Capitulo nueve
TaeHyung sentía pinchazos en la nuca, comenzaba a dolerle y sentía que su respiración estaba demasiado pesada. SeokJin lo seguía acorralando contra la puerta y su cuerpo. Tenía esa mirada verde vacía, como si pudiera leer a través de las orbes celestes de TaeHyung.
—¿Habla? ¿Quién eres? —insistía.
Su tono cada vez más tenso y su mandíbula marcandose cada vez más. TaeHyung exhalaba el aire retenido y sonreía ladino, intentando no prestar atención al malestar que la cercanía de SeokJin le provocaba.
—Te sorprenderías si te digo quien soy —replicaba.
SeokJin fruncía el entrecejo y se acercaba aún más. Sin espacios vacíos, tan cerca. Solo pulgadas los separaban y TaeHyung hasta sentía el calor del cuerpo humedo del castaño sobre el suyo propio.
—¿Intentas hacerte al interesante para poner mi atención sobre tí, mariposa? —preguntaba.
TaeHyung cerraba sus ojos, como estaba empezando a detestar ese jodido apodo e inclusive a las verdaderas mariposas que revoloteaban en verano. Pero se recomponía, mordía su labio inferior y se animaba a meter sus dedos dentro de la toalla que descansaba sobre las caderas de un semidesnudo SeokJin, siendo la única cosa que tapaba su cuerpo.
El castaño no se inmutaba y tampoco se alejaba horrorizado por aquello.
—No lo sé, Jin —decía Taehyung con voz rasposa—. Creo que te encantó la forma en la que tenías mi vida en tus manos mientras presionabas fuerte y te corrías ¿O me equivoco?
—Cierra la boca y quita tu mano —pedía el castaño de forma tensa.
—Quítala tú —desafiaba con seguridad y se acercaba a rozar la nariz ajena.
SeokJin estaba quieto, no queriendo dar el brazo a torcer con la forma en que TaeHyung lo estaba provocando para no responder su pregunta.
—Respóndeme ¿Qué tanto ocultas?
—Solo queria sexo, Jin —eso es todo.
—No follaste, ni te follaron. ¿Acaso la pasaste bien?.
No.
—Puedo repetir —respondía con voz grave.
SeokJin dejaba salir todo el aire a través de su nariz—. ¿Estás insinuando frente a mi, que vas a follarte a Solar?.
La voz de SeokJin también era grave y llena de ese—no sé qué—que al ex ser de luz le provocaba tantas cosas.
—Oh vamos, Jin...si lo haces conmigo te aseguro que va a gustarte —TaeHyung sentía su garganta arder.
Estaba intentando emplear aquel encanto demoníaco que destilaba lujuria y aquello a lo que los mundanos no podían resistirse. A ese punto estaba deseoso de tener a ese hombre y dejar que le hiciera lo que quisiera.
—Tus dedos siguen sobre mi bajo vientre ¿Quieres perder tu mano, TaeHyung? —SeokJin ponía ambos brazos a los lados de la cabeza de TaeHyung y por primera vez bajaba la vista para ver cómo el azabache había metido sus dedos en el borde de la toalla—. ¿Que estás esperando para quitarla?.
La cabeza de TaeHyung palpitaba fuertemente, era como si el enojo de SeokJin hacía él, empeorará su malestar.
—¿Te refieres a mi mano...? —TaeHyung terminaba por cortar la poca distancia y casi tenía sus labios sobre los ajenos—, ¿...o quieres que te quite la toalla, Jin?.
Los ojos celestes de TaeHyung iban desde de los labios carnosos de SeokJin y ascendían a las orbes verdes de éste, y repetía.
—Ni se te ocurra —susurraba el castaño.
—¿Qué cosa, Jin?
—Lo que estás pensando —TaeHyung abrirá sus ojos, alfojando el agarre de la tela húmeda. Por un momento había temido que SeokJin si pudiera leer sus pensamientos—. Deja de parecer tan desesperado por besarme
—Oh...¿Temes que llegue a gustarte, Jinnie? —provocaba.
Un ruido se escuchaba escaleras arriba y una garganta carraspeaba. Solar.
—¿Se van a besar o van a pelear? —preguntaba con voz desganada.
TaeHyung miraba en dirección a ésta, a diferencia del castaño que ni se inmutaba.
SeokJin ignoraba por completo a la chica y esbozaba una sonrisa ladina—. Tú y yo recién comenzamos —susurraba a centímetros de la oreja ajena, y luego se alejaba.
—Me encantan los retos —respondía TaeHyung de inmediato.
Se separaban y el castaño finalmente miraba a la rubia, quien solo estaba tapada con una sábana—. Vuelve a la cama, solo estaba despidiendo a tu amigo.
Solar rodaba sus ojos—. ¿Tae, SeokJin te ofendió? —preguntaba.
TaeHyung se veía obligado a apartar sus ojos de aquel dios griego semidesnudo y sonreía en dirección a la rubia.
—Tranquila, bonita —respondía—. Solo nos estábamos despidiendo. Vuelve a dormir y si me necesitas tienes mi número en tu teléfono ¿De acuerdo?.
Solar sonreía y saludaba con su mano al azabache—. Eres un sol, nos vemos pronto —le tiraba un beso y volvía a meterse a la habitación, desapareciendo así nuevamente.
TaeHyung volteaba a ver a SeokJin, quien seguía con esa sonrisa burlona y sus brazos cruzados sobre su pecho.
—Si crees que voy a desistir en sacarte la máscara, estás equivocado —soltaba éste.
—¿Te gusta ser el único con un secreto, Jin? —TaeHyung se colacaba su chaqueta de cuero y abría la puerta—. Cuando te aburras de las mismas mujeres sumisas, llámame —insinuaba—. Ya comprobaste que soy muy resistente —se tocaba su propio cuello.
El semblante de SeokJin se había vuelto más sombrío y clavaba sus ojos que habían pasado de un verde helado a un negro intenso y desde su lugar miraba al azabache reírse como si todo aquello le divirtiera.
—Tú y yo no vamos a llegar a eso —afirmaba.
—Tú y yo tenemos la misma mente enferma. Podrías hacer lo que se te viniera en ganas conmigo y creeme que te apretaría tan deliciosamente —bajaba la vista en dirección a la entrepierna del castaño, sacando su lengua y delineando sus propios labios, seduciendo descaradamente al castaño.
El rostro de SeokJin era neutro, imposible de leer como se sentía respecto a aquella provocación descarada de TaeHyung. Se aproximaba a éste y tomaba el pomo de la puerta donde aún estaba la mano del azabache.
—Si crees que seduciendome vas a hacer que me olvidé de descubrir quién rayos eres, déjame decirte que estás equivocado —exclamaba—. Puedo ser muy paciente cuando quiero.
TaeHyung tragaba el nudo en su garganta y aquello había dolido demasíado. Quitaba la mano del pomo y levantaba su frente.
—Dime una cosa SeokJin —soltaba, obligando al castaño a levantar una ceja por haber utilizado su nombre completo una vez más—. ¿Crees en los demonios?.
Ahora una sonrisa ladina aparecía en aquel rostro enseriado—. No me digas... ¿Tú eres un demonio? —SeokJin continuaba con aquella sonrisa y tono burlón—. Oh, espera... —todo el cuerpo de SeokJin se relajaba y empleaba aún más ese tono de voz sardonico—. ¿Eras un angelito y te condenaron al infierno?.
TaeHyung ya no estaba para nada bien al respecto, aquella acusación había dado en el clavo, abriendo una herida que jamás había cicatrizado y SeokJin parecía estar disfrutando de su mal chiste porque notaba la seriedad de TaeHyung y reía aún más fuerte. Obligaba al azabache a empuñar sus manos y apretar sus dientes.
—¿Que paso para que te hicieran tal cosa? —insistía en su juego—. ¿Intentaste arrebatarle el trono a Dios o te enamoraste de un humano?
TaeHyung quedaba en silencio, apretando sus dientes y sientiendo sus ojos escocer.
—Oh... —SeokJin suspiraba, mientras que con burla y malicia susurraba—. Te enamoraste de un humano —el castaño continuaba en su papel de imbécil—. ¿Y que le pasó a tu humano? Digo, si tú ahora eres un demonio...¿Qué con él o ella? —ahora posaba su mano sobre sus labios para evitar reír, pero todo su cuerpo vibraba al ritmo de la risa más burlona e hiriente que TaeHyung había oído en su vida.
Aquella risa parecía estar desgarrandole la piel.
—Buenas noches —se apresuraba a soltar y se acercaba un poco muy a su pesar y dolor físico. Logrando que SeokJin quedará nuevamente con ese rostro serio y tenso. Ponía su mano en el pecho descubierto del castaño y añadía—. Te veré por ahí, Jin.
Se alejaba y salía finalmente de la casa del castaño con su cabeza doliendo. Como si mil tambores estuvieran dando un concierto. Sentía sus piernas débiles y esperaba no tropezar mientras sentía la mirada que SeokJin le daba desde su pórtico. Su estómago estaba revuelto, sentía náuseas y su garganta ardía. Necesitaba volver a su estado natural para recomponerse, demasiado tiempo pretendiendo ser un simple mundano y la presencia de SeokJin, su energía negativa era muy fuerte. Todo de él lo descomponía y aborrecía sentirse así al lado del hombre que aún amaba con todo su ser.
Pero que abominación a su propia naturaleza, primero un ángel que había caído de su gracia por la inocencia de un hombre. Y ahora un demonio que amaba con fervor a un mundano que era totalmente diferente al resto y que solo sentía apatía hacia él.
SeokJin no parecía recordar absolutamente nada de nada, era tan diferente. El mismo empaque, pero con otro contenido en su interior. ¿Qué le había pasado? ¿Por qué no lo recordaba aunque fuera un poco?.
Tantas preguntas que se acumulaban, más el deseo de ser algo para éste hombre. Lo más mínimo, estar con él, tenerlo solo para él y no sentirse restringido. Si SeokJin quería usarlo y deshacerse de él luego, TaeHyung aceptaría. Aceptaría la poca migaja que el castaño quisiera darle, con tal de no tener que compartirlo de nuevo y enfrentar su rechazo.
Ahora se encontraba vagando en su forma original, oyendo a lo lejos el lamento de aquellas personas que seguían sufriendo y él había estado "descuidando" desde que SeokJin se había presentado. Un lamento en particular se escuchaba mucho más fuerte que los otros e iba por ese en particular.
Se trasladaba a un cuarto de hotel, dos chicos teniendo una discusión, mientras uno de ellos permanencia en calma y el otro se encontraba semi desnudo en el piso, con lágrimas en sus ojos y sostenía una copa desde su fuste y el cáliz estaba hecho pedazos.
Trabajo fácil, pensaba el demonio. Trabajo fácil.
Sepan que acorte el capítulo porque era muy largo para ser de Anatema. Increíble, que piensan?? TaeHyung dijo la verdad y Seokjin se burló 😢😢😢 tocando la herida....ay mi corazón😭😭😭😭
El edit no fue lo que esperaba, me disculpo.
Con amor Niñita Nany 💜
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