Expuesto
-¿Estás nerviosa?
-No realmente, estoy más emocionada que nerviosa...
Marin y Seiya estaban charlando junto al lago.
-Oye, y... supongo que AiOrIa te ayudará con el entrenamiento, ¿verdad?- Marín se sonrojó.
-Por Dios Seiya, necesitas una novia, quizás con una dejes de molestar...- Seiya comenzó a reír.
-¡¡¡Maaaaariiiiiiiiin!!!- se escuchó gritar a alguien a la distancia.
-¡Hola Shaina! ¿Qué pasa?- le respondió la pelirroja a su amiga.
-Te estaba buscando, Ikki y Thetis quieren reservar el gimnasio el viernes, para practicar para nuestro examen ¿puedes ese día?
-Aaaa... ¡claro!
-¡Oh, hola Seiya! No había visto que estabas aquí...- saludó Shaina, sonrojándose un poco.
-Sí, sí, sí, hola Shaina...- contestó Seiya, despreocupado, mientras se recostaba en el césped.
-Bueno ¡nos vemos chicos!- cuando Shaina estuvo lo suficientemente lejos, Marin regañó a Seiya por su comportamiento.
-Deberías ser más educado, ella no te ha hecho nada malo...
-¡Basta, Marin! Tú no eres mi mamá...
-Ella es linda, ¿no crees?
-Ammmmm... sí... supongo...- Seiya se sentía un poco incómodo.
-Está enamorada de ti, ¿sabes?- Seiya puso los ojos como platos.
-¡¿Q-qué?! P-pero... ¡¿c-cómo?! ¡¿P-por qué?!- balbuceó el japonés
-¡Por Dios, Seiya! ¡No necesitas actuar así!- el chico no respondió. -Oh... ya veo... estás enamorado de Athena ¿verdad?- Marin bromeó con su hermano.
-N-nooo...- Seiya se ruborizó.
-Tienes más oportunidades con Shaina, ¿sabes? Y además es atractiva, con su cabello verde y su piel clara...
-Cabello verde... ¡tienes razón! ¡¡¡Shaina tiene el pelo verde!!!- gritó Seiya, emocionado, Marín estaba confundida. -Así que fue Shaina todo este tiempo ¿eh?- el chico sonrió pícaramente.
-Aaaaa... ¿qué?
-¡Sí, sí, sí! Hyoga me dijo que conoció a una chica hermosa el primer día de clases, yyyyyy ¡dijo que tenía el cabello verde! ¡¡¡a Hyoga le gusta Shaina!!!- explicó Seiya, emocionado y orgulloso de su último descubrimiento.
-¿No estaba saliendo con otra chica?
-¡Tal vez no tiene el valor para invitarla a salir! Ella es mayor que él, quizás eso lo pone un poco nervioso...
-No lo sé, Seiya... Hyoga no parece del tipo al que le da miedo invitar a salir a una chica... por el contrario, me parece bastante seguro de sí mismo...
-¡Nah! Lo conozco mucho mejor que tú.- aseguró el castaño. -Confía en mí. Sé que tengo razón.
La semana siguiente, Shiryu, Shun, Hyoga y Seiya estaban almorzando. Seiya aún no le había contado a Hyoga sobre su gran descubrimiento. A la mitad, Ikki, Marin y Thetis, una hermosa joven de cabello rubio, se les unieron.
-¿Cuál es la prueba para los de tercer grado, nii-san?- preguntó Shun, mientras le daba un bocado a su ensalada.
-Es como una semana de supervivencia, pero en equipos. Tienes que sobrevivir en el bosque durante una semana e intentar acabar con los otros equipos.
-O sea... ¿como los Juegos del Hambre?- se burló Seiya.
-No, es diferente.- declaró Ikki, molesto.
-A mí me sonó como los Juegos del Hambre, Ikki...
-Cállate, Seiya.
-¡Hola chicos! ¿Les importa si me uno a ustedes?- anunció Shaina, a la vez que tomaba asiento junto a Marin.
-¡Claro que no, Shaina-senpai!- respondió Shun.
-Oye, Seiya- comenzó a decir la peliverde. -Aioria ayudará a Marin a entrenar para su prueba, Ikki practicará con Thetis y yo quiero probar algo, pero necesito un compañero para eso. ¿Estás disponible el sábado?- Shaina sonrió.
Seiya mostró una sonrisa descarada.
-¡Oh! ¡Lo siento muchísimo, Shaina!- todos le dirigieron a Seiya una mirada extraña, mientras que Marin ponía los ojos en blanco. -Creo que tengo algo el sábado... ¿verdad, Shiryu?
-Aaaaaa..... ¿¿¿Aaaaaa???- expresó el azabache, totalmente perdido.
-¡Sí! Ese algo que teníamos que hacer para... algo...- mintió Seiya. -Pero... Hyoga... por otro lado, está disponible... ¿verdad, viejo?
Hyoga miró perplejo a Seiya, no tenía idea de qué quería decir el japonés con aquel comentario. El resto de la mesa volvió sus miradas hacia el ruso.
-Aaaaaaa... aaaaa... ¿s-sí? ¿Supongo...?- respondió el rubio, desconcertado.
-Oh, claro... gracias...- concluyó Shaina, algo decepcionada.
Hubo un momento de silencio.
-¿A las once?- preguntó Hyoga, para romper la incomodidad.
-Claro, gracias. Nos vemos.- Shaina se levantó de la mesa y se fue. Seiya aún tenía esa patética sonrisa en su rostro.
-De nada, Hyoga-kun- dijo el castaño con orgullo.
-Aaaaa... ¿Qué fue eso Seiya?- inquirió el ruso.
-Bueno... ¡Shaina! ¡Arreglé una cita entre ustedes dos!
-Seiya...- Marin interrumpió a su hermano.
-¡¿Qué?!- respondió Hyoga, claramente confundido.
-¿No estabas enamorado de Shaina?- expresó Seiya, un poco molesto por la incertidumbre de su amigo.
Shun miró sorprendido a Hyoga.
-No- se apresuró a responder el ruso.
-¡Vamos, amigo! ¡Tú me lo dijiste! El encuentro que tuviste al comienzo del año escolar...- Hyoga abrió mucho los ojos. -Chocaste con alguien ¿recuerdas?
-Seiya...- murmuró Shiryu, un poco preocupado por las conjeturas de su amigo.
-Cállate Shiryu, estoy hablando.- contestó bruscamente el castaño. -¡Dijiste que tuviste un hermoso encuentro con una chica de cabello verde!
Shun desvió su mirada de Hyoga y se quedó mirando su comida. Su corazón comenzó a latir rápidamente. Shiryu notó la incomodidad del peliverde.
-Ammm...Seiya...- Shiryu, que tenía una idea de lo que estaba pasando entre Hyoga y Shun, trató de detener a su amigo antes de que cometiera alguna estupidez. Seiya sólo levantó la mano para evitar que el azabache continuara hablando.
-¡Cómo no puedes recordarlo! Dijiste que chocaste contra ella mientras buscabas el Planetario...
-¡Seiya!
-¡Dijiste que te gustaba mucho! ¡Y me dijiste que estabas enamorado de ella!
En ese momento, el rostro de Shun se tornó de un rojo brillante, emitió un chillido bastante gracioso, se levantó abruptamente y abandonó la mesa, presa del pánico.
El resto de la mesa se quedó mirando la reacción del peliverde. Ikki le dirigió a Hyoga una mirada adusta.
-Bien hecho, Seiya...- le reprochó Shiryu.
-Seiya, no me estrellé contra Shaina...- explicó Hyoga, con tranquilidad, tratando de ocultar su vergüenza.
Seiya se quedó pensativo por un momento y luego lo supo:
-Pero dijiste que era una chica de cabello verde... y los únicos con cabello verde son Isaak, pero él es un tipo, Shaina y... oh... chocaste contra Shun ¿cierto?- Hyoga asintió. -Y pensaste que era una chica...- el ruso asintió de nuevo.
-Sí... tiene ese efecto en las personas...- suspiró Seiya. -¡Ay, viejo! Lo siento mucho. Oye, ammm, no tienes que ir con Shaina el sábado, yo iré...
-Gracias. Pero no te preocupes por eso, tan pronto como me di cuenta de que Shun no era una chica, lo superé...- mintió el rubio. -No soy gay ni nada parecido...
-Pero Shun sí lo es.- espetó Ikki, bastante serio. Hyoga se volvió hacia el hermano mayor del peliverde.
-¿Qué estás tratando de decirme?- preguntó Hyoga con dureza.
-Sólo digo... que tengas cuidado con tus acciones y no lastimes a mi hermano...
-Estoy seguro de que Hyoga no...- comenzó a decir Shiryu.
-No podría hacer nada para lastimar a Shun, nunca- declaró Hyoga con severidad.
De vuelta en su dormitorio, Shun estaba teniendo una crisis nerviosa. No podía creer lo que acababa de escuchar. Era demasiado para asimilarlo. Hace un par de meses, se quedó desconsolado cuando supo de la larga lista de ex novias de Hyoga, y pasó las vacaciones tratando de olvidar sus sentimientos, y ahora, parecía que Hyoga había sentido algo por él todo este tiempo. No estaba seguro de qué hacer ahora, o de qué sentir.
En medio de esos pensamientos, Shiryu entró en la habitación.
-¿Shun? ¿Estás aquí?
Shun secó algunas lágrimas que caían por su rostro.
-S-sí. ¿Qué pasa?
-¿E-Estás bien?
El japonés vaciló. No sabía si debía responder honestamente o no.
-S-sí... No.- Shun no pudo evitarlo y rompió en llanto, recargándose en el hombro de su amigo.
-Y-yo... Es sólo... No es justo... Si tan sólo...
-Ya, ya... no te preocupes, todo estará bien... ya verás...
-¡No! La única forma de que todo esto esté bien es... si yo... si no fuera... si tan sólo fuera una chica... él no habría dudado ni un minuto, él... él amaría de regreso...
-Ay, Shun... lo siento mucho
Shiryu abrazó a su amigo tan fuerte como pudo. Había estado en lo correcto todo este tiempo. Shun estaba enamorado de Hyoga. Pero en ese momento, cuando su amigo estaba sufriendo, deseó con todas su fuerzas haberse equivocado.
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