02

[...]

Horas después de haber prácticamente botado a su mejor amigo, se comió el almuerzo que le preparó su madre de manera apresurada, tomó una vieja mochila del armario y empacó lo necesario para sobrevivir toda la tarde fuera de casa, espiando a KyungSoo. El pelinegro podía odiarlo todo lo que se le diera la gana por lo intenso que estaba siendo, pero ahora necesitaba saber quién era el idiota que le rompería el corazón a su amigo para poder vengarse o algo así.

Se sentó en el parque con un par de árboles y un columpio frente a la casa de los Do, porque BaekHyun era un tonto, pero era un tonto que se preocupaba por Dyo.

Probablemente tres horas después vio salir a su amigo, despidiéndose de SooYoung, su madre. La ropa era igual a la de su visión si es que no se equivocaba, por lo que hoy sucedería todo. Esperó a que el chico desapareciera al final de la calle para empezar a trotar en su dirección y no perderle de vista, camuflándose con otras personas o detrás de los botes de basura como si el fuera un ninja. KyungSoo no lo había visto, tenía la certeza de aquello o de lo contrario ya hubiese recibido un golpe en la cabeza.

La heladería en la que se reunirían era la de la familia Oh, padres del chico que ha rechazado más de las veces que puede contar con los dedos de sus manos y pies unidos, y es gracioso que él siga detrás de BaekHyun, también es fastidioso, aunque al comienzo era halagador. El castaño nunca se ha considerado la persona más bella del mundo, quizá estaba por debajo del promedio y debía admitir que el niñato era guapo.

Pero su corazón está ocupado por su mejor amigo... algo así.

Desde donde estaba BaekHyun podía ver a KyungSoo esperando, todo como en la visión y tenía que hacer algo para impedirlo. ¡Lo que sea! Si no fuera tan cobarde, él mismo entraría y lo tomaría de la mano con determinación, llevándoselo lejos de todo el que intentara hacerle daño, sin embargo eso solo pasa en sus sueños, donde él no es Byun BaekHyun, el cobarde que muere por la atención de su mejor amigo, Do KyungSoo. Piensa, BaekHyun.

Él no puede hacer nada, pero SeHun...

Oh SeHun no va a negarse si le pide un pequeño favor, sin dudar ni un segundo en hacer lo que sea que le pida su hyung. Sonaba manipulador y egoísta, pero si no fuese urgente, no le haría algo así al chico. Joder, él no es tan miserable, no obstante, está desesperado por salvar el corazón de su mejor amigo.

Buscó a SeHun en su reducida lista de contactos, oprimió donde ponía "llamar" y colocó el teléfono contra su oreja, mordisqueando sus labios con ansiedad. En su pequeño descuido la cita del pelinegro llegó y, efectivamente, no podía verle la cara. ¿Quién era el bastardo?

»— ¡BaekHyun-hyung, hola! Qué raro que me llames...

— Sí, ehm... hola, SeHun. Te llamaba para pedirte un favor —el menor al otro lado de la línea no dijo nada y lo tomo como un pase libre para continuar. Aclaró su garganta—. Uh... Bien. Necesito que coquetees con mi amigo, él está en la heladería de tus padres acompañado de alguien. ¿Puedes bajar un momento? Por favor.

»— ¿E-eh? —tartamudeo y no le sorprendió, era una petición sin sentido, estaba consciente de que sonaba como si se le hubieran ido los claves.

— Oye, si no puedes no importa, dame una respuesta rápido.

»— Pero a mí me gustas tú, no quiero coquetearle a nadie, hyung... —susurró con voz desconfiada, inseguro.

— Por favor, SeHunnie. Es de vida o muerte, amigo.

»— Hyung... Está bien. Lo haré por ti, es a KyungSoo, ¿no? —dijo un apurado "sí", a punto de comerse las uñas—. ¿Seguro que no va a golpearme o algo? Él luce intimidante.

— No va a hacerlo... creo. ¡Como sea! Date prisa, SeHun. Voy a colgar.

»— Hyung-

— Adiós y gracias —colgó, guardando el teléfono de vuelta en su pantalón rasgado en las rodillas, concentrándose en su amigo y la persona desconocida. Charla sin sentido, carcajadas, silencios incómodos y más carcajadas hasta que finalmente SeHun hizo su fantástica aparición.

No funcionó.

KyungSoo lo miró como bicho raro diciéndole algunas mierdas y SeHun salió rojo hasta las orejas, disculpándose. Tenía que admitir que las probabilidades de que su "plan" funcionara eran bajas, teniendo en cuenta que su mejor amigo estaba al tanto del enamoramiento del niñato hacia él. Golpeó la pared con su intento de puño, haciéndose daño y arrepintiéndose al instante por ser tan bruto. Joder, su maldita visión se estaba cumpliendo: la confesión y la mirada en los ojos de su mejor amigo.

También el inminente rechazo.

Lo vio salir de la heladería con esa fachada de estoy bien cuando no era así, pero no lo siguió sabiendo que necesitaba su espacio, al igual que tampoco lo hizo el imbécil que lo rechazó. 

KyungSoo necesita de tiempo a solas o explotaría, y eso no es algo lindo de ver, BaekHyun lo sabe por experiencia. El de lentes necesitaba tiempo para que su coraza de desinterés volviera a ser tan dura como siempre y de esa manera poder creerse su papel de que le vale haber sido rechazado. BaekHyun se quedó con los pies pegados en el concreto, en la entrada de la heladería, con un nudo en su estómago y la necesidad aplastante de hacer algo por su amigo.

— ¡KyungSoo! —bueno, en realidad el cretino sí lo siguió, tarde, pero lo hizo. Giró sobre sus talones, con las cejas fruncidas y los puños a cada lado de su cuerpo, listo para darle una mirada mortal al chico que rechazó a Dyo, pero se sorprendió al descubrir su identidad.

¿En serio? ¿Park ChanYeol?

¿Por qué de todas las personas, justamente Park ChanYeol? No es que BaekHyun lo odie, a penas sabe de su existencia porque pertenece al equipo de basketball de la preparatoria. Lo que sabe es que es un gigante torpe, algo sobre-actuado, que en su primer año se quiso pasar de listo con los de tercero y terminó con su culo en el bote de basura, siendo humillado cuando quiso creer que podía "quitarle" la novia al tipo musculoso. ¿Ese era el gusto de su amigo? BaekHyun esperaba más del selectivo Do KyungSoo.

[...]

Le envió un mensaje a eso de las 10 de la noche, preguntándole si quería que fuera mañana a jugar videojuegos y le clavó un gran visto en toda la cara. El menor no estaba bien, es un hecho, y quiere llamarle para hacerle reír como es usual en él, sin embargo sería demasiado extraño, demasiado inoportuno. Demasiado todo, por lo que intenta dormir sin pensar mucho. Fue una tarea imposible, los ojos tristes del menor aparecían cada vez que cerraba los ojos, y él no sabía si estaba así por el hecho de haber sido rechazado o por la excusa de ChanYeol al decirle "no soy gay". Tal vez eran ambas cosas. Porque de lo que estaba seguro, es que KyungSoo no hubiera hecho ningún movimiento si no hubieran indicios de que la otra persona sentía lo mismo. 

El menor no es alguien que se arriesga sabiendo que puede perder, tampoco es alguien que regularmente se muestre afectado por las cosas, con el tiempo había empezado a mostrar menos lo que sentía como un mecanismo de defensa desde que supo que era gay y que no todas las personas tenían el mismo grado de tolerancia para ciertos temas. La única brecha que dejó era debido a que seguía siendo mejor amigo de BaekHyun y no podía cerrarse completamente a él.

El lunes en clase actuaron de manera normal, siendo los mejores amigos de siempre aunque algo estaba mal debido a que los ojos de Dyo estaban nublados y, en general, lucía como si estuviera pensando demasiado. Parecía la misma persona de todos los días para el resto del alumnado, pero no para BaekHyun porque él lo conocía, no tanto como le gustaría, más sí que hacía su mejor esfuerzo por comprender su manera de ser.

— Oye, Dyo, ¿quieres probar? —le ofreció del cheesecake que le había comprado a una chica de primero, YeRim o algo parecido. El de gafas negó, jugando con la comida en su plato. Llevaba de esa forma unos diez minutos. Baek lo observó por unos segundos, resignado a que no obtendría ninguna respuesta, al menos no con palabras—. Detesto al profesor Nam, siempre deja esos trabajos jodidamente largos. ¿Cómo cree que vamos a entregárselo en tres días? Está demente.

— Sí, ya sabes, es la edad, B —comentó, sin parecer realmente interesado. Observó su comida un poco más, haciendo el amague de comerla, desistiendo y empujándola con una mueca inconforme.

— Sí... —clavó el tenedor en el pobre postre, respirando varias veces para calmarse y evitar un vómito verbal del cual más tarde se arrepentiría. Era difícil sostener una conversación sin sentir que se ahogaba por la culpa y cuando Park ChanYeol se acercó hasta su mesa queriendo hablarle a su mejor amigo, colocó los ojos en blanco, fastidiado.

— KyungSoo, ¿podemos hablar? —el nombrado robo del cheesecake de su mejor amigo, ignorando al chico del 2-C. BaekHyun mordió su labio para evitar sonreír jocoso, porque, carajo, ese era el Dyo que él conocía y del cual siempre se ha sentido orgulloso—. KyungSoo, hablemos por favor.

Nuevamente no obtuvo respuesta.

— Serán solo cinco minutos, por fa-

— No quiere, orejas, déjalo comer en paz, ¿quieres? —hablo BaekHyun en su defensa, permitiéndose a sí mismo sonreír grande y con burla, mirándolo directamente a la cara, revolcándose de satisfacción. ChanYeol le devolvió la mirada luciendo como un idiota desorientado, dándole un último vistazo a KyungSoo antes de tomar su orgullo e irse a su mesa, donde sus amigos lo esperaban—. Pff, patético.

— No tienes que ser así, BaekHyun —le regañó sin ganas, poniéndose de pie y saliendo de la cafetería como si le pesara la existencia. Con todo el pesar, debido a que tuvo que dejar el último bocado de su cheesecake y estaba realmente bueno, lo siguió en dirección a los baños. KyungSoo lo miro al darse cuenta que le iba pisando los talones—. No me sigas, Byun. Es molesto.

— No te estoy siguiendo, Do —mintió, trotando para alcanzarlo y ponerse a la par. Metió las manos en los bolsillos de su sudadera, encogiéndose un poco debido a la pregunta que estaba por hacer. No quería ser golpeado y era la reacción más probable que obtendría—. ¿Estás bien? ¿No te ha pasado nada fuera de lo común? ¿No hay nada que quieras contarme?

— ¿Cómo qué? —empujó la puerta del baño, ingresando y la sostuvo para que el mayor pasará, colocándose una máscara de desinterés que podría engañar a cualquiera, menos a su mejor amigo. Baek hizo un ademán con ambas manos, tratando de no parecer muy denso.

— No lo sé, ¿nada que reportar, Dyo?

— No, en realidad —se encogió de hombros, abriendo el grifo de los lavamanos—. Mi mamá quiere que vayas a cenar este sábado por su cumpleaños, con tú mamá.

— Genial. Dile que iremos.

— Bien.

Siguió atento cada movimiento que realizó el pelinegro, parado al lado de la puerta como una estatua. Esperó hasta que terminó de refrescarse el rostro y caminaron a la par una vez fuera del baño, en completo silencio. BaekHyun pasó su brazo por los hombros de KyungSoo, ganándose una mirada mordaz y un golpe en la cabeza. Él solo se carcajeo, acostumbrado a la manera de actuar del otro. Al menos sus acciones habían aligerado el ambiente.

— ¡Hyung!

Oh no... —pretendía ignorar a SeHun, cambiando de dirección, pero su traicionero amigo no dejó que se moviera—. ¡Dyo! —gritó en susurro, la desesperación haciéndose presente en sus orbes. No quería verlo luego del favor que le había pedido, porque sabía que tenía que ceder a cualquier cosa que le pidiera el menor para no sentirse tan manipulador.

— Ve con él, deja de hacerle sufrir, B. Tú le gustas de verdad, baboso —lo codeó, con una pequeña sonrisa que lucía apagada para BaekHyun, porque no era real y KyungSoo solo quería sacárselo de encima antes de que se metiera en sus problemas.

— Pero-

— ¡Hola, hyung! —un animado SeHun llegó hasta donde estaban, mirándolo debajo de las pestañas de manera dulce y mostrando con orgullo la perfecta hilera de dientes. Tenía un postre en su mano derecha—. ¿Quieres pasar lo que queda del receso conmigo? Le compré un cheesecake a YeRim y creo que podría gustarte.

— Uhm-

— Iré con JongDae. Nos vemos más tarde, B.

— KyungSoo... —susurró entre dientes, rogándole para que no lo dejara. Fue entregado en bandeja de plata, porque una vez más en menos de una semana, fue ignorado y dejado de lado.

— No llegues tarde a química o la profesora Ahn va a querer matarte —le palmeó la espalda, apurando sus piernas para dejarlo a solas con SeHun. BaekHyun lo insultó en todos los idiomas que conocía, en su mente, claro está, y luego volteó a mirar al chico de primero sin poder ocultar el hecho de que no quería estar con él.

— Hola, SeHun —rascó su nuca, arrugando levemente la nariz—. En realidad ya le compré un postre a YeRim y estoy-

— Aún así puedes acompañarme, si no tienes problema, hyung.

No, tengo demasiados problemas.

— Ah, está bien —siguió al de amplios hombros hasta las gradas de la cancha de fútbol y se sentaron uno al lado del otro, mientras SeHun empezaba su cháchara sin relevancia y BaekHyun ni se preocupaba en fingir que le interesaba o que tan siquiera le estaba escuchando, demasiado distraído pensando en cierto chico de peculiares labios de corazón y grandes ojos, , ese que es su mejor amigo.

KyungSoo en ocasiones parecía escurrirse por sus dedos, como el agua y BaekHyun estaba aterrado de que eso pudiera pasar por completo, y ChanYeol era una gran amenaza a pesar de haber sido ignorado olímpicamente minutos antes por el pelinegro.

¿Y si ChanYeol se le volvió a acercar mientras él se encuentra al lado de SeHun?

Tal vez KyungSoo pasó de Park ChanYeol hace unos minutos debido a que él se encontraba allí y no quería que le hiciera preguntas sobre qué quería decirle el orejón. La sola idea de que aquello fuera posible encendía una alarma en su interior. ¿Y si empezaban a salir?, entonces... ¿él sería reemplazado? Los celos ardieron en su interior, quemándole el pecho como nunca antes. Fue como si de repente, todas esas mariposas que te dicen que habitan en tu estómago cuando te enamoras, se encendieran en llamas y comenzarán a volar desesperadas.

— ¡Hyung!

— ¿Ah? —parpadeo en dirección al menor, desorientado—. ¿Qué sucede?

— Ya terminó el receso, debes apurarte si no quieres llegar tarde a tu clase, BaekHyun-hyung —sonrió sin mostrar los dientes, poniéndose de pie y estirando su mano para ayudarle aunque fuera innecesario. Fue rechazado con un "puedo solo, gracias"—. Ah, bien. Gracias por haber aceptado sentarte conmigo, aunque de cierto modo esto podría considerarse como un pago por lo del sábado, ¿no?

— Sí, sobre eso... Gracias por haberme ayudado, y seguro que puedes tomar esto como un "pago", yo me iré ahora o llegaré tarde —SeHun asintió, comprendiendo. BaekHyun corrió como no lo hace en la clase de educación física, pero ni siquiera así logró llegar a tiempo y la profesora Ahn no lo dejó entrar porque llegó cinco minutos tarde y eso es siempre, joven Byun. Creyó ver un deje de maldad pura en los pequeños ojos de la mujer ocultos tras unos lentes circulares del siglo pasado. KyungSoo lo vio desde su asiento, preocupado porque era la octava vez en el mes que no lo dejaba entrar—. De acuerdo —no le replicó a la señora, porque estaba viejita y no quería tener que llevar su culo a rectorado por algo más grande, como faltarle el respeto respondiéndole con altanería o sarcástico.

Arrastró sus pies a enfermería, donde la doctora le permitió quedarse con la excusa de que le dolía la cabeza y le dio pase libre para dormir en las camillas mientras se mejoraba. La doctora Kang era demasiado buena con todos, quizá porque se trata de su primer trabajo y quería tener un currículum excelente para cuando decidiera que se había cansado de trabajar para la preparatoria Myong Do. Quién sabe. La mujer no era muy sociable y toda la preparatoria sabía que el profesor de educación física estaba enganchado de ella, pero no era correspondido.

Esperaba dormir al menos una media hora y luego entrar a la siguiente clase, pero fue despertado con un golpe en la nuca que solo una persona podría darle, y esa persona era Do KyungSoo.

— ¡Qué carajos te pasa! —se sentó de sopetón, mirándolo con desprecio y sobando el lugar del golpe, porque KyungSoo tenía una maldita mano pesada—. ¿No puedes despertarme como alguien normal, Dyo?

— Eres subnormal, ¿qué quieres que haga? —se cruzó de brazos, enarcando una de sus pobladas cejas. Cambió el peso de su cuerpo hacia la derecha, asentándose contra la pared al lado de la camilla—. ¿Por qué no entraste a clases, B?

— ¿Qué haces tú fuera de clases? —respondió con otra pregunta, tomando sus zapatos para empezar a colocarlos en sus pies con únicamente sus calcetines de Spiderman, sin entender qué hacía su mejor amigo en la enfermería en vez de estar en el salón—. Y, por si lo olvidaste, la profesora Ahn no me dejo entrar a su clase, gran genio.

— BaekHyun, es hora de salida —rodó los ojos, golpeándose en la frente—. Vine a buscarte en el único lugar que sé que estarías por casi tres horas —el nombrado abrió la boca, estupefacto ante el balde de agua que le dejó caer el de lentes. KyungSoo lo miró escéptico—. ¿Qué? ¿No te diste cuenta que perdiste toda la jornada durmiendo?

— No bromees así, Dyo —frunció el ceño, parándose recto y planchando la camisa del uniforme con las manos de manera fugaz. Lleno de aire sus mejillas, como un niño a punto de hacer un berrinche. Miro a la impasible doctora Kang recogiendo sus cosas y se dijo a sí mismo que no podía ser cierto o de lo contrario ella lo hubiese despertado—. No te creo.

— No me creas, Byun, mira la hora por ti mismo —le mostró la pantalla de inicio del teléfono, donde indicaba las 2 de la tarde. El castaño soltó una maldición en voz alta, siendo observado por la doctora Kang por encima de sus lentes sin aumento—. Estás en problemas, B.

— No me digas —soltó con ironía, saliendo de la enfermería en dirección al salón para recoger sus cosas y largarse de allí. Estaba muerto si llamaban a su madre, al menos podría fingirse enfermo al llegar a casa y quizá ella le dejaría vivir. O no, mejor no volvía más y empezaba su vida como indigente, viviendo debajo de un puente con perros callejeros acompañándolo. Se giro para mirar a Dyo, lanzándole dagas por los ojos—. Debiste pedir permiso para el baño y venir a buscarme, KyungSoo. Eres un mal amigo, además de traidor, ¿qué te está pasando últimamente?

No estaba siendo tan serio, pero a la vez quería que KyungSoo se lo tomara como un reclamo real, porque en el fondo lo era.

— Me distraje —se defendió, alzando las manos en el aire, probando su inocencia—. Perdón, ¿ok? Vamos ya, Byun —lo agarró del hombro, guiándolo a su asiento para que tomara sus pertenencias.

Por supuesto que no se lo tomó en serio.

BaekHyun se puso la mochila en un solo hombro como ya tenía de costumbre, aunque siempre acabará rompiéndose debido a que el peso no era equilibrado, y se fueron por el camino que usualmente toman, en un silencio que guardaba demasiadas cosas que, mierda, la brecha entre ellos estaba terminando de cerrarse y Baek no sabía qué hacer. Odiaba la simple idea de no ser parte de la vida de KyungSoo, de que el menor se cerrará y no le permitiera entrar nunca más.

Así que le dio un abrazo, sintiendo como las mariposas dejaban de quemarle el corazón con ese simple toque, volviendo a su vuelo normal, causándole cosquillas.

— Oye, ¿qué te sucede? —lo miró como si le hubiera salido una segunda cabeza, pero a pesar de eso le correspondió el abrazo. Se habían detenido justo antes de que sus caminos se tuvieran que separar—. ¿Estás despidiéndote porque piensas que tú mamá va a matarte, BaekHyun?

— Sí.

— B, eres demasiado exagerado.

— Debes soportarme así, porque soy tu mejor amigo —le dio un golpecito en el hombro, sonriendo con ojos brillantes debido a las lágrimas que estaba reteniendo. Se frotó los ojos con las mangas de la sudadera, riendo forzadamente—. Ugh, se me metió una maldita pestaña en el ojo.

— Déjame ver —le sujetó de las mejillas, provocando que se encendieran bajo su toque y que BaekHyun se apartara de prisa, impidiendo que KyungSoo lo notara—. De nada —ironizó, mirándolo entretenido.

— Ya había logrado quitarla, Dyo.

— Seguro.

Dio un par de vueltas en su cama esa noche y al final fue a sentarse en su escritorio frente a la PC, encendiéndola con toda la intención de jugar algo en línea con KyungSoo. Era lo que necesitaba después de aquella tardecita del demonio. Quería sentir que seguía siendo el mejor amigo de Do KyungSoo, dejarle ganar solo para escucharlo celebrar y burlarse de él por haberle pateado el trasero.

Para Dyo: ¿Juegas una partida conmigo o le temes al éxito?

[...]

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