Capitulo cinco

Habían pasado dos semanas después de haber visto a Seokjin, había vuelto jueves, viernes y sábado en aquel bar para no encontrarlo. Solar, la barwoman tampoco ya que tenía turnos diferentes esa semana.

Se había negado a preguntar, se había negado a buscarlo de nuevo porque ese tipo no se parecía en nada a su Seokjin, sus ojos verdes eran diferentes, parecían vacios, él era completamente diferente. Se negaba a hablar con el general del infierno, Agalariept, porque cada vez que TaeHyung se acercaba a un demonio mayor, las propuestas de ser parte de su legión, comenzaban y era agotador.

Él no quería pertenecer a nadie, él estaba bien solo, pero sabía que tarde o temprano debía de responder a alguno o simplemente formar su propio ejército, de una forma u otra, todo era agotador y para nada lo que había pensando cuando había sido momentáneamente mundano.

Será por eso que siempre optaba por volverse corpóreo, quizás muy en el fondo extrañaba aquello que jamás podrías llegar a ser.

Otro jueves y volvía a meterse a aquel bar donde lo había visto por primera y única vez, iba a sentarse en una mesa, pero a la distancia veía a Solar de turno en la barra, así que se acercaba ya que tenía varias dudas que solo la chica bonita rubia podría resolver.

—¡Hey! —una sonrisa muy bonita era la que la rubia pintaba al ver al demonio.

—Solar, he venido y no te he visto —decía tomando la mano de la chica por encima de la barra y besando el dorso de esta.

Solar sonreía con calidez—. Tenía cosas que hacer y tuve que cambiar los turnos, pero ya estoy aquí —decía sonriente—. ¿Que te sirvo vaquero?

—TaeHyung —exclamaba—. Mi nombre es TaeHyung

—Un gusto, entonces —afirmaba.
La chica era adorable—. ¿Que vas a pedir?.

—Solo whisky

—Que sean dos —decía una voz conocida tras él.

El general Agalariept. TaeHyung suspiraba mirando en su dirección y enarcando una ceja.

—¿Por qué estás aquí? —cuestionaba.

—Porque me estabas llamando a gritos —decía con ironía—. El infierno está hablando de tí

—¿Que mierda dicen? ¿Y por qué mierda siempre están hablando de mi? —cuestionaba malhumorado, pero al momento que Solar entregaba los vasos con whisky, sonreía de forma genuina en agradecimiento.

—Bonita —decía el demonio a su lado.

—Ni lo pienses —agregaba el azabache mirándolo de forma desafiante con sus ojos celestes, casi azules.

—¿Te preocupan los mundanos ahora? —cuestionaba con sorna—. Sabes que siempre eres una novedad en el abismo. El último angel en caer y unirse al lado oscuro —decía con un tono falso de exageración—. Todo por amor a un mundano

—Cierra la maldita boca —susurraba.

—Lo viste ¿Cierto? —preguntaba de forma sería.

TaeHyung lo observaba y estudiaba el rostro inexpresivo del general.

—¿Lo sabías? —preguntaba entre dientes—. ¿Siempre lo supiste?

—Para nada, los rumores se esparcen rápido entre los demonios —se encogía de hombros—. Nadie entendía el por qué no estás trayendo nuevas almas en desgracia al pozo.

TaeHyung volvía a relajarse—. Él no es el mismo

—¿Disculpa? —decía desentendido el general y recibía una mirada intimidante por parte de TaeHyung—. ¡Oh! Tu chico, tu chico... ¿Cómo se llamaba?

—No es mi chico —decía bebiendo lo último de su vaso—. Sigue siendo Seokjin, en realidad solo Jin —decía con entrecejo fruncido—. ¿Por qué tiene el mismo nombre? No pasa eso en las reencarnaciones.

Algalariept se encogía de hombros—. Yo que sé chico bonito, no es mi sección. Solo vine a advertirte que hagas tu trabajo, no en vano estás maldito —decía sin filtro.

—Lo haré

—Perfecto —el general se levantaba y acomodaba su costoso traje azul francia—. Sabes que cuentas conmigo, si quieres puedo buscarte información sobre el chiquillo para que te revuelques con él una última vez.

TaeHyung volvía a matarlo con la mirada.

—Él no es el mismo —se limitaba a decir.

—¿Está rubio, gordo o casado? —cuestionaba con burla. TaeHyung lo ignoraba, pero el general notaba su postura tensa—. Oh, él no patea para tu equipo.

Ahora tenía la atención del azabache otra vez sobre él, el general levantaba sus manos en forma de rendición.

—Tengo tres almas para este día, lo haré cuando se me antoje —se limitaba a responder.

—Que se te antoje rápido y deja de verme así —acomodaba su cabello castaño canoso—. Siempre estuve de tu lado y la historia contigo lo afirma.

Se retiraba sin esperar palabra alguna del azabache, otra vez quedaba solo. Solar aparecía en su campo visual.

—¿Tú pagarás por el tipo rico? —cuestionaba. TaeHyung asentía—. ¿Todo bien, vaquero?

—¿Cuánto falta para tu descanso? —preguntaba a cambio.

—Treinta minutos —contestaba la rubia.

—¿Fumas? —la chica asentía.

Luego de esos treinta minutos en los que su cabeza—tal y como toda la semana anterior—solo máquinaba en torno a Jin, Solar era la única que podría hablarle respecto al tipo.

—Ven aquí —decía la rubia señalandole un banco libre para que pudieran estar sentados, la brisa era fría y por lo tanto, TaeHyung y solar estaban pálidos y con labios rojos.

La chica notaba lo atractivo que este era.

—Eres jodidamente sexi —soltaba encendiendo un cigarro peculiar, claramente armado a mano—. ¿Te lo han dicho?.

TaeHyung esbozaba una sonrisa de lado.

—¿Por qué me preguntas eso? —cuestionaba—. La respuestas será malditamente presumida.

Ambos reían al unisono. TaeHyung estaba a punto de encender un cigarro común y corriente, pero la rubia le ofrecía el suyo.

—Un par de flores para aliviar tus penas —decía ofreciendo el cigarro—. Es fuerte, aunque deduzco que lo has ingerido antes.

TaeHyung tomaba el cigarro y daba una pitada.

—Descuida, soy algo así como inmune —respondía a sabiendas que nada tenía efecto en él.

La chica reía, si era adorable, TaeHyung hubiera intentado meterse entre sus piernas si no fuera por el hecho de que su cuerpo necesitaba otra cosa después de haber visto aquella imagen de Seokjin. Tan varonil, tan jodidamente presumido y, la imagen en loop de como tomaba a la pelirroja sin tapujo alguno.

Ese definitivamente no era el Seokjin que recordaba.

—¿Quién era el imbécil que me llamo mariposa? —cuestionaba intentando mantener la calma.

—El mismo imbécil que rompió mi corazón —respondía la rubia.

—¿Es el mismo imbécil? —preguntaba con una sensación de mierda en la boca de su estómago.

Solar asentía—. Él es el típico chico malo del que toda estúpida como yo se enamora perdidamente —decía dando otra pitada y exhalando el humo segundos después.

TaeHyung tragaba duro—. ¿Tú y él...? —cuestionaba sin poder terminar la frase.

Solar reía—. Yo y él, somos muy diferentes —decía pasándole el cigarro a TaeHyung. Estaba haciendo efecto en ella y tenía la lengua suelta—. Él es el tipo soñado, físicamente hablando sabes... —decía sonriendo con tristeza.

—Por qué no me cuentas .. —exclamaba el azabache fumando.

Esa porquería estaba haciendo efectos en la rubia, más no en él, en absoluto.

—Jin es un maldito problema ¿sabes? —decía con congoja.

—¿No le gusta el compromiso? —cuestionaba atento.

—Él no tiene corazón —afirmaba—. Estoy segura que si abres su pecho no hay nada ahí

—Creo que exageras —decía incrédulo. Aunque el tipo si tenía pinta de ser un imbécil.

—No lo hago. Él te sonríe y caes a sus pies, lo besas y necesitas más —decía volviendo a tomar el cigarro—. Te da lo que buscas y vuelves por más. Él es adictivo.

TaeHyung tensaba su mandíbula.

—No me digas —como si no lo supiera.

—Pero como toda adicción, no es bueno y uno debe dejarlo —decía sonriendo sin gracia—. Aunque él siempre deja primero

—¿Se cree el Llanero solitario o qué? —preguntaba con sorna.

—Es insaciable sexualmente y carece de apego emocional —decía completamente sería.

—Apego emocional ¿Eh? —replicaba, definitivamente no era su Seokjin.

—No hay forma que vuelva a tocarte después de dos o tres veces de follarte —aseguraba—. Lo peor de todo es que él realmente se muestra como es. Cómo un imbécil, narcisista y desabrido emocional.

TaeHyung la miraba, esa chica realmente sentía congoja por el tipo, sería una víctima perfecta para el azabache, pero no quería hacerlo, ella realmente le había agradado.

—Bueno, no creo que merezca tanta atención de tu parte. Eres hermosa, puedes tener a quien desees —exclamaba quitándole el cigarro para darle las ultimas pitadas.

Ni los seis vasos de whisky, ni el cigarro con flores le habían hecho nada.

—No lo merece, pero es inevitable ¿Lo recuerdas? el imbécil es irresistible —decía riendo a causa del cigarro—. Sabes TaeHyung, debo volver a mi turno —el azabache asentía—. Pero en dos horas termino —decía con una voz que cruzaba la seducción.

TaeHyung sacudía la cabeza.

—Tengo cosas pendientes que hacer — «Provocar unos cuantos suicidios por falso amor»— Te veré mañana ¿Quieres?.

La rubia asentía y se abalanzaba con la intención de robarle un beso, pero TaeHyung corría su rostro y palmeaba el hombro de la chica quien se levantaba y se iba riendo como si nada.

Minutos después de que Solar desapareciera dentro de aquel bar, el azabache comenzaba a sentirse extraño, la vista nublada, como si el banco donde estaba sentado de repente comenzará a elevarse con él encima.

La porquería que había consumido estaba haciendo efecto, eso y el whisky. Estaba a punto de comenzar a reír como imbécil cuando unas manos se posaban en sus hombros por detrás de él.

—Me dijeron que estuviste viniendo toda la semana anterior —susurraba—, mariposa.

«Jin»

El efecto del alcohol y el cigarro, no ayudaban al cuerpo de TaeHyung, quien ahora sentía hormiguear toda la zona de sus hombros, nuca y oreja a causa de sentir los labios del castaño rozarle.

El apretón se intensificaba y los belfos carnosos de Seokjin se pegaban más a su lóbulo, los ojos de TaeHyung se cerraban ante la sensación exquisita de sus labios y los escalofríos provocados.

—¿Estás aquí por Solar? —preguntaba Jin con cólera.

La piel de TaeHyung se enchinaba, el tipo sonaba tan amenzante, pero él se estaba excitando.

—Un poco de esto, un p-poco de aquello —decía arrastrando su lengua—. Imbécil.

Por dios ¿en qué momento había hecho efecto tan rápido todo lo ingerido?.

—¿En serio me llamaste imbécil? —sus hombros comenzaban a doler.

Jin verdaderamente estaba ejerciendo demasiada presión.

—Imbécil, idiota, engreído... homofóbico —decía con sorna.

—Ay mariposita, te llevaste todos los boletos para una paliza —en ese instante aquella amenaza se volvia real.

Seokjin tiraba de él por sus hombros para levantarlo de la banqueta y lo arrastraba cuál trapo de piso a la pared más cercana estampando con furia su espalda contra la misma.

—¡Ah! —su mundano cuerpo realmente estaba sufriendo. Abría sus ojos y encontraba aquellos orbes verdes con un destello de odio.

Pero tan cerca, Seokjin—Jin—estaba literalmente respirandole a centímetros. Sus puños en el cuello de su chaqueta y él completamente mareado sin poder siquiera defenderse.

—Mariposita gime como niña —decía el castaño.

—No te t-tengo miedo, i-diota —arrastraba las palabras.

Joder, estaba ebrio y drogado.

—Dilo de nuevo, sin tartamudear —decía socarron. Ahora con su antebrazo presionaba el cuello de TaeHyung y lo hacía con fuerza.

TaeHyung lo veía a los ojos y enarcaba una ceja mientras desafiante, el aire parecía abandonar sus pulmones, pero no tenía miedo, no podía matarlo. O bien podría, pero eso no pasaría, él era un demonio.

—Ma-mas fuerte —pedía en tono de burla.

El entrecejo fruncido de SeokJin se marcaba más, mordía su labio inferior y con más ímpetu hacía presión. Casi todo su cuerpo presionando encima del azabache, su pierna en medio de las de TaeHyung haciendo presión en su miembro.

Él quería, Jin quería presionarlo hasta el límite.

—No deberías provocarme —murmuraba entre dientes—. No te quiero dando vueltas por aquí —decía.

Sus orbes verdes desconectaban con los celestes de TaeHyung para recorrer su rostro. El azabache se estaba poniendo morado y sus labios también, pero lograba esbozar una sonrisa burlona que hervía la sangre de SeokJin.

Sus labios estaban entreabiertos y sus ojos parecían querer salir de sus cuencas, entonces SeokJin se detenía. Se alejaba y TaeHyung caía sobre sus rodillas intentando respirar y reír en el proceso. El castaño lo miraba aún con sus cejas fruncidas.

—Te acobardaste —decía con dolor en su garganta y su voz gruesa rasposa—. Me estaba gustando —decía viendo los pies de SeokJin.

De nuevo el castaño lo levantaba como trapo de piso y lo acorralaba a la pared. TaeHyung tenía pintada una sonrisa maliciosa, ya no estaba morado y el frío de nuevo hacía relucir sus labios rojos.

—Tienes cara de niña —decía SeokJin.

—A Solar le gustó —provocaba.

SeokJin propiciaba un golpe ligero y rápido que le daba vuelta la cara y lo hacía golpear su nuca contra la pared.

—¡Mierda! —decía intentando tocar su boca, pero SeokJin tomaba su cuello y lo aprisionaba a la pared.

—¿Estás aquí por Solar?  —preguntaba con su rostro a pulgadas. TaeHyung lo miraba y no respondía—. Lo sabía, no estás aquí por ella, mariposa

—Tengo nombre —decía con cólera.

—Puta —soltaba SeokJin.

—Pero no la tuya —respondía jugando con su suerte.

—Ay, pero te encantaría —decía riendo entre dientes—. Estás aquí porque te encantó encontrarte conmigo —afirmaba.

La nuez de TaeHyung subía y bajaba ¿Él idiota estaba hablando por creído o realmente sabía algo?.

—Tu autoestima está fuera de este mundo —decía a cambio.

—Ya te lo dije mariposa, no me gustan los de tu clase —afirmaba—. Me dan asco, me das asco

—Yo creo que te encanta, aún no me sueltas —provocaba otra vez.

SeokJin tensaba su mandíbula.

—Quiero asegurarme de que entiendas cuál es tu lugar —murmuraba—. Está mierda se va a repetir si sigues viniendo. Solar está fuera de tu alcance.

TaeHyung sentía celos.

—Pero yo te quiero a tí, no a Solar —decía probando su suerte.

Ahora la mano de Seokjin apretaba su mandíbula.

—No tientes a la suerte —soltaba con una mirada de asco—. No te quiero cerca.

Extrañamente no sonaba amenzante, sonaba extraño y confundido, pero el tipo de igual forma estaba siendo muy brusco.

—No puedo prometer que te haré caso —decía TaeHyung con dificultad.

SeokJin chasqueaba su lengua y se arrimaba a su lóbulo—. Aunque tengas carita de mujer, no eres, ni serás mi tipo. Vuelve por aquí y te romperé un brazo —TaeHyung no decía nada, así que Jin bajaba la mano a su cuello y presionaba robándole un gemido. Rápidamente fruncía el ceño—. Te encanta esto, enfermo.

TaeHyung reía de forma grave y finalmente era libre de SeokJin. Intentaba respirar nuevamente y levantaba la mirada buscando al castaño, para su sorpresa Jin ya no estaba.

Tampoco su jodido malestar entre drogado y alcoholizado. ¿Que mierda había sido aquel encuentro? el tipo estaba loco, SeokJin, Jin estaba loco. TaeHyung respiraba bocanadas de aire, su pulso acelerado, su corazón mundano palpitando a mil por horas y su entrepierna endurecida y atrapada en su pantalón.

Jin estaba en lo cierto, aquello le había encantado, aunque había notado el asco que éste le tenía. Aún así, él había sentido el calor del castaño y eso no tenía comparación, seguía siendo SeokJin en la superficie, había inhalado su aroma y era él. Aunque como Solar había dicho, el tipo era un insesible.

Dios, era la version oscura de su eterno amor, pero era él, era él.

TaeHyung se estaba maldiciendo por sentir su cuerpo frío ahora que aquel calor ajeno se estaba desvaneciendo.

«Jodido enfermo».

Llegué con Anatema, solo quiero que sepan, que yo avisé que sería tóxica, pero es que pronto todo cobrará sentido, no es un simple relato de un sadomasoquista y violento, en el proceso del libro se sabrá.

Perdón si este tipo de relato no les gusta, a mi tampoco, no soy fan de los tóxico, pero esto es una historia sobrenatural y hay puntos que se irán conectando.

Con amor Niñita Nany 💜

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