Capítulo 25
El marcar de los segundos en el reloj de cocina me enloquecía, más aún cuando tenía diez veces mejor audición que cualquier ser humano. Sentía que con el paso del tiempo me volvía inútil, con poder pero incapaz de hacer nada. Cada vez que un amanecer nuevo se asomaba por entre las ventanas de la casa, la sensación de fracaso me abrumaba.
Un día más que ella seguía sin despertar.
Había tratado todo pero era imposible, nada funcionaba. Era como si Alessia estuviese atrapada en su propio cuerpo, incapaz de moverse o responder al mundo exterior. Su compañera de cuarto y la otra chica se encargaron de traer a un doctor, conectó cables y vías de suero, básicamente diagnosticó un "estado de coma" para ella. Podía escuchar su corazón latir, día tras día, cuando tenía la valentía de pasar por la habitación.
Parecía más que nunca un ángel, con los cobertores blancos cubriéndola e inmóvil, el cabello cobre a los lados y una expresión serena. Mi Alessia, había entregado su vida una vez más. Esa tonta y testaruda chica, de nuevo se había puesto en peligro, creyéndose invencible, y yo, yo no había podido salvarla.
Irisiana y Samuel llegaron luego, para mi sorpresa fue el último quien nos había rescatado a todos, estaba en perfecta salud. ¿Quién lo diría? El flacuchento del rubio habia salvado el día.
Recuerdo las palabras de Irisiana apenas gané conciencia.
—No puedo ayudarla, no tengo magia.
La miré desconfiado, dispuesto a reprocharle si su odio era tan fuerte como para dejar que alguien muriera, el rubio se habia interpuesto entre ambos pero la hechicera me empujó con toda su fuerza, logrando que apenas retrocediera un centímetro.
—Tu preciosa Alessia absorbió la magia de todos los hechiceros en Cevale. ¿Quién sabe si hasta fuera de la Provincia? Si ella misma no puede despertarse con tanto poder...¿Qué te hace creer que alguien más puede? —Gritó.
Madyson y Nina habían entrado a la casa en ese momento. Fue en extremo difícil explicar lo siguiente; Hechicería, magia, ángeles, caídos, profecías.
Aunque me negué, múltiples veces, Samuel explicó todo alegando que estaba cansado de dejar a las personas en la ignorancia.
Contuve mis ganas de golpearle cuando se refirió a mi como un truco de feria para que mostrara mis alas. Le miré con toda la seriedad del mundo.
—Si vuelves a hablarme como si fuera un animal de circo, no va a haber magia que te sane esta vez.
Para mi desagrado los mocosos tenían días libres debido a las vacaciones de invierno así que venían en varias ocasiones a saber de Alessia, siempre con la misma respuesta al final. No despertaba.
Claro, los motivos de Irisiana solo involucraban su magia, ella esperaba que pasara lo que pasara, fuera posible recuperar sus poderes. Aparentemente sin ellos no es nada, ni nadie.
Dos meses después, sigo aquí, fuera de la habitación, apoyado del marco de la puerta, mientras los cuatro la observan como un cádaver y yo no podía soportarlo.
Las palabras del creador invaden mi mente derrepente. ¿Por qué habrán nombrado al sello como a un ángel de la pequeña Italia? La pregunta habia sido ignorada debido a todo lo qué pasó, pero ahora llegaba a mi mente como una realización. Algo en las palabras del creador dejaba claro que tenía que ser descifrado, aquello lo caracterizaba. La frase "Trabaja de formas misteriosas" no era en vano.
Enderezo mi espalda en la pared justo al tiempo que la rubia de pelo corto emerge del pasillo. —Azzio...
—¿Hm? —Respondo sin prestar atención. Nunca he sido amigable o siquiera en extremo educado. Sin ella cerca me siento incluso más desdichado, sin propósito.
Haber velado por Alessia desde bebé nunca había sido un plan, pero no podía irme sin saber que planeaba Miguel. Con el tiempo todo se convirtió en un efecto dominó, buscando una forma de cuidarla.
Y cuando creció, mi intención fue quedarme cerca por si me necesitaba, velar que el arcángel no obtuviera lo que quería, pero claro Alessia se metia en tantos problemas que era imposible no intervenir directamente. Su forma de ser, como me hizo sentir, era imposible no enamorarme de ella. No lo planeé. No lo busqué.
Era muy escéptico para ser una criatura inmortal y mayormente presunta fantasía, nunca había creído en el destino y en las fuerzas del universo. Hasta que mis ojos conectaron con los de ella en aquel auditorio, hasta que vi mi crucifijo en su piel y sentí un hormigueo recorrer todo mi cuerpo.
Alessia era mi destino.
Nina me mira a los ojos, repite mi nombre pero entre mis pensamientos no la había escuchado, su sonrisa me desconcierta hasta que habla. —Ha despertado.
Repaso el rostro de todos en la habitación, sus expresiones de sorpresa y desconcierto me dan la bienvenida, frunzo el ceño cuando Nina sale del cuarto disparada y quedo dentro junto con Madyson, Samuel y la hechicera. Para mi sorpresa el rubio luce muy bien, creo que es la primera vez que le veo color a su rostro, parece hasta saludable, y la idea provoca que mis labios se curven hacia arriba, pero la expresión no se concreta al detallar a Madyson quién juega incómoda con sus dedos.
—¿Estás bien? —Le pregunto.
Ella mira de reojo a Irisiana pero asiente, acercándose a mi en la cama. —Eso debería preguntarte yo.
Suelto una risita. —La cabeza me va a explotar y me siento adolorida. —El gruñir de mi estómago me avisa que sume 'hambrienta' a mi lista. —Y muero por una pizza.
Escucho la risa queda de Samuel.
—No lo dudo, yo también estuviera así luego de dormir dos meses... —La veo bien, parece que apenas se da cuenta de lo que ha dicho porque lleva una palma a su boca. —¿¡Dios, Madyson de nuevo?! !¿Enserio?! —Susurra, reprendiéndose a si misma.
Qué...
—¿Qué has dicho?
Samuel se acerca. —¿Qué le dijste?
—Yo no- no era mi intención.
Miro entre ambos irritada. —¿Pueden explicarme que ocurre?
La rubia de gafas da un paso adelante y cierro las manos en puños. —¿Y mientras lo hacen me avalarán que hace ella aquí?
La hechicera suspira con fastidio. —Supéralo, princesita. No estoy aquí porque seas mi mejor amiga.
Samuel la toma de un brazo. —No es buen momento, Iris.
—¿Cómo que no? Llevo meses esperando a que despierte para que me entregue lo que es mío.
—¿Pero qué mierda?
Todos, incluyéndome, nos quedamos en silencio cuando Azzio aparece por la puerta.
Me he quedado sin palabras de verle, siento como el corazón se me acelera, es como si no lo hubiera visto en una eternidad, cuando a decir verdad, mi último recuerdo es la total oscuridad luego de enfrentarme a Lucifer junto a él.
El moreno se abre camino entre Madyson y Samuel, Nina les hace una seña a los demas para que abandonen la habitación, y yo, sin entender nada, clavo los ojos en Azzio. Una especie de Deja Vu invade mi cuerpo, luego la ola de recuerdos que antes fueron borrados restituyen mi mente.
Miro al ángel con nuevos ojos....Si antes lo amaba, ahora el sentimiento excede cualquier límite imaginable.
Se ve cansado, si es que aquello tiene sentido para un inmortal, tiene un rastro de barba de días, pero además de esto, ningun rasguño o moretón.
Esta bien. Deduzco con alivio.
Empujando mi cuerpo hacía él, colocando uno los brazos alrededor de su cuello. —Estás bien. -Digo, en completa alegría.
Estar en sus brazos es lo único que necesitaba, pasa sus dedos por mi pelo y le oigo reír de forma suave. —Eres increíble.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Solo tu despiertas luego de un coma y te preocupas por mi. —Responde, alejándose apenas centímetros para verme.
—Entonces es cierto...¿Estuve en coma?
Asiente. —Durante dos meses. —Suspira y toma mi mano. —Hay muchas cosas que debo decirte, y...explicarte.
—Wow...dos meses. —Apenas puedo aceptarlo. — ¡Espera! ¿Ocurrió algo mas..? ¿Mate a Lucifer?
—Los dos meses más largos de mi vida. —Quiero llorar de lo que siento. Azzio simplemente me sostiene como si fuera a quebrarme, bien podría hacerlo. Me sonrojo un poco y ahora su sonrisa es amplia. —Lucifer no puede ser asesinado. Lograste desterrarlo al infierno, solo eso.
El ambiente romántico se evapora en un segundo cuando recuerdo a Elihad...su cuerpo desplomándose, sin corazón, una punzada en mi estomago se materializa. — ¿El arcangel miguel...?
—Muerto.
Asiento. Quiero decir "Entonces de vuelta a la normalidad" pero ¿acaso algo de esto lo es?, el ceño fruncido de Azzio me inquieta demasiado.
—¿Qué pasó entonces? ¿Por qué la hechicera esta aquí?
Azzio toma mis manos y acaricia los nudillos con su pulgar. —Samuel e Irisiana nos siguieron aquella noche al risco.
—Dios...
—Samuel fue el único que vió todo desde cada perspectiva.
—Luce muy vivo...
—Si, Irisiana lo curó antes de perder su magia. Resulta que Elihad le había mentido, condenándolo a morirse. Prácticamente nos salvo a todos...Sin él estaríamos tirados en el risco medio muertos.
—¿Samuel?... ¿Y ella lo curo? ¿Perdió la magia?
Siento como si me hubiera ido un año. La cabeza me iba a estallar. Aún así presentía que había algo más, lo notaba por el típico gesto nervioso del ojiverde, ese de pasar su mano por el cabello repetidas veces.
Las palabras salieron con indecisión. —No la perdió como tal, se la quitaron...
Le mire a los ojos, cejas fruncidas. Pude haber elegido alguna otra interrogante: "Cómo, cuándo, dónde" pero mi instinto me hizo dar con la pregunta correcta. —¿Quién lo hizo?
—Tu, Alessia.
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