Estaría mintiendo al decir que durmió bien en la noche, la emoción no lo dejó descansar del todo, aunque fuera de manera inconsciente ya que según él no estaba emocionado. 

Como por las ocho de la mañana después de desayunar Kaji lo llamó para empezar el recorrido a pie por el lugar, si ibas a la izquierda podías llegar a la playa bajando por una colina llena de pasto con pequeñas flores cerca de esa playa había un farol enorme e imponente que vigilaba todo el lugar en ese momento Rei le tomó la mano captando la atención del castaño que pudo apreciar en su mirada la admiración a lo vasto del océano sintiéndose alegre por ver su reacción, si seguías más al frente pasando por las tiendas de comida estaba un pomposo templo cruzando vía arriba por unas escaleras de piedra. De regreso a casa Rei se detuvo unos momentos en la playa mientras caía el ocaso prendiendo el cielo en tonos brillantes determinando el fin del día, luego de vario minutos fueron a la casa. El día siguiente Kaji salió con Rei por aperitivos, Ikari decidió no ir meramente para estar sólo un tiempo, pronto estar acostado en su cama dejó de ser satisfactorio sentándose en el borde de ésta para reflexionar sobre sus opciones aún había mucho que ver con esa motivación salió de su habitación.

Al salir de la casa todo seguía normal pero al llegar a la calle su rostro se vio asaltado por una fría ventisca que venía del lado derecho, tenía cierto olor diferente... Por pura curiosidad sus pasos se dirigieron al camino derecho que, mientras más caminaba más sentía una extraña sensación. El miedo a lo desconocido para él era inevitable, miles de dudas invadían su cabeza pensando en las peores posibilidades o algún que otro mal acontecimiento sin embargo siguió al frente queriendo conocer su alrededor. El camino era abierto con varios arboles altos, la luz se coloba ligeramente entre las separaciones de las ramas de éstos a su vez que el piso estaba lleno de hojas secas quizás por la época del año. Al avanzar no pudo creer lo que estaba viendo; un cementerio, sus pasos lo había guiado a un cementerio. Un terrible escalofrío recorrió su espinal dorsal dejando su respiración un poco densa dudando en si entrar o no, su mirada fue capturada por una alta estatua de un angel que a pesar de que seguramente tenía bastante tiempo ahí no se dejaba corroer ni perder su elegancia ante el paso de los años. Sólo por ella entró queriendo admirarla más de cerca hallándose a si mismo cautivado por la mirada compasiva de ésta, al verlo de frente alzó la mirada sorprendido por la delicadeza de su forma en armonía con su expresión calma y misericordiosa.

La obra se erguía sobre un pedestal teniendo en sí la figura una altura de más o menos uno con setenta sacándole dos cabezas a Shinji, éste se encontraba absorto tocando con suavidad las manos del angel detallando los dedos, la palma que se extendía en dirección a su rostro mientras que su otro brazo hacía alusión a sostener algo, aunque se encontrara vacío seguidamente el castaño alzo su mano apenas pudiendo tocar con la punta de sus dedos las finas facciones de mármol pero eso en ningún momento afectó la admiración que sentía; el castaño buscó por el lugar algo con lo que pudiera adornar el vacío brazo de la estatua sobresaliendo en el verdor del suelo vio unas tiernas margaritas, vivas nomeolvides en su pintoresco azul y lirios blancos acomodando las flores con una pequeña rama verde armando un ramo de flores improvisado.
— Ahora te ves mejor. — Su naturaleza tímida sobresalió en el tono de su voz, le tocó la mano una última vez antes de despedirse. No quería preocupar a Kaji.

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𝐒𝐢𝐠𝐧𝐢𝐟𝐢𝐜𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐟𝐥𝐨𝐫𝐞𝐬.

Mᴀʀɢᴀʀɪᴛᴀs: símbolo de la pureza, la inocencia y la amistad incondicional.

Nᴏᴍᴇᴏʟᴠɪᴅᴇs: simboliza el amor desesperado o el amante eterno.

Lɪʀɪᴏs ʙʟᴀɴᴄᴏs: simbolizan la inocencia y la pureza.