EXTRA #1

Durante meses había estado diseñando un traje que me permitiera moverme con agilidad cuando cumpliera con mi nuevo trabajo, el cual consistía en eliminar la competencia del Diablo y naturalmente la mía. Poco después de la muerte del Fantasma, la Junta planteó una reunión para finales del otoño, es decir, que tenía en promedio unos tres meses para acabar con uno que otro líder y hacerme con su mafia. Para todo el mundo criminal tanto el Diablo y Ángel, gobernaban juntos, por lo que tenían las más grandes reservas de poder.

Retomando a mi traje, este era un enterizo con una combinación de materiales muy extraña, ya que, llevaba tanto Kevlar (para resistir las balas), Dyneema (que aportaba mayor flexibilidad y resistencia a los cortes) y fibra de carbono (reforzar el traje); además del enterizo, mi uniforme llevaba unos guantes de cuero, y en el izquierdo tenía integrado unos nudillos de metal con incrustraciones de diamante, y como calzado había optado por una botas militares sencillas.

Mi objetivo hoy era nada más ni nada menos que el Tuerto, el jefe de la mafia colombiana. Drag se había encargado de toda la logística del viaje al país caribeño. Sería mi primera vez en ese territorio y como acompañante/escolta tendría al Lobo, no fue mi primera opción pero necesitaba a Alexander para otros asuntos. Vale aclarar, que mi relación con Vianko no había mejorado mucho, pero al menos ya nos tolerábamos.

La guarida del Tuerto estaba ubicada en la Sierra Nevada de Santa Marta, al norte de Colombia. Nuestros hombres ya tenían una base cerca de la finca de Pablo, sin contar que teníamos nuestros propios espías, quienes nos proporcionaron de mapas de la zona. Al ser un lugar montañoso, decidí utilizar una moto modelo Honda Africa Twin, pues debido al terreno me sería más útil que las camionetas para huir; Vianko eligió igual que yo. Una vez planeada nuestra estrategia, decidimos actuar en el cambio de turno nocturno, pues ese día habían tenido una fiesta, y para esa hora, las bebidas y drogas habrían hecho nuestro trabajo más fácil.

Nuestro escuadrón era el de asalto y estaba conformado por tres hombres de Vianko, él y yo. Todos nosotros llegaríamos a pie, los demás traerían los vehículos escogidos para huir. Vianko, como buen guerrero alemán llevaba consigo, su fiel ametralladora MG4, un par de pistolas Heckler & Koch P8, y su navaja; los demás estaban equipados con fusiles de asalto Heckler & Koch G36, por mi parte llevaba un par de pistolas Makarov PM, un fusil AK-74 y el regalo de Alex.

Nosotros debíamos infiltrarnos y acabar con la mayor cantidad de hombres del Tuerto, para así tener paso libre de yo acabar con él personalmente. No negaré que estaba aterrada de que algo saliera mal, es más, había hecho cientos de escenarios donde algo fallaba, así que se podría decir que tenía muchos Plan B. Sin embargo, todo podría pasar y dañarnos el plan. Drag, había decidido quedarse en Alemania para monitorear los movimientos de los demás jefes.

Tengo que reconocer que los hombres que escogió Vianko, sabían hacer lo suyo, en menos de quince minutos ya teníamos el lugar asegurado. Pero eso no quería decir que no hubiera heridos, uno de los chicos quedó con el brazo inútil al recibir una bomba, Vianko tenía el rostro espantoso, pues se puso a pelear con unos sujetos, según por que quería algo de acción, por mi lado, tenía muchos golpes, al ser lanzada por el aire a causa de la explosión de una mina que estaba en el jardín escondida. Cuando por fin pudimos entrar en el cuarto de seguridad, donde se escondía Pablo y su familia, ya era de mañana.

Debo decir que por un instante flaqueé al ver a los hijos del narcotraficante, pero recordé que él estuvo de acuerdo con el plan del Fantasma, y olvidé por completo que era lo bueno y lo malo. Sin esperar o conciliar vacié mi arma en los integrantes de la familia mientras mis hombre tenían agarrado al jefe, cuando recargué mi arma me dirigí sin piedad al hombre golpeado que me miraba con repulsión y odio puro.

Cualquiera pensará que fui muy inhumana al acabar con los niños sin consideración. Pero nadie piensa en que ellos, crecerían en algún momento y buscarían venganza en mi contra, y naturalmente es un lujo que no me daría jamás.

- No me mires así- digo mientras me acerco a él, pasando por encima de los cadáveres- Tú cavaste sus propias tumbas, al aliarte con mi enemigo.

- ¿Crees qué se quedará así?- pregunta con firmeza- ¿Crees qué el tener a todos bajo tu mando, llenará el vacío que hay en ti?

Río a más no poder, no solo porque tiene razón, sino que es muy absurda la situación.

- Te diré algo... yo siempre odié a las personas como tú, pero era por que no sabía lo bien que siente tirar el gatillo, el sentir la sangre espesa de tu enemigo deslizarse por tus manos, ni el poder que me dan ver sus miserables ojos llenos de lágrimas suplicando misericordia... Ustedes me dieron el remedio para llenar el vacío que me dejaron... y como la sensación es efímera, debo repetir la dosis una y otra vez...- finalizo riendo, a la par que descargo mi arma en su cuerpo.

- ¿No crees que te pasaste con el teatro?- pregunta Vianko, de manera que solo yo escuche, mientras nos alejamos del cuarto de seguridad.

- Cariño- digo con gran hipocresía- Tú mejor que nadie sabe que hay que hacerse de una reputación... quiero que todos sepan en lo que me convirtieron y me teman...

- ¿Cómo lograrás eso si todos murieron?- pregunta sin inmutarse por lo anterior.

- Simple... ¿ves a esos sujetos de allá?- le señalo a dos de nuestros espías- Ellos se encargarán de transmitir mi mensaje a sus dueños... Sí, Lobo, sé perfectamente que ellos trabajan con los hermanos Corvinus, y lo supe al momento de seleccionarlos para el trabajo.

- El Diablo te enseñó muy bien. Pensé que no lo sabía más nadie- dice de manera sincera, pero también incrédula.

- No. Yo le aprendí a él y también al Rey. Soy su mayor creación... y debes recordar esto siempre, el alumno supera al maestro...

Decido dejarlo sin esperar respuesta, y me monto en mi moto y dejar que el aire me pegue de lleno en el rostro. Pero al hacerlo, escucho unos gritos provenientes de una mujer y las risas de unos sujetos, lo cual me produjo muy mala espina, y preferí aventurarme para ver que ocurría.

Y que bueno que lo hice, pues varios sujetos, que sobrevivieron al ataque (pues eran de los nuestros) estaban tomando su recompensa. Tres hombres rodeaban a una chica rubia, el aspecto de ella era realmente horrible, su cabello enmarañado y completamente sucio, me daba a entender que llevaba días en aquella situación, y su ropa no ayudaba para calmar a las bestias, pues tenía un pequeño camisón blanco que ya estaba en las últimas, pues parecía que se fuera a romper con el menor movimiento.

El trato para obtener la ayuda de esos hombres, era dejarlos reclamar las propiedades del muerto, cosa que no me importaba, pues los terrenos y los lugares de producción y exportación de la mercancía estaban en nuestras manos. Pero ver como intentaban tener a la chica de manera violenta, hizo que la ira se esparciera en mi interior, y decidí dejar salir al monstruo.

Con sigilo saco mi navaja, y con la otra mano sostengo con fuerza mi arma. A uno le apuñalo entre la tercera y cuarta costilla del lado izquierdo, mientras que a los otros dos, les disparo en las rodillas para evitar que escaparan. Todos los demás voltearon para ver que era lo que sucedía. La chica se había quedado pasmada, pero en sus ojos había un destello de vida que reconocí, y decidí hacerle una propuesta.

- Toma- le lanzo el arma- elige tu destino. Mátalo con tus propias manos y siente como el remordimiento de tomar una vida te consume lentamente, o déjalo vivir, y te sentirás culpable eternamente, mientras piensas que le estará haciendo lo mismo a otras...

No faltó que dijera más, ya que, sin titubear cogió el arma y les disparó dos veces a cada uno, primero en los testículos y luego en el rostro.

- Bien... parece que ya hiciste tu elección... ¿tienes nombre?- pregunto mientras rechazo el arma que ella me devuelve- Quédatela.

- Gracias. Mi nombre es Skyler Miller- se presenta con una sonrisa amplia, a pesar de su estado pude reconocer a un diamante, al que solo debía pulir un poco.

Después de nuestros movimientos (los de Drag y los míos), la Junta tuvo que reorganizarse. Ya no éramos las Once Familias, de un principio; fuimos reduciendo la lista hasta que sólo quedaron cinco mafias oficiales.

La mafia que controlaba Drag, asimiló las de México y Turquía, al eliminar directamente a sus respectivos jefes; por mi parte, mi imperio contaba con las mafias de Inglaterra, Colombia y Norte América; Dimitri seguía teniendo el control de Rusia, aunque fuera temporal, pues en algún momento se retiraría dejándome el mando a mi; los Corvinus se quedaron con los territorios de Irlanda e Italia; mientras que el Árabe conservó su territorio y añadió a España a sus terrenos.

Sabía que había encendido la mecha de una bomba con la capacidad de destruir al mundo, pero no me importaba en lo más mínimo.

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