Prólogo.-
Hace varios siglos cuando los ángeles se rebelaron contra el creador incitados por la codicia, el hambre de poder y los deseos del mundo terrenal muchos de ellos cayeron. Él los expulsó del paraíso arrancándoles las alas para que nunca más intentasen volver volviéndose así ángeles oscuros y los llamó “Los caídos”. Ahora vagan por el mundo de los humanos conviviendo con ellos y susurrándoles en el oído promesas falsas para incitarlos a ir por el camino de oscuridad y así formar su propio reino lleno de odio, guerra y dolor en la Tierra; totalmente ajeno al plan inicial de su padre en el cielo.
Su misión es corromper a las almas puras para evitar que estas se eleven al cielo. Adoptan formas humanas y corrompen a los espíritus bondadosos.
—¿Quién mierda lee esto y se lo cree?—Christopher cierra el libro de golpe y deja salir un gruñido por lo bajo.—Hablan de nosotros como si realmente nos conocieran.—murmura enfadado.—Déjame que te corrija, bastardo de mierda hijo de puta. No solo queremos llevarlos por el camino de la oscuridad; de ser posible también queremos que pequen. Queremos que sufran. Queremos que el jodido mundo se tiña de negro y solo es cuestión de tiempo para que pase…jódete, Enoc. Cuando hasta la última persona pura se corrompa: el amor y la bondad no será más que una ilusión de mierda; algo lejano y entonces gobernaremos y nos elevaremos de nueva cuenta…
Lleva sus ojos al frente a la ventana de la biblioteca y la vuelve a mirar una vez más. Skye Levinson de entre tantas personas es perfecta para hacer el trabajo sucio.
Su bondad y su pureza la hacen resaltar entre la gente y eso lo atrae de una manera que simplemente no puede explicar. Es bonita: cabello cobrizo, no es alta pero tampoco es baja, sin embargo; tiene la estatura perfecta para el pecado, chispeantes ojos azules que despiden pureza y una boca que haría que el mismísimo infierno explotase en llamas por no hablar de ese cuerpo de infarto que no suele mostrar muy a menudo.
Pero es pura. Y eso es lo que Christopher necesita, una sonrisa maliciosa aparece en sus labios y se pone de pie sin despegar sus ojos de la muchacha que se ríe en complicidad con dos chicas más.
—Déjame que te muestre, Enoc…como se hace para corromper un alma pura…
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