Capítulo 3
Mirabella
El fuerte agarre en cada uno de mis brazos duele, siento que garras me pinchan el interior del brazo y no me dejan apenas moverme. Tengo una especie de benda en los ojos que se aferra a mi rostro como si no hubiera un mañana.
Una enorme sensación de cosquilleo y frialdad corre por todas mis venas, me hace chillar cuando la corriente mueve mi cuerpo. Me sacudo por la incomoda sensación, mis oídos captan un grito masculino,me pongo alerta al sentir el auto detenerse.
Chillo y hablan algo que no entiendo. Una puerta se abre y me arrastran obligandome a levantarme y caminar.
Me enredo con mi vestido haciéndome tropezar pero me agarran fuerte y me arrastran sin dejarme levantarme.
Lloró, ruego, chillo ,pido , amenazo, hago de todo y no me sueltan. Un estraño y desagradable olor me invade las fosas nasales, se me remueve el estomago dandome deseos de vomitar.
-¿A dónde me llevan? - Hablo confundida aferrandome a la idea de que lo que sea que me sujete me aclaré las ideas.-¿Qué es esté lugar?
Nada
No me contesta nadie.Pero no detienen el paso.
Me enredo nuevamente con el vestido y casi caigo.
De no ser por los que me sujetan tuviera mi rostro destrozado. Me obligan a caminar más rápido y siento la tela de mi vestido rasgarse. Solo me queda resignarme y no decie nada.
Intenté salir de las garras de lo que sea que me sujeta pero me es imposible, y pues al parecer no hay nadie quien me pueda ayudar o no quieren ayudarme.
En el camino a algún lugar tropiezo varias veces con piedras que pinchan mis pies y me tambaleo cuando algo se encaja en mi pie derecho. Lo levanto chillando y saltando en una piernas mientras me siguen arrastrando.
-Señor, un cristal ¿Qué hacemos? -Una voz de ogro pregunta. No recibe respuesta y mantengo mi pie en alto lloriqueando.
Siento el filo encajarse en mi pie abriendomela, un jalón me hace chillar y mover la cabeza cuando me sacan el vidrio sin avisar. La zona arde pero no tienen piedad y me obligan a volver a caminar. Apenas apoyo el pie en la tierra una piedra me lastima y siento la planta del pie mojada.
Lloro pero cojeo tratando de seguir el ritmo que llevábamos como puedo.
Me levantan en peso por los dos brazos y chillo cuando mis pies vuelven a tocar suelo; pero está caliente y me quema.
Levanto mis pies y quedo suspendida en el aire por las garras fuertes encajadas en mi brazo.
-Quiero irme a mi casa, no quiero estar aquí.-Lloro quejandome cuando me obligan a sentarme en algo duro por lo que siento es una piedra.
Me sueltan y mis brazos respiran. Me levanto y apenas lo hago me arrrepiento y vuelvo a sentarme.
Mis pies arden quemados y según puedo sentir con el tacto es una piedra.
Le agarran los pies y siento una soga, me quito la venda con las manos y todo se aclara.
Veo dos robustos ¿son cabras o osos? pues es una mescla de ambos. Dos sujetos de peluda piel que en vez de piernas tiene patas de cabra y cuernos enroscados en la cabeza. Más allá de ellos veo una hermosa criatura, casi celestial.
Es hermosa, Un sujeto alto de piel suave y blanca,cabello oscuro que cae en sus hombros dandole un aire sexy y elegante, ojos asombrantementes rojos, cejas anchas, varios accesorios en las orejas,un traje negro, labios rojos y se ven muy suaves.Un traje negro se amolda a un cuerpo torneado y muy musculoso.
Es todo lo que está prohibido.
Tinta oscura traza todo sus manos y se esconde en el traje dejandome curiosa y deseosa por saber que sigue, o donde terminan.
Los sujetos peludos desaparecen y me dejan con la hermosa criatura. trato de mover mis manos y no puedo. Ni siquiera me había dado cuenta de que me las habían atado juntas en la parte atras de mi espalda.
-¿Puedes decirme que hago aquí, por favor? -Hablo dirigiéndome a el ángel que se encuentra delante de mi.
Miro sus ojos mientras hablo y aunque quiero bajar la mirada no lo hago.
Sus ojos también están sobre los mios y es una presión que no se puede ignorar. Su rojo es potente pero no aparto la vista. Trago fuerte cuando arquea una ceja y inclina un poco la cabeza. Estoy sentada en la piedra y él de pie lo cuál mi cabeza esta hacia atrás apesar de que el está a dos metros de mi.
Al final es él quien aparta su mirada y mira el suelo mientras se lame el labio, noto algo en su mano izquierda y es como un objeto redondo con botones rojos, azules y verdes.
Miro a mi alrededor y hay como un metro a mi alrededor de un piso de color rojo, luego de ese espacio es un color marron normal que es donde está de pie el sujeto celestial.
¿Qué me van hacer?
No creo que estar sentada en una piedra en el medio de este piso rojo, sea algo bueno.
Sigo mirando el lugar, el techo es alto y tiene algunas telarañas, a lo lejos puedo ver unas pinsas enganchadas en la madera, encima de mi hay varios huecos y a los costados todavía más. En una esquina hay hierros y ¿Eso son latigos? una antorcha y ramas doradas. ¿Existen las ramas doradas?
Antes de que me cuenta de los huecos de la esquina salen unos chorros de un liquido blanco que vienen directo hacia mi.
Pienso que es inofensivo hasta que toca mis piernas y se pega en mi piel haciendome arder la zona afectada.
Sacudo mis dos piernas y viene un chorro desde arriba que me hace saltar de dolor. Me intento quitar el liquido que se pone duro al entrar en contacto con mi piel, me caigo de la roca cuando me arrastro cayendo en el piso rojo de cara.
Me vuelvo a quemar, quema como si fuese lava, arde en mi piel y chillo llorando. No puedo levantarme y me quemo la espalda junto con mis manos y brazos.
Mi piel ahora mismo debe de estar roja.
Chillo, le pego al piso con los talones tratando de calmar el dolor.
-La mente es una traición -Una voz ronca y gruesa me habla pero no le presto atención.
Una cinta me abre la piel del murlo derecho y grito de dolor. Bajo la cabeza y miro mi murlo que sangra, el látigo está arrastrandose en el suelo junto con unos pies blancos que caminan con facilidad sobre el piso rojo.
Miro hacia arriba suplicando en susurros y el sujeto celestial me mira desde allí con una sonrisa maligna en los labios. Me muestra unos colmillos filosos y tan blancos como el mismísimo color.
Los colmillos contrastan con los dientes perfectos y parejamente rectos que se mantienen entre los dos individuos que imagino mordieron a más de una persona.
Mueve en círculos el látigo en su mano y vuelve azotar mi piel abriéndome la pierna derecha. Grito y la sensación del coche la vuelvo a tener pero más fuerte.
-Levantante -Demada la bestia y niego.
-No puedo -susurro apenas audible.
-Oh, claro que si -Pronuncia sonriendo.
Intento levantarme y vuelvo a caer haciendo que mi piel arda todavía más.
Voy a morir.
Vuelve a darme con el látigo pero en la otra pierna.
Un frío me recorré toda la espalda cuando la bestia se agacha y con un pequeño esfuerzo rompe la "fuerte " tela de mi vestido, me quedo con la blusa larga rosa pálido y el pequeño short que uso siempre debajo de los vestidos.
Sus ojos han tomado un rojo más fuerte, su mano se mueve y lanza el látigo directamente a mi piel descubierta.
El látigo levanta mi blusa y no espera que recomponga cuando se arrebata de nuevo contra mi abdomen.
No me atrevo a mirar hacia abajo, solo me quejo con ojos cerrados y apretandolos contra mis parpados.
Me arde el cuerpo, me hago en mis propias palabras cuando el látigo toca mi cara rasgando mi mejilla izquierda.Grito y fuerzo las sogas con ganas de llevarme las manos al rostro cuando me vuelve a pegar pero está vez en el abdomen.
Mis manos se aprietan con la soga, su pie le da con facilidad la vuelta a mi cuerpo como si de un saco de basura me tratara.
Me obliga a poner la cara contra el piso rojo y apenas pego mi mejilla derecha me comienza arder esa zona.
Chillo con las fuerza cuando su mano agarra mi rostro con fuerza y me gira el rostro apoyando mi mejilla rasgada contra el piso caliente.
-¡Ayuda ! -Grito llorando cuando el dolor es insoportable. Me empuja la cabeza y mi mejilla arde, creo que después de esto no tendré rostro.
Chillo y jalo la cuerda con mis manos. Siento mis brazos fríos de momento y la misma corriente vuelve a correr por mi cuerpo con más intensidad. Mi mejilla deja de doler y mi cuerpo empieza a sacudirse en el suelo pero no siento nada. Solo cierro mis ojos y siento que mis manos dejan de estar atadas al igual que mis pies.
Intento levantarme pero la corriente de frialdad es más grande que yo y dejo de sentir todo.
Me siento como si estuviera muerta.
~♥~
Ehiman
-¡Demando que me traigan a mi hija! -Gruñe con fuerza Thriano a la bestia de ojos amarillos.
El lobo se ríe burlón y Thriano se enfurece.
-Ya le dije que no tengo nada que ver con su hija, además fue ella la que me debe un soldado.-Responde demasiado calmado el rey de Brilthor.
Luego de que escucharamos un grito y giramos a ver a Mirabella vimos como se la llevaban aquellos sujetos.
Luego de que el grupo de guardias de Nearon llegaran ya Thriano estaba como loco.
Quería matar a todos los de ese reino y los de Firecrow. Le quitaron a su mujer y ahora tambien a su hija; mi padre algo nervioso pues no sabia de lo que era capaz Thriano en las condiciones que estabamos. Solo con diez soldados de Nearon y dos de nuestro reino. Ellos tenían más de 800 bestias a su disposición y eso es solo una parte de un reino.
No estábamos en condiciones de armar una guerra que acabaríamos perdiendo.
-Mirabella nunca se había comportado así, no entendemos el porque de su reacción.-Habla mi padre más tranquilo que Thriano que camina de un lado a otro.
El rey lo mira y luego a Thriano que detiene su caminar.
-Creo que si saben a que se debe -Contesta y tiene razón, en el fondo sabíamos que estando aquí con Mirabella era peligroso, pero Thriano se enfrasco en que no pasaría nada.
-¡Mi hija no es una bestia! -Grita tratando de saltarle encima al lobo pero mi padre y yo lo detenemos.
-No compliquemos las cosas, Thriano calmate -Lo trato de tranquilizar y el rey se ríe.
-Solo poden hacer una cosa para salvar a tu "angelita" -Habla el rey híbrido
-¿Qué cosa? Haremos lo que sea -Salto yo, necesitamos sacar a Mirabella de allí, urgente. Más bien necesito tenerla entre mis brazos y respirar ese rico aroma a flores que desprende su cabello para estar en paz.
-Pueden negociar con Adonis. Pero no creo que luego de que Lucifer se enteré de que tienen a esa preciosura, la deje ir tan fácilmente.
-Refierete a negociar -Habla mi padre.
-Si, puede que dejen ir a Mirabella pero a cambio de usted -Señala a Thriano.
-Yo hago lo que sea por mi niña -se ofrece el señalado.
-Thriano te van a matar -Le habla mi padre.
-¿Crees que no lo sé? Pero soy yo o Mirabella y prefiero ser yo antes que ella. Van a lastimar a mi niña -Habla alterado.
-Si no es que la estan lastimando ya -Se ríe el rey de Brilthor.
Eso enfurece a Thriano y lo manda hacia el frente pero lo volvemos a detener.
-No seas violento, Thriano. A dios no le gusta la violencia -le hablo y resuena la carcajada del rey.Enseñando los colmillos filosos que podrían matar a cualquiera.
-Hagale caso Don Thriano, no le conviene meterse conmigo -Habla el rey -Con solo chasquear los dedos puedo hacer que se los coman vivo a los tres -Mira a los seis hombres que hay en toda la habitación.
-No hace falta -Lo calma mi padre.
-Hablaré con Adonis, si quiere cambiar a la chica por usted le avisaremos -Vuelve hablar el rey.
-Está bien, nos estaremos hospedando en Nearon, allí puede mandar la respuesta -Habla mi padre y Thriano sale de la habitación enfadado
El rey asiente y mi padre pide permiso para salir y luego de otro asentimiento nos marchamos detrás de Thriano.
-Van a matarme a mi niña, Erick ¿¡Sabes lo grabe que es eso!? No les fue suficiente con Mariana, también tienen que ser Mirabella.
-Thriano no puedes alterarte, si te alteras no puedes pensar. Yo te lo dije traer a Mirabella aquí era peligroso -Mi padre le recuerda.
Salimos del palacio y caminamos entre los sujetos que preparan sus cosas.
-Pensé que después de tantos años en la paz no pasaría nada.
-No, y lo peor está por venir querido amigo. No sabemos que le han echo.
-Papá, no ayudas -Le digo cuando Thriano se comienza a jalar el cabello estresado.
-Dios nos ayudará, Dios es grande -Repite en silencio en todo el camino al auto y de regreso a Nearon.
Al llegar contamos lo sucedido a los reyes y ellos le dicen a Thriano lo mismo que mi padre le dijo. Conversamos un poco, tomamos un té y cuando nos volvimos a dar cuenta entre planes (de como sacar a Mirabella de allí si el rey de Firecrow no quiere devolverla) se hace de noche. Luego de comer en el gran palacio nos retiramos a las habitaciones de invitados, Thriano se va un poco molesto y triste a la suya, mi padre se despide de mi antes de dejarme en mi habitación.
Recuesto mi cuerpo en la cama adornada con flores rosas y pienso en los lindos ojos que me tienen enamorado hace siete años. A pesar de que le llevo dos años a Mirabella no puedo evitar de que mi corazón lata fuerte cada vez que me sonríe o tan siquiera se acerca a mi.
¿Cómo estarás amor mío?
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Wenis ¿Como están? Espero que muy bien.
Aquí les dejo el capítulo 3 de esta historia, estuve pensando que los voy a publicar todos los que tengo en el borrador en un maratón. Y que cuando termine completa la novela rectifico los errores ortográficos y gramaticales.
La foto arriba de los capítulos son un mini avance de el personaje que más va a resaltar en el capítulo.
Espero que les guste.
☺
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