𝟒
Frías ventiscas corrían libre rozando descaradamente sus mejillas y manos haciéndolo buscar instintivamente el calor pero por más que buscaba no podía encontrar una ayuda, se sintió desesperado «¿dónde estoy? ¿estoy solo?» seguía caminando en la oscuridad viendo que su ropa no era la convencional, estaba vistiendo una yukata de un color azulado claro que aún no distinguía del todo bien, no sabía a dónde andar manifestándose la corazonada de que ya había vivido eso anteriormente, no era nuevo y algo lo estaba esperando pero su ansiedad aumentaba al no saber qué o quién lo estaba esperando en ese oscuro lugar.
De forma inesperada se encontró con unas luces anaranjadas como el ocaso a lo lejos acercándose a ellas. Si estaba perdido al menos tendría luz sin que él lo notara unos pálidos y finos dedos intentaban acercarse a su rostro; Shinji despertó del desesperante y vívido sueño que tuvo con la respiración agitada, sentía una comezón en su nariz con un pequeño temblor en las mano. Tocó sus ojos queriendo quitar las lagañas pero en su lugar encontró una lágrima dolida y solitaria sin razón alguna, aparentemente.
Rei lo recibió en el comedor cuando ya había acabado de cepillarse los dientes y acomodar la cama como ritual mañanero, le tomó la mano guiandolo hasta el comedor para desayunar cereal con leche.
— Te ves triste. — Dijo la menor mirándolo fijamente con su conocida expresión.
— No estoy triste, no es nada. — Le sonrió acariciandole el cabello con ternura. Kaji observaba de lejos la escena sintiendo la calidez de una familia que no era suya, era una lástima que sus padres no estuvieran ahí pero actualmente se encontraban en problemas debido a nuevos descubrimientos en sus investigaciones lo que llevaba al interés tanto del gobierno como otras compañías, Yui estaba preocupada que los niños estando tanto tiempo solos en la casa debido a las vacaciones fueran objetivo de algún tipo de chantaje o ponerlos en riesgo.
Ese día fueron de nuevo a la playa, Rei llevó un libro sobre un tema complejo para su corta edad pero ella parecía disfrutarlo al igual historias ficticias, Shinji aprovechó para leer también ese día pero su concentración no duró mucho mientras veía el mar con una calma sonrisa. Una que otra persona que pasaba por el lugar lo veía de manera rara por ser nuevo, a pesar de que no habían malas intenciones en sus miradas Ikari las percibía de manera diferente: ¿desagrado? ¿molestia? ¿se veía lo patético que era? ¿qué estarían pensando? Seguro lo veían mal porque se veía aburrido, ¿qué tenía de malo? ¿por qué lo veían tanto?
Se encogió en su lugar queriendo desaparecer totalmente del lugar, que la tierra lo tragara y lo asfixiara. Al cabo de unos segundos fingió una sonrisa dándole la excusa a Kaji que iría a casa a dormir y así deshacerse de la incómoda situación, el adulto sabía que no iba a dormir pero no iba abrumarlo al ser un... Adolescente, Rei sólo lo observó irse estando segura que le preguntaría más tarde. No entendía cuál fue la razón que desencadenara ese comportamiento pero haría lo mejor por entenderlo cuando se encontraran más calmados.
Shinji corría de regreso a la casa de Kaji pero antes de si quiera entrar sintió la voluntad de ir al cementerio nuevamente...
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