Resfriado (10 meses)
"— Kat, ayuda — Eijiro llamó al rubio nervioso — Toshinori tiene fiebre y... no sé qué hacer"
Eijiro veía cómo su pareja cuidaba de su hijo. El pediatra dijo que era Gastroenteritis, Katana se podía contagiar fácilmente así que no podía juntarse por un tiempo con su hermano.
— Amor, yo sé que te molesta pero te vas a sentir mejor después de esto — El rubio intentaba darla a su hijo un medicamento recetado con una jeringa. Toshinori lloraba por la fiebre y el asqueroso medicamento sabor cereza.
— Cielo, ¿Qué tal si yo lo intento...?
Katsuki suspiró y tranquilizó a su bebé con caricias en la panza, cuando este empezó a calmarse, rápidamente le inyectó en la boca el medicamento. Toshinori se echó a llorar por la acción y el sabor, alzando los bracitos para ser consolado por su padre.
— Lo siento, pequeño... — Katsuki abrazó a su hijo que moqueaba y tosía, la compresa fría en su cabeza ya estaba tibia y se encontraba dormitando por su fallida siesta — Lo sé, amor. Sé que esto es una basura, pero todo está bien, cielo... Shhh, todo estará bien.
El pelirrojo sonrió aliviado, el rubio podía ser increíblemente paternal si así lo quisiera. Se quedó mirando esa escena hasta que su hija, en otra habitación, lo llamó.
— Ya, ya pasó... — El pelirrojo acunaba a su hija, Katana, que en todo el tiempo que Toshinori ha estado enfermo, ha llorado — Toshi está bien, él se sentirá mejor.
La rubia tenía los ojos pegados en su hermano que se encontraba en su cuna, lejos de ella. Todas esas visitas a la farmacia, líquidos, pastillas, biberones llenos de agua, sopa... ¿Qué le ocurría a su hermanito?
Buscó consuelo, abrazando a su padre. Eijiro se sentía mal al separar a sus dos hijos, pero Katsuki, con miedo que Katana se enfermé también, no lo dejaba.
La rubia le alzó los brazos a su papá, el rubio la tomó consolándola caminando por el departamento. Cuando se acercaban a la habitación en que se encontraba Toshinori se emocionaba y movía sus piecitos, pero Katsuki giraba y caminaba hacia otra dirección.
— Ei, debes descansar. Yo me encargó de los ni-
Se oyó un golpe seco y luego un llanto de su hija, debió caerse o algo le cayó y le golpeó.
— Yo voy a verla...
Sí, el primer resfriado de un bebé puede ser agobiante para el niño, pero para los padres es una experiencia estresante.
Mantenerlo cómodo, mantenerlo hidratado, observar cualquier cambio, mantener la calma y cuidarse a sí mismos era algo que causaba un estrés y un cansancio mortal. Y con otra bebé y el teletrabajo de un héroe...
Se encontraban muertos.
— Sí, Toshi, todo está bien, cielo... — ¡Tío Izuku llegó! Se encontraba cuidando a su sobrino, mientras Katana, Melody y Shoto jugaban en la sala de estar.
Eijiro y Katsuki estaban agotados, el peliverde se dio cuenta de lo que les estaba pasando cuando Katsuki, con ojeras y una cara de odiar lo que se le cruzara llegó a la agencia para entregar los papeles del trabajo.
— ¡Papá! — La tricolor exclamó para que el bicolor la tomará. Shoto le hizo caso y alzó a su hija, la tricolor tomó uno de sus juguetes favoritos y se lo pasó a su mejor amiga.
Izuku sonrió al escuchar a las niñas jugando. Al ver cómo los párpados del pelinegro le empezaban a pesar y cerrar sus ojitos, miró hacia el lado. Eijiro y Katsuki se encontraban durmiendo como un tronco.
La familia Kirishima-Bakugo solo necesitaban tres cosas: Cuidado y Cariño a Toshinori, Un compañero de juegos para Katana y horas y horas de sueño para los padres.
Qué bueno que la familia Todoroki llegó, ¡Les debían una!
— ¡To...~! — Katana llamaba a su hermano desde la cuna de su habitación, el pelinegro estaba siendo consolado por Eijiro tras vomitar su cena. — ¡To~ Shi!
El pelirrojo escuchó a su hija de fondo conectando sus balbuceos.
— ¿Katana acaso dijo "Toshi"? — El pelinegro le preguntó a Katsuki mientras le colocaba una compresa fría a su hijo, pero el rubio se había quedado dormido.
Hubo unos segundos de silencio. Eijiro logró dormir unos minutos por el descanso de su hijo, Katana honestamente se sentía muy sola. Siempre había tenido a su hermano al lado de ella, claro, él no hablaba, pero sus acciones y sus afectos... La rubia se encaramó torpemente en la cuna, agarrándose de la baranda.
— ¡TOSHI~!
Eijiro se despertó por el grito de su hija. El pelirrojo había escuchado clarísimo como Katana llamaba a su hermano, se sintió demasiado mal al ver cómo Toshinori también despertaba por el grito de la rubia.
— ¡TO~ SHII~! — Los ojos del pelinegro se cristalizaron, extrañaba a esa loca, gritona y chillona hermana que tenía. Eijiro se sintió demasiado mal, no podía separarlos tanto tiempo.
Se levantó de la cama lentamente con su hijo en brazos. Abrió la habitación donde se encontraba su hija.
Katana le dio una enorme emoción y felicidad al ver a su hermano entrar con su padre.
— ¡Toshi~! — Exclamaba, alzando sus manitos para tocar a su hermano. El pelinegro también las alzó, estaban a tan solo centímetros de distancia.
—Eijiro Kirishima, ¿Se puede saber qué estás haciendo?
Acercó a su hijo a su pecho, alejándolo de la cuna de la rubia. Katana dio un grito ahogado cuando alejaron a su hermano.
— Y-yo, ah...
— Vas a enfermar a Katana y eso sería peor, Eijiro. — Los dos hermanos alzaban los bracitos para intentar tocarse, pero estaban muy lejos. El pelinegro empezó a llorar intentando zafarse del agarre del pelirrojo — Eijiro, dame al niño.
— ¡Pa~...! — Toshinori iniciaba una rabieta al no querer el agarre de su padre.
— Toshi, deja de moverte un momento. Y-yo... Kat...
— ¡PAPÁ! — Exclamó el pelinegro intentando llegar con su hermana.
Su talón de Aquiles, su única debilidad... ¡Uno de sus hijos le dijo papá!
Como en una escena de cámara lenta, dejo a su hijo adentro de la cuna junto a la rubia. Katana tomó la mano de su hermano y se abrazaron mutuamente. Eijiro se quedó viendo a sus hijos que se abrazaban y hablaban en el lenguaje de bebés. A veces Katanita decía "Toshi", nombrándolo.
— Eijiro Kirishima... — El pelirrojo le dio un escalofrío al sentir la mano de su pareja en el hombro.
— ¡Kat, cielo, lo lamento! Pero ellos dos se necesitan y...
— Toshinori te dijo papá... — Apoyó su cabeza en el hombro de Eijiro — Te dijo papá, Ei... ¡Y Katana dice Toshi!
Se quedaron mirándolos con demasiado amor, el rubio se dio cuenta que Toshinori ya no tenía fiebre, y se veía mucho mejor.
— Si Katana se enferma, tú la cuidaras, papá... Buenas noches — El rubio le dio un zape y luego un beso. Eijiro río nerviosamente.
—... Vale la pena... — Musitó al ver cómo sus hijos dormían juntos, abrazados.
¡Hola Hola!
¿Les gustó? Espero que sí.
Próximo capítulo: No hay nada planeado para los 11 meses de los mellizos ¿Alguna idea de que podría tratar?
Si hay algún error, duda o idea no duden en escribirla
¡Y eso!
Adieu!
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