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Luego de haber llegado del evento, Taehyung pasó toda la noche en vela editando tanto las fotografías que había tomado como las entrevistas que había hecho. Su trabajo no alcanzaba el nivel que él esperaba, por lo que estaba dispuesto a dar su máximo empeño en al menos poder enviarle a su jefe las mejores ediciones de toda su carrera y a primera hora de la mañana.

El lunes cuando vuelve al trabajo, recibe muchos halagos por su trabajo realizado y a tan temprana hora de la mañana, lo que le genera un alivio enorme ya que había pasado un terrible domingo imaginándose situaciones en las que su jefe lo regañaba o en donde halagaba al azabache y terminaba por darle el puesto de trabajo.

Por suerte para él, no había sido así. El azabache ni siquiera había enviado su trabajo todavía y hasta incluso se dio el lujo de llegar minutos tardes disculpándose con el jefe y entregando finalmente su trabajo impreso, prometiendo que en cuanto encendiera su laptop se lo enviaría en formato digital que era como se los había pedido en un primer lugar.

De todas formas no fue regañado. Si Taehyung hubiera sido su jefe lo hubiese despedido inmediatamente, pero al parecer unas torpes disculpas con cara de niño inocente eran suficientes para dejarlo pasar.

No entendía cómo es que las personas caían por él. A ojos del castaño, Jungkook solo era irresponsable, desorganizado y maleducado. Esperaba poder tener su ascenso para poder darle ordenes al azabache, y estaba seguro que lo primero que le ordenaría hacer sería abrocharse la camisa completamente y ponerse la corbata correctamente.

Luego de que su jefe quedara al parecer, conforme con el trabajo realizado por ambos, les hace volver a la oficina para que siguieran realizando los trabajos rutinarios de la empresa en los que todavía tenían que seguir participando.

—Dejame adivinar, te quedaste tomando hasta altas horas de la noche y el domingo no pudiste siquiera levantarte, ¿verdad?— le pregunta al azabache cuando estaban ingresando en su oficina y sentándose en su lado del escritorio.

Jungkook solo se ríe y se enoje de hombros como si no fuera importante. Finalmente se sienta sobre su lado del escritorio cuando una de las encargadas de la cafetería entra con dos cafés humeantes y se los entrega al azabache frente a él.

Jungkook, como siempre, se lo agradece de mil maneras posibles haciendo que la pobre chica saliera con el rostro rojo del lugar debido a que el guapísimo y querido por todos Jeon Jungkook la había halagado.

Jeon Jungkook era un comprador, esa era la conclusión del castaño. Sabía interactuar con las personas y es por eso que todo el mundo lo quería.

—¿En serio Jeon? ¿Coqueteas incluso con una chica que solo hacía su trabajo?

—¿Coquetear?— pregunta el azabache confundido mientras le tendía una de las tazas de café que había pedido. —¿Ser amable es coquetear para ti?

Taehyung mira la taza sorprendido, no habiendo pensado realmente la razón por la cual el azabache había pedido dos y no una taza de café.

—Es broma ¿verdad?— le pregunta, mientras devuelve su taza de café al azabache.

Ni de bromas aceptaría algo del menor, no podría comprarle también a él de ninguna manera.

—¿Por qué todo tiene que ser una broma para ti?— le pregunta confundido. —Eres mi compañero de trabajo, Taehyung, sería muy maleducado de mi parte comprarme un café solo para mi.

—No me gusta el café, Jungkook— le dice y vuelve su vista a su laptop que se estaba encendiendo, como si verdaderamente no le importara en lo más mínimo que haya tenido ese gesto de amabilidad con él. —Y no somos amigos. No tienes que hacerlo.

Jungkook solo rueda los ojos y se encoge de hombros, como si realmente no le importara que no haya aceptado su café. Porque a Jeon Jungkook no le importaba nada en esta vida; le daba igual su trabajo, le daba igual llegar tarde y desarreglado, le daba completamente igual no caerle bien al castaño y le daba aún más igual que Taehyung no aceptara el café que había pedido en la cafetería para que se lo llevasen a los dos.

Estaba bastante enojado por su desinterés en realidad, por lo que no le dirigió la palabra en toda la mañana y se alegra cuando su mejor y único amigo le manda un mensaje invitándolo a almorzar juntos, ya que de esa manera podría alejarse de allí y no tener que ver la cara del azabache al menos por una hora.

Rápidamente acepta la invitación y al llegar su hora de almuerzo, deja todas sus cosas donde estaban para ir a planta baja de su edificio, donde se encontraría con Park Jimin, quién también trabajaba allí pero en otra ala.

Jimin, tan alegre y tierno como siempre, lo sorprende abrazándolo por la espalda para seguidamente tomarlo del brazo y llevarlo hacia el restaurante.

Su amigo era alguien completamente genial y divertido. Casi podría decirse que desprendía el mismo carisma que el azabache, pero la diferencia estaba en que Jimin si era divertido y se podía notar la sonrisa genuina cuando éste sonreía. Sin hablar del hecho que Taehyung había confirmado su amabilidad cuando tuvo problemas con sus padres cuando decidió estudiar fotografía.

Él y Jimin se habían conocido a los dieciséis años gracias a un trabajo en equipo en el que los pusieron juntos. Ambos eran los únicos que compartían ciertas opiniones en el grupo armado por la profesora, por lo que cuando el resto de los integrantes comenzaban a hablar sobre ciertas cosas que a ninguno de los dos le parecía correcto, ellos comenzaron a aislarse del resto y a hablar sobre sus propios intereses.

Es así como además de haber obtenido una excelente nota en aquel trabajo, también había iniciado una hermosa amistad.

—Me sorprendió mucho que hayas aceptado, la verdad— le dice Jimin cuando finalmente se sientan. —Por lo general sueles ponerme alguna excusa tonta y no aceptar nada en horarios laborales.

Taehyung se encoge de hombros y solo mira la carta que estaba sobre la mesa, para ver que podría ordenar.

—Si, bueno, a veces puedo permitirme salir un poco ¿no crees?

—Por supuesto que lo creo— le dice Jimin sonriéndole desde el otro lado de la mesa. —Me alegro que pensaras así, Taehyungie. Tienes que divertirte un poco más.

—Lo sé, lo sé— le dice, ya que era una conversación recurrente en su amistad. —¿Tu que tal?

—Pues genial, al parecer redujeron personal y no solo me salvé de ser despedido, sino que también me cambiaron de oficina y apuesto a que no adivinaras con quién comparto oficina ahora— le dice con cara de suspenso, aunque Taehyung lo conocía tan bien como para saber que le emocionaba bastante la situación.

—¿Con quién?

—Con Jackson Wang ¿puedes creerlo? yo no dejaba de saltar en mi lugar cuando me enteré. Oí que es amigo de RM, ¿tu crees que sea cierto? ¿crees que podría presentármelo en algún momento?— pregunta Jimin, quien casi se tiraba sobre la mesa mientras dejaba ver su ilusión al castaño.

Para Taehyung no era ninguna sorpresa el fanatismo de su amigo por el famoso rapero. Lo que si era sorpresa era las formas en las que se las ingeniaba para generar eventos irreales en su cabeza.

En ese momento un chico se les acerca con dos vasos de agua, además de tomar su orden para luego marcharse con ambas cartas.

—Quizás si tengas suerte— le dice el castaño finalmente entre risas. —Digo, quizás hasta tengas que entrevistarlo o sacarle fotos en algún momento.

Jimin, quien estaba tomando agua en ese momento, casi se la escupe cuando rápidamente expande sus pequeños ojos y procede a colocar de manera muy dramática el vaso sobre la mesa.

—Casi se me pasa por alto, no puedo creerlo— le dice con cierta ilusión sobre sus ojos. —Eso me recuerda, fuiste a la premiere de Sweet night este fin de semana ¿cierto?— le pregunta, a lo que el castaño asiente. —¿Y cuándo pensabas decirme que conociste a Park Hyungsik? dime, ¿es más guapo en persona? ¿es tan alto como parece? luce tan encantador en pantalla, es todo un galán ¿verdad?

Taehyung arruga su nariz en señal de asco y procede a negar con la cabeza.

—Lo conocí, y es un imbécil. Digo, sé que quizás hayan periodistas que se entrometen mucho en la vida personal de las personas, pero yo ni siquiera soy periodista, solo quería que me contestara unas pequeñas preguntas y el muy imbécil me ignoró completamente, además de dejarme en claro cuánto odiaba el trabajo en que yo tenía.

Jimin lo mira con la misma cara que tenía Taehyung al momento en que él también se había enterado de esa pequeña desilusión de que uno de sus actores favoritos, no contaba con el mejor humor de todos.

—Pobrecito, dime por favor que no te lo tomaste mal— le dice Jimin colocando su mano sobre la del castaño en la mesa.

Taehyung solo se encoge de hombros. —No realmente. De hecho, estaba a punto de ponerme de rodillas y suplicarle que me concediera la entrevista si no fuera porque Jungkookie me tomó del brazo y me salvó de aquella penosa situación.

—¿Jungkookie?— le pregunta Jimin confundido, a lo que Taehyung abre enormemente sus ojos, sorprendiéndose a sí mismo por la forma en la que lo llamó.

—Por favor, no le digas a nadie que lo llamé así.

Jimin continúa con su confusión por unos segundos hasta que expande sus ojos y abre ligeramente su boca como si no pudiera creerlo. —¿No me digas que trabajaste con Jeon Jungkook?

—Jimin, estoy en la misma oficina que Jeon Jungkook— le dice Taehyung molesto, justo cuando vuelve el chico con sus ordenes y ambos comienzan a comer. —¿Cómo lo conoces tú?

Jimin medio que se atraganta con su comida y rápidamente se lleva una servilleta de papel a la boca para limpiarse. Taehyung nota el pie del chico moverse inquietamente, por lo que entrecierra sus ojos hacia su amigo, no queriendo ni imaginarse como es que conoce a Jeon Jungkook.

—Bueno... yo... quiero decir él, este, como que compartía oficina con alguien— dice tímido, sin siquiera mirarle a los ojos.

—¿Con quién compartía oficina?— pregunta curioso el castaño —¿Y eso qué tiene que ver con que lo conozcas?

—Mmm verás, no te conté sobre todos mis ligues...— Taehyung lo mira atento, esperando a que su amigo continuase. —Y como sabrás, no está del todo permitido tener romances en la oficina— dice, aún sin mirar al castaño quien estaba atento a todas las acciones de su amigo. —Y mucho menos estarías de acuerdo tu si te enteras quién es.

—¿Y quién es?— le pregunta al ver que su amigo no tenía la intención de seguir hablando.

—No importa realmente, quizás puedas preguntarle a Jungkook sobre su antiguo compañero y ahorrarme el sentirme tímido y avergonzado en este momento.

Taehyung hace un leve puchero, pues realmente quería saber quién era con el que estaba su amigo. —No hablo con Jungkook.

—¿No lo haces?— le pregunta sorprendido —pero si es muy amable, incluso llegó a comprarme café más de una vez— le dice, sin siquiera notar la molestia que le generó a su amigo la mención de que el hecho de comprar café a las personas definitivamente si era parte de su ritual para hacerte caer a sus pies.

—Simplemente no me cae bien.

—¿De verás? que raro— dice confundido —me sorprende porque Yoonie siempre decía que Jungkook y yo compartíamos neuronas, ya que siempre nos reíamos de los mismos chistes y nos entendíamos muy bien. De hecho, yo creo que Jungkook es genial y que ustedes se llevarían muy...

—¿Yoonie?— le interrumpe el castaño burlón, a lo que su amigo se sorprende y su rostro cambia de color rápidamente.

—Olvida lo que te dije. No quiero que hablemos de eso.

—¿Por qué no?— pregunta, aún con cierta burla.

—Porque si lo haces, no podrás preguntárselo a Jungkook— se burla también su amigo y sonríe al ver la mueca de asco que hace el castaño anteriormente la mención de su compañero.

—¿Y qué tiene que ver Jungkook en todo esto?

—Que te pierdes la oportunidad de conocer a alguien genial. De verdad, deberías dejar todo esos prejuicios que tienes en tu cabecita y darle una oportunidad.

Taehyung resopla molesto y continúa comiendo sin darle importancia a lo dicho por su amigo. Ambos continúan charlando sobre sus cosas para finalmente pagar y volver cada uno a su puesto de trabajo.

























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