12.

Jack.

—Y eso fue lo que sucedió —finalizó Rapunzel. Ambos estábamos sentados frente a la madre de Elsa, llevó su tiempo contarle lo sucedido y mucho más incómodo debido a que Anna estaba sentada a lado de su madre.

—¿Algo más que decir? —su madre nos miró y ambos negamos con la cabeza— Bien... Ninguna palabra de esto ¿Quieren? —la miré extrañado—, si de esto se entera algún conocido o compañero de trabajo nos dejará peor de lo que estamos.

—Madre ¿Por qué dices estás cosas? ¡Es tu hija de quien hablamos! —exclamó Anna levantándose furiosa de su asiento—, no deberías hablar así de ella.

—Tu misma lo dijiste, es mi hija así que tengo todo el derecho de hablar de ella así —su madre la miró. Rapunzel y yo bajamos la cabeza sin saber que hacer.

—Que sea tu hija no significa que debas referirte así de Elsa, eres su madre te guste o no y tienes que comportarte como tal, de lo contrario, no deberías llamarte madre —escuché a Anna replicar y en seguida se oyeron sus pisadas alejándose de la sala.

—Se le pasará —dijo su madre sin mucha importancia.

Apreté mis manos, esta sensación es increíblemente horrible, siempre que venía con Elsa a su hogar era disimular mi gran rechazo hacia su madre. La mía pudo ser ausente, sin embargo, la de ella termina siendo el mismo diablo o al menos así lo describía Mérida.

Su madre se levantó de su lugar invitándonos a comer. Ella se alejó hacia la cocina y ambos suspiramos dejándonos caer en el sillón.

—Eso fue incómodo... —murmuré y miré a Rapunzel. Ella mantenía su mirada fija en un solo punto de la casa— ¿Sucede algo?

—Yo... —ella me miró—, hablaremos después...

Asentí levemente y Rapunzel se levantó del sillón yendo hacia la cocina. Miré al techo y me regañé mentalmente creyendo que Rapunzel me contaría sus problemas como Elsa lo hacía. Rapunzel suele ser una persona que pocas veces te cuenta sus problemas a no ser que de verdad sean grandes y Elsa... Ella corría conmigo para desahogarse, aunque sea el muy mínimo problema, yo era su consejero y su almohada para llorar, yo era todo de Elsa y ahora parece que no soy nada de Rapunzel.

Aún no puedo olvidar a aquella noche que volví a ver a Elsa, antes podía observar su rostro iluminarse cada vez que me veía, esa noche, su rostro parecía apagado y con un leve brillo y estoy seguro de que aquello no era por mí.

Sigo sin creer que a estar alturas esté arrepintiéndome de lo que hice, aunque en parte me siento bien porque no estoy haciéndole más daño a Elsa. Pensé en todos los errores que cometí; cómo la traté, le fallé, la hice sentirse menos amada y entre muchas otras cosas.

—Jack, ven —Rapunzel me llamó y fui directo a la cocina dónde Iduna y ella habían puesto la comida en la mesa.

—¿Saben algo? —Iduna empezó la conversación— Ustedes bien saben que no me preocupo por Elsa, no tengo por qué fingir interés en ella cuando es más que evidente, el punto es que... Jamás creí que ella tuviera que pasar lo mismo que yo.

—Tía... Y-yo, no entiendo... —Rapunzel dijo murmurando. Iduna soltó un fuerte suspiro y miró su plato de comida sin mucho interés.

—Ambos conocen que mi matrimonio dejó de ser el más feliz desde que Elsa nació, sin embargo, otra de las grandes razones por las que el matrimonio se arruinó fue Agnarr... Él se encargó de tener a la otra mujer aun estando conmigo, Sarah por alguna razón lo hace extremadamente feliz, más de lo que fue conmigo —Iduna tomó un sorbo de su vaso de agua—, me sentía miserable y sobre todo no entendía por qué Agnarr había sido capaz de eso después de tantas cosas que prometió.

—¿El punto de todo esto, es? —murmuré.

—Que ambos me han dado la perspectiva de Agnarr y Sarah, es interesante conocer todas las perspectivas... Te creía diferente Jack y a ti Rapunzel, me parece curioso cómo pudiste actuar de esta manera sabiendo la forma en que te criaron tus padres —Iduna nos miró por un momento antes de volver su vista a otro lado—. Debe ser doloroso para Elsa tener que verlos o saber que tienen que convivir conmigo y Anna.

Ella se levantó y salió de la cocina sin decir alguna palabra.

—¿Crees que sea mejor irnos? —cuestioné mirando a Rapunzel, ella solo asintió levemente— Además, tienes algo que decirme ¿No es así?

—No es... No es nada importante, te lo diré después —respondió Rapunzel.

—Como digas...

(...)

Días después.

—Llegué —anuncié entrando al departamento que compartía con Rapunzel— ¿Hola? —cuestioné cuando no escuché el típico saludo de ella cada que llegaba.

Dejé mis cosas y recorrí el piso con la esperanza de buscarla. Crucé la cocina, la sala y el pequeño balcón, caminé hacía la habitación principal y al abrir la puerta la encontré sentada sobre la cama con la mirada pérdida.

—¿Pasó algo malo? —fui hacia ella y me senté a su lado— ¿La exposición no fue favorable? Lo siento, debí acompañarte, pero sucedió una emergencia y-

—Ni siquiera sé por dónde empezar... —interrumpió.

—Supongo que desde el principio ¿No crees? —bromeé tratando de aligerar el ambiente. Rapunzel rodó los ojos y se levantó de la cama bufando— ¿Dije algo malo?

—¿Podrías tomarte esto en serio? —cuestionó irritante.

—Bueno, si me dijeras lo que está sucediendo seguramente no tomaría esto a broma —defendí mirándola extrañado. Rapunzel, raramente actuaba de esta manera.

—No es tan fácil cómo crees. He pensado miles de formas para poder decirte esto y no hay una manera sutil de hacerlo —ella empezó a caminar de un lado a otro en la habitación.

—¿Qué tan malo puede ser? ¿Es acaso un embarazo o algo parecido? —cuestioné enarcando mi ceja.

—¿Qué? ¡No! ¿Por qué piensas eso? —exclamó.

—Es lo primero que vino a mi mente —murmuré— ¿Entonces qué es? —insistí.

—Siento... Yo, siento que todo se cae poco a poco y no sé si no queremos aceptarlo o simplemente no tenemos noción de ello —murmuró abrazándose a sí misma—. Tú eres tan bueno conmigo, de verdad me has mostrado lo mejor de ti, pero Jack, no eres Flynn...

—Bien... ¿A qué viene eso? —cuestioné sentándome en la cama sin dejar de mirarla.

—No sé cuándo empezó exactamente... Pero sentí que algo no me completaba, sé que hiciste tu mayor esfuerzo y lo agradezco... Solo que no puedo sentirme realmente feliz contigo —ella hizo una pausa dejando escuchar sus sollozos con fuerza—. Lo siento, no encuentro una forma correcta de decirlo.

—No pasa nada... ¿Has visto a Flynn? —ella pareció pensarlo por un tiempo antes de asentir lentamente.

—Hoy lo vi y almorcé con él... Visitó mi galería de arte y hablamos de nosotros —recargó su espalda en el marco de la puerta y me miró con una leve sonrisa.

—Por la sonrisa puedo decir que aún lo amas ¿Me equivoco? —pregunté soltando un suspiro.

—Creo que sí —respondió haciendo una mueca—. Es difícil explicarlo y sé que no mereces esto y-

—Te equivocas —interrumpí—, merezco esto y más, yo mismo engañé a Elsa y si hubiera tenido un poco más de decencia tal vez habría tenido esta conversación con ella —me detuve por un momento y negué con mi cabeza tratando de eliminar mis pensamientos—, lo siento... Estoy comparando lo nuestro con Elsa...

—Para ser sincera, desde hace tiempo he sentido que algo de ti me compara con Elsa... No te culpo, ella es increíble y perfecta a comparación de mí ¿Creíste que no lo notaría? —negué levemente—, lo supe desde la vez que peleamos por la limpieza del departamento; tu deseabas que mantuviera todo en orden y para mis ojos todo estaba bien.

—Lo siento, aprendí con Elsa la importancia de la limpieza y el orden —rasqué mi nuca—. No mentías, es difícil encontrar las palabras para hablar.

—Te lo dije —murmuró mirando al suelo— ¿Qué fue lo que hicimos?

—El peor error de nuestras vidas, supongo —respondí levantándome de la cama—. Destruimos todo lo que teníamos por un simple ¿Capricho? ¿Momento de locura? Ni siquiera sé cómo llamar a lo que hicimos.

—Hablé con Anna una vez y creo que ella tenía razón, confundimos simple afecto por enamoramiento, debemos aceptar que lo hicimos en ese entonces fue porque ambos teníamos problemas y no porque realmente nos amaramos. Nos buscamos para acompañarnos y para tener a alguien que sabía por lo que pasábamos —Rapunzel comentó y levantó su cabeza recargándola sobre el marco de la puerta—. Me arrepiento, pero ya no sirve de nada hacerlo, perdí todo.

—Anna parece que siempre tendrá razón —comenté—, perdóname, pero creí estar perdidamente enamorado de ti hasta que Elsa volvió a entrar en mi memoria.

—Tranquilo, de igual manera parece que lo nuestro no iba por buen camino —la miré intrigado—. Sembramos nuestra relación a base de errores, engañaste a Elsa conmigo y yo fui capaz de hacerle daño a mi prima, ambos estábamos destinados a recibir todo lo malo.

—Pareciera ley de vida; nuestros amigos se alejaron, las familias nos rechazan y es sorprendente que Iduna ahora sienta algo de empatía por su hija —agregué antes de salir de la habitación y caminar hacia la cocina.

—¿Qué deberíamos hacer? —escuché a Rapunzel preguntar, ella se acercaba hacia mí— Arruinamos nuestras vidas para nada.

—Técnicamente tu vida no está tan arruinada como la mía, te recuerdo que Flynn y tu habían terminado. Aún puedes recuperar tu vida, yo soy el tipo que no puede recuperar lo que perdió —saqué dos cervezas del refrigerador, las abrí y le entregué una a Rapunzel—. Tal vez debas volver a hablar con Flynn, lo conocí poco tiempo y eso bastó para caerme bien.

—Olvidas que lastimé a mi prima, tal vez regrese con Flynn, pero mi vida familiar está arruinada. Elsa fue tan amable conmigo, siempre me apoyo desde que éramos niñas y yo estuve para ella cada que nos juntábamos. Anna y Elsa fueron unas hermanas para mí y ahora que ninguna de las dos desee verme me parte el corazón de mil formas... —tomó la cerveza dándole un trago—. Somos el perfecto desastre.

—Eso parece —tomé de mi botella y suspiré recargándome en la mesa del comedor—, mierda.

Dejé la botella en la mesa y gruñí frotando el puente de mi nariz.

—¿Qué te picó? —cuestionó Rapunzel.

—Estoy bebiendo, justo lo que odiaba Elsa... —respondí ahora tallando mis ojos— ¿Sabes? Siempre peleábamos porque me negaba a dejar de beber, no soy un adicto, pero excedía mi cantidad habitual —me crucé de brazos y desvíe mi vista—, tantas veces me quejé con Elsa diciendo que dejara de compararme con su padre y ahora aquí estoy yo, siendo como el maldito de su padre. Me merezco el infierno.

—Creo que estás siendo demasiado duro contigo, fuera de todo, siempre estuviste ahí para ella y la apoyaste en sus momentos más difíciles, no eres como su padre y jamás serás como él —reí levemente.

—Fui un maldito con ella... Todos lo saben y yo lo sé, no sé si soy igual o peor a su padre, pero estoy seguro de que soy un desgraciado —apreté mis labios—. Hice menos su trabajo llegándola a llamar incapaz, incompetente... Dudé de sus capacidades cuando debí de haber impulsado a sacar su mejor desempeño ¡Yo era su novio! —jalé algunas hebras de mi cabello sintiéndome frustrado— Yo debía apoyarla, yo debía ser diferente al resto del maldito mundo ¿Y qué fue lo que hice?

—Jack...

—¿Sabes qué más hice? Cuando terminamos me encargué de dañar su imagen con todos nuestros amigos, la llamé; bruja, manipuladora, dije mil pestes de ella que en realidad todas fueron mentira... Arruiné su todo aun sabiendo que su imagen pública es bastante importante para su trabajo —apreté mis ojos soltando algunas lágrimas— ¿Por qué lo hice? Porque me sentía inferior a ella, eso no debía pasar... No debí compararme con ella, todo el mundo tuvo razón y simplemente no quise verlo.

Dejé caer mi cuerpo al suelo y me senté abrazando mis piernas, siento una gran presión sobre mi pecho y mi cabeza parece que va a explotar. La culpa, la maldita culpa es esto que me está destruyendo poco a poco, solo yo me encargué arruinar mi vida.

—No importa cuántas veces diga lo siento, nada de eso reparará lo que hice. Elsa parece ya no amarme... Y-yo, en verdad la perdí —sollocé con fuerza y miré a Rapunzel quien lentamente se ponía a mi altura—. Perdón Rapunzel..., eres perfecta pero ahora solo deseo que seas Elsa... Los últimos días he estado alucinando pensando que eres Elsa, que ella despierta a mi lado y pasa el día conmigo... No te mereces esto.

—Oye, está bien ¿Sí? Deja de torturarte... —se sentó a mi lado y me abrazó con fuerza—, si te sirve de consejo, había ocasiones en las que mientras teníamos sexo pensaba que eras Flynn.

—Eres una tonta —reí tapando mi rostro, escuché su leve risa acompañándome— ¿Tan malo soy en la cama? —cuestioné.

Miré a Rapunzel retirando las manos de mi rostro, ella agitó su mano mientras hacía una mueca, entrecerré mis ojos observándola.

—Oficialmente me acerco a los treinta, necesito práctica —sentí la mano de Rapunzel acariciar mi espalda—. Deberías hablar con Elsa y Flynn.

—No quiero dejarte solo, quizá esto ya no funcione como noviazgo, pero puede funcionar como un verdadero apoyo emocional, sin nada de sentimientos o confusiones —Rapunzel dijo en tono divertido.

—Lo agradezco, pero estés o no, yo ya estoy solo —murmuré—. Yo no puedo hablar más con Elsa... La última vez que la vi ella ya no tenía ningún interés en verme, Elsa está superándome...

—Si ella no desea hablar contigo ¿Qué te hace creer que ella quiere hablar conmigo? —cuestionó— Después de lo que hice, es más seguro que ella quiera olvidarse de mí.

—Sé que tienes una leve oportunidad... Aprovéchala, es muy poco probable, pero quizá salga algo bueno... —ella asintió levemente— Tratemos de arreglar nuestras vidas de mierda.

—Cuida tu lenguaje —golpeó mi hombro y ambos empezamos a reírnos.

Está claro que mi vida no tiene arreglo.

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¡Hola! ¿Cómo están?
Me tardé en actualizar porque quise tomarme un descanso de escribir, decidí seguir dibujando por un momento; después de mi computadora se averió y ahora estoy con una laptop estilo dinosaurio, espero no existan errores.

Tengo ganas de hacer pequeños "comics"¿? Para ayudar a complementar la historia, pero dejen que aprenda a dibujar a Jack y Elsa (que, por cierto, son bien difíciles de dibujar) y tal vez se los comparta.

Gracias por sus comentarios <3 son poquitos, pero me inspiran a seguir escribiendo UwU.

Sale bye y los tkm.

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