Narrador Leia:

Llegando a casa, Han y yo, llevamos a Luke al hospital, mamá estaba afectada pero no tenía mayores problemas por lo que papá decidió llevarla a casa, mientras tanto, Chewie y R2, fueron con Caspian a reparar lo que queda de la chatarra de la nave de Han, ya que el hombre no piensa deshacerse de la nave hasta que se muera y hablando de muerte, aún tengo mis dudas sobre lo que pasará con Palpatine, sabemos que no murió del todo, pero sí escapó y tengo miedo de que todavía pueda causar muchos daños alrededor de la galaxia. Mientras tanto, yo fui al balcón del hospital para admirar un poco de la poca paz que tendremos hasta mañana que hay que regresar al cuartel para hacer todo el reporte y enfrentarnos a la realidad del asunto. 

Peter: - Una bella vista, ¿no lo cree, princesa? - me sobresalté al escuchar la voz del general Peter, pero tenía mis dudas sobre quiénes eran en realidad, al fin y al cabo, ellos llegaron de la nada con Fernanda y sin referencias que nos proporcionaran la seguridad de que fueran de fiar, sólo lo único que nos convenció fue la urgencia de un plan que nos garantizara encontrar a los imperiales que faltaban y al espía dentro de estos muros, al no contestar, sentí que giró sus ojos - Para ser una princesa e hija de Anakin Skywalker, debo admitir que tienes demasiadas preguntas y desconfías de muchas cosas. 

Leia: - ¿Perdón? - pregunté incrédula, no sabía que podía leer las mentes también.

Peter: - Tus pensamientos.....piensas muy fuerte que incluso cualquier joven principiante de los jedi podría detectar lo que estás pensando en este momento - me quedé callada por lo que dijo, sin saber si me debía sentir ofendida o regañada - eso y el hecho de que podemos entrar a la mente de cualquier persona sin que se den cuenta...incluyendo a Palpatine - se recargó sobre el barandal y yo hice lo mismo. 

Leia: - ¿Quiénes son ustedes, en verdad? - fue el único pensamiento razonable que logré articular intentando comprender lo que estaba pasando. 

Peter: - Somos guardianes, hemos cuidado a todo el mundo y la galaxia de extender una guerra inter-galáctica que generara la extinción total del la misma - bufé al escuchar eso, si eso era cierto pues hacían un pésimo trabajo - ¿en serio lo crees? - me preguntó después de leer de nuevo mis pensamientos, lo cual era frustrante - Dime algo Leia, ¿tú crees que es tan fácil ir a cada planeta de este Universo e intentar poner de acuerdo a trillones y trillones de personas para que se abstengan de atacar y hacer una guerra tanto dentro como fuera de los mismos? - me vio con un tono serio y benévolo, sabiendo que todo lo que dijo es muy parecido a lo que hacemos - ¿Tú crees que es fácil hacer que los planetas dejen por voluntad propia la alianza que les otorgó el Imperio sin tener repercusiones? - bajé la mirada, sintiendo vergüenza de lo que me estaba diciendo, sabiendo que era cierto.  

Leia: - Yo....lo siento, en verdad - contesté cansada y rendida, sabiendo que era verdad que no tenían la culpa de esto - es que han sido unos días muy agotadoras, mi madre y mi hermano estaban a punto de ser asesinados por el hombre que destruyó a nuestra familia, más a parte el hecho de que mi padre que justo lo acabamos de recuperar, iba a sufrir una perdida de memoria absoluta y total antes de morir y.....no puedo si quiera imaginar lo que hubiera pasado de no haber llegado ustedes - le confesé abrumada con ligeras lágrimas en mis ojos, pero parpadeé varias veces para evitar que cayeran.  

Peter: - Lo entiendo - me ofreció un pañuelo para limpiarme los ojos y lo acepté sonriendo ligeramente - muchas veces las cosas no salen como quisiéramos y la verdad es que se vuelve demasiado pesado e irónico el pensar que justo después de una guerra, nadie quiera aceptar que se requiere un cambio....pero bueno, es una de las desventajas de vivir en un mundo soberbio y con gente llena de intereses propios - yo asentí y le devolví su pañuelo para no quedármelo. 

Leia: - La guerra destruye muchas cosas y una de ellas es la integridad y la paz de la gente....bueno, lo que pudiéramos llamar paz - ambos reímos un poco sabiendo que el mundo se vuelve una guerra contínua cada día y la gente lo permite a cada rato. 

Peter: - Pero dentro de todo esto.... - empezó después de unos minutos de silencio - debemos admitir que hay algo positivo que nos hace mejorar después de años y años de errores - me dijo riendo un poco, lo que me confundió ligeramente. 

Leia: - ¿De qué hablas? 

Peter: - Aprendemos a valorar cada día, como si fuera el último....cuando hay pura paz, pensamos que la libertad, la tranquilidad y todo lo que nos hace felices...son duraderos y que no habrá fuerza que nos lo quite - en eso tenía razón, nada es garantizado - a veces, son necesarios estos tipos de eventos de esta magnitud, para darnos cuenta de que nada es para siempre y que tal vez, un día ya no estaremos presentes para entenderlo - suspiró como si algo de sus recuerdos lo hiciera expresar el dolor y la angustia que el mundo está pasando actualmente. 

Leia: - Hablas como si ya hubieras pasado por esto como mil veces al día - él rió por mi comentario, pero podía sentir la seriedad del asunto. 

Peter: - Te sorprendería saber todo lo que he pasado durante cerca de 17 años - me senté en la silla del balcón.

Leia: - Entonces sorpréndeme, tengo toda la noche - él me miró sorprendido pero aceptó el reto y se sentó en frente de mí en una posición relajada. 

Peter: - Todo comenzó cuando tenía cerca de dieciocho años....mis hermanos y yo, vivíamos una de las guerras más aterradoras de nuestro mundo.... - nos pasamos toda la noche escuchando su historia y cuando los doctores nos dijeron que Luke estable, interrumpimos la sesión y me dirigí con mi hermano a su habitación, mientras me quedé pensando en todo lo que me había contado este joven, cuyo título es lo más peculiar que he escuchado en mucho tiempo.

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Narrador Anakin: 

En el camino a Couruscant, Padmé se había quedado dormida, después de todo, todos pasamos por un momento bastante escalofriante y lo peor del caso, que el mismo demonio fue anfitrión de todo esto. Debo admitir que también yo estoy preocupado, no sólo por el bien de mi familia, sino por el de toda la galaxia, mientras Palpatine siga suelto, será capaz de manipular a quién se le antoje para destruir a media galaxia; pero hoy no quiero siquiera pensar en eso, hace unas horas, el lúnatico de mi ex-maestro, estaba por eliminar mis recuerdos y matarme así sin poder recordar nada, también tengo que agradecerle al creador que mandó a tiempo a nuestros amigos aliados de otro mundo, de no ser por ellos, créanme que no sabría cómo hubiera terminado todo esto. 

Padmé: - Ani....amor - escuché hablar a mi esposa, quien estaba bien cansada y asustada por el hecho de que estuvo de perderlo todo otra vez, claro no la culpo, en su lugar yo estaría igual pero yo tengo un entrenamiento que me permite controlar mis emociones y mi niveles de tensión, ella todavía no lo comprende del todo - no, no te vayas por favor - eso me indicaba que estaba teniendo una ligera pesadilla. 

Anakin: - Aquí estoy Padmé - le dije en su oreja, después de haber puesto el piloto automático y acostarme a su lado - no me voy a ningún lado. 

Padmé: - ¿Ani? - abrió los ojos con desconfianza imagino que el exilio con Palpatine no fue tan bueno como esperábamos. 

Anakin: - Aquí estoy, mi amor, Palpatine no puede hacerte daño ahora mientras yo estoy aquí - la abracé con fuerza y le acaricié su cabello con suavidad y la acurruqué junto a mí hasta que lllegamos a casa en Couruscant, Luke, Han y Leia se fueron al hospital para revisar a Luke, que fue el que más atención recibió de Palpatine por ser el que lograra que alcanzara la redención. Al entrar al departamento, la llevé cargando a nuestra habitación como si no pesara nada y busqué en el armario alguna de sus pijamas que le diera comodidad en lo que yo me arreglaba para acompañaba de nuevo. Odio cuando ella sufre de pesadillas o de insomnio, es algo que debemos arreglar juntos, para que no suceda lo mismo que hace veinte años. 

Padmé: - Lo siento, mucho mi amor - escuché que venía su voz del cuarto y vi que ya se había vestido en su vestido de dormir. 

Anakin: - ¿Por qué lo sientes Padmé? - me acosté junto a ella y ella tomó mi mano derecha y la besó con cariño y orgullo - Tú no cometiste ningún crimen, ángel, no me hiciste daño alguno - le aseguré con firmeza pero sin ofenderla ni lastimarla más. 

Padmé: - No, pero permití que él te llevara como prisionero y casi te iba a matar y lo peor del caso es que no me ibas a recordar de nuevo cuando lo hiciera - eso me generó ligeras lágrimas, ya que fue un momento muy doloroso estar ahí con la ansiedad de que moriría sin recordar nada de mi vida.

Anakin: - Pero ahora estoy aquí, contigo amor mío - le besé la cara por todas partes, para asegurarle que nada podrá separarnos jamás - Palpatine tendrá que hacer algo realmente extraordinario para que nos vuelva a separar. 

Padmé: - Te quiero Anakin, eres lo más valioso que tengo, junto con nuestros dos hijos, no quiero que lo olvides nunca - me besó con fuerza, de las pocas beses en que sentíamos que perdíamos la cordura por casi perdernos el uno al otro y además, presentía que todo acabaría pronto - Ani....¿qué vamos a hacer ahora? - me preguntó con ojos suplicantes. 

Anakin: - Por lo pronto, debemos anunciar a todos que Palpatine está de regreso - dije serio, sabiendo que tarde o temprano la noticia se divulgará a todas partes y prefiero que todos estén prevenidos para lo que viene; tengo el presentimiento de que Palpatine tiene algo muy peligroso entre manos - Sidious es un hombre demasiado calculador y previsor, estoy más que seguro que durante todo el tiempo del Imperio y antes de eso....él hizo planes malévolos que le garantizaran el regreso al poder, pero por ello necesitamos doblar nuestros esfuerzos y tratar de encontrar aliados que hubieran sido parte del círculo ambicioso de Palpatine - de los pocos sobrevivientes del imperio, sólo conozco a tres que eran demasiado cercanos a Palpatine.  

Padmé: - ¿Jamás habló contigo sobre sus planes al respecto de que algo saliera mal en todo su teatro de gobierno? - levantó una ceja de incredulidad hacia mí. 

Anakin: - Cielo, aunque hubiera sido su aprendiz más cercano y obediente - se me arrugó el corazón de sólo pensarlo - él jamás revelaba todos sus secretos y mucho menos a mí, jamás fue del todo su confidente....hay muchas cosas sobre él que no conozco del todo y que la verdad, me dan escalofríos de pensar en lo que vamos a descubrir - le di un beso en la frente, sabiendo que había que apresurar nuestra búsqueda, pero la verdad es demasiado riesgosa, sobre todo si estamos hablando del lord de los sith. 

Padmé: - Ani, también hay algo importante que no hemos hablado al respecto ninguno de los cuatro - ahora fue mi turno de levantar las cejas. 

Anakin: - ¿De qué hablas Padmé? 

Padmé: - ¿Qué va a pasar cuando la gente descubra quién fuiste en realidad? - eso me dejó sin palabras por un largo rato, que incluso al pensar en algo que decir, no me percaté de que mi esposa ya se había quedado dormida, dejándome con una enorme duda y angustia en mi mente...¿qué va a pasar cuando la verdad salga a la luz?

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Narrador Palpatine/Sidious: 

Si todos creen que me han vencido, están muy equivocados, jajaja, sólo es el comienzo de mi plan maestro....la base en Mustafar, sólo fue una distracción que me dio tiempo para recuperar mis fuerzas y que se terminaran de construir el resto de mi nueva flota mortal, con la ayuda de mis poderes sith, junté suficientes restos de naves antiguas del imperio antiguo y de la vieja República que nos permitieran armar una nueva flota de destructores invencibles...el único problema que hay, es que debo separar de una vez por todas a Skywalker desde adentro de nuevo y ahora que sabe que puedo manipularlo y que fui yo el que hizo que desconfiara de sus amigos y esposa; no será tan fácil que lo pueda hacer....bueno, no sin una pequeña ayuda de lejos. 

x: - ¡¡SUÉLTENME!! ¡¡NO ME TOQUEN CON SUS SUCIAS MANOS IMPERIALES!! - se escuchó que se abría la puerta a mi sala del trono en Ke Riff, junto con la insoportable voz de nuestro aliado especial. 

Palpatine/Sidious: - Suéltenlo - los soldados obedecieron y lo aventaron al suelo - ahora, déjennos - se volvió el silencio y podía sentir el terror y pánico que provenía de mi más reciente adquisición. 

x: - ¿Qué significa todo esto? - se levantó con trabajo y nervios.

Palpatine/Sidious: - Bienvenido, Paolo Bryte - me dirigí cortésmente a mi nuevo espía - requiero de sus servicios de intuición para una nueva misión que estoy planeando - le empecé a decir con siseos y convicción. 

Paolo: - ¿Qué clase de servicios se refiere usted? - me preguntó sospechoso y sonreí con malicia - Sólo soy un pintor profesional. 

Palpatine/Sidious: - Al igual que un falsificador de pinturas extraordinario, que es capaz de copiar con exactitud una pieza de arte antigua, para luego cambiarla por la original - le advertí viéndolo con mis ojos amarillos, estuve haciendo una amplia investigación y me entero de cada cosa que me resulta interesante usarlo como mi secuaz - también sé, que usted sabe falsificar firmas de manera que no cabe duda que es auténtica, además de que sabe engañar a las mujeres y extorsionarlas sin que se den cuenta o que piensen que tú eres el que les roba y que las deja aterradas sobre algo que no entienden - volteé a la ventana y mi mirada se centró en el bosque de este planeta patético, para ser un mundo lo único que tiene es un enorme oceáno furioso y lo que queda de mi antigua creación. 

Paolo: - De acuerdo, debo admitir que sabe muchas cosas sobre mí, pero no puedo entender lo que pretender hacer conmigo al respecto - giré mis ojos ante su tonta forma de salvar su vida - ¿para qué requiere mis servicios señor? - quería ahorcarlo con toda mi fuerza, de todos mis secuaces, éste es el más intrépido y desgastante que he visto y sólo que ha estado aquí por tan sólo diez minutos. 

Palpatine/Sidious: - Tu misión, tiene que ver con alguien de su pasado amigo mío - su mente empezó a dar vueltas por no entender, por lo que decidí hacerlo un poco más fácil el asunto - involucra a su primer y antigua amor....Padmé Amidala - abrió los ojos y sentí sus sentimientos encontrados, haciéndome sonreír con malicia, sabía que jamás podría haberla olvidado, lo que hace que mi plan se vuelva cada vez más palpable y sencillo.