ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔙

—¿Sigue dormido Barry? —preguntó Alexis a Dinah.

Aquello era raro. Barry nunca dormía hasta tan tarde.

—Tengo que irme. Si Barry despierta, dile que estoy en el trabajo y vuelvo tarde.

Aquel día el caso era... peliagudo. La acusada era difícil de tratar, por decirlo de alguna manera. No era la primera vez que estaba sentada en un juzgado pero sí era la primera vez que Alexis trataba con ella.

Estaba nerviosa.

Nunca se había visto en una situación como esa. "Robo, asesinato, cómplice de asesinato, tráfico de armas...", leía Alexis. ¡Una persona como aquella no podía continuar libre! Solo podía hacer una cosa: hacer bien su trabajo.

El caso se resolvió bien (para lo acostumbrado con aquella persona). Alexis volvió a casa contenta. Aquel día lo había hecho bien. Un logro más para su carrera.

—¡Buenas noches, Dinah! —saludó al volver—. ¿Dónde está Barry? Hoy tenemos algo que celebrar... Dinah, ¿y esa cara?

—Barry no ha salido y no puedo abrir su puerta.

—Oh, no. ¡No pueden haber actuado tan rápido!—se asustó Alexis.

Corrió hasta la habitación de su hermano.

—¡Barry! ¡Abre la puerta! —gritaba mientras golpeaba la puerta.

No hubo respuesta. Alexis cada vez estaba más asustada.

—¡Tápate los oídos, Dinah! —la avisó antes de usar sus poderes para hacer caer la puerta.

La habitación de su hermano estaba sin daños aparentes. No había indicios de que lo hubieran secuestrado. Tampoco había ninguna señal de que ellos hubieran estado allí...

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—Ya has mejorado —la felicitó Diana—. Ahora controlas un poco mejor tu poder.

Por supuesto que había mejorado. Solo tuvo que decir adiós a sus horas de sueño. No dormía tan poco desde la universidad...

—Tal vez ahora puedas dormir tus horas —rio Diana—. ¿Crees que nadie sabía de tus sesiones nocturnas?

—Eso explicaría el mal humor mañanero del "sirenito".

Con los días el grupo se había unido más. Steppenwolf no atacó en ningún momento. La tercera y última Caja Madre estaba muy bien escondida (mejor que Wally). Diana por fin consiguió traducir los últimos textos. La Caja Madre de los humanos se había confiado a un rey humano, pero su rastro se perdía en 1492. La Caja tenía que estar sí o sí en América porque su último poseedor había sido, ni más ni menos, el propio Colón.

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—¿Mamá? —preguntaba la niña asustada—. ¿Mamá?

Fue un accidente. Ella no quería que eso pasara. No quería, no quería, no quería.

—¡Alexis! ¿¡Qué has hecho!?— Su padre estaba horrorizado.

—¡Fue un accidente! —Alexis estaba llorando.

Su hermano la imitaba. Su padre acudió por los gritos. Cuando vio a su mujer tirada en el suelo no supo cómo reaccionar.

┈┈┈☾┈┈┈

Empezaba el juicio.

—Da comienzo la sesión —anunció el juez.

Debido a la magnitud del juicio, los medios pudieron acceder a la sala. Alexis miró a la acusada. No parecía culpable de nada. Casi parecía una muñeca. "Esa es su especialidad. Céntrate", pensó para sí misma Alexis.

—¡Venga ya, su Señoría! —chilló la acusada—. ¿Por qué tanta seriedad? Esta no es nuestra primera vez. Casi somos amigos de tanto que nos vemos.

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Barry no apareció al día siguiente, ni al siguiente, ni una semana después. Alexis intentó denunciar su desaparición pero no pudo.

"Su hermano es mayor de edad, debe entenderlo. No hay evidencias de una marcha forzada". Siempre las mismas palabras. Poco importaba que el trabajo de Alexis los convirtiera en objetivos. No había nada que probara que Barry se había marchado por la fuerza.

Pasaron los meses y seguía sin recibir noticias de él. Su padre tampoco sabía nada. Nadie sabía nada.

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—Señorita Quinzel, ¿es usted conocedora de la gravedad de los cargos por los que...?

—Su Señoría, no soy tonta —cortó Harley Quinn—. Tengo una carrera, ¿sabe? ¡Y por supuesto que sé todos mis cargos! ¡Siempre me los repiten! Voy a tener que empezar a cambiar un poco mi rutina.

—Su Señoría —empezó a hablar Alexis—. Está claro que la acusado no está en posesión de plenas facultades mentales. La acusación llama al especialista a cargo de analizar a la señorita Quinzel.

—¡Nadie me llama así!—contestó enfadada la acusada—. Soy Harley Quinn.

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—¡Venga, tortuga!—gritó Bruce unos metros más adelante.

Alexis y Bruce habían salido a correr. Alexis detestaba correr. Le dolía todo. Sentía que sus pulmones reventarían pronto y los músculos le ardían. ¡Maldito millonario playboy! ¡Tenía que haberse negado!

—¿Un descanso? —preguntó Bruce mientras bajaba la velocidad para ponerse a su altura.

—Eso...no...se duda —respondió Alexis muerta de cansancio—. Mi trabajo...normal no...requiere que...corra.

—El mío sí.

—Pensaba que lo de disfrazarse era un pasatiempo, no un trabajo —contestó ella con un poco más de aliento.

Cuando Bruce y ella se conocieron la prensa enloqueció. Pronto saltaron los rumores de un posible romance entre ellos dos. El bufete de Alexis solo se encargaba de los asuntos legales de las organizaciones de Wayne. Se conocieron en una fiesta organizada para recaudar fondos. Bruce fue a saludarla para agradecerle su esfuerzo. A partir de entonces se empezaron a ver más a menudo pero no existía ningún romance. Eran buenos amigos nada más. Y parece ser que también eran compañeros de trabajo. Alexis había hablado con Batman en varias ocasiones. ¡Ese Bruce! ¡Debía de divertirse mucho jugando a no ser Batman con ella! Tendría que devolverle la broma pronto...

—¿Qué tal las cosas con tu hermano?— preguntó Bruce.

Por supuesto, Bruce sabía toda la historia desde la desaparición de Barry. Él fue el primero en acudir a su ayuda cuando se enteró. Su hermano seguía sin aclararle la razón de su marcha y ella seguía enfadada con él.

—Igual.

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—Tras varias deliberaciones —anunció el juez—, se ha decidido encarcelar a la acusada...

—Genial, otra vez. Estoy en racha este mes —dijo aburrida Harley—. Espero que no hayan dado mi habitación en Arkham a otro.

—No irá usted a Arkham —le comunicó el juez—. La señorita Allen nos ha comunicado un lugar mucho mejor: Belle Reve.

—¿¡Qué!? —gritó en respuesta.

Aquella era la primera vez que Alexis veía a Harley reaccionar sin aburrimiento. Tras un tiempo estudiando, Alexis se percató de que el problema principal no recaía en la justicia. El verdadero problema era que Arkham estaba bajo el poder del Joker y sus esbirros siempre tendrían una oportunidad.

El Cuartel de Seguridad Especial de Belle Reve estaba libre de cualquiera influencia del Joker o similar y lo suficiente lejano para ser un nuevo Arkham. Alexis ideó un plan de actuación: mandar a los criminales a Belle Reve hasta limpiar Arkham de corruptos o su desmantelación definitiva. Las autoridades vieron con buenos ojos ese plan. Incluso Batman/Bruce admitió que tenía lógica. Arkham estaba bajo el poder del Joker y Belle Reve no. Todos lo sabían y la reacción de Harley no sorprendió a nadie al tanto del plan de Alexis. Harley pensaba escapar como siempre, pero en Belle Reve no podría hacerlo.

Alexis respiró tranquila cuando salía de la estancia. Recibía la enhorabuena por todos mientras se marchaba. Su primer caso de tal nivel había salido bien. Tenía una buena trayectoria antes de ese momento, pero gracias a sus acciones de aquel día ya estaba asegurada. Alexis vio la mirada envenenada de Harley pero no le dio mucha importancia.

Le había quitado la corona a la reina de Gotham.

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