16.
Elsa.
—¿Me estás tirando indirectas? —cuestioné molesta mirando a Anna en el sillón—, basta de relacionar mi vida con canciones.
—Hermana, es totalmente necesario mostrarte esto. Mira que si hicieran un musical tuyo sería bastante doloroso, esto es solo Mamma Mia —comentó y me invitó a sentarme a su lado— ¿Qué tal todo?
—¿Qué te digo? Oficialmente, todo está en aclarado—dije sentándome a su lado— misteriosamente... Me siento en paz —suspiré dejando cae mi cabeza hacia atrás—, siento como si algo hubiera salido de mi cuerpo y lo dejará más liviano.
—Como cuando te estriñes y después de mucho vas al baño —reí con su comentario.
—Justamente así —le di la razón.
—¿Ahora que sucederá? —preguntó Anna.
—Disfrutar por un tiempo... —tomé aire volviéndome a incorporar—. Realmente no sucederá algo nuevo ahora. Jack se va del estado y es poco probable que le vuelva a ver.
—¿Mantendrán el contacto? —asentí levemente— ¿Mucho, mucho o poco, poco? —comentó y la miré enarcando mi ceja.
—¿Poco, poco? —respondí sin estar segura—, solo habrán mensajes, ambos no tenemos tiempo para contestar mensajes tan seguido.
—¿Y cómo fue el camino de regreso? —preguntó Anna.
Suspiré recordando lo que hace casi nada había sucedido. No fue nada malo o incómodo, todo fue una mezcla de emociones que no sabía cómo sentirme en realidad.
[Well I Wonder — The Smiths]
Flashback.
—Siempre amaste esta canción —mencioné leyendo el nombre de la canción en el tablero del estéreo.
—Sí... Últimamente la he escuchado más veces de lo normal —comentó suspirando.
Apreté mis labios mirándolo. A pesar de terminar las cosas como lo hicimos, podía notar demasiado dolor en su rostro.
Sus ojos lo delatan demasiado, ciertamente habían perdido una gran parte de su brillo.
—Estarás bien, Jack... —susurré sin parar de mirarlo—, siempre has salido adelante... Puedes con esto y mucho más...
—Lo sé... Es solo que, tardaré en procesar que no hay nada más de nosotros. No sé cuando acabará, pero mientras ocurre eso, aún me seguiré cuestionando si sigues pensando en mí... —rió levemente—, lo siento, debe ser desgastante pensar en mí.
—Es inevitable no pensar en ti, Jack... Es raro el día en que no logro pensar en ti y aún así, en las noches antes de dormir siempre viene un recuerdo tuyo —admití—. Fuiste algo tan importante en mi vida que cuando nos separamos fue imposible no verte en cualquier cosa de mi día a día.
—Sí... Me pasa igual —asintió levemente.
—Debo decir que al principio fue doloroso y deseaba con toda mi alma dejar de pensar en ti... Aunque después de saber que es inútil, con el paso del tiempo, ese pensamiento se vuelve menos doloroso y llegas a un punto en que simplemente ya no te afecta.
—Los recuerdos me sofocan y aplastan cada que pueden, pero misteriosamente sigo vivo y de pie —sonrió de lado—. Ojalá pase esto pronto... ¿Sabes? Me encantaría ser como esa película que nos gustaba; borrar nuestra memoria, desechar todos los recuerdos materiales y seguir mi vida como si nada hubiera pasado —dijo algo divertido—, aunque sería imposible porque-
—Porque misteriosamente estamos unidos y no podemos olvidarnos, aunque queramos —completé interrumpiendo.
—Sí... Justo eso... —apretó sus labios y siguió manejando—. Lamento que siga tocando el tema.
—No te preocupes, tampoco sé de qué tema hablar ahora sin que ninguno de los dos esté incómodo o cuestionándose sobre la existencia —mencioné divertida. Jack soltó una leve risa.
—Entonces que sea temas qué tocar en terapia —reí a su comentario—. Me imagino al psicólogo escribiendo una novela completa o quizá golpeándome por cada tontería que hice.
—Seguro hace complot con un psiquiatra y me encierran por meses ahí, o quizá para siempre —seguí el juego.
—Si tus amigos te escucharan te golpearían por hacer chistes como esos —mencionó y le miré arqueando mi ceja—. Está claro ¿no?, me quedé sin amigos y obviamente no tengo a nadie quien reír con chistes como estos —dijo antes de que yo pudiera decir algo—. No menciones a Hiccup, entiendo que se haya alejado un poco después de lo ocurrido.
—Tan solo está asustado de lo que pueda hacer Mérida —comenté.
—Ay por favor, hablamos de Mérida, hasta yo estaría asustado —dijo con temor en su voz—. No te sientas mal, es el precio que estoy pagando.
—¿A caso lees mis pensamientos? —Jack me miró de reojo— Cuando no separamos pensé que estaba pagando un precio bastante alto por todo, siempre culpé a tus malditos ojos azules.
—¿Mis ojos de ángel? —preguntó y lo miré intrigada—, Anna me decía eso. Sabes como ama
—Mamma Mía —dijimos al unísono y reímos juntos.
—De ángel no tengo nada, soy una bola de inmensas inseguridades y traumas que solo destruye todo a su paso —dijo y suspiré acariciando su espalda.
—Jack, hiciste cosas malas y eso está claro, pero... Eres el villano de una historia mal contada —él frunció su ceño confundido sin quitar la vista del camino—, quizá si nosotros hubiéramos crecido de manera diferente, seríamos capaces de resolver nuestros problemas, ya sabes... Comunicándonos, es base para toda relación, además de la confianza claro.
—¿Por qué me buscas justificaciones? Y-yo-
—No son justificaciones —interrumpí— tan solo te quiero decir que de no ser que las circunstancias fueran diferentes, tal vez no hubieras cometido estos errores... Pero, estoy segura que aprenderás de ello y dentro de poco sabre que te has vuelto a elevar.
—Gracias... —murmuró— Mierda, eres lo mejor que hay en el mundo... Me encantaría darte en estos momentos algo retroactivo, pero me temo que me he quedado sin consejos.
—Supongo que es lo menos que puedo hacer por tantos años siendo mi soporte —una leve sonrisa apareció en su rostro.
—Si tu lo dices —dijo aún sin borrar la sonrisa.
Fin del Flashback.
—Rayos, perdí la apuesta con Mérida —gruñó en bajo y la miré— Aposté diez dólares creyendo que ustedes estarían gritando y golpeándose.
—¡Anna! —grité recriminándole— ¿Cómo puedes apostar algo así?
—Porque soy tu hermana y quiero y puedo hacerlo —respondió—. Cambiando de tema, me alegra que se resolviera todo.
—Sí... A mi también —dije con un hilo de voz.
—Por favor, no me digas que estás arrepintiéndote —Anna intervino rápidamente y negué.
—No, no... Es solo que, es algo increíble de creer... Duele, aunque no lo creas, esto duele —miré mis manos—, durante meses estuve pasando diversas etapas que no puedo creer que llegara a este punto. A dondequiera que vaya, él estará ahí y me dolerá recordar todos los buenos momentos, pero sé que están ahí para recordarme que los tiempos malos se han ido —sonreí levemente—. Estoy bien con eso.
Anna no dijo nada, tan solo se acercó a abrazarme y a recargar su cabeza en mi hombro.
—Ha terminado, Elsa... Todo ha acabado —murmuró Anna acariciando mi espalda—. Lo hiciste bien.
Apreté mis ojos y asentí sintiendo algunas lágrimas recorrer mi rostro.
Dos años después.
—¿Así que ustedes dos piensan casarse? —cuestioné mirándolos— ¿Están seguros de esto? ¿No desean una unión libre?
—Elsa —recriminó mi madre.
—Es una responsabilidad demasiado grande, solo digo eso —crucé mi pierna tomando de mi café.
—¿Qué sabes tú de responsabilidad cuando ni siquiera llegaste al matrimonio? —Anna cuestionó y tosí casi escupiendo el contenido que tenía en mi boca— Lo siento, toqué terreno peligroso.
—Graciosa —murmuré—. Sí, no llegué al matrimonio pero tuve bastantes años en una unión libre y —la miré haciendo ojos de cachorro—, y estoy segura que ustedes lo harán mucho mejor que yo —sonreí mirándolos.
—¡Genial! ¡Tenemos ya la aprobación de ambas! —Anna festejó sacudiendk a Kristoff— ¡Tenemos que decirled a los demás!
Sin decir nada más, Anna jaló a Kristoff de la mano alejándose hacia el lago del parque. Hace un tiempo que Anna había terminado su universidad y tan solo unos meses después vino a anunciar su matrimonio con Kristoff.
—¿Te irás a casa? —pregunté sin ver a Iduna.
—Ellos están bastante ocupados, será lo mejor —respondió y vi de reojo que ella giró su cabeza para verme—. Gracias por invitarme.
—Al final de todo, eres nuestra madre y esto le ayudó bastante a Anna —mencioné aún sin verla— ¿Gustas que te lleve? —pregunté tímida.
Es cierto que ella y yo nos separamos hace dos años, pero la vida nos ha hecho juntarnos poco a poco y es algo extraño y mágicamente increíble que una relación madre e hija está formándose. Aún no la visito todos los días y ni siquiera le llamo, pero el simple hecho de solo vernos y no gritarnos o insultarnos es un avance.
A pesar de haber pasado unos años, las heridas con ella tienen poco a que cicatrizaron y no quisiera quitarles las costra tan rápido. Actualmente me debato si volver a darle paso a mi vida o en realidad no, supe que tanto ella como Jack fueron los villanos de una historia mal contada.
—¿Me harías ese favor? —preguntó y asentí levemente—. Y-yo... Gracias...
—Sí —dije cortante.
(...)
—Maneja con cuidado y suerte con lo de hoy —dijo mi madre al salir de mi auto.
—Espera ¿Anna te lo dijo? —pregunté mirándola, ella negó— Ah... Rapunzel.
—Ella solo mencionó a Jack, deduje que lo estarías viendo en estos días —dijo rápidamente—. Tranquila, ella no ha estado preguntando por ti y aunque lo hiciera, no sabría que decirle.
—Ese es un buen punto —le di la razón sabiendo que mi madre apenas sabe mi nombre y que aún sigo viva, además de que mi comunicación con Rapunzel se reduce a cero—. Pues sí, lo voy a ver y gracias.
Ella asintió y se alejó para entrar de nuevo a la casa. Suspiré y manejé hacia la ubicación que tenía en el tablero del auto. Tiene pocos meses a que pude adquirir un auto y sobre todo a aprender a manejar.
Miré por fuera la cafetería tan memorable y sonreí de lado. Al entrar en ella, un cabello rebelde llamó mi antención y noté a Jack alzando su mano y sonriéndome alegremente.
—Tienes diez minutos de retraso —mencionó mirando su reloj de mano—. Si no querías verme me lo hubieras dicho.
—Cállate, dejé a mi madre en su casa —me senté frente a él—. Gracias por el capuchino.
—Es tu favorito, que no se pierdan las bonitas costumbres —sonreí de lado—. Hola.
—Hola —saludé de igual manera—. Creí que vendrías hasta navidad.
—Yo también lo creía, pero tuve que mover mis planes —dijo tomando un trago de su café—, aún no sé si vendré de nuevo para navidad o si mi familia irá conmigo.
—¿Algo en especial? —cuestioné levantando mis cejas.
—Más bien diría, que es alguien especial —lo vi sonreír.
—¿Qué tal todo con esa persona? —volví a preguntar.
—Ruidosa, manipuladora y bastante llorona —respondió. Lo miré confundida y él suspiró sacando su celular.
—¿A dónde diablos te fuiste a meter? —fruncí mi ceño. Jack rió levemente y me mostró una carpeta completa de fotografías. Miré su celular y observé el contenido—, es una bebé... —murmuré analizando las facciones de la bebé que graciosamente era toda la cara de Jack.
—Sí, lo que puede hacerse tras una noche de copas —mencionó y lo miré asombrada—, esa misma cara tuve. Es imposible negar su parecido a mí.
—¿Cómo? —pregunté.
—No te daré clases de educación sexual y biología —rodé los ojos—. Fue durante un congreso, todos fuimos a tomar y bueno, algo pasó ahí con una compañera... Fue un pequeño secreto, ambos estamos separados y solo nos vemos para cuidarla y esas cosas.
—Jamás creí que tu quisieras ser padre —entregué su celular—. Lo habíamos hablado, pero siempre hubo ese miedo a lo que pudiera ocurrir.
—Lo sé y no estaba en mis planes. Creo que no soy tan mal padre después de todo, por el momento no necesita un psicólogo y todo marcha bien —relamió sus labios—. Se llama Harriet y es la razón por la que tuve que ahora estoy aquí, vinimos a que mi familia la conociera.
—¿Ambas están aquí? —él asintió— Felicidades, estoy segura que después de tanto, Harriet es la niña más afortunada por tener al mejor padre del mundo —Jack empezó a reír avergonzado— ¡Digo la verdad!
—Espero que así sea —dijo entre risas—. Gracias, Elsa. Y bien ¿Cómo te ha ido?
—Soy ahora la mano derecha de Bella, sigo en terapia, las cosas con mi madre están algo mejor, supongo y no tengo ninguna relación por el momento —resumí todo antes de tomar algo de capuchino—. Oh, adopté un gato blanco, se llama Olaf.
—¿Olaf? ¿Para un gato blanco? Tendría más sentido si fuera un perro —pateé su tobillo debajo de la mesa—. Auch.
—Es un gran nombre, no te burles de mi pequeño Olaf —gruñí mirándolo amenazante. Ambos reímos.
—Saludos a Olaf de mi parte, si tuviera algo de vino haría un brindis por él —comentó.
—Pero tenemos café —elevé mi taza y Jack chocó la suya con la mía—. Por Olaf y Harriet.
—Por Olaf y Harriet —dijo y sonreímos ambos antes de tomar de nuestras tazas.
—Y por los hermosos ojos de Harriet, apuesto mis fichas a que ella si es la verdadera ángel con ojos de ángel, no como otra persona —mencioné burlona.
—Ja, ja... Sigue burlándote —murmuró con el borde de su taza en los labios.
Ambos seguimos conversando y poniéndonos al día. Casi siempre que Jack venía de visita a la ciudad aprovechábamos la oportunidad para poder vernos. En cuanto a mensajes, no somos tan activos en contestarlos y hemos preferido por guardar todo para en estas ocasiones de vernos.
Poco a poco hemos aprendido a forjar una buena amistad dejando de lado todo lo malo que ocurrió entre nosotros, dejamos atrás todo lo que nos pasó y seguimos mirando al frente y caminando. Como pareja no funcionamos, pero como los mejores amigos y confidentes hemos hecho un gran trabajo.
—Me alegra verte de esta manera —arqueé mi ceja mirándolo—. Feliz y satisfecha, mereces esto y te felicito por seguir de pie.
—Te lo agradezco y admito que también me gusta verte de esta manera. Eres otra persona, Jack —sonreí sin dejar de mirarlo.
Verlo frente a mi revive una pequeña chispa de nostalgia que rara vez aparece en mí. Hubiera sido encantador tenerlo como pareja justo siendo la persona que es, aunque ahora es excelente lo que tenemos por el momento.
Somos amigos. Como siempre lo hemos sido, compañeros de vida.
—Estoy encantada de conocerte, Jack —murmuré y él tomó mi mano acariciando el dorso de ella con su pulgar.
—Estoy encantado de conocerte, Elsa —dijo de la misma manera.
Aceptar esta cita fue la mejor decisión que he tomado en mucho tiempo.
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¡Hola! ¿Cómo están?
Con esto llegamos al final de "Angel Eyes".
Estoy llorando, lo juro, le tuve demasiado cariño a este fic y ahora saber que lo he terminado, me llena de miles de emociones.
Quise dejar esta temática en que ambos siguen siendo amigos sin ningún interés romántico entre ellos, además, no siempre pueden existir los finales de cuentos de hadas. Quiero también mencionar que espero noten algunas similitudes con el primer capítulo, siempre tuve en mente que Elsa iniciara el primer y último capítulo.
Espero les haya gustado este fic y que al menos se quede un pequeño rincón de su corazoncito <3
¡Muchas gracias por leerlo! Gracias por su tiempo para esto y en verdad, gracias por el apoyo. No tendré una forma de agradecerles todo lo que hacen; sus comentarios, votos y todo.
Si gustan seguir apoyándome, estaré haciendo algunos trabajos Jelsa y de otros ships, de no ser así, espero tener pronto ya una lista donde están unas joyitas Jelsa que espero les sirvan como recomendación de lectura.
Gracias por todo.
Los tkm y sale bye.
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