Capítulo 22✔️

Un mes después.

Un mes ha pasado desde mi fiesta de cumpleaños, y con ella solo han habido problemas, ya que, aparentemente hay un soplón en el negocio de mi padre, y obviamente a todos nos tenía con los nervios de punta.

En ese mes mi relación con Drag avanzó hasta convertirse en perfecta. Tanto así que tengo miedo de que mi "afecto" por él se haga más grande. Se comporta como el príncipe azul, me lleva a comer, se interesa por mis gustos y opinión en cada situación. Me ha llevado a varios eventos de caridad donde ni en un minuto se ha apartado de mí. Pero lo que más me aterra, es su acercamiento hacia mí, pues eso me indica que la guerra va a ser muy pronto.

En este tiempo, a mi padre le hicieron un atentado. Afortunadamente para mi padre nada malo le ocurrió, sólo unos golpes y ya. Pero para nuestra desgracia, aún no encontraban al soplón. Drag también recibió un atentado, y gracias a Dios no estaba con él. Pareciera que el soplón supiera que no iba con ninguno de ellos. Pues si hubiera estado, las heridas hacia mí hubieran sido catastróficas.

En mi opinión, el que está detrás de todo esto me quiere a mí. Pero no sé por qué.

Por otro lado, Drag ha ido a ver a Ángel cada vez que ella pelea. Me ha invitado a comer con él, a que le revele el misterio de mi identidad,su sólo interés me tiene aterrada.

An y yo hemos estado muy ajetreados, escapando siempre de los guardias que me han impuesto Drag y mi padre. An hacía unos días me informó que un nuevo club el Live Club abrió, y que los comentarios que daban de éste, hacían el lugar perfecto para olvidar.

Así que cuando le comenté la idea de fugarnos para ir allá, él aceptó gustoso. Pero lamentablemente él me convenció de pedirles a mis padres y prometido, que suspendieran a los guardias por una noche. Fue algo extenuante inventarles y recitarles la misma historia mil veces, quedamos en que Ángel y yo pasaríamos la noche en su casa, viendo películas y tomando. Mi padre puso el grito en el cielo, sin embargo, Drag dijo que sería buena idea el que yo me relajara. Y así fue como Drag convenció a mi padre.

Ahora me ando arreglando en el apartamento de An, con un vestido corto negro mangas largas y unos botines del mismo color. An se estaba arreglando en su cuarto, y cuando salió vestía unos jeans gris oscuro con unos rotos en las rodillas, una camisa negra con un diseño de Batman, unos nike negro con blanco, y encima su chaqueta negra.

— Vamos a juego— digo con una gran sonrisa.

— Se nota que necesitabas salir, un escape a tu realidad.

— ¿Por qué lo dices?

— Porque mírate— dice señalándome— Estás completamente radiante.

— Pues sí. Necesitaba esta salida. Ahora bien a divertirnos.

— Sí, ya va a venir el taxi.

Esperamos unos minutos, al llegar el taxi nos montamos, le indicamos el camino y acepto gustoso la cuantiosa cantidad de dinero. Llegamos y al parecer la fiesta estaba en su máximo apogeo. Bajamos y vemos la larga fila que hay para entrar. Me dirijo a realizar la cola para entrar, pero unos brazos me jalan a la entrada.

— ¿Para dónde vas?

— ¿Cómo qué para dónde? Pues para la cola.

— Calla y observa— veo que saca un fajo de billetes y se lo entrega al vigilante, este nos mira y nos deja entrar.

— Ventajas de tener dinero.

— Si ya veo. Vaya este lugar es más bello que el Night Club.

— Ya lo creo, con dos pisos con sus barras a cada lado.

— Y con sus luces en neón, nadie sabe quién eres. Las mesas organizadas de manera impecable, para que cuando bailes no choques con ella.

— Jajaja, ¿qué te parece si vamos a beber algo?

Asiento y nos dirigimos a una de las barras. Decimos pedir un daiquirí para mí y para él un mojito. Después pedimos una cuba libre y una margarita, y así nos pasamos la velada, bailando y bebiendo. Bailaba sólo con Ángel, no me sentía cómoda bailando con otra persona, sentía que le era infiel a Drag.

— Eh nena, vente a bailar conmigo— se me acercó un hombre de unos treinta y muchos cuarenta y poco, altísimo y guapo, muy guapo.

— Lo siento caballero...— digo halando a Ángel conmigo— Pero ando con mi novio.

— Sí señor, ésta hermosura de acá es mi prometida. Y le recomiendo que se aleje, pues soy muy territorial con lo que es mío.

— Eh... este... yo... lo siento.

El tipo se fue tan rápido que ni tiempo me dio para jugarle una broma más.

— ¿Y esa faceta de Drag?— pregunto a Ángel.

— Es la mejor manera de alejar a los tipos de aquí. O ¿me vas a negar que no funciona?

— Funciona y muy bien.

Después de un par de horas, en el que tuve que besar a Ángel para que se alejaran las arpías y los babosos que se nos acercaran. Decido que me hace falta un poco de aire puro.

— An, voy a tomar un poco de aire. Estaré afuera.

— Ajá. Pero no te tardes mucho.

Cuando intento salir siento una mirada muy intensa en mi espalda decido ignorarla y seguir mi camino, pero al salir del club la sigo sintiendo, pero no era sólo eso, sentía como un mal agüero, que algo iba a ocurrir, pero no sabía que.

Hasta que lo vi.

En un rincón del cajellón que delimitaba el club.

Estaba él.

Mirándome como si fuera carne fresca y él fuese un zamuro.

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