Dos días se habían pasado desde la última conversación que tuvo Shinji con Kaworu, deseaba tomarse su tiempo para pensar al respecto de sus palabras, días en los que simplemente permanecía en su cama pensando acerca de todo lo que rodeaba a Kaworu y sus palabras.
Se sentía... Cómodo. 

Generalmente tenía miedo que le gritaran, que lo juzgaran o tomaran como si nada sus sentimientos pero con Kaworu, al mirar sus ojos sentía que estaba bien. El mundo se destrozaba pero al menos con él todo estaría bien; un sentimiento parecido a eso, sin embargo lo agobiaba un miedo (o más bien una confusión) sobre cómo realmente se sentía acerca de él, su voz interior le decía claramente que le gustaba pero estaba en negación, ¿cómo reaccionaría su padre si lo supiera? ¿y si lo echaban de la casa?
Se giró en su cama mirando la pared sintiendo cómo empezaban arder sus ojos dando paso a sus lágrimas, su corazón se estrujaba ante el sentimiento de que su familia dejara de quererlo o lo rechazaran.

Era inherente de la condición humana el miedo al rechazo, el dolor de ser excluido por menos que socializes. No deseaba que le dijeran "será sólo una etapa" apenas quería alguien que lo entendiera y lo guiara. Ikari se hizo bolita en su propia cama escondido entre las sábanas.

Por otra parte Kaworu sintió algo extraño en su interior que dolía, tenía miedo que Shinji se haya olvidado de él, aunque no era igual a ese sentimiento...