Capitulo dos
La brisa era fría y calaba hasta los huesos de la delicada castaña de nombre Amy. Sus lágrimas se secaban sobre sus mejillas, pero no cesaban de emanar de sus ojos. Su corazón se estrujaba dentro de su pecho y el dolor ya era demasiado, ya había aguantado demasiado, ya no quería seguir viviendo de esa forma.
-Amy, vamos cariño...toma mi mano -exclamaba con voz trémula el muchacho alto de nombre Lee.
- "No lo escuches, él ya no te ama" -susurraba la voz grave en su cabeza.
TaeHyung.
-¡Tú no me amas! -sollozaba la delicada fémina quien estaba parada en su balcón, muy cerca de la orilla.
El jóven temblaba en su lugar, había llamado a emergencias para parecían estar tomándose una eternidad.
-Sabés muy bien que lo hago, sabes muy bien que te amo, Amy -decía con suavidad.
Debía impedir o al menos retrasar lo que la chica deseaba hacer.
- "Es mentira" -
-¡Mientes! ¡Siempre me mientes!
- "Siempre lo ha hecho, no eres nada pará él"-
-No soy nada para ti -decía con un inmenso dolor en el pecho. La garganta se le cerraba y le impedía poder hablar y gritar con más fuerza.
La chica apenas se sostenía de una de las barandas que conformaban los costados de aquel balcón.
-Amy, eres mi novia y te amo. Siempre lo he hecho -soltaba careciendo de credibilidad.
-"¡Ja!" -murmuraba en su oído y soltaba otra carcajada grave y escalofriante- "¿Llevas la cuenta, Amy?" -decía pegado a su oido- "La rubia sería...la cuarta ¿Cierto?" -
-Cuatros veces, Lee -murmuraba la castaña devastada.
-No te oigo -decía con honestidad a causa del viento y el volumen bajo de la voz ajena-. Que tal si bajas y me lo repites, amor
-¡Cuatro veces, Lee! ¡Cuatro malditas veces que me engañaste con otras mujeres! -gritaba casi tambaleándose en la orilla del balcón.
-¡Lo siento! ¡Lo siento, realmente! -gritaba con manos temblorosas queriendo agarrar a la chica que parecía inalcanzable.
- "Lo mismo dijo la última vez" -
-Lo mismo dijiste la última vez. Siempre dices lo mismo, pero nunca cumples -soltaba sin dejar de llorar.
- "Tú te enteraste sobre cuatro, pero hay más de las que no sabes" -
La chica oía atentamente como aquella voz la llenaba de odio, de dolor y comenzaba a preguntarse a si misma ¿Cuántas más?.
-¿Cuántas más? -preguntaba con debilidad.
-¿Qué? -la brisa que corría a la altura del octavo piso en el que vivían, no le permitía al tipo escucharla cuando sollozaba y murmuraba bajo al mismo tiempo.
-¡¿Con cuántas más me engañaste?! -repetía con furia mirando hacía los ojos desesperados de su novio.
-Solo cuatro, Amy
-¿¡Cuántas mas?! -repetía cegada por el dolor, por la traición.
-¡Cuatro!
-¡Deja de mentirme! -ordenaba alzando un pie al aire.
-¡Doce! -gritaba apretando sus ojos, sus músculos estaban tensionados, él no quería ver a su novia cometer tal locura.
Su presión volaba por las nubes, había engañado tantas veces a aquella mujer que recién ahora sentía la culpa recorrerle por dentro.
Amy dejaba de llorar y lo contemplaba con sus ojos rojos e hinchados, la brisa le removía el castaño cabello corto.
- "Y pensar que siempre te decía que eras la única y que eras única en tu especie" -soltaba burlón.
-Dijiste que era única... -susurraba antes de soltarse y arrojarse al vacío.
El grito desgarrador del tipo llamado Lee había captado la atención de la gente que desconocía lo que estaba sucediendo.
La chica en su interior creía flotar, pero solo se dirigía cuesta abajo para terminar hecha añicos en el pavimento del edificio.
TaeHyung la arrebataba segundos antes de impactar.
Una noche más solitaria en la que necesitaba volverse corpóreo para beber de aquella sustancia que a los mortales dejaba mareados y completamente fuera de si.
Claro que no funcionaba en él a menos que pasará demasíado tiempo pretendiendo ser un simple mortal.
-TaeHyung -una voz poderosa e inquisitiva llegaba a sus oidos mientras caminaba por aquel callejón camino al bar.
El-ahora-azabache de ojos celestes se giraba suspirando, sabía muy bien quien lo estaba acosando a mitad de la noche de sábado.
-Agalariept ¿No tienes nada que hacer como demonio mayor? -cuestionaba con voz aburrida.
Un tipo salía de entre la oscuridad, piel canela, cejas pronunciadas, ojos negros sin ningún tipo de brillo en ellos y un traje de color gris que lo hacía ver extremadamente elegante, para estar en un callejón mal oliente.
Contrastaba bastante con los jeans llenos de roturas que el ex ser de luz llevaba, mas su suéter gris claro y su chaqueta de cuero.
-Niño, el infierno está furioso -decía empezando a caminar de forma lenta en dirección hacía dónde TaeHyung se dirigía-. ¿Cuántas almas fueron esta semana?.
El azabache suspiraba.
-No llevo la cuenta, fueron varias y ya -contestaba.
El demonio mayor suspiraba manteniendo la calma.
-El alboroto es a causa de las atribuciones que te has tomado -añadía-. Tienes de todos un poco y eso los tiene algo preocupados.
Otro suspiro claramente irritado por parte del antiguo ángel.
-También me tomo atributos con tu poder y no pareces molesto al respecto ¿Por qué? -cuestionaba-. Solo me encargo de las almas desdichadas que creen en el falso amor, no tengo nada que ver con el resto
-Si, pero llevas más almas al suicidio que la misma Alouqua -decía divertido-. Te detesta demasíado
-Ella se encarga de los hombres en desgracias -decía restándole importancia.
-Tú también te dedicas a los hombres -decía socarron-. Aún sigue buscando al chico ¿No?.
TaeHyung empuñaba parte de la tela de aquel costoso traje entre sus manos para amenazar al demonio.
-¿Agalariept, por qué siempre tienes que nombrarlo? -decía entre dientes, intentando sonar intimidante.
-No querras tener en tu contra al único demonio mayor que está de tu lado ¿O si? -decía seriamente.
-No es mi culpa que ellos tenga su culo en esos tronos de mierda -respondía-. Yo hago lo que se me envió a hacer.
Soltaba a Agalariept y él mismo acomodaba su traje.
-Tienes que dejar de buscarlo, chico -exclamaba-. Y tienes que aprender a poner el General antes de mi nombre
-¿Tienes algún secreto que yo deba saber? -cuestionaba-. He perdido la cuenta de cuánto tiempo llevo haciendo esto. He visto muchas reencarnaciones ¿Por qué no a él?.
TaeHyung no confiaba en el General Agalariept, no confiaba en ningún demonio para ser honestos, pero llevaba años preguntándose porque entre tantas reencarnaciones, jamás había visto a SeokJin.
-Angelito -decía casi rozando la burla-. Yo descubro secretos, no tengo idea sobre tu muchacho -se encogía de hombros-. Quizás el Duque Aini tenga lo que buscas, la respuesta verdadera y concreta.
TaeHyung negaba con una risa sin gracia en sus labios.
-Ustedes son rapaces y mentirosos, les gusta jugar y como no pertenezco a ninguno de ustedes están apostando con quién voy a quedarme para ser parte de su legión -escupía con rabia-. De todas formas, no -aclaraba-. No lo estoy buscando, he dejado de hacerlo hace mucho tiempo ya.
Algalariept lo observaba con detenimiento.
-No te quedes mucho como simple humano, hay gente desdichada que busca un final a su sufrimiento -decía aquellas palabras mientras Taehyung rodaba sus ojos por la voz tenebrosa que intentaba usar.
Cómo había desviado sus ojos unos segundos, cuando volvía a buscar al demonio, ya no estaba allí.
Acomodando su chaqueta se disponía a recorrer las cuadras que faltaban para llegar al bar de mala muerte y beber aquellas bebidas que quemaban su garganta de mortal y disminuían-poco y nada-su sufrimiento eterno.
Era verdad, él ya no lo buscaba, pero lo pensaba cada día de su miserable existencia.
Bueno bueno, me voy a tirar agua bendita después de usar esos nombres ( y ni siquiera soy católica 😳)
Con permiso 🏊
¿Que les pareció? Realmente no sé cómo soy con el misterio a la hora de relatar y más encima que esta historia viene con cosas sobrenaturales 🤧🙃 muejeje
Tenemos un TaeHyung de ojos celestes, porque pues supremos con pelo negro y ese color de ojos.
Opiniones?→
Con amor Niñita Nany 💜
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