N u b e s R o t a s

Aziraphale (o al menos quien lo era) ha tenido un innegable poder sobre mi; siempre me mantuvo al margen, abajo del conflicto innecesario, bajo el cuidado de sus alas. Abajo. Abajo. Hoy me tenía hundido. 

Estuve buscándolo por días, y siguiendo el paso de su caos en nombre del resentimiento pude dar con él. Cuando miré esos ojos de iris escarlata, esos ojos fijos y llenos de odio me di cuenta que el amor que yo ofrecía podía lastimar. Consideraba obvio que por mi naturaleza (la antigua, la demoníaca) no pudiera amar, pero fui capaz, Aziraphale me hizo capaz.

Quizá si se lo hubiera hecho saber en días anteriores, no tendría sus frías manos aprisionado mi cuello, ni mucho menos su sonrisa curvandoce en burla, en burla de mí. 

Si no estuviera muriendo lentamente ahora, a manos de quién fue y será el amor de mi vida, estaría simplemente abrazándolo y diciendo torpemente lo mucho que lo amo, que sí lo amo y que le había dicho que "no estaba seguro" porque tenía miedo.

Aunque quisiera, no puedo defenderme de esas manos que me lastiman el cuello. Estoy satisfecho a pesar de todo, porque lo último que veré antes de morir, será a él.

Hincado en el suelo,  mis manos y tobillos atados, ojos mirando solo su presencia, me pregunto: ¿Qué le hicieron a mi ángel? La dulzura lo ha abandonado y ya no está el azul del cielo en sus ojos.

Mi ángel es tan diferente ahora y aunque amo toda versión de él, simplemente no puedo perdonarme. Que no se mal entiendan mis palabras,  Aziraphale sigue siendo hermoso incluso con el infierno en sus ojos y el cabello oscurecido, le queda bien porque todo le luce bien, pero no esta sensación de odio, no, no es propia de él.

Pensando en ello y como no, con lo cursi que me volví en estos días (talvez por que ahora regresó mi "yo angelical" o porque ver a mi ángel de esta forma me dolía) solté una lágrima que viajó por mi mejilla y cerré los ojos mientras sonreía débilmente, recordando lo hermoso que fue estar juntos antes de esto. Entonces escuché su risa, maquiavélica y fría, mientras aflojaba su agarre de mi cuello.

Su rostro pálido lucía divertido, con ojos bien abiertos en éxtasis y una sonrisa que al verla me hacía creer que Aziraphale no existía más. Dio un solo aplauso con sus manos, provocando un golpe sordo que se acompañó de un lamento por mi garganta adolorida tratando de comunicarse.

—¡Que divertido! —Exclamó como si hubiera presenciado un truco de magia y no mi casi muerte. —Oh querido, no te preocupes, no te mataría...no así por lo menos. Hay maneras más divertidas de hacerlo.

—Azi...

—Shh, shh —puso su dedo índice en mis labios para callarme—. Aquí ya no existe ningún Aziraphale, aquí ya no existe ningún ángel —su voz exclamó aquello con un buen toque de enojo, para después pasar a uno más alegre tan repentinamente— Llámame...la verdad no he pensado en un nuevo nombre, pero poco importa, ¿no? Los muertos no recuerdan—. Sonrió hipócritamente y me lanzó al frío suelo, dejándome tirado mientras él se retiraba en un movimiento rápido.

Me levanté, o traté de hacerlo, simplemente me quedé hincado ahí mientras me sentía miserable, cansado y enfermo. Miré el entorno sombrío, paredes grises e infelizmente ningún rastro de algún libro.  

Cuando llegué a este lugar me había dado cuenta que Aziraphale no se había limitado a un solo departamento, sino que tenía una casa de todo lujo, cerca de una área boscosa. Lujosa y todo, pero no dejaba de ser sombría. 

Cuando regreso la mirada a Aziraphale, noto una búsqueda rápida de su parte, tomando los objetos con sumo cuidado a pesar de su prisa. Después de un tiempo sonrió divertido con algo en las manos, algo que identifiqué como un termo, aquel del diseño de tartán

—Es fuego de infierno. ¿Sabías que puede contenerse en un recipiente santo?, yo no, me pareció fascinante, lo intenté con este termo y el fuego se ha quedado dentro sin problema. Haber sido un ángel tiene sus ventajas, sin duda. ¿Recuerdas que en este termo te entregué agua bendita? ¡Por Satán, que idiotez!

—No... —apenas iba a hablar cuando él simplemente me interrumpió.

—¡Ay, por favor! No comiences con tonterías de "no, no por favor". Es cliché. Y por demás está decir que no cederé por más que supliques...aunque pensándolo bien, inténtalo, me encantaría verte suplicar, no pierdes nada—. Dijo eso último con una sonrisa que aunque pareciera, estaba muy lejos de ser una amable.

—Por favor, tú no eres así...

—¿Ves? No valoras tu vida, no fuiste nada convincente—, suspiró falsamente angustiado y después simplemente sonrió— bueno, entonces solo queda refrescarte la memoria, dime, ¿qué pasa cuando un ángel tiene contacto con fuego del infierno?

No contesto, estaba aturdido. En consecuencia, noto como se acerca mas a mí, las razones las descubro cuando siento una bofetada que me hace voltear al otro lado, humedeciendo mis ojos ligeramente.

—Es de mala educación, querido, ignorar cuando se te habla.

—...Se muere —contesto pero casi en llanto.

—Es cruel. En fin, creo que te extrañaremos...o no, das igual la verdad.

Mis ojos se cierran cuando lo veo abriendo lentamente el termo. Esto va a doler, supongo.

—Adiós, Crowley.

—Adiós, mi amor.

Un fanart para alegrar el día. 

Artista: @Eddie.tb (https://tapas.io/episode/1481773)

Bueh, para decirles:
1)Gracias por decidir leer esta historia <3.

2) Todo será explicado, no se preocupen. Talvez la actitud de Azi se ve repentina, pero como dije, habrá explicación <3. 

UN ABRAZO.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top