Sigan adelante

Seiya y Shiryu corrían hacia el Templo de Cáncer; entre correr y pelear, ambos ya se encontraban sin aliento.

-Esta Casa se ve algo espeluznante...- agregó Seiya mientras entraba al cuarto Templo; había máscaras, probablemente representando a personas muertas, colgadas en las paredes.

-Sí... tal vez deberían investigar a estos tipos antes de darles las Armaduras Doradas...- suspiró Shiryu.

-¡Bienvenidos sean a mi humilde hogar!- una extravagante y aterradora voz sonó desde lo más profundo de la Casa.

-Ay no... ¿¿¿y tú eres...???- se preguntó Seiya, un poco cansado de las excentricidades de los Gold Saints.

-Deathmask de Cáncer, seré su anfitrión durante la próxima hora... o el tiempo que les lleve derrotarme.

-¡Me gusta tu espíritu! Mi nombre es Se...

-Avanza, Seiya.

-¡¿Qué?!

-Shun y Hyoga todavía están en Géminis, si no hubiéramos tomado la decisión de separarnos, todavía estaríamos allí.- Shiryu comenzó a explicar -Adelántate, y si por alguna razón me demoro mucho, al menos tú podrás continuar.

-Shiryu... buena suerte...- Seiya le sonrió a su amigo, el japonés asintió y se dirigió al próximo Templo: Leo

-Muy bien, esto será entre tú y yo, Ikari Shiryu...








-Hyoga, espero que estés bien...- pensó Shun mientras corría hacia el Templo de Cáncer

Pensó en regresar a la Casa de Géminis y tratar de recuperar a Hyoga, pero ya había pasado demasiado tiempo allí; además, el trato era que el primero en salir debía avanzar, aunque estaba preocupado por el ruso, no podía perder más tiempo en volver por él.

Trató de mantener la calma, después de todo, Saga le había asegurado que Hyoga estaba bien.








Hyoga abrió los ojos lentamente, estaba aturdido, ya fuera por el ataque de Saga o por el aterrizaje forzoso que acababa de tener. Miró a su alrededor y reconoció que estaba dentro de una de las Casas del Zodíaco.

-¿Saga?- preguntó el rubio para comprobar si todavía estaba en Géminis.

Dentro de ese Templo, y ocultos de la vista del ruso, dos Santos Dorados susurraban entre ellos:

-Es hora del show, Camus...

-Oh sí...

Camus dio un paso adelante, apareciendo detrás de Hyoga.

-No estás en Géminis, jovencito

Hyoga se dio la vuelta de repente. Esa no era la voz de Saga.

-Tú... tú no eres Saga...- murmuró el ruso, confundido, recordaba la cara de ese hombre. Pero, ¿de dónde?

-Qué inteligente...- respondió el francés, sarcásticamente. -No, gracias a Dios no soy Saga, soy Camus, Camus de Acuario.

Camus de Acuario. El ex Caballero de Cygnus. En ese momento, Hyoga recordó que había visto su pelea contra Zakhar de Crystal por la Cloth de Acuario. El ruso abrió los ojos, asombrado, realmente había disfrutado esa batalla.

-¡Wow! Yo... quiero decir... tú... ¡Estoy impresionado!- balbuceó Hyoga, pero el Caballero Dorado no lo estaba tanto, permanecía serio y tranquilo.

Hyoga sintió un escalofrío en la espalda. El tipo frente a él era frío, en todo el sentido de la palabra.

-Quizás quieras guardarte tus elogios- comenzó a decir Camus. -Tal vez cambies de opinión con respecto a mí después de nuestra pelea.

Hyoga todavía estaba confundido.

-Espera... eso significa que... ¿Salté de Géminis a Acuario? Genial.

-No, esta no es la Casa de Acuario, sino la Casa Libra.

-¿¿¿¿Okaaaay....???? Sigue siendo bastante genial... pero... ¿¿por qué??

-Eso no importa.

Camus juntó las manos sobre su cabeza, Hyoga trató de recordar qué significaba esa posición, estaba seguro de haberlo visto hacerlo antes... en el... ¡Torneo Galáctico!

Hyoga puso los ojos como platos, comprendiendo finalmente lo que el Santo de Acuario pretendía hacerle, y trató de escapar del ataque.

-¡Aurora Execution!

El rubio saltó fuera del camino, el Caballero quería congelarlo hasta la muerte.

-¡¿No se supone que debes apuntar mi nombre primero?!- argumentó Hyoga.

-Esto no es parte de tu calificación, así que no...

-¡¿Qué diablos?!

Camus tenía razón, Hyoga cambió totalmente de opinión sobre el Caballero de Acuario después de eso.








-¡Seki Shiki Meikai Ha!

Shiryu trató de quitarse del camino, pero fue inútil, el ataque de todos modos lo golpeó.

Fue transportado, junto con Deathmask, a un lugar de aspecto extraño, oscuro y aterrador.

-¿Dónde estamos?

-Yomotsu, es un lugar entre el reino de los vivos y el reino de los muertos; un lugar entre los dominios de Athena y Hades. Pero prefiero tener la pelea aquí, ya sabes, para efectos dramáticos.

Shiryu frunció el ceño. Estos tipos realmente no se estaban tomando esta prueba en serio.

-¿Procedemos, Ikari?








-¡Maldita sea! No debí de haber tonteado durante la clase de Educación Física en la preparatoria... ¡Esto es agotador! ¿¡De qué me sirvió ser parte del club de fútbol!?- pensó Seiya mientras se paraba en la entrada de la Casa Leo.

Apoyado en uno de los pilares del interior de la Casa estaba Aioria, quien se giró cuando escuchó que alguien se acercaba. Su mirada aburrida se transformó en una bastante divertida cuando el griego notó que era Seiya quien entraba al Templo.

-¡Oh! ¡¡¡Hola Seiya!!!- saludó Leo con alegría.

-Ay no...- Seiya suspiró al ver al Caballero Dorado. Había olvidado que era el Santo de Leo. Pero no olvidó que él y su hermana, Marin, se traían algo.

-¿Dónde está el resto de tu grupo?

-¡Ah! ¿¡Quién sabe!? Cáncer y Géminis probablemente...

-¡Genial!

Aioria aparentemente no tenía intenciones de pelear contra Seiya, se estaba acomodando para seguir charlando con el japonés.








La batalla entre Deathmask y Shiryu fue bastante pareja. Si el Santo de Cáncer lanzaba un ataque al japonés, este también lo golpeaba, y así sucesivamente.

-¡Woah! ¡Eres bastante bueno en esto!- exclamó Deathmask. -Está bien, basta de contenerse, aquí está todo mi poder...

Shiryu trató de reunir tanto Cosmo como pudo para contraatacar al Gold Saint.

Ambas ofensivas chocaron entre sí al unísono, Shiryu trató de aguantar tanto como pudo, para que el ataque de Deathmask no lo derribara.

El Caballero Dorado, por otro lado, estaba seguro de que su ataque noquearía al japonés, por lo que suavizó su ofensiva.

Shiryu vio su oportunidad y la tomó, elevando su Cosmo tanto como pudo, obteniendo una ventaja considerable.

Al ver el ataque del japonés tan cerca de él, el Santo de Cáncer intentó levantar su Cosmo una vez más, pero la ofensiva de Shiryu estaba casi frente a él.

Para no ser derribado, Deathmask se apartó del camino. Shiryu se estaba preparando para lanzar otro ataque.

-¡Espera!- gritó Cáncer. -Ya es suficiente, me pillaste con la guardia baja. Puedes irte.- dijo, derrotado.

Shiryu suspiró, no tenía la energía para celebrar adecuadamente.

Deathmask los llevó de regreso al Templo del Cáncer y dejó que Shiryu continuara.

-¡Espera! ¡¡¡Shiryu!!!- mientras el pelinegro salía de la Casa de Cáncer, una voz familiar lo llamó.

-¡Shun!- exclamó mientras veía a su amigo llegar a la cuarta Casa.

-¿Dónde está Hyoga?

-No lo sé... Saga de Géminis lo envió... a algún lado...- Shun miró hacia abajo, todavía estaba preocupado por Hyoga.

-No te preocupes, probablemente está bien- Shiryu lo tranquilizó. -¡Sólo espero que vaya a aprobar!- Shun sonrió.

Al escuchar esa conversación, Deathmask sonrió descaradamente. El juego de Camus y Saga iba de acuerdo al plan.

Los japoneses comenzaron a correr hacia la quinta Casa.








-¡Y hay un lugar donde puedes comer todos los tacos que quieras los viernes! ¡Jaja! ¡A Dohko le encanta ese lugar!

-¡¡¡Aioria!!! Esto es divertido y todo, pero... ¿no se supone que debemos pelear o algo así? Tengo prisa, ¿sabes?

-Oh, claro...- Aioria fue sacado de su diversión y escribió el nombre de Seiya en una hoja de papel. -Pero, no te pares ahí, ese es un muro de carga.

Seiya se movió torpemente hacia un lado.

-¿Aquí?

-Sí, eso servirá... ¡Lightning Plasma!








-¿¡¿¡Por qué estás haciendo esto!?!?

-¡Trata de calificar estudiantes en un examen de 12 horas de duración, a ver si no te aburres!- Camus estaba lanzando un ataque tras otro, tratando de inmovilizar a su oponente.

-¡¿Así que esto es sólo por diversión?!

-Algo así...

-¡¡¡¡Eres un completo lunático!!!!

-¡Cállate y quédate quieto! ¡Aurora Execution!

Hyoga había estado evitando los ataques durante más de 20 minutos, por lo que era sólo cuestión de tiempo para que el ruso fuera derrotado. Finalmente, el Aurora Execution lo golpeó, derribándolo.

El rubio trató de ponerse de pie, lo cual fue inútil. Camus caminó hacia él.

-Y ahora, prepárate...

Hyoga cerró los ojos, esperando lo peor.

-¡Freezing Coffin!

Del Santo de Acuario, emergió un Cosmo poderoso y congelante, sellando a Hyoga dentro de un gran cubo de hielo.

Camus sonrió, satisfecho, su plan estaba completo. De la oscuridad, Dohko de Libra se acercó a su colega.

-¡¡No puedo creer que realmente lo hiciste!! ¡¡Esto hace que todo este examen sea divertido!!

La pareja rió, a su manera. Dohko se carcajeó mientras Camus apenas y mostraba una sonrisa.

-¿Y ahora qué?- preguntó Libra.

-Esperaremos...- suspiró Camus. -Cuando llegue el resto del equipo, veremos si alguien se toma el tiempo de descongelarlo.

-¡Bien! Pero... ¿Qué pasa si nadie viene? ¡¿O qué pasa si nadie lo quiere?!

-¡Estará bien! Si a nadie le importa, tú mismo puedes romper el ataúd con la Espada de Libra. Y después dile los terribles amigos que tiene.

Dohko se rió ante la perspectiva y palmeó a Camus en el hombro. Este último procedió a regresar a su Templo.








-¡¡Lightning Plasma!!

-¡Por Dios, Aioria! ¡Dame un respiro!

-¡Tú eres el que quería pelear! ¡¡Entonces pelea!!

Seiya trató de evitar los ataques del Santo de Leo, pero inevitablemente fue golpeado.

El combate continuó así por un rato, Aioria lanzando ofensiva tras ofensiva a Seiya y este último tratando de defenderse, o al menos bloquear los ataques.

Leo no se detuvo hasta que Seiya logró golpearlo una vez con el poder de su Cosmo.

-¡¡¡Ajá!!!- festejó el japonés.

-¡¡Genial!! ¡Puedes pasar ahora!

-¿Espera, qué? ¿Eso es todo?

-¡Sí!- Aioria se rió. -Es lo más que vas a lograr...

-¡Te golpeé!- Seiya hizo un puchero.

-¡Apenas me tocaste!

-¡¡Seiya!!- una voz interrumpió la discusión.

-¡¡¡Shun!!! ¡¡¡Shiryu!!! ¡Oigan! ¡¿Dónde está Hyoga?!

-Shun lo perdió en Géminis, literalmente.

Al escuchar las palabras de Shiryu, Aioria comenzó a reír incontrolablemente.

-¡¡¡Esos bastardos!!! ¡¡¡De verdad lo hicieron!!! No puedo creerlo...

-¡¿Sabes de esto?!- exclamó Shun.

-No te preocupes, es una broma inocente. Estará bien.- le tranquilizó Leo. -Será mejor que se vayan ahora...- dijo, indicándoles la salida del Templo.

-Y Seiya...- el mencionado se giró. -Háblale bien de mí a Marin, ¿sí?

Shun y Shiryu dejaron escapar unas risitas, mientras que Seiya se sonrojó, un poco avergonzado por las palabras del Caballero Dorado.

-Sí, sí, sí... adiós Aioria...

Los tres comenzaron a correr hacia la Casa Virgo, el sexto Templo, llegando a la mitad del camino.








-Espero que este tipo no sea raro...- suspiró Seiya.

-Yo... no puedo ver a nadie...- añadió Shun, mirando alrededor de la Casa.

-¡Por allí!- Shiryu señaló el centro del Templo. Había un hombre que parecía estar meditando.

-¿Son ustedes los que pretenden pasar por las Casas?- dijo el hombre solemnemente.

-Aaaah... no es que queramos, más bien nos están obligando... pero ¡sí, claro!- respondió Seiya.

-Es bueno que hayan decidido pelear contra mi los... ¿tres? ¿Dónde está el cuarto compañero?- preguntó el hombre, confundido.

-Aahhh... etto... no sabemos...- respondió Shun tímidamente.

Shaka permaneció pensativo por un momento y luego mostró una leve sonrisa.

-Aaahhh Saga... Veo que eres un hombre de palabra...

-¡¿Por qué todos siguen diciendo eso?!- Seiya interrumpió, desesperado por saber de qué estaban hablando los Gold Saints cada vez que mencionaban a Hyoga.

-Todo a su debido tiempo, caballeros...- Shaka suspiró. -Soy Shaka de Virgo, y seré su oponente por el momento.

Después de hacer todo el procedimiento de tomar los nombres de los estudiantes, Shaka les dijo a los estudiantes que comenzaran el ataque. El Santo de Oro permaneció en su posición actual.

Seiya, siendo Seiya, lanzó el primer golpe, considerando sus experiencias pasadas, trató de reunir la mayor cantidad de Cosmo posible, estaba seguro de que golpearía a Shaka. Pero este último sólo levantó la mano mientras gritaba: -¡Kān!- y detuvo el ataque de Seiya, abruptamente.

-Seiya... ven aquí...- dijo Shiryu, acercando a su amigo.

-Acaba de decir que estaba contento de que lo atacáramos los tres juntos, ¡¿no crees que lo dijo porque es consciente de su increíble poder?!- lo regañó el azabache.

-¡Bien! Repitamos lo mismo que hicimos en Tauro... Ustedes dos lo agarran de frente y yo de arriba, ¿listos?

Shiryu y Shun obedecieron a su amigo y se instalaron en sus respectivos puestos.

Sin embargo, el plan que una vez logró golpear a Aldebarán, no pareció tener ningún efecto en el Santo de Virgo. Su defensa, Kān, no detenía al enemigo desde un sólo lugar, como la de Tauro; esta era más como una burbuja, por lo que era imposible golpear al Santo rubio desde cualquier punto.

-¡Es inútil!- exclamó Shiryu. -Su defensa es tan poderosa que no necesita contraatacar...

Las palabras de Shiryu golpearon a Shun como un camión, este Caballero estaba haciendo todo lo que Cepheus le había dicho que no hiciera, pero no era eso lo que le molestaba, entendía la posición de Shaka, como él, había desarrollado unas buenas habilidades de defensa.

-Si no contraatacas, no puedes perder...- comenzó a decir Shun.

-¡Gracias por el voto de confianza, Shun-chan!- Seiya interrumpió sarcásticamente.

-Pero tampoco puedes ganar...- finalizó Shun. -No puede hacer esto para siempre, está tratando de agotarnos, y una vez que estemos cansados, comenzará a contraatacar.

-Entonces... ¿qué hacemos?- inquirió Seiya, la derrota se podía escuchar en su voz.

-Tenemos dos opciones; o logramos encontrar una gran defensa cuando llegue el momento, lo cual me parece muy poco probable; o tratamos de romper su defensa...

-Tampoco suena fácil...

-Ese es el punto, Seiya- Shiryu puso los ojos en blanco.

-Aquí está el plan, muchachos: uno de nosotros lo ataca primero, para que pueda mostrar su escudo, luego, los que quedan tienen que reunir una gran cantidad de Cosmo, y quizás golpeándolo al mismo tiempo logremos romper su defensa.

-¡Excelente! Pero...

-¡JESUCRISTO, SEIYA! ¡¿Ahora que?!

-Si realmente rompemos su defensa, ¿qué sigue? Quiero decir, si su Kān o lo que sea es tan poderoso, no quiero saber cómo será su ofensiva...

-Tiene razón, Shiryu...- reconoció Shun. -Pensaremos en algo... un paso a la vez...

-Correcto. Seiya, atácalo tú primero, Shun y yo intentaremos romper la defensa.- ordenó Shiryu.

Los tres se colocaron en posición, Seiya al frente y los otros dos detrás de él. El castaño lanzó el primer golpe, y como estaba previsto, Shaka mostró su poderoso Kān una vez más; inmediatamente, Seiya se apartó del camino, permitiendo que Shun y Shiryu lanzaran sus golpes al Santo de Virgo.

Shaka quedó impresionado por el plan de los japoneses y trató de mantener su defensa, pero sintió algo, un Cosmo poderoso, quizás demasiado poderoso para un niño de primer grado. Inicialmente, lo atribuyó a que había dos estudiantes realizando el ataque, pero aún no estaba convencido. Necesitaba probarlos más. Pero justo cuando estaba pensando eso, el escudo comenzó a romperse, hasta que cedió.

-Imposible...- murmuró Shaka.

-Bien hecho...- susurró Shiryu.

Shaka se puso de pie, decidido a averiguar qué estudiante era el responsable de tal Cosmo.

Sabía que Seiya no era el indicado, no había tomado parte en la ofensiva, para descartarlo, le lanzó un ataque:

-¡AAAAAAAAAHHH!- Seiya salió disparado por los aires, chocando contra un pilar.

-¡Seiya!- gritó Shun.

Shaka intentó atacar a Shun a continuación, dada su apariencia, no creía que él fuera el responsable del gran Cosmo que había sentido; pero para sorpresa de Virgo, Shun no sólo evitó la ofensa, sino que la bloqueó.

-Estoy impresionado... tu defensa es asombrosa...- admitió Shaka. -Tú eres... Fujita, ¿estoy en lo cierto?

Shun asintió.

-No te metas en esto, Ikari- ordenó Shaka. Shiryu obedeció, aunque estaba confundido.

-Lucharemos cuerpo a cuerpo, ¿de acuerdo?

Shun procedió a ponerse en posición de pelea y Shaka lo imitó.

El combate comenzó, la defensa de Shun era sólida y su ataque tampoco era malo. Sus movimientos fluían, como si el japonés supiera cuál iba a ser el próximo movimiento de Shaka. Al final, el Caballero de Virgo ganó el encuentro.

Shun estaba jadeando en el suelo, tenía miedo de lo que podría hacer el Santo Dorado a continuación. Pero, para sorpresa del peliverde, Shaka le ofreció la mano para ayudarlo a levantarse.

-Tu combate es muy bueno. Felicidades.

-G-Gracias...

-Sin embargo, tu determinación de mantener la defensa es una debilidad, aunque es una perspectiva válida. Con la Armadura y el entrenamiento correctos, puedes llegar a ser un experto en la ofensa y la defensa.- Shaka se volteó hacia Shiryu y Seiya.

-Pueden avanzar a la siguiente Casa, gracias a su amigo.- declaró el Caballero Dorado, refiriéndose a Shun.

-Serás un extraordinario guerrero algún día...- Shaka puso su mano sobre el hombro de Shun.

-A-Arigato...

-Váyanse ya, aún les quedan seis Templos, y el siguiente reto puede ser algo complicado.

Los tres amigos continuaron su camino hacia el séptimo Templo: Libra.

Sin saber que había una sorpresa para ellos en aquella Casa.

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