1

Elena

Gritos.

Gritos.

Y más gritos.

Intento correr, mis pies duelen, ya no soporto más este infierno, ya no quiero seguir con este sufrimiento.

La oscuridad llega a mí, ya no veo nada, no distingo nada y aún así, sigo corriendo.

En mi mente se escuchan susurros y voces. Ahora sólo se que nunca debí interferir, nunca debí meterme en lo que no me incumbía, él tenía razón, la curiosidad no es buena, todo es mi culpa.

Caigo, mis pies ya no soportan más, intento levantarme pero es un esfuerzo inútil, ya me ha encontrado.

-No puedes escapar, Elena, ya no puedes. - Su fría voz suena pero no lo veo, no veo más que oscuridad.

- Por favor, déjame ir, lo lamento. - Su risa es escalofriante.

- ¿Dónde está la Elena valiente, eh?, vamos cariño, no me temas, solo quiero cuidarte.

- ¿Quieres acabar conmigo?, vamos Lyon, ¿Que esperas?.

- Elena, Elena, pequeña Elena, no seas tan cobarde, yo no te enseñé eso.

- Solo, déjame, por favor. - No quería llorar, no quería sentirme más débil frente a él.

- Creo que hay un malentendido, pequeña. - Escucho sus espeluznantes pasos acercarse a mi. - Tú llegaste a mi, tú interferiste con mis planes, tú te mentiste en dónde no debías y ahora tú aprenderás la lección de tus errores, es un círculo, amor, cada error tiene su consecuencia, ahora acepta la tuya y podrás ver que al final no será tan malo cómo piensas.

-¡No puedes obligarme!, no puedo hacer esto Lyon.

- Si pudiste arruinar mi momento, puedes remediarlo. - Simplemente no tenía fuerzas, mi vida ya era un caos, lamentaba cada segundo que confíe en él, nunca debí hacerlo.

- ¡Nunca será feliz y nunca me sentiré a gusto contigo!.

- No lo hago por su felicidad, querida, lo hago por la mía y por la de mi reino.

- No lo harás, Lyon, no lo permitiré.

- Muy tarde querida Elena. - Y en este mismo instante siento sus manos tomandome por detrás, me levanta sin pudor algo, me ha hecho algo, no siento nada, no puedo mover nada.

Me lleva algún lugar y me deja sentada por algunos segundos y luego regresa con una mirada de lujuria, es asqueroso.

Intento gritar lo más alto posible, aunque se que es inútil, sus manos acarician cada parte de mi, me siento sucia, intenta besarme, aparto la cara con facilidad, no puedo con esto, mis manos no reaccionan, mi cuerpo es sumiso ante su tacto, ¿Que me está pasando?.

Finalmente, después de muchos besos y caricias, llega la peor parte de esto.
Lloro, lloro con todas mis fuerzas, suplico, nada funciona, siento un insoportable dolor, me siento destruída, ya lo ha hecho, me ha roto, y de un momento a otro, ya no soy consiente de nada.

Termina y me deja allí, dolida, sola, destruída.

Mi primera reacción es tocar mi vientre, se lo que ha hecho y se lo que me espera, pero no dejaré que esta criatura sufra, no dejaré que el mundo sea destruído, salvaré al mundo y a mí criatura.

.

.

.

Pasado ya un tiempo, sabía lo que era, pues ya había nacido, una niña, una princesa, aunque mi dolor era insoportable no dejaría que él la tocara.

Corría con mi pequeña, sentía que ellos me perseguían, me dolía lo que iba hacer y no tenía más remedio que salvarla, al menos, una de las dos viviría.
Le puse el collar con su nombre grabado en el, le abrigue bien y la dejé allí, en una puerta color marrón, toqué el timbre y salí corriendo al tiempo que ellos me alcanzaban

Lo siento mucho mi pequeña Alana, espero que puedas ser feliz, mamá te querrá siempre.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top