Encontrándose a sí mismo
-Ese tipo, Katsuki, se ve chistoso, ¿no?
-Dios Seiya, tienes suerte de tener amigos. No quiero pensar en las cosas que dijiste sobre nosotros cuando nos conocimos- respondió Shiryu, regañando a Seiya por sus comentarios.
-¡Vamos Shiryu! ¡No seas así! Por Dios, hoy en día ya nadie puede hacer una broma...- Seiya volteó los ojos. -¿En qué estás pensando Shun-chan? Estás muy callado.
Shun no respondió.
-¡¡¡¡Oooyeee Shuuuun!!!!
-¡¡¡¡¡¡Aaaaahhh!!!!!!"- gritó Shun, sobresaltándose con el chillido de Seiya.
-¿Estás bien?- inquirió Shiryu.
-S-sí, sólo estaba pensando...
-¿En Katsuki?- Seiya sonrió pícaramente.
-Madura Seiya- espetó Shiryu.
-¡Aaah! No no no, en nada en particular...- mintió el peliverde. -Bueno ya vamos tarde a nuestros respectivos clubes, nos vemos luego chicos.- Shun se apresuró mientras seguía pensando en su anterior encuentro con Yuri; bueno, ya no importaba, una vez que llegara a la Sala del Coro podría perderse en la música y olvidarse de esas molestas cosas que estaba sintiendo.
Pero Shun no podía estar más equivocado; si estaba tratando de olvidar a Yuri tendría que encontrar otro momento para hacerlo, ya que el hombre en cuestión ya se encontraba en la Sala del Coro, hablando con Bushida-sensei, el maestro a cargo del club.
Shun se paralizó al ver a Yuri. -¡Maldita sea!- pensó, mientras entraba en la habitación y buscaba un asiento. El único disponible: justo al lado de Yuri. Shun se puso aún más nervioso y comenzó a sentir mariposas en el estómago mientras se sentaba.
-Hola- saludó Yuri, cortésmente.
-Hola...- respondió Shun con una tierna sonrisa, una que derritió el corazón de Katsuki. -¿Te vas a unir a este club?
-Sí, jaja. Quería algo más catártico que un deporte.
-¿No te agradan los deportes?
-Mmm... sí... un poco... creo... Practico patinaje artístico, así que quería algo menos físico para relajarme.
Charlar con Yuri no era tan malo, se sentía tranquilo y natural, Shun estaba muy cómodo con él; y de no haber sido por los estúpidos sentimientos extraños que lo confundían, en realidad habría podido disfrutar de su compañía.
De vuelta en su casa, Shun pensó en ello. -Será... no, bueno... no sé...
Durante los siguientes meses y hasta las vacaciones de verano, Shun luchó con los nuevos y confusos sentimientos que Yuri había traído con su persona; hasta que un día un compañero basquetbolista, amigo de su papá por supuesto, regresaba de Nueva York, y decidió hacerles una visita, junto con su hija:
-¡Kaito, qué sorpresa! ¡Pasa!- Daiki le dio la bienvenida a su amigo de la universidad. -¡Dios mío! ¡June! ¡Eres toda una dama ahora! ¡La última vez que te vi eras un bebé!
Izuki June, hija del viejo amigo de Daiki; era bonita y rubia, sin duda eso lo heredó de su madre estadounidense; acababan de regresar a Japón y June iba a comenzar la escuela ahí en septiembre.
-Ponte cómodo, los chicos bajarán en un momento.- dijo Daiki mientras acomodaba a sus invitados en la sala.
En ese momento Ikki bajó, saludó amablemente y los invitados le devolvieron el saludo. Detrás de él iba Shun, y justo cuando volteaba a ver a los invitados de su padre cruzó miradas con June, y de repente quedó inmóvil, como si estuviera en trance. La belleza de June verdaderamente lo impresionó, y sorprendentemente, por primera vez en meses, Yuri no ocupaba su mente, y las mariposas que alguna vez sintió con Yuri, ahora las sentía con June.
-¡Oye Shun!- gritó su padre -¡No te quedes ahí, baja a saludar!
Shun caminó patéticamente hacia June, tropezando un par de veces.
-H-Hola, soy Sh-Shun...
-¡Hola! Me llamo June.- dijo sonrojada, los hermosos ojos verdes de Shun la tenían embobada por completo. Realmente le gustaba.
Mientras hablaban, Kaito y Daiki intercambiaron miradas, si sus hijos iban a salir con alguien, ¿quién mejor que el retoño de su mejor amigo?
Durante el verano, Shun y June pasaron mucho tiempo juntos, ciertamente disfrutaban de la compañía del otro, quizás los sentimientos que había experimentado con Yuri no eran reales después de todo.
Cuando regresaron a la escuela, Shun y June ya eran una pareja oficial.
Después de la práctica del coro, Yuri y Shun se dirigían a la salida, como siempre. Yuri tenía práctica de patinaje artístico sobre hielo después de la escuela, pero solía esperar a Shun hasta que sus amigos, Seiya y Shiryu, llegaran. Shiryu estaba en el club de kendo, mientras que Seiya e Ikki estaban en el equipo de fútbol. En aquella ocasión, cuando terminó la práctica del coro, Seiya, Ikki y Shiryu ya lo estaban esperando.
-¡Date prisa Shun! ¡¡¡Llevamos siglos esperándote!!!- gritó Seiya.
-Oh rayos, lo siento Yuri, ¿está bien si dejamos esta conversación para mañana?- preguntó Shun, sintiéndose mal por Yuri, quien estaba muy entretenido en la charla.
-Umm, segu...
-¡Vamos Shun! ¡No dejes esperando a tu novia!- bromeó Shiryu, interrumpiendo a Yuri.
Al escuchar esto, el corazón de este último se detuvo.
-¿Dijo novia?- se dijo a sí mismo. Sentía que su corazón se rompía en mil pedazos, y tenía ganas de llorar, como si todo su mundo se fuera a acabar. Pero, ¿cómo podía llorar por algo que de hecho nunca fue real?
-¿Yuri?- Shun notó que su amigo estaba fuera de sí. -Lo siento, tengo que irme, ¿de acuerdo?
-¡¡¡SHUN-CHAN! ¡¡¡¡¡June está esperando!!!!- se burló Seiya
-Claro, ve. Nos vemos mañana- exclamó Yuri finalmente, fingiendo una sonrisa.
-Okay, adiós.- Shun sentía mucha pena por Yuri, no sabía por qué, pero sentía que le había fallado.
Un año después.
La relación de Shun y June estaba floreciendo, le encantaba estar cerca de ella. Seiya había encontrado a Miho, una compañera de clase de June, que estaba en la misma escuela a la que asistía la hermana de Seiya, Marin. Así que, aprovecharon la situación para tener citas dobles y esas cosas.
Shun estaba muy feliz con June, y en su cumpleaños número 15, ella le había dado el mejor de los regalos, la primera vez que Shun había estado con una mujer; y qué mujer. Dios, aquello le encantó. Casi lo hizo olvidar las dudas que tenía respecto a su sexualidad. En resumen, las cosas con June no podían ir mejor, hasta que...
-¡Esa canción estuvo genial! Creo que Tetsuya no entendió bien la letra, ¡pero creo que es estupenda!- exclamó Yuri, riendo.
-¡Lo sé! Pero supongo que él es más del tipo heavy metal.- bromeó Shun. Después de la abrupta noticia de que estaba saliendo con una chica, las cosas con Yuri habían ido mejorando, le agradaba pasar tiempo con él sin tener que cuestionarse a cada minuto.
Se sentaron en una banca, mientras Shiryu, Seiya e Ikki aparecían. Estaban demasiado cerca, y sus risas se fueron apagando lentamente, por alguna razón no podían dejar de mirarse el uno al otro.
Shun pudo apreciar por primera vez lo hermosos que eran los ojos de Yuri y lo perfecto que se veía bajo la luz del sol. Yuri estaba haciendo todo lo posible para no hacer nada estúpido, pero era muy difícil, Shun nunca se había visto mejor.
El peliverde pudo sentir como todas sus dudas se disipaban, por un momento no le importó ni June, ni su sexualidad ni nada; mientras tanto Yuri estaba fallando en su misión, Shun era demasiado para él. Y en un momento de valentía, ambos se lanzaron a los labios del otro, besándose apasionadamente.
Se separaron después de unos segundos.
-Lo siento, Dios, lo siento mucho- se disculpó Yuri, esperando no haber alejado a Shun con sus acciones.
-Está bien... fue mi culpa...- respondió Shun, sintiéndose más confundido que nunca. De repente, escuchó a Ikki llamándolo. Shun se sobresaltó, esperaba que Ikki no hubiera visto nada.
-Lo siento, me tengo que ir, adiós.- dijo mientras corría hacia Ikki. Yuri todavía no podía creer lo que había sucedido. ¡Había besado a Shun! Y la mejor parte... él le había devuelto el beso.
Durante los siguientes meses, Shun estuvo muy meditativo y callado. Apenas vio a June, y Daiki se estaba preocupando. "¡Qué pasa si él está en una pandilla!" "¡O tomando drogas!" "¿Qué pasa si está deprimido y se lastima?" Esos fueron sólo algunos pensamientos que pasaron por su cabeza.
Un día, Ikki encontró a Shun acostado en su cama, melancólico:
-¿Shun?- preguntó entrando en la habitación de su hermano. -¿Está todo bien?
-¡Nii-san!- Shun se sorprendió al ver a su hermano allí y trató de poner una sonrisa. -S-sí, todo está bien...- pero Ikki no se lo creyó.
-¿Estás seguro...? Porque si alguien te está haciendo daño...
-¡No! E-estoy bien, de verdad nii-san, no es nada...- Shun miró hacia otro lado, sabía que no estaba engañando a nadie. Hubo un momento de silencio y luego se decidió a contarle a Ikki lo que estaba pasando.
-Es que... Últimamente... No sé... Yo sólo... Nii-san... Yo... Katsuki... Él...
-Eres gay...- declaró Ikki, como si lo hubiera sabido todo este tiempo. Shun miró asombrado a su hermano. Eso era, tal vez lo supo desde la primera vez que vio a Yuri, pero había estado en negación, y luego llegó June y todo había estado bien, pero ahora era inminente, sus sentimientos lo abrumaban, no podía seguir escondiéndolo.
-Sí...- respondió el peliverde con lágrimas en los ojos. -¿Está mal?
-No, por supuesto que no. Nunca digas eso. Eres tan normal como el resto. Mira, no me importa a quién ames, siempre y cuando seas feliz. Me alegro de que estés bien.- al escuchar aquellas palabras, Shun se arrojó a los brazos de su hermano. Estaba aliviado, no le importaba ser gay, pero sí le importaba lo que su hermano pudiera pensar de él.
-Pero deberías decirle a papá, él está preocupado de que te esté pasando algo malo.
-Sí, lo haré. Sólo necesito arreglar las cosas con June primero.
Una semana después, se lo dijo a June. No estaba sorprendida, sabía que algo andaba mal cuando dejaron de verse regularmente. Se había temido que algo así sucedería; la primera vez que lo vio de lejos, pensó que era la hermana de Ikki. Y cuando comenzaron a charlar, pensó que era gay; pero luego siguió llamándola y pidiéndole que se vieran, se besaron y finalmente se amaron. Sin embargo, ahora todo había terminado. Ella no se enojó, lo amaba demasiado; pensó que tal vez si terminaban en buenos términos podría seguir viéndolo regularmente, como amigos por supuesto, pero era mejor que nada.
-Oh Shun, ¿que me has hecho?- pensó para sí misma. -Nunca encontraré a nadie que me ame como tú lo hiciste. Y nunca amaré a nadie como te amé a ti.
Cuando Shun le dio la noticia a su padre, este último comenzó a llorar y a reír como loco:
-¿Papá? ¿Estás bien? ¿Estás enojado?- preguntó Shun, confundido por la respuesta de Daiki.
-¡Claro que no!- respondió entre risas. -¡¡¡Mi hijo es gay!!! ¡¡¡Sólo es gay!!! ¡Pensé que estabas deprimido o algo peor! ¡Pensé que había fallado como padre! ¡Dios, estoy tan aliviado! - Daiki abrazó fuerte a su hijo menor mientras hablaba. -Te amo Shun-chan...- susurró. Shun le devolvió el abrazo, soltando una lágrima de alegría.
El lunes siguiente, Shun decidió decirle a Seiya y a Shiryu:
-Chicos, tengo que decirles algo- dijo Shun acercando a sus amigos, formando una bolita. -Soy gay.
Shiryu y Seiya lo miraron fijamente. -¡Wow! ¡Bien por ti!- celebró Shiryu, rompiendo el silencio.
-¡Sí! ¡Felicidades amigo!- continuó Seiya. -Y... ¿con quién o cómo y cuándo...?
-Por Dios, Seiya- Shiryu volteó los ojos.
-Bueno... creo que ya lo sabía desde hace algún tiempo... pero... supongo que lo acepté después de...- Shun se acercó a sus amigos y comenzó a susurrar -Katsuki y yo... nos besamos...
-¿¿¿¡¡¡QUÉ!!!??? ¿¿¿¡¡¡KATSUKI!!!???- gritaron Seiya y Shiryu al unísono.
En ese preciso momento, Yuri iba pasando, y al escuchar su nombre se detuvo de repente, sonrojándose por completo. Justo después de eso, Seiya, Shiryu y Shun se giraron y encontraron a un Yuri avergonzado, mirándolos. Shun soltó una risita nerviosa y jaló a sus amigos del brazo.
-¡Maldita sea, chicos! Muchas gracias, ¿¡creo que nadie los escuchó!?
Después de un par de semanas, Yuri y Shun comenzaron a salir oficialmente, a Shun le gustaba mucho poder estar cerca de Yuri sin sentirse incómodo, y se dio cuenta de que al resto de la escuela realmente no le importaba, tal vez era lo más común en un colegio sólo para chicos.
Ikki se fue a Palaestra ese año, para cumplir su sueño de convertirse en Caballero. Shun lo sabía desde hacía un tiempo, pero nunca pensó que lo dijera en serio. Para sorpresa de todos, Marin, la hermana de Seiya, también aplicó para Palaestra; ella había escuchado a Ikki hablar de eso varias veces y, en una feria de universidades que tenían en su escuela, pudo obtener más información.
Mientras tanto, Yuri no estaba pasando por el mejor momento de su vida respecto al patinaje artístico; era bueno, pero aparentemente no lo suficientemente bueno para las nacionales. Todo se vino abajo cuando comenzó a participar en competencias senior, parecía que todos estaban mejor entrenados, tal vez él no estaba practicando lo suficiente.
Pero ese año, la vida le sonrió y Yuri se encontró ganando el Campeonato Nacional por primera vez. Eso le valió un pase para la Copa del Mundo de Patinaje Artístico del año entrante, que se llevaría a cabo en Dublín. Pero iba a retrasarse debido a los Juegos Olímpicos de Torino 2006.
Yuri estaba muy emocionado y trató de compartir su entusiasmo con su novio, pero a Shun no le gustaba mucho el patinaje artístico, por lo que Yuri se encontró viendo los Juegos Olímpicos solo. Por supuesto, el buen corazón de Shun no podía soportar ver a su pobre novio solo en el sofá, así que se unió a él.
Vio una o dos actuaciones completas, pero empezó a tener sueño después de un rato. Después de otros cinco programas, ya estaba dormido sobre el hombro de Yuri. A este último no le importó, sólo saber que Shun estaba ahí con él era suficiente.
Así, Yuri continuó viendo la competencia mientras se anunciaba al siguiente competidor:
-¡Y ahora, desde Rusia, Hyoga Shuvalov!
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Hola!
Tenía toda la intención de subir un capítulo por semana, cada viernes como sucedió con Einherjer; pero me emociona mucho que lean esta historia (y que quieran hacerlo). Y como estos primeros capítulos son de introducción, pues no pasa mucho que digamos.
Así que decidí que mejor voy a subir los capítulos conforme los vaya traduciendo. 😁
Muchas gracias por leer! 💕
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