Capítulo 14
El regreso de Azzio a la academia fue el chisme de la temporada, coincidiendo con el baile de navidad y el apogeo de estudiantes, el moreno se convirtió nuevamente en el centro de atención, de pronto sus "admiradoras" estaban por todos lados, como si él nunca se hubiese ido, con la pequeña diferencia que ahora arrojaban miradas de muerte a mi persona, quien iba a su lado, con su mano en mi espalda, dejaba claro una cosa: "Es mi chica"
Ahora yo no era el tema de moda o la razón de rumores por Francesca y el crimen sin resolver, sino que también por ser la chica que disfrutaba de la compañía del misterioso moreno con ínfulas de Bad boy en la AUAP.
Una de las chicas que está en la pared de casilleros se acerca un poco más al pasillo para lograr que Azzio tropiece con ella, pero él se acerca mas a mi y no termina ni rozándola.
Con un risa queda pasa su brazo por mis hombros. –Creo que somos la pareja de poder por aquí.
Suprimo una risa para mirarle de soslayo. –¿Somos una pareja?
Él detiene el paso, chequeándome con una ceja alzada, me es imposible no seguir el movimiento de sus músculos cuando se cruza de brazos, el material de la chaqueta que se adhiere a la anatomía. Inmediatamente extraño su calor. –¿No lo somos?
Me encojo de hombros con la sonrisa de medio lado delatándome, entonces sin importarle que media academia nos vea, acorta la distancia y coloca su mano en mi mejilla, manteniéndome firme para besarme de improvisto, mirándome a los ojos, sin pestañear me dice:
–Tú y yo somos todo.
Mentiría si no digo que me ha dejado sin aliento, con un cosquilleo que se esparce por todo mi cuerpo, mas trato de no hacer más de un show nuestra caminata, mantener la cordura, aun cuando me toma de la mano para que avance a mi dormitorio.
No sé ni cuantas clases me he perdido, pero apenas despertamos en la casa...Mi casa. Por más irreal que suene, no me acostumbro a tener un hogar y menos de haber despertado en él con Azzio a mi lado.
No pensé que fuese posible, después de todo lo que ha pasado, olvidarse un poco de la realidad y absorberme completamente en la burbuja que representaba esta nueva encontrada cercanía.
Azzio era un pensamiento que parecía ya perdido, distante. Hacerme a la idea de que habíamos estado juntos, que de alguna forma había regresado a mi...de habérmelo planteado hace una semana me llamaría absurda e insensata, ahora solo puedo pensar en que no quiero alejarme ni un segundo de él.
Y eso es lo que me da miedo...
Mi dormitorio estaba vacío pero sabía que apenas encontrara a Nina, ella me bombardearía con preguntas.
La mirada inquisitiva de Azzio recorre todo el lugar antes de sentarse en la que es mi cama. –Parece que un tornado pasó por aquí...
Le miro mal, buscando en la cómoda un cambio de ropa.
Sigue mis pasos de forma analítica, enfocado en qué camiseta usaré. –Deberías empacar todo y mudarte a la casa.
De inmediato detengo lo que hago como si eso me hiciera escuchar mejor. –¿Qué?
–No está muy lejos de la academia, tendrías un lugar que es para ti, tu espacio, además estarías más segura.
Alzo las cejas de la impresión. –No creo que estar sola en una casa sea más "seguro" para mí.
–¿Quién dijo que estarías sola? Estarás conmigo.
Trago saliva cuando se levanta, parándose frente a mí, la diferencia de altura me obliga a levantar la cabeza, él me toma de la barbilla, viéndome a los ojos. –No te dejaré sola nunca más.
Sus palabras suenan a promesa, a realidad completa. Y se asientan en mi pecho como un partículas en un vaso, flotando en ideas. El silencio que compartimos es de ese tipo que dice demasiado sin siquiera procurar palabra.
Y justo cuando pienso que me besará, solo me sonríe, apartándose para enroscar su dedo de la cadena del llamador, frunciendo el ceño. –Es peligroso que andes con el llamador en tu cuello, debemos encontrarle un escondite. En las manos equivocadas sería un caos.
Pues claramente, un tipo de joyería que cumpla un deseo único con el poder de inclusive traer de la muerte a una persona es, en efecto un poder que sería un caos.
Y como si entendiera, el colgante se calienta encima de mi piel como afirmando las palabras, me hayo recelosa, el llamador es lo único que me queda de Teresa, eso y los sueños vividos...
–No te preocupes con lo de la casa, no te presionaré.
Pero hay otra cosa en mi mente, el sueño, las imágenes recurrentes que siento que no me pertenecen y están en mi mente flotando.
–¿El llamador puede mostrarte el pasado?
Sin duda le tome por desprevenido, su expresión calmada paso a una perpleja. –¿Qué? ¿Por qué preguntas eso? ¿Acaso viste algo?
–Tuve un sueño, increíblemente vívido, pero todo pasó muy rápido,'me había cortado el dedo y al despertar estaba intacto, no se si fue mi imaginación.
–¿Qué viste exactamente?
Tiene la mano en la barbilla, frotando suavemente en evidente estrés, con esa expresión suya que adopta cada vez que no puede controlar algo, que se escapa de sus manos la situación.
–Es algo malo...¿Cierto?
–Dime qué viste, Alessia.
–Estaba leyendo y de alguna forma-
Pero no alcanzo a terminar la frase, mis palabras se cortan con el sonido de la puerta.
Nina entra al dormitorio impresionada, de verme y de ver ahí al moreno, por un segundo solos nos mira.
Lleva la cabellera corta en una coleta baja y un montón de papeles en sus manos, me pregunto como logro entrar con tantas cosas encima.
–¿Interrumpo? –Cuestiona con una ceja alzada, a la misma vez que le contesto que no y Azzio murmura "Sí"
Le miro como diciendo "¿Es enserio?" Pero solo se encoge de hombros.
Nina lo ignora para terminar de entrar y colocar los apuntes en su escritorio. –Al menos sé que estas bien y que ese Samuel no terminó matándote. ¿Por qué no me avisaste que ibas a salir? Me preocupé.
Mi compañera de cuarto es genial, pero cuando activa su modo maternal es algo intimidante.
Me rasco la nuca, incómoda. –Lo siento, no sabía cómo avisarte.
–¡Cierto! ¡Alessia, no tiene móvil ni pertenece a este siglo!
–Lo lamento, Ni.
Se encoje de hombros. –Si, si. –Dice para girarse, pero como si recordara algo se da la vuelta, recostándose del escritorio y viéndome inquisitiva.
–Aunque si de verdad lo sientes...deberías hacer algo por mí.
Azzio carraspea, decidiendo sentarse y oír todo. Yo achico los ojos en sospecha. –¿Qué quieres que haga exactamente?
–¡Venir al baile de navidad!
Ruedo los ojos. –Ya hablamos de eso.
Ella mira a Azzio esta vez. –Por favor convéncela de ir.
Él me sonríe con suficiencia. –¿Una distracción vendría bien no?
¿Distracción de qué? Quiero preguntar ¿Mi muerte? Sin embargo suspiro decidiendo decir: –Es mañana y no tengo nada que ponerme.
Automáticamente los ojos de Nina se iluminan y va hacia el closet con tal rapidez que parece caricatura, de donde saca un hermoso vestido color esmeralda. –Sé que dijiste que no tenías ánimos de ir pero si esperé que cambiaras de opinión y ¡Que emoción!..Este es el último baile del año y ya solo quedan vacaciones.
–Nina...
–No nos costó nada, prácticamente un regalo de Mady y mío, compramos nuestros vestidos y nos dieron descuento. ¡Además puedo prestarte sandalias! ¡Ah y maquillaje!
Azzio se ríe a mi cara de terror. –Deberiamos ir. –Es todo lo que dice y ella sonríe, Nina es inteligente, sabe de Azzio asi no lo conozca prácticamente y por lo que le he dicho me he dado cuenta que acaba de manipularme junto con él para que vaya a la bendita fiesta de gala navideña.
–Está bien, iremos.
–¡Sí! –Suelta un gritito dando saltos en su lugar y sonríe, yo por mi parte miro a Azzio, pensando que si en el estado débil que se encuentra pueda sentir un manotazo de mi parte.
Por más que me cause gracia y felicidad tenerlo aquí, tener amigas, y un atisbo de normalidad, no puedo escapar del presentimiento, el nudo en el estomago que avisa que algo malo está por pasar.
–Fingir ser esta chica es lo mas difícil que he tenido que hacer en mi vida.
Elihad alza una ceja acomodando el flequillo de su cabello rubio. –¿Qué tan difícil puede ser fingir ser una adolescente normal, Irisiana? ¿Acaso tu no lo eres?
–Tengo 24 años, por Dios. –Suspiro. De nuevo otra llamada entrante al teléfono móvil, la chica de la tienda. –Esa tal Nina no deja de llamar y enviar textos preguntando sobre mi "galán" Es exasperante.
Puedo sentir la presencia de la verdadera Madyson en mi cuerpo luchando por hablar, sin embargo mientras más tiempo paso con Elihad, más mi magia se fortalece, cosa que no pensé posible.
Se encoge de hombros. –Solo dile que estás ocupada y que mañana llegarás al baile, lo importante es que Alessia esté ahí.
Frunzo el ceño. –¿Por que debo pasar tanto tiempo en su cuerpo?
Suspira, parece que no esta contento con su reflejo en el espejo así que toma otra de las chaquetas del probador, esta vez una de azul navy brillante, examinándola. Estamos en una sastrería ya que el excéntrico ángel blanco quería verse impecable para la ocasión.
–Todo tiene que salir perfecto ¿entiendes? Con Azael no hay segundas oportunidades o beneficio de la duda, tratará de protegerla a toda costa, lo he visto, daría su vida por la de la chica sin parpadear.
Trato de suprimir el sabor amargo que viene a mi garganta cuando dice aquello. <<–Y como ha pasado demasiado tiempo contigo, puede percibir tu magia y entonces estarás acabada, necesito que parezcas ser esta chica, necesito que no note ni un atisbo de la verdadera tú. Por eso es que tienes que poseerla tanto tiempo.
Le miro atenta mientras abotona la camisa, su torso es bronceado y marcado con un pequeño rastro de piel rubia, del tipo de belleza asesina, tan encantador como para atontar a su presa, matarla y que esta se sienta gustosa de perecer por él.
–Solo tengo que apartar a Alessia de él para hechizarla y tomar el llamador, no es muy difícil.
–En dado caso que estén juntos.
–Por supuesto que lo estarán, vi como se iban del club. No hay forma que después de aquello no estén juntos. Y no deberías subestimar la magia del collar, si lo lleva puesto siempre, como pude observar en la cueva, ya habrá desarrolado una conexión con él, el collar la cuidará.
–Y tu quieres matarla.
Asiente pero veo como sus ojos se oscurecen, mientras la quijada se ve ligeramente apretada. –Es mi trabajo para el arcángel miguel.
–¿Por qué siento que me mientes?
Me enseña su mejor sonrisa falsa. –De ser así, no es tu problema, estas aquí sin amenazas porque te ofreciste, pero en el momento en el que creas que tienes una ventaja, me encargaré de demostrarte que tu no tienes poder sin mí.
El rostro que no me pertenece le encara. –Me impresiona que a estas alturas hasta los ángeles se escondan detrás de la fachada de niño malo.
Elihad no mira alrededor ni pestañea, en segundos me tiene contra la pared opuesta de los vestidores, camisa desabotonada y fuego en sus ojos. –Deberías limitarte a ser útil, Irisiana.
Alzo una ceja apenas respirando por la presión en mi cuello, siento el calor recorrer mis venas y el cosquilleo en mi cuerpo más no me dejo distraer por la inesperada atracción.
Concentro mi magia de forma que su cuerpo no obedece a su mente, y en menos de lo que espera, me suelta, sosteniéndose la cabeza con dolor. –Creo que entre los dos, yo soy la más util, Elihad.
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