10
Arthur
Alana estaba exhausta de tantos ejercicios que le había puesto, era de esperarse, nunca había ejercitado así.
Teníamos que estar más preventivos que nunca, Lyon podía dar con nuestro paradero en cualquier momento.
- Arthur, paremos, por favor. - Alana estaba tan roja como un tomate y joder, hasta así se veía magnífica.
- Está bien, Ángel, hiciste muy bien todo hoy, te mereces un descanso.
Creo que nunca la había visto tan feliz.
Regresamos a casa y Alana fué a darse un baño mientras yo intentaba organizar el sofá para dormir, extrañaría a Alana, sinceramente esa mujer me había vuelto loco desde la primera vez que soñé con ella.
"Recuerdos de Arthur"
Era la mujer más hermosa que había visto, sus grandes y hermosos ojos cristal, sus largas pestañas, su lacio y negro cabello, su piel blanca como la nieve, pero lo que en realidad me volvía loco eran esos magníficos labios carmesí. Era tan parecida a Elena, yo intentaba agarrar su mano pero ella se alejaba de mi, tenía una expresión de miedo en su rostro, cómo si yo la fuera a dañar.
No sabía su nombre, solo sabía que era el Ángel más hermoso que había visto jamás.
Mi grandes alas negras, trataban de tocar sus grandes y hermosas alas blancas, eran tan magníficas como ella.
Me acercaba pero ella retrocedía, me miró y desapareció.
Me desperté muy enfadado y muy curioso.
Lo único que había notado era su collar, sabía que por fin la había encontrado.
"Fin del recuerdo"
No le había comentado aún sobre que la ví con alas, considero que aún no es el momento de que lo sepa, se dará cuenta más adelante, cuando esté lista.
- ¿Arthur?. - Me llama Alana sacandome de mis pensamientos.
- ¿Si?, dime.
- ¿Quieres que veamos una película?. - Pregunta tímida y sinceramente amo cuando sus mejillas se sonrojan.
- Claro que si, Ángel, yo la pondré, ve por frituras. - Sonrie y se marcha.
Decidí poner "Orgullo y Prejuicio", sinceramente amaba esa película.
Alana volvió y nos acomodamos en el sofá para poder comenzar.
Yo solo podía observarla a ella, sus ojos, su nariz, sus pequeñas pecas y sus hermosos labios.
Su mano estaba rozando la mía, así que sin importarme más, la tomé para entrelazarla, a ella no pareció incomodarle, pues al tiempo se recostó en mi hombro.
- Alana, ¿Tienes frío?. - Ella volteó para mirarme y dios, estábamos tan cerca...
- No mucho, ¿Tu si tienes frío?. - Sentía su aliento chocar contra el mío.
- No...
Nos miramos un buen tiempo, poco a poco nos acercabamos más, hasta que por fin sucedió.
Junté mis labios con los suyos, fué la mejor decisión que pude haber tomado.
Era un beso suave y lento, ella seguía mi ritmo a la perfección, sabía que ambos sentíamos muchas cosas, se rió entre el beso, cosa que me volvió loco y la besé con más urgencia.
Éramos solamente ella y yo, nada más importaba, sus labios eran tan adictos y tan magníficos, por el maldito aire teníamos la necesidad de separarnos, al final, a regañadientes lo hicimos, la mire directamente a sus hermosos ojos y ella estaba sonrojada, tan tímida, tan hermosa.
No aguanté y le di un pequeño beso en la comisura de sus labios.
- Vaya, vaya, pero que gran escena. - Se escuchaban aplausos desde la puerta principal, eso me alertó muchísimo y puse a Alana atrás de mi.
- ¿Quién está ahí?.
- Oh querido, ¿Ya te has olvidado de mí?. - Joder, era..
- Lyon... - Mi voz salió en un susurro, Alana se tensó.
- ¿Que pensabas?, ¿Que te ibas a salir con la tuya?. - Se río.
- Lo hice por veintitrés años Lyon, no sería diferente ahora.
- Tenemos muchas cuentas que saldar, Arthur. - Su voz comienza a ponerse agresiva.
- No lo creo, Lyon.
- Pero mira nada más, si eres igualita a tu madre. - Le habla a Alana.
- Déjala. - Intento protegerla.
- No lo haré, además, es mi hija, tengo todo el derecho de hacer lo que se me de la gana.
- No es así, no eres nada mío y eres un loco maniático de poder, vaya, que gran padre. - Alana lo enfrenta.
- Al parecer si hablas, pero mira, pequeña, te tendrás que conformar con este padre loco de poder.
- ¿Quién lo dice?. - Responde.
- Yo. - Hace unas señas con sus dedos y alguien me toma por el cuello y me tapa la nariz con un pañuelo con algo en él, automáticamente pierdo toda mi fuerza, escuchando gritos y finalmente, viendo oscuridad.
.
.
.
Hola Linduras, ¿Cómo están?, Espero que súper bien.
¿Que les pareció el capítulo de hoy?
Yo tengo muchas ganas de saber qué ocurrirá después, ¿Ustedes no?.
Hasta el próximo capítulo.
L@s quiero.
-Uxia-
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