Cañón del Sumidero
Basado en la leyenda del Cañón del Sumidero
Gotas caían sobre su rostro, la tela que lo cubría se pegaba a su piel, las plumas que antes le adornaban estaban rotas o tiradas por el suelo cubiertas por el barro, el dulce olor a incienso lentamente desvaneciéndose, llevándose con el la poca calma que lograban reunir
Las personas a su alrededor estaban en condiciones similares, muchos apretaban contra su pecho las plumas de quetzal que sus familias les dieron, lentamente su mirada recorrió el paisaje, y no era agradable.
Cuerpos cubrían el suelo, la tierra bañada en rojo, y muy pocos brillos plateados hablaban del sacrificio humano que los dioses exigían, era su sangre y no la de los extranjeros la que ellos reclamaban. El ruido de los animales extraños llamados caballos le saco de su observación, piel blanca manchada de tierra también se acercaba apenas esperando la luz del día, ¿estos eran los que hicieron caer al gran Tlatoani? se veían demasiado odiables ¿O era que ellos ya tenían advertencia para no caer en su embrujo?
Sus heridos compañeros retomaron sus posiciones al verle de pie, estaban dispuestos a vender su vida hasta la ultima gota, ellos no eran como los mexihcatl, ellos no se arrodillarían ante los hombres blancos, apretó su Macuahuitl con su mano dominante, su escudo en el suelo mientras revisaba que su cuchillo de obsidiana siguiera sujeto a su cuerpo.
Esperaba que su corazón no fuese reclamado demasiado pronto por los dioses
Mientras un pobre animal caía a sus pies recordó a sus zabin decirle que estos hombres estaban combatiendo a todos y ganando, los que quedaban en pie eran tomados como esclavos, no había honor en la dicha de vivir, la libertad era arrancada a manos de los hombres de plata, fue progresivo ver como sus antiguos enemigos llegaban a ellos, los altivos nacom que no se rendían hasta la muerte ahora llegaban a pedir ayuda, llevando a sus holcans con ellos y también más información de su nuevo enemigo, ahora ya no luchaban para conseguir sacrificios para los dioses, ahora luchaban por su libertad, todas sus familias estaban resguardas y esperando por la victoria, por su libertad.
Sus pies pasaron por una piel de balam, un antiguo nacom con sus armas de obsidiana y jade inutilizadas en el suelo, los dioses estaban teniendo muchas visitas este día
El tiempo pasaba, la noche se acercaba, y los hombres de blanco los rodeaban, obligandoles a retroceder y acercarse a los indefensos, los atlatl que quedaban eran escasos, sus flechas se acababan y la mayoría solo tenia sus hachas y cuchillos para defenderse.
Con horror vio como sus guerreros caían, estaban rodeados, solo quedaba rendirse o morir. Fuego cruzo sus ojos, ellos no perderían su libertad.
Su voz se alzo y alcanzo a todos, tenían que llegar al peñón, y desde ahí el río los llevaría a los dioses
Con Kimi siguiendo sus pasos llegaron a su destino, mujeres y niños con ellos, el rugido del río resonando y acallando a los extraños, un nacom dio el ejemplo de su ultimo acto, y el tomo a un puñado de hombres para retener a los hombres blancos, los Nandalumí morirían luchando antes que servir a los extraños,
Resistieron hasta la ultima gota carmesí para dar tiempo a los demás, y pronto solo quedaba el y un par de holcan, sus pies ya estaban en la orilla del Peñón de Tepetchía, giro y vio a sus ultimos holcan unirse a él, vio nuevamente atrás con odio ardiente y se dejo caer al río rojo al abrazo helado que acogió antes a su pueblo, una sonrisa se pinto en su rostro al ver a los cobardes hombres blancos detenerse en lo alto, su cuerpo sintió dolor y rojo nublo su visión antes de caer en la completa oscuridad
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Abrió los ojos, la oscuridad lo rodeaba aún mientras se ponía de pie y salia de su habitación para caminar por la zona, viejas risas se escucharon, susurros de niños y revolotear de plumas fantasmales, se paro en el pequeño muelle en el rió y un caiman le observo perezoso mientras Chiapas ofrecía respeto por los fantasmas de aquellos antiguos pobladores orgullosos, un jaguar observando la interacción y perdiéndose a los primeros rayos del sol, los fantasmas siguiéndole y dejando a la representación chiapaneca con un suave adios en su antiguo dialecto
Vuestro arrojo guardad, quizá un día
una hueste extranjera vendrá.¿Quién entonces con gran bizarríade la patria el honor salvará?
Aclaraciones
Tlatoani: Orador, el "gobernante" de los mexicas, se incluye porque se creé que el Soconusco tenía relaciones comerciales con ellos inclusive
Mexihcatl: Mexicas, en Nahuatl
Macuahuitl: Un arma de guerra mexica, era un mazo con cuchillas de obsidiana, con el suficiente poder para cortar la cabeza a un caballo, el arma maya no tenia ese nombre en especifico, pero era similar a esta, y para mi verguénza, no encontré el nombre del mazo de guerra chiapaneco, por eso ha quedado como macuahuitl
Zabin: espías o exploradores especiales, se traduce como comadrejas de camino
Nacom: era el "general" de los soldados, elegido cada tres años, con su muerte o captura las guerras entre los mayas eran detenidas (cuando eran guerrillas para conseguir sacrificios)
Holcan; eran los soldados profesionales
Balam: Jaguar, es atribuido al inframundo y/o persecutor del sol
Atlatl: era un potenciador de lanzamiento para lanzas, dándoles el poder suficiente para (según) atravesar la coraza protectora de los españoles
Kimi: Muerte, se puede encontrar Ah Puch y otros, son dioses del panteón maya
*Según la leyenda, los indigenas se lanzaron al rio Grijalva en un suicidio masivo al verse rodeados por los españoles, dejando el río pintado de rojo, prefiriendo la muerte a ser esclavos de los mismos. Se cuenta que Diego de Mazriegos quedo conmovido y permitió la creación de Chiapa de Corzo, que es en donde vivieron los sobrevivientes, y en honor a esto el escudo de armas incluye al Cañón del Sumidero
*Use la palabra dialecto por ser la usada al referirse al maya, nahuatl o cualquier variante, quería usar idioma, pero es raro usar esa terminología
*Lo escrito aquí no es completamente fiel a la leyenda, y es solo eso, un escrito, sentíos libres de dejar observaciones
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