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Alexis se había pasado años intentando aceptarse a sí misma. Tras todo ese tiempo sin conseguirlo ahora debía hacerlo en unos… ¿veinte minutos? Si salía viva de esta se merecía unas largas vacaciones, pero tenían que acabar con la condenada bruja si querían volver a casa. Y el plan era una absoluta locura. Flag aseguraba que los SEAL podrían recuperar una carga de explosivos perdida en un túnel anegado. Su idea era colocarla donde estaba Enchantress y eliminar de un plumazo a todos sus refuerzos.

—Deberías ir con ellos, el agua es tu elemento—le dijo Alexis a Arthur.

Arthur negó con la cabeza.

—¿Tras todo el espectáculo que has montado?—La miró preocupado—. Prometí que no me separaría de ti y esta ya sería la segunda vez que incumplo esa promesa. No sabemos cómo vas a reaccionar esta vez.

Alexis deseaba pegarle un calambrazo a ese idiota.

—Están Flag y el Escuadrón Suicida.— El coronel los había liberado de sus collares tras la muerte de Waller. Alexis suponía que era buena señal que ninguno hubiera intentado nada sospechoso. “El instinto de supervivencia une hasta a los polos opuestos”, pensó—. A ti te necesitan ahí abajo por lo que puedan encontrar.

—Mira te conozco desde hace relativamente poco tiempo, pero cuando se te mete algo en la cabeza no hay quien te pare. Está bien, metro inundado allá voy. Prométeme que no vas a dejar que esa cosa te haga daño; creo que tu amiguito tiene nuevos juguetes que seguramente empiezan por “bat” y no quiero que los pruebe conmigo. ¿Entendido?

—Por supuesto. Y una cosa más...—contestó Alexis—. Recuerda volver sano y salvo tú también, Chico Percebe.

—¡Maldición!

—¿Y ahora qué pasa?—le preguntó Alexis a Arthur, extrañada.

—¡Nada!

Antes de meterse en aquel metro acompañado del hombre cocodrilo, Arthur reflexionó seriamente si Alexis no tendría también el poder de leer mentes. Era la única explicación que le encontraba. Esa o que el niño al que había ayudado también tenía el poder de poner motes. “Vaya adolescencia les espera a su padres”, pensó.

—¿Qué miras?—le preguntó a su escamoso compañero de natación—. No eres el único capaz de respirar bajo el agua. No eres el centro de atención, amigo.

Después se lanzó al agua, escuchando un gruñido de cocodrilo bípedo.

┈┈┈☾┈┈┈

Caminaban por un pasillo de metro destrozado, con el suelo lleno de casquillos de bala. A cada paso, se oían ligeros titileos metálicos. Parecía que estuvieran andando sobre cristales rotos. Los azulejos también estaban rotos debido a la pelea que allí había tenido lugar. Pero no era eso lo más espeluznante: cadáveres de los demonios que los habían atacado se veían por varios lados. Además, una extraña sustancia negra crecía por doquier, similar a una telaraña de oscuridad pura.

—Recuerda, el fuego no te controla a ti—le dijo el Diablo a Alexis—. Tú controlas el fuego.

—Déjala, si pierde el control y chamusca medio edificio tendremos posibilidades reales de ganar— comentó Deadshot a su espalda.

Cuando llegaron al lugar donde los esperaba Enchantress, Alexis no supo si estaba aterrada o fascinada por lo que veía. Una columna de energía negra y blanca ascendía frente a Enchantress, similar a un cúmulo de nubes. De vez en cuando, el torrente de energía desprendía relámpagos verdes que iluminaban la sala. Al acercarse, Alexis distinguió algo parecido a un núcleo mecánico dentro del torbellino.Allí, junto a la bruja, había unos seres que no habían visto nunca. Parecían robots con alas.

—Os he estado esperando toda la noche.— Una voz sobrenatural los sorprendió. Era extraño. Estaba en sus cabezas y fuera de ellas, en todas partes—. Es de mala educación hacer esperar a vuestra conquistadora. Vamos, salid, no muerdo.

Ninguno se atrevió a moverse, solo Harley, pero fue retenida por Deadshot.

—Waller os ha hecho creer que soy vuestra enemiga, ¿no es así?— Siguió hablando Enchantress—. ¿Acaso no veis que somos iguales? Seres inadaptados, encerrados por ser diferentes. Pero yo os pregunto, ¿qué es ser diferente? ¿Los que nos privaron de nuestra libertad son “normales”? Pues en ese caso que viva nuestra rareza.

—No la escucheis—susurró Flag.

—El soldadito solo quiere que continuéis ciegos a la verdad. El mundo está cambiando. Vosotros soy el futuro. ¿Por qué os ponéis a él? ¿Por qué lucháis? Justicia, honor, igualdad… Son conceptos vacíos, carentes de significado. La vida es una lucha por la supervivencia. Son los más fuertes los que siguen adelante, no los cobardes o los débiles.

¿Cuánto tiempo tardarían en llegar hasta la bomba?

—¿Aún no veis que estoy con vosotros?— La voz de Enchantress sonaba juguetona—. Yo no voy a haceros daño. Es más, puedo daros lo que queréis.

Alexis se había enfrentado a caer bajo el influjo de Enchantress con todas sus fuerzas, pero había cierta magia en su melodiosa voz que no la dejaba huir. ¿Qué era lo que ella más quería? Cerró los ojos al sentir un golpe de aire, como si acabara de emerger del agua. Cuando los abrió ya no estaba allí.

┈┈┈☾┈┈┈

—Alexis, venga, vamos. ¿No querrás llegar tarde en un día tan especial?

Llevaba años sin oír esa voz, pero sonaba justo como la recordaba.

—¿Mamá?

Al abrir los ojos estaba en su antigua habitación.

—Ya está el desayuno listo, cariño.— Su madre le sonrió.

—¿Dónde estoy? ¿Qué está pasando?

—Parece que alguien sigue en los brazos de Morfeo. Venga, te esperamos abajo.

Su madre estaba viva. “¿Por qué no había de estarlo?”, dijo una voz en su cabeza. “Hoy es tu graduación, tu familia te espera”, dijo la voz.

Como en un sueño, Alexis se vistió y bajó a la cocina. Toda su casa estaba igual. Su habitación, la alfombra azul del pasillo, el horrible cuadro que había pintado Barry con cinco años… Todo.

Su familia estaba desayunando. Barry volvía a ser el adolescente con la cara llena de granos y su padre estaba allí.

—Parece que a alguien se le han pegado las sábanas hoy—comentó su padre.

—Y luego dices que yo duermo mucho— dijo irónico Barry.

—Para lo único que eres rápido es para dormir—contestó Alexis sin querer. Las palabras se escaparon de su boca impulsadas por una fuerza desconocida. Pero aquello no podía ser cierto: su hermano era una de las personas más rápidas del mundo.

“No lo es. Barry nunca corre, odia correr. Tú le llamas Tortuga por eso”, volvió a intervenir la voz. Correr era la habilidad de Barry como metahumano. “No existen los metahumanos. Barry no lo es y tú tampoco”.

—Deja que te ayude a prepararte—dijo su madre cuando Alexis fue a vestirse para la ceremonia de graduación.

Su madre le estaba peinando frente un espejo. Alexis la miraba hipnotizada.

—Tú padre y yo estamos muy orgullosos de ti. Nuestra pequeña Enid, próxima fiscal de renombre.

Nuestra pequeña Enid... Pequeña Enid... Enid… Una parte de la mente de Alexis se despertó. Su madre nunca la había llamado así. Le pusieron Enid de segundo nombre por insistencia de su padre, pero a Alexis no le gustaba que la llamasen así.

—Mamá, lo siento mucho.— Alexis detuvo a su madre y se levantó—. Lo siento.
—Alexis, ¿estás bien?

—Te quiero mucho, mamá.—Alexis abrazó a su madre. Sus ojos se empezaron a llenar de lágrimas—. Pero desearía que esto fuera real.

┈┈┈☾┈┈┈

—¡No! ¡No es real!— Alexis gritó, saliendo del estado de ensoñación inducido por Enchantress. Su grito despertó a varios de sus compañeros.—¡No es real!

Salió al encuentro de Enchantress.

—¡No es real! ¡No puedes darme lo que yo quiero! ¡Mi madre está muerta por mi culpa! ¡Eso no puedes cambiarlo!

—Pobre alma en pena.— Enchantress le habló como si sintiese pena por ella—. Te han hecho creer que todo es culpa tuya. No, los débiles siempre mueren. El sol se pone para la era de los hombres y pronto saldrá para nosotros, dando inicio a la era de los metahumanos. Deberías celebrar tu pertenencia a la nueva clase dominante.

—Los fuertes no deben oprimir a los débiles…

—Sientes miedo de lo que eres. Patético. Pero mis legiones se alimentan de ese miedo, por lo que les estás ayudando a volverse más fuertes.

Los monstruos metálicos se acercaban a ella. Hienas sintiendo el olor a muerte.

—No tengo miedo…

—¿Ah, no? Eres tan débil como el resto una mota de polvo en mi camino. Pronto los que son como tú rogarán inútilmente piedad.

—Mis compañeros y yo vamos a detenerte— respondió Alexis.

—¿De verdad?— Enchantress rio—. ¿Quién te crees que eres? Ni siquiera valdrías para encender una cerilla.

Alexis tomó aire, considerando que lo que estaba a punto de hacer podría salir bien o ser una completa estupidez.

—Soy Andëvasen. Y yo controlo el fuego.

Creó una barrera de llamas que empujó contra sus adversarios. Luego, lanzó una esfera ígnea hacia la bruja. Esta la paró, sorprendida.

—Veo que ya has elegido bando. ¡Atacad!— Enchantress levantó las manos, que resplandecían. Los demonios que antes la habían rodeado empezaron a chillar de agonía. Con su magia, la bruja creó un ser descomunal, formado por las horribles bestias.

“No tengo miedo. Yo controlo el fuego. Yo soy el fuego”.

Con un grito, Alexis dirigió un chorro de llamas hacia su nuevo enemigo. Todo el Escuadrón Suicida la imitó. Más demonios voladores aparecieron. Alexis dividía su atención entre quemar a los seres voladores y ocuparse del otro grande.

—¡Llevadlo hacia esa esquina!— gritó Flag señalando hacia el lugar donde se suponía que estaban los explosivos.

—¡Yo me encargo!—gritó Chato. Entonces, todos pudieron comprobar por qué lo llamaban el Diablo. Chato su poder para convertirse en un gigante de fuego y empujar al otro coloso hacia donde señalaba Flag—.¡Detonarlo ahora!

—¡Chato, no!—exclamó Alexis.

Chato se vio envuelto en una capa de fuego. Luego, se oyó una explosión.

┈┈┈☾┈┈┈

—¡Ya basta!—Con un ligero movimiento de mano, Enchantress inmovilizó  a todos y los desarmó—. He de admitir que me habéis impresionado. Lo repetiré por última vez. Uniros a mí.

Harley se adelantó.

—He perdido a mi bichito. ¿Puedes devolverlo a la vida?

—Pequeña, ambas sabemos que no es así. Te traicionó. Te enfadaste cuando te dijo que se había unido a mí con su grupo de delincuentes.

—Sí, pero ha sido una distracción muy buen.—De un tajo, Harley sacó el corazón del pecho de Enchantress—. ¿”Liga de la Injusticia”? He oído muchas tonterías, pero ninguna como esa.

Harley le tiró el corazón a Alexis.

—Quémalo.June no va a volver. Esa cosa ha absorbido lo que quedaba de ella—le dijo el coronel Flag.

Alexis asintió. Sin que ella se diese cuenta, Arthur y Killer Croc habían salido del agujero creado por la explosión. Traían más explosivos con ellos y los tiraron al núcleo del torrente mágico. El corazón se hizo cenizas en las manos de Alexis cuando la columna explotó.

┈┈┈☾┈┈┈

—¡June!— El coronel Flag abrazaba a su pareja.

June Moone no murió con Enchantress. La oscuridad que emanaba de su cuerpo se desvaneció poco a poco, dejando a la arqueóloga libre de cualquier influjo maligno.

—Dijo que... viviese por ella… Que disfrutara de... lo que ella... no podía tener…

Estaba claro que Moone deliberaba. Y todo el grupo deseó estar delirando cuando Amanda Waller apareció allí.

—¿Cómo no está muerta?— Deadshot dijo lo que todos pensaban.

“Mala hierba nunca muere”, pensó Alexis. Waller ordenó que volviesen a detener a todos y los llevasen de vuelta a Belle Reve.

—Andëvasen ha sido impresionante. Su amigo no mentía respecto a usted. Lo he visto todo desde mi placentero refugio. Usted también ha estado bien, Aquaman. Pueden irse, ya me ocupo yo del resto.

—Ahora que ya estás más a gusto con tu fuego interior o lo que sea, ¿no puedes hacer algo con ella?—preguntó Arthur cuando la perdieron de vista.

—Desgraciadamente, no—contestó, triste.

—Eh, alegra esa cara. Hemos salido vivos de esta.

—No todos…

Arthur sonrió con cara de “sé algo que tú no”. La llevó al lado del agujero. Señaló hacia su interior con pedantería.

—Mira.

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