Capítulo veinticinco
Jin había mirado a TaeHyung de arriba a abajo, quizás pretendía lucir intimidante o asqueado como en sus inicios, pero él no era consciente de que sus ojos en realidad estaban ardiendo con lujuria pura cuando recorría los pantalones vaqueros pegados a las gruesas piernas de TaeHyung y la piel que veía en el pecho plano del ex ser de luz.
Ahí no había tetas, pero por primera vez, no le importaba. Inconscientemente su mirada se había clavado en ese pedazo de piel acaramelada a la vista y Solar se le quedaba viendo con la boca abierta. Jin nunca la había mirado así y pese a que ellos solían tener un patrón de terminar y volver con algún trio, ella había visto a Jin mirar a otras mujeres con deseo, pero vacío, incluso así la miraba a ella, pero ahora esos ojos verdes tenían un fuego intenso que solo aparecían cuando TaeHyung estaba frente a él.
Quería sentir celos, como en el inicio, pero contrario a eso, le gustaba. Y pensar que había estado en un trio con ese par ardiente, por un momento no se sintió tan mal y se consideraba una ganadora por haber visto a TaeHyung comerse la polla de Jin.
—Me encanta como se ven —susurraba, rompiendo la tensión, pero no consiguiendo que ambos hombre quitarán sus ojos del otro—. Pero deberían irse, tengo que volver al trabajo y la gente mira curiosa. Salgan por atrás.
TaeHyung rompía el contacto visual porque sabía que Jin no lo haría, su mirada se pintaba de una disculpa silenciosa hacia Solar y salía, Jin apretaba sus dientes y finalmente giraba, cuando veía a Solar a los ojos, exclamaba:
—Te dije que no necesitaba niñera, Yong-Sun —su voz había salido grave.
Solar sonreía—. Sal de aquí y no conduzcas en ese estado, deja que tu novio se encargue
—Él no es mi-... —Jin se ahorraba las palabras cuando la mano de Solar se posaba frente a él.
—Ni lo intentes, cariño —añadía y se marchaba para continuar con su trabajo.
El castaño soltaba todo el aire por sus fosas nasales y salía a paso lento por la puerta trasera del bar. Sus sentidos y reflejos estaban nublados por el alcohol, si era honesto, no estaba en condiciones de conducir y de hecho lo único que quería era llegar a su casa y... Él quería a TaeHyung.
Este se encontraba apoyado sobre su auto, pies cruzados a la altura de los tobillos y las manos en su bolsillo. Su cabello negro estaba hacia un lado y su frente era protagonista, su cuello ancho y pecho al descubierto, seguían siendo el centro de atracción de Jin... Aunque todo TaeHyung era su centro de atención. No estaba seguro como se veía, pero estaba intentando que sus pies no se cruzarán, mientras caminaba intimidante hacia el ex ser de luz.
—Hey... —llamaba TaeHyung, cuando tenía a Jin frente a él y no se veía para nada amigable, no estaba feliz porque seguía sin desconponerlo realmente.
—Dime una cosa —soltaba Jin, apoyando sus manos sobre el techo del auto y acorralando el cuerpo de TaeHyung con el suyo—. ¿,Tienes mala recepción en el infierno? ¿No tienen wifi? ¿Tienes mi maldito número bloqueado o...? ¡¿Por qué mierda Solar te llama una maldita vez y respondes de inmediato, cuando yo te mandé mensaje y llame todos estos jodidos días?! —gritaba fuertemente en su rostro.
Su aliento a whisky, vodka, cerveza y todo junto, impactaba en el rostro de TaeHyung y en cierta forma tenía poder, porque sentía su polla endurecerse ante el aliento de SeokJin, la mirada verde ardiendo en furia y el cuerpo caliente del tipo castaño, ahora pegado al suyo. Sin espacios vacíos.
TaeHyung no tenía miedo de Jin, pero algo se removía en su interior al verlo furioso.
—Me dijiste que no apareciera sin una maldita respuesta —le susurraba, recordándole las últimas palabras.
Jin entrecerraba sus ojos—. Me importa tres carajos lo que dije, si yo te llamo tú vienes ¿me oíste? —susurraba el castaño, mucho más cerca. Casi rozando su nariz a la ajena.
TaeHyung enarcaba una ceja—. ¿Y que querías de mi, SeokJin? —la forma en que su voz grave hacía énfasis en su nombre completo, enviaba una descarga de adrenalina al castaño.
Éste apretaba sus dientes y su mandíbula relucía gloriosa, TaeHyung quería morder la misma con sus dientes, pero se contenía.
—Lo que quiero no puedes darmelo aquí —mencionaba el ojiverde, mirándolo de arriba abajo con una mirada tan sugerente y hambrienta que nuevamente, TaeHyung estaba durísimo.
Así que redoblaba la apuesta—. La primera noche que te vi con esa colorada, te la follaste en el callejón cerca de aquí —mencionaba provocativo.
Jin arrugaba el ceño, como si intentará recordar un momento de sexo casual en el bar de Solar, habían sido varios encuentros casuales... Pero entre sus malo recuerdos y poca memoria, recordaba que TaeHyung hablaba de la primera vez que se habían visto y Jin había creído que TaeHyung quería a la pelirroja junto a él. Cuando ubicaba el recuerdo sonreía secamente.
— ¿Te bajarías estos bonitos pantalones para parar ese buen culo al aire y dejarme follarte? —susurraba, bajando su mano a la parte trasera de TaeHyung y apretando uno de sus glúteos.
El azabache sentía como un gemido salía sin su permiso y finalmente su nariz rozaba la de Jin, mientras su puño apretaba la chaqueta de cuero que el castaño llevaba aquella noche.
—Si es lo que quieres, lo haré —susurraba con su garganta seca y cuerpo caliente.
Y feliz de no ser el único que estaba duro de la misma nada. Jin, estaba presionando su miembro al suyo y estaba jodidamente "a punto caramelo". Luego rozaba sus labios a los de TaeHyung y mordía levemente tirando de estos. El demonio tenía que que apretar sus puños a la ropa del mundano. Aquello había ardido, apenas perceptible, pero muy provocador. Jin estaba verdaderamente enojado para no sentir dolor más allá de la leve molestia de siempre.
—Aquí no —gruñía Jin.
— ¿Por qué? ¿Te avergüenza que te vean haciéndolo con un hombre? —se burlaba.
Jin reía ladino—. Me vale. Simplemente, me quiero quitar la rabia que tengo como se debe —ahora pegaba sus labios a la oreja de TaeHyung—. Y vas a tomar todo lo que tengo para darte, sin rechistar.
TaeHyung pasaba saliva y disfrutaba de este Jin gruñón, eso le permitía deleitarse en la cercanía y el juego. Cuando Jin se alejaba lo miraba con sus ojos entrecerrados y él, asentía dócilmente.
—Métete a la auto —ordenaba.
—Ah, no —contradecía el demonio—. Estas jodidamente ebrio, puedes apretarme el culo, pero conducir el maldito auto, no. Dame las llaves —estiraba su mano y esperaba no tener esta discusión con el mundano.
Para su suerte Jin resoplaba y sacaba las llaves de su chaqueta—. Como sea —quitaba la alarma del auto y le entregaba a TaeHyung lo pedido.
Cuando Jin rodeaba su vehículo y se metía en el asiento del copiloto, TaeHyung quedaba pasmado y sorprendido por lo fácil que había sido aquello, así que tomaba el valor y rogaba al... Bueno, rogaba al aire que SeokJin siguiera enojado toda la maldita noche, solo así podría verdaderamente disfrutarlo y no terminar en coma demoníaco por una follada de los mil demonios con un mundano y valga la redundancia de la expresión.
Al meterse, encajaba la llave y arrancaba. Jin estaba sobre su asiento más o menos, muerto, con olor a alcohol, cigarrillo y su perfuma varonil que le encantaba al ex ser de luz. Lo miraba con ojos cansados y una sonrisa débil.
— ¿Tengo monos en la cara? —cuestionaba TaeHyung.
Jin daba otra risa seca—. ¿Te enseñaron a conducir en el infierno? —soltaba divertido y luego reía solo.
TaeHyung negaba y lo miraba de reojo—. ¿Estás chistoso?
Jin se encogía de hombros—. Tu sola presencia hace que me sienta-... —apretaba sus labios sin saber cómo expresarse—. Relajado.
TaeHyung no quería que se pusiera sentimental, jodido infierno que no. Pero su pecho se calentaba por las palabras sinceras del castaño.
— ¿Malévolo cucarachon se nos puso sentimental? —se mofaba, no queriendo exhibirse realmente.
Jin daba otra risotada, pero no respondía nada, hasta que la sonrisa ladina se borraba de su rostro y la seriedad caía sobre sus rasgos logrando que el auto donde ambos estaban se llenará nuevamente de una tensión que, quizás nunca lograría desvanecerse del todo. TaeHyung pasaba saliva notando como el aire había cambiado entre ellos, otra vez tenso. Frío, helado.
— ¿En serio me viste follar en el callejón la primera vez que te topaste conmigo? —cuestionaba sorprendido.
TaeHyung rodaba sus ojos—. No te estaba siguiendo, fue mera casualidad y tampoco te fuiste tan lejos
—Entonces viste que esa noche ni siquiera me corrí —se burlaba Jin, tirando su cabeza hacia atrás y cerrando sus ojos, se veía arruinado.
El azabache suspiraba—. Dime la verdad ¿descansaste algo?
—Métete en tus asuntos —ordenaba, arrastrando sus palabras.
—Tú eres mi asunto —respondía TaeHyung.
Jin abría sus ojos y pasaba saliva—. ¿Siempre fuiste metiche en el pasado?
Tae fruncia el ceño y relamia sus labios, apretando el volante del auto.
—Define pasado —mencionaba.
SeokJin soltaba otra risa seca—. Conmigo. Tú y yo-...
La frase "tú y yo" tenía la respiración de TaeHyung atascada entre su pecho y garganta.
— ¿Qué con eso? —soltaba.
—Jodidamente sabes lo que estoy preguntando —respondía Jin, más serio.
—Mejor sé completamente claro, quizás y te esté malinterpretando —pedía el demonio.
SeokJin suspiraba—. Olvidalo
—No lo haré ¿qué quieres saber? —insistía, aunque le doliera horrores remontarse a ese tiempo y esos recuerdos.
Jin lo miraba, unos ojos fríos y hasta un aire un poco aburrido.
— ¿En qué momento te enamoraste de mi? —preguntaba.
TaeHyung había sentido un gran escalofrío recorrerlo completo. Fruncia su ceño y aclaraba su garganta.
—No estoy seguro... Quizás cuando, inconscientemente me miraste a los ojos y me hiciste una pregunta —susurraba con un nudo en la garganta—. O pudo haber sido al instante en que naciste y te vi por primera vez, sabiendo que eras... Mío.
Jin nunca lo admitiría en voz alta, pero la forma en que TaeHyung había susurrado "mío" refiriéndose a él, le había hecho temblar de pies a cabeza y agradecía eternamente, estar sentado en ese momento. La sensación de pertenecerle a alguien cuando había sido rechazado la mayor parte de su vida, desde niño en orfanatos o lugares adoptivos y ahora un hombre con el que tenía una vida pasada... Dios, TaeHyung ni siquiera era un hombre, era un demonio. Ni siquiera en eso era normal, solo él podría enamorar a una entidad demoníaca.
Reía secamente por sus propios pensamientos.
— ¿Qué te causa gracia? —cuestionaba TaeHyung, demasiado serio.
—Tranquilo, no me río de lo que dijiste, pero me da curiosidad como es que te "miré" si se supone que los humanos no podemos ver a los ángeles.
TaeHyung alzaba sus ojos—. Creo que fue una mera casualidad que tus ojos me encontrarán, sin siquiera notarlo.
Nuevamente el castaño giraba su cabeza para mirarlo.
— ¿Qué estaba haciendo? —preguntaba curioso.
—Tomando un baño —respondía TaeHyung.
— ¿Estabas viéndome en la ducha? Que pervertido —se mofaba.
TaeHyung reía, era irreal estar teniendo está conversación, pero estaba sucediendo y él recordaba cada momento vivido con el verdadero SeokJin.
—No habían duchas, era en un lago
—Oh, el SeokJin de tu época también era exhibicionista —se mofaba con su voz grave, casi sin gracia, pero a TaeHyung le hacía sonreír.
Luego quedaba serio, tragando duro y sintiendo el ardor en su garganta.
— ¿Me veías todo el tiempo? —susurraba Jin.
—Por supuesto —respondía sin fuerzas.
Jin sabía que el aire estaba grávido de tensión, pero se aprovecharía de su ebriedad, luego podría pretender que no recordaba nada de esto.
— ¿Me veías teniendo sexo con otros? —susurraba, viendo el perfil de TaeHyung y como éste apretaba sus dientes.
Un semáforo en rojo lo hacía detenerse, giraba su rostro y miraba con sus orbes celestes al castaño a su lado.
—No llegué a ver eso —respondía.
Jin fruncia el ceño—. ¿Por qué no?
—Porque ya me había enamorado de tí y me habían encerrado como castigo —respondía seriamente.
Jin tragaba el nudo en su garganta—. ¿Cuánto tiempo?
El semáforo pasaba a verde, TaeHyung relamia sus labios y arrancaba nuevamente.
—Lo suficiente para que me reivindicará de mi error, pero no sirvió
— ¿Cuánto tiempo? —repetía.
—Siete años terrenales —exclamaba—. Muchísimo más tiempo en el plano celestial.
Jin fruncia su ceño y si había algo en lo que se admiraba en todos estos años, era en ser jodidamente bueno para reconocer cuando la gente mentía, le habían mentido tantas veces que sabía cómo reconocer a un embustero, pero TaeHyung se veía tan seguro y sincero que, no entendía como había aguantado tanto tiempo, si realmente decía amarle, no podía entender el proceso de tortura.
— ¿Te habías olvidado de mí? —susurraba Jin—. Bueno, no de mi... Del original.
TaeHyung fruncia el ceño—. Me quitaron las alas cuando vieron que nada había cambiado para mí, que no tenía intenciones de arrepentirme y me arrojaron a la tierra. Tú me encontraste, correspondiste a mi amor el tiempo de vida que estuvimos juntos, pero hubiera deseado que fuera eterno.
SeokJin agradecía eternamente que pasaran por un túnel y la poca luz que tenía del auto se volviera totalmente oscura, porque su ojos habían comenzado a arder. No lo entendía.
—Yo no soy él —susurraba luego, sin fuerzas.
TaeHyung pensaba en sus palabras, finalmente llegaban a la casa del castaño y cuando apagaba el motor lo miraba fijamente.
—No te pareces en nada a lo que recuerdo, pero si no fueras él, no estarías pasando por esto y no te sentirías como lo haces conmigo —mencionaba con seriedad.
Jin entrecerraba sus ojos, luego de varios segundos de sostener la mirada azul cielo de TaeHyung, soltaba otra risa seca y sin gracia.
—Joder, eres tan cursi, ángel —susurraba.
TaeHyung sentía una punzada en la punta de su nariz que, le advertía sobre las lágrimas. Pero abría sus ojos suspiraba y se recomponia.
— ¿Podrías no llamarme así? Ya no soy eso —pedía, y salía del auto.
Jin soltaba todo el aire retenido y maldecía por lo bajo, todavía estaba furioso con ese imbécil por haberlo ignorado y prefería seguir así... Parte de él, muy en el fondo, recordaba lo arruinado que TaeHyung había quedado por el sexo. Mejor prefería seguir furioso con él. La puerta a su lado se abría y TaeHyung extendía su mano.
—Vamos, sal... —pedía, sus dedos se movían y Jin rechistaba.
Saliendo del auto, ignoraba la mano extendida, cerraba la puerta y TaeHyung le devolvía la llave. Cuando la tomaba y ponga la alarma, iba con pasos lentos hasta su pórtico, cuando abría la puerta, entraba y giraba para ver a TaeHyung aún afuera.
— ¿Te quedarás ahí? —cuestionaba aburrido.
TaeHyung pasaba el nudo en su garganta—. Aún no tengo nada para tí —mencionaba, haciendo alusión a que aún no tenía respuesta alguna sobre el paradero de su alma.
Jin apretaba sus dientes, inhalaba bruscamente y luego dejaba salir todo el aire mientras se apoyaba en la puerta.
—Te equívocas... —exclamaba, luego tomaba a TaeHyung de la chaqueta y lo atraía repentinamente hacía él, centímetros que separaban sus bocas—. Te detesto y quiero follarte tan duro esta noche que, me importa muy poco si aún no tienes respuestas... Quiero estar dentro de tí.
La piel de TaeHyung se ponía sensible, la ropa le rozaba en lugares delicados y le apretaba en otros más duros, como su polla atrapada entre sus pantalones y su respiración estancada en su garganta.
— ¿Puedes repetir eso? —susurraba el demonio, sus labios entreabiertos, babeando descaradamente por el mundano frente a él—. Creo que no te oí bien.
Jin relamía sus labios y sus ojos miraban fijamente los contrarios, así que con un último tirón, metía a TaeHyung dentro, cerraba la puerta y estampaba su espalda contra esta. Una leve mueca se presentaba en el rostro del chico, pero solo por el impacto, la molestia seguía siendo leve. Jin seguía cabreado. Cuando sus miradas conectaban nuevamente, habían chispas, de todo tipo y TaeHyung relamia sus labios salvajes, sabiendo lo que hacía.
Y por eso recibía una mordida fuerte, repentina y algo desesperada por parte de SeokJin quien, tiraba de su belfo solo un poco hacia abajo, robándole un gemido entre el dolor y placer. Haciendo que su cuerpo vibrara por el maltrato suave de sus dientes a su carne. Sus manos se aferraban a las caderas de SeokJin y lo atraía hacia él. Cuando sus pelvis chocaban, un poco de movimientos desesperados los hacían molerse contra el otro para recibir un poco de alivio, pero eso los ponía peor.
Cuando Jin soltaba el labio de TaeHyung, este se quedaba en el aire, desorientado y deseoso. Jin aún tenía su chaqueta arrugada en su puño izquierdo, pero su mano derecha tenía los dedos clavados en la cadera de TaeHyung.
— ¿Puedes decirlo de nuevo? Dilo otra vez —rogaba, apretando las caderas del castaño para apretarlo contra su cuerpo.
Jin esbozaba una sonrisa—. ¿Qué quieres que repita, ángel? —susurraba. TaeHyung parpadeaba mareado cuando Jin se acercaba otro poco más y restregaba sus labios a los suyos, mientras que su cuerpo le aprisionaba deliciosamente —. ¿Qué quiero follarte como un maldito desquiciado toda la jodida madrugada? —TaeHyung soltaba un gemido sufrido cuando la pierna de Jin molía su erección y asentía frenéticamente—. Oh, eres la cosa más dócil y preciosa que he visto ¿te lo han dicho?
TaeHyung parpadeaba—. Tú no —exclamaba. Sin aire y deseoso, bajando sus ojos a los labios del hombre frente a él y recibiendo el primer choque de bocas esa noche.
Abriendo sus labios de par en par, le daba la bienvenida a la dulce y experta lengua de un SeokJin que comenzaba a follarle la boca con esta. Sus manos pasaban de las caderas del castaño a la parte frontal de sus pantalones para buscar su botón y cierre, finalmente con dedos temblorosos, boca usurpada por la lengua ajena y a ciegas, lograba abrir los pantalones de un SeokJin que gemía dentro de su cavidad cuando finalmente, hacía contacto su polla con los dedos fríos ajenos que se habían inmiscuido dentro de su boxer.
El beso era cortado porque cuando TaeHyung presionaba la longitud del mundano, justo en la base, este perdía la batalla y tenía que cortar el beso para soltar un gemido ronco, dejar caer su cabeza en el hombro de TaeHyung y empujar sus caderas hacia delante, para que esa mano lo trabajará. Y TaeHyung lo hacía, mientras lo miraba con sus orbes casi negras por culpa de sus pupilas dilatadas.
—Mmm... No vuelvas a desaparecer tanto tiempo —su mano viajaba al mentón de TaeHyung, pero bajaba unos centímetros y apretaba su cuello—. ¿Me entendiste? —susurraba sobre los labios hinchados ajenos.
TaeHyung lo miraba y asentía embobado, luego intercambiaba los papeles y dejaba en un rápido y seco movimiento, a Jin contra la puerta, le devolvía la mordida y caía sobre sus rodillas cuesta abajo. Su cara estaba frente a la desnuda y prominente polla de SeokJin y él la quería tomar completa en el primer intento, por lo que masajeaba un poco más y pasaba su pulgar por el glande para derramar la esencia del castaño sobre su polla y facilitar el movimiento vertical de su mano. Estaba sorprendido de lo duro que estaba por un poco de juego previo.
Sus ojos celestes se alzaban y veía a Jin acariciando su cabello, pero con un ceño profundamente fruncido y unas manos suaves que contrastaban. Aclarando su garganta, abría su boca y pasaba su lengua desde la base a la punto, Jin gemía, apretando sus dientes y apenas sus ojos, pero sin tirar de su cabello y TaeHyung lo sentía... Esa molestia que le recordaba que no podía tocar a ese hombre y ser tocado por él, sin sentirse como la mismísima mierda.
—Por favor sigue creyendo que soy un imbécil, enojate conmigo... No lo olvides, no respondí tus mensajes y llamadas —repetía con voz raposa, masajeando la polla del mundano.
Sus ojos eran un ruego que, por alguna razón, enfurecían a Jin, así que tomaba su mentón y le daba una cachetada con la palma de su mano. TaeHyung soltaba un gemido frustrado, el golpe no había sido fuerte, sabía cómo Jin podía golpearlo, ya lo había hecho y eso había sido una caricia a comparación de cuando le había partido el labio y luego había lamido la sangre que había brotado de éste. Cuando volvía a conectar su mirada, notaba que Jin estaba teniendo una lucha interior consigo mismo, pero nuevamente lo acariciaba.
TaeHyung dejaba caer su rostro sobre la suave caricia, cerraba sus ojos y sentía como ese lado de su mejilla comenzaba a arder, por lo que apretaba sus dientes, resistía un poco más y Jin quitaba su mano. Cuando abría sus ojos, veía como el castaño apretaba sus palmas sobre sus ojos y fregaba los mismos con estas.
—Cada vez que te duela, recuérdame que me ignoraste todos estos malditos días y querré arrancarte la polla con mis dientes —exclamaba entre la furia y confusión.
TaeHyung parpadeaba, masajeaba su polla y lo miraba aturdido—. Si, quiero tu boca en mi cuerpo, otra vez —mencionaba atontado.
Jin pasaba el nudo en su garganta y se maldecía a sí mismo, a TaeHyung y a quien les había hecho eso... Quien quiera que fuera. Mordía su labio inferior y recordaba que realmente estaba enojado con el tipo apuesto entre sus piernas.
—No obtendrás nada si no haces un buen trabajo —susurraba, quitaba la mano de TaeHyung de su polla con un fuerte chirlo y la tomaba él mismo, apuntaba su glande a los labios del azabache y ordenaba—: Abre esa preciosa boca de ángel.
Perdón, me deje estar y tarde en volver con esta actualización 🥺
Les recuerdo que hay rueda de actualización. El orden de carga de los fics es:
EROTOFONOFILIA ✅ 24/07
ANATEMA ❎ (29/07)
REMEMBER ME ❎
HOLA, SOY VANTE ❎
UPSIDA ❎
ILLECEBRA ❎
¿Y SI DIGO QUE NO? ❎
Y si hay algo que no entienden, es porque se saltaron de leer EL ÁNGEL CREADOR DE LOS CORAZONES ROTOS, que es la primera parte de ANATEMA y tiene menos lecturas y votos que esta 😐🙁 jeje
Perdón si no respondo todos los comentarios 😭
Con amor Niñita Nany 💜
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