidaba. Parecía que era su cabeza lo que la fría hoja de metal iba a cortar.

-¿Que eres?- preguntó de nuevo mientras que parecía relajar su postura un poco, mas mantenía el cuchillo aún en mano.
Podía haber sido esa la pregunta más tonta que había escuchado jamás.

-¿Que soy?- se dijo a si mismo mientras que veía con miedo al hombre.

-¿¡QUE ERES?!- de nuevo bramó con furia mientras que tensaba su figura.

-¡¡¡NO LO SÉ!!!- chilló asustado Regulus mientras que intentaba retroceder pero cayó al piso. Estaba perdido.

El otro pareció pensárselo un minuto pero bajó el cuchillo aún con cierta sospecha.

-¿Sabes donde estas?- Regulus sólo negó asustado de aquel tipo, estaba demente!

No comprendió porque pero el otro sonrió de la nada como si fueran amigos de toda la vida. Había dejado el cuchillo de lado y ahora le extendía la mano para ayudarlo a pararse.

Regulus le miró con confusión pero aceptó la ayuda. Eso por alguna razón ensanchó la sonrisa de aquel hombre.

-Soy Saga Theos- le dijo mientras que le ayudaba a mantenerse en pie.

-Regulus Damantis- dijo mientras que miraba aún con un poco de miedo a Saga.

-Regulus...- repitió en voz baja para luego hablar normal- No sabes donde te encuentras verdad?- preguntó con tanta seguridad que le asustó.

-No..- negó mientras que sus ojos parecían querer volver a llorar.
Saga le miró con pena mientras que le acariciaba como padre a hijo la cabeza. No parecía más de 15 y tendría que sufrir un infierno.

-Regulus puedo ver tu cuello?- preguntó quedamente.

El chico no entendió muy bien la razón de la pregunta pero se dió la vuelta para que pudiera verlo.
Saga ahogó un grito de sorpresa, tenía la marca de Géminis .


Pecados nos persiguen, pero a ti te perseguirá el pecado principal, oveja perdida de la mano de Dios.

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