15.
Agarrense porque el penúltimo capítulo viene largo.
Les recomiendo que si se quieren ambientar, vayan a escucharla con la Playlist de fondo 😉.
Jack.
—Mérida me va a dejar después de esto —suspiró Hiccup bajando la cabeza—. Más te vale que mi cabeza no termine rodando por las escaleras o forme parte de la decoración de halloween.
—Trataré de que no ocurra eso —le sonreí de lado dándole palmadas en la espalda.
Hiccup abrió la puerta de su departamento, ambos entramos y rápidamente salió Mérida de una habitación; tenía su cabello amarrado en una coleta y usaba calcetines con sandalias.
—¿Qué hace ese idiota aquí? —preguntó con furiosa Mérida.
—A decir más idioteces —respondió Hiccup y se alejó unos pasos de mí—. Por favor, no me hagas dormir en el sofá, cariño ¡Fui manipulado para hacer esto!
—Es cierto todo menos la manipulación. Hiccup accedió a que hablara contigo... Yo se lo pedí —intervine tratando de ayudar a mi amigo.
—Y accedió sin consultarme —dijo entre dientes Mérida— ¿A qué vienes?
—Pedirte permiso de algo —respondí inmediatamente, ella me miró confundida y suspiré—. Mérida, necesito hablar con Elsa.
Sentí mi mejilla arder. Puse mi mano sobre el lugar en que Mérida había dado una bofetada. Creo que esto no es lo único que merezco.
—Eres la única que puede hablar con Elsa... Si pudieras comentarle que deseo hablar con ella me ayudaría bastante... —continué y sentí de nuevo otro golpe en mi mejilla contraria. Noté a Hiccup queriendo intervenir y levanté mi mano deteniéndolo—. Está bien... Esto y más es lo que merezco.
—¿Por qué no dejas de decir estupideces? —preguntó Mérida entredientes.
—Porque es el único idioma en que me comunico —respondí mirándola—. Golpéame, escúpeme y si quieres patéame, pero yo necesito hablar con ella.
—¿Para qué? Espero sea una buena razón —cuestionó.
—Porque sé que hemos dejado cosas inconclusas —contesté—, esto no ha acabado aunque parezca que ya terminó.
—¿Piensas regresar a suplicarle que vuelvan? ¡Quieres seguir jodiéndole la vida! —exclamó con fuerza haciendo que cerrara mis ojos.
—No quiero hacerlo... Lo juro... Por favor Mérida, y-yo no puedo seguir con esto... Debo aclararle todo aunque sé qué no regresaremos. No quiero volver a estar con ella porque solo le traería problemas —tragué saliva—. Me voy en unas semanas a otro estado y... No quiero irme así.
—¿T-te vas..? —asentí cuando preguntó.
—Finalmente me voy... No volveré a esta ciudad. Al fin acaba todo —apreté mis labios mirándola—. Escucha, sé mejor que nadie que yo no tengo perdón... Sin embargo, no puedo irme con esto pendiente. Alguno de los dos siempre es el primero en irse, esta vez no quiero que ninguno se vaya hasta que aclaremos todo...
Bajé mi cabeza, he pasado estos días sintiéndome sin energía para vivir. Las mañanas siempre se hacen pesadas y salir de la cama parece ser un reto de vida o muerte. Sobrepensar las cosas nunca termina siendo bueno, sin embargo, se vuelve casi imposible no escuchar a los pensamientos que vienen como huracán.
Pienso en lo que hice, soy un monstruo, no merezco el perdón y jamás lo tendré. Estoy consciente ahora de la tontería que hice, poco a poco me encargué de destruir a la persona que más he amado.
—No sé que planeas, pero sea lo que sea, por favor no le hagas más daño —insistió Mérida y apreté mis manos aún mirarle.
—Le he hecho lo suficiente como para querer lastimarle más —dije entredientes— ¿Crees que de verdad voy a pedirle una oportunidad? ¡No tengo otra oportunidad con ella! Terminó y no habrá vuelta de hoja, pero hubo algo que nos unió y aunque pareciera que eso se rompió la verdad es otra —expliqué respirando agitado— ¿Piensas que la vida me sonríe porque tengo un mejor empleo? ¿Crees de verdad eso? Pareciera un premio, pero la verdad es que es un total castigo.
—No veo el por qué debe ser un castigo —Mérida se cruzó de brazos.
—Porque hay algo que detesto y es estar solo... Pasé mucho tiempo estando solo que ahora odio estarlo, pero me he quedado sin nadie a mi lado y es justo por lo que hice. Me largo del estado completamente solo, sin ninguna compañía y sin nadie que me recuerde o sepa que estaré ahí —dije mirándola—. Dime ¿Qué peor castigo hay si no es el quedarte solo?
—Jack... —murmuró Hiccup.
—¿Qué quieres que haga para que hables con ella? —tragué saliva mirándola—. Haré todo...
—Si me la dejas con más traumas yo misma te cuelgo de la azotea —amenazó señalándome.
(...)
—Uh ¿A dónde tan elegante? —preguntó Rapunzel mientras sostenía un tazón lleno de palomitas y pausando la película.
—Me reuniré con alguien especial —respondí acomodando mi suéter.
—¿Un sábado a las 4 de la tarde? ¿En serio? —enarcó su ceja. Suspiré y la vi levantarse para caminar hacia mi— Suerte con Elsa... Todo saldrá bien.
—¿Qué pasa si todo sale peor? —pregunté y sentí un abrazo de ella— ¿Estoy haciendo lo correcto?
—No lo sé, jamás había visto que alguien después de todo regresara para arreglar las cosas... Solo lo vi en las películas —murmuró Rapunzel—. Pero, sé que no estás solo y nunca lo estarás.
—No mientas por convivir, ambos sabemos que estoy más solo que perro callejero —corregí y Rapunzel dio un leve cabezazo en mi pecho.
—Eso te hace creer tu culposo cerebro —ella se separó de mí—, tu puedes campeón.
Sonreí levemente y salí del departamento con mis cosas. Siento que el estómago se me revuelve y estaré a nada de vomitar, tengo tantos nervios...
Necesito un milagro para hacer esto.
Tomé el auto y manejé en dirección a la cafetería donde comenzó todo, ese lugar que a la vista de todos es una cafetería común y corriente, pero que para la vista de Elsa y mía siempre fue el lugar más mágico que pudimos encontrar, sonará muy cursi, pero era nuestro lugar de cuentos de hadas.
Dejé el auto en el estacionamiento y me adentré a la cafetería, entre todas las personas, no había nadie que diera señales de ser Elsa. Tomé asiento en una de las mesas y ordené dos cafés. Uno capuchino como el favorito de Elsa.
Di varias vueltas a la taza y en mi mente se dió una fuerte discusión de cómo ordenar mis ideas y no decir algo incoherente cuando esté con ella.
El sonido de la campana llamó mi atención y vi a Elsa entrar, usaba un lindo vestido azul celeste qué lo combinó con un elegante saco de negro. Reí mentalmente, pues pareciera que en vez de una cita está asistiendo a una entrevista de trabajo.
—Primera vez que llegas a tiempo —habló ella sentándose frente a mí—. Un premio por tu puntualidad.
—No quería llegar tarde de nuevo —jugué con la cuchara—. T-te ves hermosa... El azul combina totalmente contigo —tragué saliva nervioso ¿Qué? Elsa es una mujer bastante hermosa, ella hasta con pijama es sexy.
—Oh... Gracias —dijo con un leve sonrojo. Sonreí levemente, siempre amé su sonrojo. Su vista bajó hacia la taza frente a ella y apareció una leve sonrisa—. Pediste un capuchino.
—Es tu favorito, jamás lo olvidaría —sonreí de igual manera
—Gracias por recordarlo —dejó de mirar la taza para verme—. Bien... Accedí a esto porque siento que no dejarás en paz a Mérida y ella seguirá quejándose a cada minuto.
Vaya, entonces solo accedió por Mérida, no exactamente por ti. Me sorprende un poco, pero no demasiado, yo mismo fui quien le pidió a Mérida aunque esperaba que Elsa deseara hablar conmigo.
—Gracias por acceder —rasqué mi nuca nervioso—, sabía que con Mérida no fallaría.
—Pensaste bien —ella comentó.
Elsa.
No podía creer que yo misma estaba frente a Jack de nuevo, hace meses que fue nuestro último encuentro en este mismo lugar y hace poco tiempo que nos topamos fuera de mi antiguo departamento.
Si no aceptaba, Mérida iba a seguir insistiendo y eso realmente es cansado.
Flashback.
—¡Elsa por favor di algo! —gritó sacudiendo mis hombros— Si no aceptas él seguirá jodiendo mi existencia y ganas no me faltan para colgarlo de un puente.
—No me amenaces, desgraciada —gruñí haciendo que de sentara a lado mío. Ella soltó un suspiro.
—Escucha, no quisiera hacerte pasar por eso porque sé que no deseas verlo... Pero, ah... Sabes como es él y no te dejará en paz hasta que hablen, quisiera darte un boleto para que huyas del país, pero no lo tengo. Así que si no quieres que después él esté buscándote e interrumpiendo tu trabajo, pues... Quizá debas hablar con él —miré atenta a Mérida y apreté mis labios viendo hacia otro lado.
—¿Exactamente qué quiere hablar? —pregunté en voz baja.
—Dijo que las cosas estaban inconclusas —escuché como tragó saliva pesadamente—, se va del estado en unas semanas y dijo que no podía irse sin antes arreglar todo contigo.
—Ese es el problema, generalmente siempre él es el que se marcha primero y por eso nunca terminamos algo como se debe —repliqué—, se hubiera ido de una vez por todas. No entiendo por qué ahora quiere arreglar las cosas.
—¿Tú alguna vez lo has pensado? —la miré confundida—, ya sabes, terminar todas las conversaciones que quedaron inconclusas con Jack.
Bajé levemente mi mirada, y quizá nunca lo mencioné, pero siempre deseé al menos poder dar un punto final a todo. Sí, ambos terminamos y cada quien tomó un camino separado, es solo que forma parte de aquellas veces que sientes que algo no está completo.
—Bien, hablaré con él... —murmuré y sentí el abrazo de Mérida.
Fin del flashback.
—Creo que esta vez tomaré la iniciativa —carraspé mi garganta y tomé aire antes de hablar—. Escuché que te irás a otro estado.
—No escuchaste, te lo dijo Mérida —dijo en tono burlón.
—Da igual cómo me enteré —dije rápidamente.
—Si tu dices. Sí, me ofrecieron un mejor trabajo y creo que es buena oportunidad para crecer —respondió.
—Es lo que siempre quisiste —mencioné recordando aquellas veces que se quejaba por no tener un mejor trabajo.
—Aunque siempre soñé tener ese trabajo con tal de que estuvieras a mi lado —mencionó murmurando—. Claramente sabemos que si no funcionamos estando juntos menos funcionaríamos a distancia.
Él tenía un buen punto.
—No negaré eso. Entonces te vas del estado y decidiste hablar conmigo —dije mirándolo—, pediste un capuchino y justo en la misma cafetería ¿Vamos en serio con la despedida? Considerando nuestra situación, creo que bastaba con un correo.
—No creo que un correo sea apropiado para esto —dijo y ambos cruzamos miradas.
Oh mierda, esos malditos ojos.
—Elsa. Ni siquiera sé cómo comenzar a hablar, pero creo que ambos sabemos que las últimas veces que hemos hablado no terminamos como debíamos... —tomó aire y lo sacó pesadamente—, lo que quiero decir, es que siempre dejamos algo inconcluso y creo que es momento de ponerle fin a todo.
—Prometí no ponerme a la defensiva, pero yo te daré esa oportunidad que tu no ne diste —comenté antes de tomar un sorbo de mi café—. Lo siento, prefiero que esto no quede en mi conciencia.
—Tienes todo el derecho a decirlo. Sé bien que por mí es que estamos de esta manera y no trataré de justificarme. También sé que de los dos, yo siempre he sido el que se va primero —noté que bajó su cabeza.
—Nunca fuimos los mejores para expresar lo que sentíamos y creo que ninguno sabía que hacer cuando teníamos un problema. Traumas de la infancia le dicen —escuché que soltó una risa levemente.
—Sí, tienes razón —volvió a levantar su cabeza—. Aunque eso no justifica que actué de forma egoísta, pensé solo en mí cuando ocurrió todo esto... Tardé en pensar cómo te afectó —rascó su cabeza desviando la vista—. No serán suficientes las veces que pida disculpas para que me perdones por haberte hecho sentir insuficiente y una mierda.
—¿Sabes? Pasé mucho tiempo preguntándome si alguna vez llegaste a pensar en mí y algo dentro mío se está calmando por saber que tan solo una ocasión te cuestionaste sobre lo que sentía —relamí mis labios—. Dime Jack ¿Por qué la vez pasada dijiste que te arrepentias?
—Todo puede resumirse a que soy un idiota. Me dí cuenta demasiado tarde para aceptar que realmente nunca amé a Rapunzel, confundí un enamoramiento por simple atracción —respondió él—. Como dije, ya era demasiado tarde y creo que si me hubiera dado cuenta a tiempo, nada de esto hubiera pasado...
Escuché atenta lo que decía. Quizá he leído demasiado romance o vi tantas novelas con Anna, pero había una espina en mí que suponía que esto sucedería.
—No fui capaz de expresarte todo lo que sentía en ese momento, tal vez si no hubiera tomado el camino más cobarde, ésta conversación no la estuviéramos teniendo y yo qué sé, tal vez cumpliríamos nuestros sueños que una vez planteamos... Ya sabes, queríamos recorrer las autopistas con música a todo volumen en el estéreo del auto —suspiró y tomó un sorbo de su café—. Pero como siempre lo repite mi terapeuta, el hubiera no existe.
—Y-yo... No sabía que asistes a terapia... —dije asombrada—. Eso es algo que no me había enterado, dime... ¿Cómo te va?
—Solo han sido algunas sesiones, pero por ahora todo va bien —respondió.
—Cool... —medité la situación antes de poder hablar— ¿Y qué sucedió entre tú y Rapunzel?
—¿Qué hciimos? Por mi parte nada y ella por su parte está intentándolo de nuevo con Flynn —parpadeé sorprendida—. Es cierto aunque no lo creas —le señalé con mi dedo— ¿Yo? Ya te dije, no hice nada. No podía venir corriendo detrás de ti a decir que me equivoqué y me perdones por todo lo que hice y volviéramos —respondió rápidamente—, además sé que cualquier persona en su sano juicio se hubiera negado si yo hiciera eso.
—Touché —dije tomando un gran trago de café. El nerviosismo y sensación que esto me está produciendo hace que me algo me esté comiendo por dentro. Es extraño sentir que las piezas del juego comienzan a arreglar y como si la guerra interna comenzara a firmar un tratado de paz—. Así que ¿Siguen viviendo juntos?
—¿Nos queda de otra? —negué dándole la razón—, prefiero vivir a un lado del bote de basura a regresar con mis padres —reí a su comentario—, oye, lo digo en serio —él también reía.
Ambos nos vimos, los dos con sonrisas que creímos pérdidas hace mucho, teníamos aquél brillo que era solo nuestro. Justo ahora, mirándonos en esta mesa, es como si dos océanos separados chocaran y de aquí surgiera un nuevo océano y solo fuera nuestro.
—¿Soy él único que tiene esta extraña sensación? —preguntó con un semblante relajado.
—No, no eres el único —respondí y suspiré. La magia había acabado tan rápido—. Jack... —le llamé y él me miró con atención—, ambos sabemos que jamás volveremos como pareja y como personas de confianza —Jack asintió dándome la razón—, pero no podemos negar que fuimos parte importante de nuestras vidas y eso nos impide olvidarnos por completo.
Jack me miraba atento, pareciera que mentalmente se está preparando para esto.
—Y-yo... No sé si mantengamos o no comunicación, es difícil después de todo, pero como dije, no podemos olvidarnos por completo.
—¿Tu punto es? —preguntó y suspiré— Toma tu tiempo, es difícil hablarlo.
—Tratemos de aclarar todo y llevarnos bien... Al menos, como personas educadas. No te estoy asegurando que estemos ahí cuando nos necesitemos o que tienes un hombro para llorar... Pero, quizá un "Hola" podamos decirnos —comenté sintiendo que la presión en mi pecho salía por fin.
—Me parece justo —dijo sin más y le miré enarcando mi ceja— ¿Qué?
—¿Es todo lo que dirás? —asintió.
—Elsa, no estoy en posición de pedir algo más. A parte, respeto lo que deseas y eso es todo. Jamás nos veremos por mi otro trabajo —él suspiró—, seremos casi desconocidos. Y si nosotros siguiéramos viéndonos créeme que esto ya no es igual; la cafetería, la heladería, el parte, las películas, todo eso no es igual. Al menos yo ya no podré verlo con los mismos ojos.
Solté una risa amarga.
—No creo que pensaras eso cuando llevabas a Rapunzel a estos mismos lugares —Jack se congeló y carraspeó su garganta—. Lo digo por molestar, y si soy sincera, muchas cosas dejaron de tener sentido para mí.
—Lamento ser el causante... ¿Me odias?
—No, no te odio, lo que me hace volver al tema... Jamás te podré odiar, Jack; aunque lo deseé con toda mi alma, no puedo hacerlo, pero es demasiado difícil mirarte y no pensar en todo el daño que ocasionaste, corrección, ocasionamos, en su mayoría tú —Jack asintió levemente—. Pero si quisiera que al menos mantengamos una buena y cordial relación como conocidos.
—Bien —su voz era ronca—. Haremos eso...
—Perdón, y-yo solo-
—No tienes que pedir perdón, Elsa —interrumpió rápidamente—. Respeto lo que sientes y lo entiendo perfectamente, no pondré un pero —lo vi jugar con sus dedos en la mesa— ¿No crees que es algo irónico? Que al principio tu estabas desecha y con el paso del tiempo ahora yo soy el miserable.
—La vida da demasiadas vueltas —comenté, es demasiado raro que a estas alturas no estemos gritando o que alguno de los dos esté huyendo. Lo miré y él tenía una mirada pensativa, como si estuviera perdido o disociándose— ¿Hay algo más que quieras decirme?
—Hay bastantes cosas, en realidad solo pienso en cómo fui tan imbécil en dejarte ir... Tenía todo y era feliz, pero mis malditas inseguridades y mi egoísmo hicieron que cayera bajo y lastimé a la persona que más he amado —respondió con un hilo de voz—. Hice todo lo contrario a lo que mi madre deseaba, ella me pidió no perder el rumbo y justo ahora me siento perdido... No encuentro un lugar para mí...
Noté algunas lágrimas caer por su rostro, extendí mi mano para tomar la suya, sin embargo, él alejó su mano. Lo miré confundida y Jack comenzó a limpiar su rostro.
—No merezco que hagas esto por mí... Oh mierda, parece que estoy victimizándome para dar pena —suspiró frustrado—, no más. Gracias por preocuparte, pero esto es solo el precio que pago por lo que hice y merezco más.
—¿Tu madre te dijo eso? Creí que no les hablabas —cambié el tema rápidamente. Jack pareció notarlo y comenzó a calmarse haciendo varias respiraciones.
—De un día a otro, se acordaron que tienen un hijo y ahora quieren empezar de nuevo —infló sus mejillas—. Supongo que tu madre sigue igual, Iduna parece nunca cambiar.
—Me mantengo escéptica a lo que suceda con ella. Un día estaba culpándome por tu engaño y porque su matrimonio había decaído y otro día estaba pidiéndome perdón por no ser la madre que necesitaba —chasqueé con mi lengua—. Los padres son tan extraños, lo bueno es que, ahora vivo con Anna y ya no he visto a mi madre... No tener la obligación de verla y saber que ahora soy totalmente alejada de mi familia es extraño pero curiosamente me da paz, creo que es lo he estado buscando todo este tiempo.
Y ahí estaba, de nuevo tomándolo como mi fiel compañero, mi caja fuerte para guardar mis secretos en ella. Por más que lo intente, siempre vuelve.
—Te propondré algo, atrevido y puedes aceptar o no —solté rápidamente, casi sin pensarlo. Seguramente me arrepienta de esto después.
—Te escucho, escupe todo lo que tengas que decir —apoyó sus antebrazos sobre la mesa.
—El día aún tiene algunas horas restantes y dado que por ahora ésta es nuestra última vez que nos veremos... ¿Por qué no pasarlo como lo hacíamos antes? —comenté y él pareció meditarlo—. Recorrer por última vez los lugares que solíamos visitar y olvidar por un momento esto, creo que ambos quedamos claros en lo que va a ocurrir.
—Te propongo algo mejor, pero parecido —habló rápidamente. Levanté mis cejas interesada y él me sonrió de lado.
(...)
Si se quieren ambientar, pónganse "Stubborn Love— The Lumineers.
—¡Esto es genial! —grité levantando mis brazos.
Jack sonreía. Ambos sentíamos el viento chocar en nuestra cara y la música del auto resonaba a todo lo que daba. Jack había quitado el techo y esto se había vuelto un convertible.
—¡Mira allá! —gritó Jack señalando con su dedo alguna dirección. Acomodé mi cabello y miré que señalaba una pequeña parte del bosque, repleto de flora y a su vez le iluminaba una cálida luz de sol.
Tomé rápidamente mi celular y tomé algunas fotos a cómo podía con el fuerte viento.
Miré el letrero, había dos caminos. Seguir hacia la próxima ciudad y de ahí regresar a casa, o tomar el camino largo rodeando la ciudad por la autopista.
—Deberías escoger esta —señalé la primer autopista para regresar a casa. Jack negó y con un ligero movimiento del volante tomó la autopista rumbo al camino largo— ¿Por qué?
—Porque tengo algo que mostrarte —dijo cambiándose al nivel de baja velocidad para que ambos pudiéramos disfrutar lo que queda de la naturaleza y la tranquilidad de la autopista no muy concurrida—. Descubrí este lugar hace algunos años, siempre me decía a mi mismo que iba a mostrarte, pero nunca tuve la oportunidad.
—¿Cómo sé que no terminarás encerrándome en una cabaña abandonada y me tendrás como tu prisionera para siempre? —cuestioné y él empezó a reírse.
—Porque no me gusta tener a rubias intensas que gritan a todo pulmón canciones de Taylor Swift —sonrió de forma burlona.
—Cruzaste la línea, canoso —entrecerré mis ojos y su risa se hizo más fuerte.
—Estoy bromeando, sabes que también amo a Taylor —me miró de reojo—. No entiendo por qué no pones más música así.
—Con gusto te pongo Getaway Car —ambos reímos.
—Bueno, al menos seré el carro de escape de esto —comentó y golpeé su hombro—. Tranquila Arendelle, es tu oportunidad de tirarme todas las indirectas que quieras con canciones.
—Permíteme poner una playlist completa que hice de esto —abrí la aplicación en mi celular y Jack me miró asustado, claro, sin dejar de poner atención al camino.
—¿Hiciste una playlist de esto? —cuestionó con el ceño fruncido.
—¿Qué? Son buenas canciones —intenté justificarme—. Nada es personal en este momento.
—No diré nada —carraspeó su garganta y volvió al frente.
Ambos no dijimos nada, pero puedo notar que está sonriendo y no negaré que yo también lo hago.
Después de la pequeña plática en la cafetería, los dos salimos corriendo a tomar su auto y sin importar nada tomamos el camino a las autopistas colocando la música a todo volumen. Cumpliendo aquel sueño que no pudimos.
Hablar con él, compartir nuestros gustos, charlas de temas sin importancia y la compañía, hacía que todos los momentos malos se alejaran y ahora volvieran solo los recuerdos felices. Como si la tristeza fuera suplantada por la felicidad.
Esto fuimos nosotros, somos algo más allá que la atracción física, somos una simple conexión, una unión... Ambos nos pertenecemos porque nos complementamos. Nadie más que nosotros sabe lo que sentimos y solo estamos los dos contra el mundo.
En un futuro no importa si estamos juntos o separados, la conexión siempre estará ahí y eso hace mágico esto.
Hay dolor, peleas y malentendidos de por medio, al igual que dos corazones rotos, ambos dañados de distinta forma. Pero dentro de todo lo malo, siempre hubo una luz que nos identificó.
Todo acabó, pero acabamos como dos personas maduras y reconocedoras de sus errores.
(...)
Jack estacionó el auto en un mirador que tenía salida a la autopista. El atardecer comenzaba a aparecer y mirarlo sin ningún edificio o casa que impidiera verlo por completo, transmitía demasiada tranquilidad.
—Quiero que terminemos nuestro encuentro aquí —empezó Jack sin mirarme. Él solo observaba el atardecer.
—Sí, creo que es momento —asentí levemente y lo miré—. Solo no me dejes aquí.
—Te llevaré a tu casa, no te preocupes —Jack se giró hacia mí y tragó saliva—. E-esta vez-
—No, ésta vez yo quiero comenzar —tomé aire—. Hay algo que aún necesito decirte —Jack soltó un pequeño "okey" de su boca—. Estuviste conmigo cuando nadie más lo estaba, estaba sola hasta que tú llegaste. Me consolaste en mis días más tristes y jamás te apartaste de mi lado. Me ofreciste tus brazos y fue el lugar más cálido que pude encontrar, no negaré que esto no me duele, porque duele bastante y arde como el maldito infierno... Y aunque extrañe esos momentos, yo debo soltarte y no encuentro mejor forma de hacerlo más que agradeciéndote todo lo bueno que me ofreciste.
Sentí algunas lágrimas recorrer mi rostro y rápidamente Jack las limpió con su dedo.
—Siempre te recordaré por tus hermosos ojos, parecen de un ángel... Jamás te lo dije, pero siempre que me veías tu me hipnotizabas y simplemente caía frente a ti... Extrañaré verlos, ahora y siempre —mordí mi labio—. Me enseñaste muchas cosas y entre ellas fue el amor y el dolor, jamás creí que esta mezcla tan extraña fuera tan mágica para mi vida...
—Nos sentíamos en la cima del mundo aún cuando nos estábamos pudriendo en la basura —interrumpió y ambos sonreímos—. Lo siento, continúa.
—No —negué rápidamente con mi cabeza—, sigue tú.
—No estoy listo —tomó aire—. Tu fuiste una gran luz que apareció en mi vida, me sentía totalmente desubicado y creía que siempre estaría solo, todo eso cambió hasta que te vi en aquella librería... Nunca había experimentado algo como esto y si me dieran la oportunidad de volverlo a vivir, la tomaría y haría hasta lo imposible para no cometer los mismos errores... Me hacías sonreír aún cuando no había motivo para hacerlo, gracias a ti supe que vale la pena levantarse todos los días y luchar por algo —dijo y relamió sus labios—. Gracias por estar para mí en los momentos más oscuros y por siempre apoyarme en lo que hacia, aunque yo fuera el imbécil sintiéndose inferior —chocó su frente con la mía cerrando sus ojos—. Lo siento... De corazón, lo siento por todo, tendré que reencarnar muchas veces para obtener tu perdón.
—Detalles —agité mi mano y él asintió levemente alejándose—. Tal vez, algún día logre perdonarte por completo.
Ambos nos miramos y esbozamos una sonrisa cálida.
—Gracias, Elsa. Por amarme y permitirme entrar en tu vida —dijo sin dejar de mirarme.
—Gracias, Jack. Por estar ahí siempre conmigo, por enseñarme a amar y a sufrir —seguí.
—Y por luchar a mi lado, contra el resto que siempre nos amenazaba —dijo dejando escapar algunas lágrimas—. Gracias, por ser mi compañera.
—Gracias por llegar a mi vida —murmuré.
—Sí... —vi su mandíbula temblar—. Siempre serás mi primer y gran amor, Elsa, eso no cambiará para nada... Siempre diré que te amé con locura y que alguna vez fuimos felices los dos.
—Lo mismo digo... Serás siempre el amor de mi vida y me atrevo a decir que mi alma gemela, aunque no hayamos logrado seguir juntos —comenté acariciando la mejilla de Jack.
Nos quedamos disfrutando de la compañía del otro, sin tener que decir nada. Solo nos mirábamos y sonreíamos algunas veces. Jack soltó un suspiro cerrando sus ojos y acaricié su cabello.
Jack estiró abrió uno de sus ojos y reprodujo "Astronomy" y esta empezó a sonar en el auto. Sabía lo que él intentaba decir, sin embargo, no dije nada y seguimos de la misma manera.
We're two worlds apart...
—Stop trying to keep us alive... —susurré siguiendo la canción.
—Shh, lo arruinas —murmuró Jack y reí levemente.
Jack abrió ambos ojos y suspiró apretando sus ojos.
—Creo que ésta vez, ambos debemos irnos... —asentí levemente y miró al cielo—. Debo llevarte a casa y Elsa —presté atención—. Gracias.
—Sí... Gracias a ti también, Jack...
///////////////////////////////////////
JODER QUE CAPÍTULO TAN LARGO PTM
¡Hola! ¿Cómo están?
Estoy jodidah, la siguiente semana se vienen exámenes y no creo sobrevivir. Estaré ahí ocupadisha y ps ajá, espero poder escribir un poco.
No saben cuánto le lloré a este capítulo SDNAJSDNJA Fue una mezcla de emociones y todo. Personalmente, creo que ha sido lo mejorcito que he escrito hasta ahora.
Gracias por leer y por esperarme tanto :3 Recuerden que este capítulo es el penúltimo y el que viene es el último para terminar por fin este fic.
Nos vemos :3 Sale bye y los tkm.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top