8. Méritos.


—¿Y esa cara?—pregunta Mara cuando tomo asiento junto a ella en la mesa de la cafetería.

—¿Qué cara?—pregunto también.

—Pues esa cara que tienes.—se ríe.—Vamos, Skye…no trates de ocultar que nada te pasa porque sé de sobra que en efecto; te pasa algo.—largo un gran suspiro y muevo mi cabeza en señal de negación.

—Solo he estado pensando un poco.—respondo encogiéndome de hombros.

—¿Y en qué…?—pregunta de nueva cuenta.

—¿Tú crees que…?—comienzo y cuando mis ojos se encuentran con los de Mara niego lentamente.—No, nada…

—Oh, vamos. Dime.—reclama haciendo un pequeño puchero que más que convencerme me hace reír.—Skye…vamos…

—¿Crees que si hago un pequeño viaje y mi padre se enfada al final termine perdonándome…?—cuestiono alzando una ceja. Mara se queda en silencio un largo momento, deja escapar un largo suspiro y aparta la mirada un segundo.—Mara…—la llamo de nueva.

—Tu padre puede enfadarse por muchas cosas ¿sabes?—comienza.—Y sé que para ti su opinión es demasiado importante pero vamos a ser sinceros, que él se enfade realmente no significa que no vaya a perdonarte nunca más…sí, tal vez esté enfadado un tiempo pero estoy totalmente segura que al final de cuentas él terminará por perdonarte…es algo así como una maldición con la que suelen lidiar los padres…querer enfadarse pero no poder…

—Vaya…

—¿Qué es lo que pasa realmente?—pregunta la rubia sin despegar sus ojos de los míos.—¿Quieres hacer un viaje…?

—Algo así…

—Oh,  vamos…Skye…—me rio.

—Christopher me invitó a Forks…—suelto finalmente y sus ojos se abren con total sorpresa.

—¿Qué?—chilla.—¿Estás bromeando conmigo…?

—Nope.

—Oh, por…el divino infierno.—jadea.—¿Qué pasa si te quiere presentar con su familia como su futura novia o algo parecido?—me echo a reír.

—¿No crees que vas algo rápido?—cuestiono.

—Puf, no.—decide.—Sí o sí tienes que ir.—añade sin perder la sonrisa de sus labios.—¿Te das cuenta de lo que eso significa, Skye? ¡Christopher Vélez el que es probablemente el chico más caliente que vi alguna vez te está invitando a Forks! ¡Eso es genial!

—¿Tienes un fetiché con Forks, no?—bromeo.

—Dios, sí.—se ríe.—Es como si en mi otra vida yo hubiese vivido ahí...siempre he tenido una fascinación extrema por ese lugar, sin embargo; cuando planeé ir para vacaciones algo pasó y terminé yendo a la casa de la abuela…—Me rio.

—Tu abuela es una mujer genial.—decido.

—Claro que sí, lo es. Pero Forks también hubiese sido genial.—hace una pausa.—Pero de todos modos eso ni siquiera importa ahora mismo. Ahora lo que de verdad importa es que él te invitó a Forks y tú tienes que ir.

—Mara…

—De verdad, Skye…deberías de arriesgarte un poco y hacer las cosas que realmente quieres hacer…no te rijas solamente por las cosas que quiere tu padre, no dudo que quiera lo mejor pero a veces hacer lo mejor…—hace comillas con sus dedos—termina obligándote a hacer cosas con las que ni siquiera eres feliz…

—Supongo que tienes razón…—acepto.

—Además se nota a leguas que Chris babea por ti.—se ríe.—Y tienes suerte que un tipo como él babee sobre sí mismo por ti… ¿sabes? Por lo general los tipos así todos son unos hijos de puta que solo buscan follar y después botarte…Chris parece diferente.

—Follamos.—anuncio y me muerdo los labios. Los ojos de Mara se abren con tal sorpresa que la idea de que se le saldrán de un momento a otro atraviesa mi mente de manera fugaz.

—¿Qué?—chilla emocionada.—Ay, joder…Dios del sexo, al fin te dignaste a ser bueno con Skye…

Me echo a reír.—Basta, si te parece puedes publicarlo en el periódico escolar.—reclamo y ella se ríe también.

—¿Y qué tan bien lo hace?—me muerdo los labios otra vez tratando de contener la extensa sonrisa que está por formarse en mi boca mientras los recuerdos de mis dos encuentros sexuales con Christopher se reproducen en mi cabeza.

Pero es inevitable porque puedo sentirlo rozando su miembro contra mi parte intima. Puedo sentir sus besos sobre mis labios. Puedo sentir su boca sobre mis pechos. Puedo sentirlo moviéndose dentro de mí y es totalmente increíble la sensación que el solo recuerdo me provoca.

—Increíble.—respondo sin más.

—Oh, joder.—se ríe.—Dios, Skye…al fin eres la verdadera Skye…

—Oye yo sigo siendo la misma Skye de siempre.—me burlo.

—No es verdad.—decide.—La misma Skye de siempre podría haberle hecho competencia a la virgen María o algo así…

—¡Estúpida!—decido y Mara me lanza una mirada burlona.

—De acuerdo, con saber que fue increíble para ti es más que suficiente. No necesito demasiados detalles de todos modos…—Me quedo en silencio un largo momento procesando cada una de las palabras de Mara. Pensar en Christopher y en mí follando es definitivamente la cosa más…interesante.—Deja de pensar en eso, pervertida…—se queja haciéndome reír.

—No estoy pensando en eso.—replico.

—Por dios, sabes que sí.—se ríe.—En fin. ¿Has visto a Penny…?—cuestiona cambiando de tema finalmente. Y en silencio lo agradezco.

—Ayer estaba algo…tomada.—inquiero encogiéndome de hombros.—Al parecer estuvo bebiendo en la universidad. Christopher y yo la llevamos a su casa porque apenas y podía mantenerse en pie…

—Dios…—susurra.—Pues la he estado llamando toda la mañana pero simplemente no responde…

—Debe de tener una resaca monumental…

—Skye…—la voz de Luke llena el aire.

—Bien, creo que esta es mi señal.—anuncia Mara.—Te veré en el salón…—anuncia  antes de marcharse.

El silencio reina entre nosotros cuando Luke toma asiento en el mismo lugar en el que Mara estaba hace dos segundos. Inspiro con fuerza y anclo mis ojos en el suyos.—¿Qué es lo que quieres…?

—No quiero hablar absolutamente nada contigo.—respondo sin dejar de mirarlo.

—Skye, por favor…

—¿No te da cuenta que eres la última persona con la que quiero hablar justo ahora…?—cuestiono alzando una de mis cejas.—¿Qué es lo que quieres, Luke? ¿Quieres pedirme que te perdone?—cuestiono.—Pues pierdes el tiempo porque no lo haré…

—¿A caso una persona no tiene derecho a equivocarse…?—pregunta.

—¿Estás jugando conmigo, verdad?—replico.—¿Te das cuenta de lo que me estás diciendo…?

—Skye…

—¡Tú no te equivocaste!—reclamo.—Tú la estabas besando, Luke. Tú estabas engañándome con ella…—hago una pausa.—¿Te puedes dar si quiera una jodida idea de la manera en la que me sentí…? Ante mis ojos eras básicamente perfecto. Eras el jodido hombre perfecto. Te amaba como a nada en la jodida vida y te amaba tanto que yo quería permanecer a tu lado para siempre, como la estúpida más grande del jodido mundo…soñaba con  formar una familia contigo, tener algo lindo contigo pero en tan solo un segundo, Luke…terminaste de destruir todo…

—¿Estás tomándome el pelo?—inquiere en voz baja.—Nunca quisiste hacer el amor conmigo y aun así me dices que me amabas…

—¿Qué…?

—¿Qué es lo que querías, Skye…?—reclama él.—¿Querías que me quedara contigo jugando a la pareja feliz…? Necesitaba amor. Necesitaba de tu cuerpo. Necesitaba de tu calor ¿y qué fue lo que recibí…? ¡Que llevases un puto anillo de castidad en el dedo!—sus ojos me observan fijamente.—Pero ya no lo portas…

—Eso no te incumbe…

—¡Es por él!—decide.—¡Es por Christopher! No me puedes decir que desde que ese idiota llegó a tu casa las cosas cambiaron…tu cambiaste y ni siquiera tuve que quedarme a  tu lado para darme cuenta de eso pero lo que más me llamó la atención fue ver que te deshiciste de ese jodido anillo… ¿Por qué lo hiciste, Skye…? ¿Follaste con él?

—Eso es algo que a ti no te importa.—mi boca se abre pero la voz de Christopher es la que responde.—Lo que Skye haga con su cuerpo no es algo que te incumba en absoluto…

Luke se pone de pie desviando sus ojos de los míos para mirarlo a él. La tensión que se siente en el aire es condenadamente abrumadora, tanto que hace que mi piel de erice de golpe. Los latidos de mi corazón se aceleran y niego un poco.—Chris…—comienzo.

—¿Quieres que te diga si Skye folló conmigo?—cuestiona.—Pues sí. Lo hizo.

—¡Eres un maldito hijo de puta! ¡Y tú eres una zorra!—anuncia y un momento después sus cuerpos están tendidos en el suelo y los golpes comienzan. Mi cabeza es un montón de pensamientos revoltosos a los que no le puedo seguir el hilo. Las personas comienzan a acercarse a nosotros pero todo lo que puedo hacer es escuchar sus voces mezcladas.

—¡Paren!—el grito desesperado abandona mis labios cuando finalmente parezco haber salido del trance.—¡Chris, por favor!—pide en voz baja.—¡Chris!

—¡En tu maldita vida vas a volver a hablar mierda sobre Skye!—demanda la voz de Christopher permitiéndome percibir la ira.—¡Vas a pedirle una disculpa porque si no lo haces te juro que te vas a arrepentir! Haré que todos tus malditos huesos terminen hechos polvo si no lo haces y tu plan mediocre de ser una futbolista profesional terminará incluso antes de haber comenzado…—los latidos de mi corazón se triplican.

Tal vez solamente es la ira que embarga el cuerpo de Christopher. Tal vez es solo una manera de amenazarlo pero absolutamente nadie puede negar que su tono de voz parece ser bastante seria.

—¡Eres un maldito loco!—le espeta Luke.

—¡Para ya, Vélez!—una voz llena de autoridad inunda las masas de aire. Levanto la mirada de inmediato encontrándome con el rubio misterioso del otro día. Christopher detiene sus movimientos bruscos y parece desenfocarse por un momento.
El puño de Luke golpea con fuerza su coronilla y el cuerpo de Christopher cae inconsciente.

—¡Christopher!
 

Mis ojos se abren lentamente y un gemido de dolor escapa de mi garganta. La habitación está en penumbra y cuando paso mis ojos por ella encuentro a Skye  sentada sobre el sofá contemplándome en silencio.

—Skye…—murmuro lentamente. Sus ojos me miran fijamente y se pone de pie lentamente para acercarse a mi cama.—Escucha, yo…

—No tenías que agarrarte a golpes con Luke…—comienza.—No entiendo que fue lo que pasó…

—Tampoco tenías que decirle que nosotros estuvimos juntos…

—Él te ofendió.—recrimino de inmediato.—Y yo no iba a dejar que él te ofendiese sin razón alguna…

—Pero la violencia no es una opción.—anuncia.

—Me sacó de mis casillas, realmente no tengo una buena excusa…

—Me he dado cuenta.—admite.

—Vamos, no te enfades conmigo…—repongo.

—Realmente lo estoy…

—¿Cómo puedo hacer para que ese enfado se termine…?—pregunto poniéndome de pie con pasos lentos. Ella me mira fugazmente y niega un poco mientras me acerco. Mis brazos rodean su cintura y sus ojos azules me miran fijamente por largos segundos.—Skye…

—No lo sé…—Nuestros labios se encuentran. Skye pasa sus brazos por detrás de mi cuello profundizando nuestro beso y aprovecho ese pequeño gesto para introducir mi lengua en su boca. Un jadeo escapa de inmediato y automáticamente ante el diminuto sonido mi polla comienza a endurecerse.—Para un poco—ordena pero no lo hago.—Recuerda que estoy enfadada contigo.—anuncia tomando mi rostro entre sus manos.

Nuestros ojos se conectan un segundo en el que ella parece demasiado desenfocada.—¿Ah, sí?

—Sí.

—¿Y cómo puedo hacer para que me perdones…?—cuestiono inocentemente. Skye niega lentamente.

—Nunca voy a perdonarte…—anuncia.

—¿Ah, no?—niega.—Bien, supongo que tendré que hacer méritos para conseguir tu perdón…—comento inocentemente y por un breve segundo puedo ver pequeñas llamaradas de fuego atravesar por los iris azules de sus ojos.

—Muchos méritos.—decide.

—Creo que puedo comenzar ahora mismo ¿no crees?—ella me ofrece una pequeña sonrisa antes de  volver a besarme con tanto fervor como sí de eso dependiese su vida. Mis labios dejan un beso en su cuello y la veo cerrar sus ojos un segundo disfrutando de mis caricias. Busco el dobladillo de su blusa y la saco de mi camino pero Skye no se queja.

—¿Quién te dijo que quiero que me folles?—cuestiona ella.

—Los dos sabemos que lo quieres.—anuncio. Skye se muerde el labio inferior.

—Convénceme…—murmura. Una sonrisa maliciosa aparece en mis labios y soy rápido para sacar su sostén de su cuerpo. Sus pechos quedan libres ante mí y sin más llevo mi boca a ellos.—Oh, por Dios, Christopher…—gime pero no respondo. La tomo de la cintura elevándola unos centímetros del suelo y camino lentamente hasta el escritorio de mi habitación colocándola encima. Succiono sus duros pezones arrancándole gemidos de placer que de inmediato llenan la habitación.—Si hubiese sabido que el sexo era así de bueno te juro…

Me aparto lentamente y sus ojos  me miran.—Si hubieses sabido que el sexo era así de bueno no fueses mía…—anuncio.—Seguirías con Luke porque eso era lo que él quería…

—No hablemos de él.—responde antes de volver a besarme. Sus manos buscan liberar mi cuerpo de mi camiseta y cuando la saca sigue con su labor hasta que la única prenda que me cubre es mi bóxer que de a poco siento la presión que ejerce sobre mi polla erecta.

—Claro que no vamos a hablar de él.—respondo desabotonando sus pantalones.—De hecho, no hablaremos de nadie, ni siquiera hablaremos.—anuncio mientras deslizo la prenda por sus piernas. Un jadeo escapa de sus labios y vuelvo a morder sus pechos son fervor. Skye gime mientras acaricia mi cabeza pero no me aparta ni un solo centímetro. La atención que mi boca está dándole parece gustarle demasiado.—Recuéstate sobre el escritorio…—le ordeno.

Ella lo hace sin replicas. Mis manos deslizan sus bragas por sus piernas dejando el descubierto la parte de su cuerpo que me pertenece –aunque en realidad toda ella lo hace-; la observo en silencio y mi polla palpita dentro de la tela de mis boxers.—Chris…

—Abre las piernas…—decido. Mis ojos se encuentran con los de Skye y ella traga con dificultad.—Skye…no lo volveré a repetir una vez más…

Y lo hace.

La vista que me ofrecen sus piernas abiertas es espectacular, puedo ver la humedad que hay en su coño haciéndolo lucir completamente apetitoso; y solo sirve para que mi pene se vuelva todavía más rígido cuando mis ojos caen sobre su sexo completamente dispuesto para mí.  Deseoso de mí. Llevo mi mano hasta su entrada y colocando mi dedo incide sobre su monte de venus comienzo a deslizarlo lentamente hasta que encuentro su clítoris. Hago presión sobre él y un pequeño grito brota de sus labios acabando un poco más con mi autocontrol cuando mi dedo se hunde en su interior. Cada gemido y cada jadeo que escapa de ella hacen que mi paciencia y el control que tengo sobre mí mismo flaqueen un poco más. Trazo pequeños círculos en ella y presiono  por largos minutos con fuerza sobre su clítoris haciéndola gemir sin control mientras Skye arquea su espalda y se retuerce de placer sobre la superficie del escritorio.
Aparto mi mano un momento y de una sola estocada que la toma por sorpresa la penetro introduciendo un par de dedos más.  Tan profundamente cuanto puedo y Skye comienza a mover sus caderas contra mi mano cuando encuentro su punto G. Lo sé. Sus gemidos me lo dicen.—Oh, joder. Chris…—gime.

—¿Qué pasa, preciosa…?—cuestionó retirando mis dedos y penetrándole una vez más.

Sonrío para mí mismo cuando no es capaz de responder porque de sus labios solo puedo conseguir gemidos de placer y sigo con mi labor por varios minutos más. Torturándola hasta que no me creo capaz de continuar. Me aparto lentamente y ella se incorpora con una amplia sonrisa tirando de sus labios. Deslizo fuera de mi cuerpo la última  prenda que me cubre y me estremezco por completo cuando siento la mano de Skye tomando mi glande. Su mano sube y baja por toda mi longitud con extrema lentitud; está tatuándome y yo estoy permitiéndole que lo haga porque en realidad me gusta. La imagen de ella con mi polla en su dulce boca hace que me endurezca de ser posible todavía más.

Es totalmente caliente imaginarlo. Pero no hoy.

Su piel que me quema contra mi piel. Es como si fuese fuego puro. Un fuego abrazador que me hace gemir y ella parece que ni siquiera es capaz de darse cuenta de ello.

Ella vuelve a besarme con frenesí y cuando mi cuerpo no puede seguir soportándolo más la empujo suavemente sobre el escritorio.—Separa las piernas ahora mismo.—le ordenó en medio de un gruñido.

Ella lo hace de inmediato abriendo sus piernas tanto como le es posible. Alcanzo un paquete plateado del cajón  y lo deslizo sobre mi miembro lentamente tratando de torturarla; coloco la punta de mi glande en su entrada penetrándola un par de centímetros sin hacer presión realmente.—Chris…—murmura lentamente. Puedo sentir la humedad que hay en sus labios inferiores y puedo sentir lo caliente que está.—Dios, te necesito más dentro ahora mismo…

—No.—respondo.

—Christopher por el amor de Dios…vamos, solo un poco más…—suplica.

—Estás completamente mojada…

—Por favor…—murmura en medio de un gemido.

Sus palabras hacen que mi piel se erice de golpe y finalmente entro en ella de una sola estocada. Un grito de placer escapa de los labios de Skye y una sonrisa maliciosa adornan los míos.

Sus músculos internos se estiran dándome la bienvenida y por un segundo tengo la sensación de que me voy a correr. La presión que hacen sus músculos vaginales sobre mi pene me hace delirar. El placer que embarga mi cuerpo es totalmente descomunal. Me abruma pero aun así no detengo mis movimientos. Las piernas de Skye rodean mi cadera impidiendo que me aleje demasiado –aunque tampoco es que vaya a hacerlo de todos modos-.

—¿Sigues enfadada conmigo…?—pregunto en medio de un gruñido. Skye gime.

—Sí.

—Perfecto, tengo toda la tarde para hacerte cambiar de opinión…—decido entre gemidos y embestidas.

—Christopher…

—¿Si, cariño?—cuestiono inocentemente.

—Voy a correrme…

—Hazlo.—respondo.—Este es solo nuestro primer round, voy a pasar el día entero dentro de ti follándote hasta que tú olvides que estás enfada o hasta que olvides tu nombre, cualquiera de las dos cosas que pase primero…

—Bien.—jadea.—Porque si crees que voy a perdonarte tan fácil, estás equivocado…

Me rio mientras vuelvo a penetrarla.—Ya te lo dije, Skye…no tengo problemas con pedir perdón todo el día y en cualquier posición que pidas…

Skye se muerde los labios.—Quiero ver eso…
 
 
 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top