Capítulo 11 [9 meses]
35 semanas/9 meses
16 de Octubre, ¡Cumpleaños de Eijiro!
El día de Eijiro y Katsuki inició a las 4 de la mañana. El pelirrojo se encontraba durmiendo plácidamente en su cama. Katsuki ya estaba terminando el noveno mes del embarazo, por lo tanto, podía explotar en cualquier momento. Eijiro tomó la oportunidad de su día libre por su cumpleaños e iniciar su baja de paternidad, así que los últimos días con Katsuki y su vientre lo pasaran "los cuatro juntos".
— ¿Kat...? — Eijiro se sentó en la cama buscando el calor de su pareja. El rubio no estaba en cama. Se levantó para buscar a su pareja, la luz de la cocina estaba prendida. — ¿Kat...? ¿Qué haces en el suelo?
Su novio se encontraba durmiendo en la alfombra, en la sala de estar. El pelirrojo río, se veía bastante cómodo. Se hincó para acercarse a su novio y acariciar su panza. Observó como la piel se estiraba y se veían ligeramente los pies de uno de sus hijos. Movió ligeramente al rubio y acarició su mejilla, despertándolo suavemente.
— Mmm... — Katsuki gruñó, intentando acomodarse de lado izquierdo. Abrió los ojos lentamente, encontrándose con el dulce y cansado rostro de su novio. — Hola, cielo... ¡Hey, ya es 16 de octubre! ¡Feliz Cumpleaños! — El pelirrojo levantó las cejas preguntando cómo llegó ahí — Fui a comer un browney y... se me cayó mi telefono... e intenté recogerlo, y me caí y no me pude levantar. Creo que dormí unas 2 horas, ¿Me ayudas, mi amor?
El ojirubí ayudó a su pareja a levantarse lentamente. Se fueron feliz a la cama después de que Katsuki le diera un beso de agradecimiento.
Bien, Katsuki cuando cumplió 9 meses se convirtió extrañamente dócil. Trataba a Eijiro con apodos, "mi amor", "cariño", "bebé"... También está mostrando más afecto que antes, besos, caricias, abrazos...
A Eijiro no le molestaba ese Katsuki meloso, al contrario, le estaba gustando.
— Ei... cariño... — el rubio acariciaba el cabello de su pareja separando los mechones y observando la diferencia entre el color natural y el tinte. — Feliz cumpleaños...
El pelirrojo río suavemente, giró su cuerpo para verlo de frente. Acarició el abultado vientre, teniendo una pequeña conversación con sus hijos.
— Falta muy poco para vernos, mis amores... — La pareja solo espero para ver los pequeños movimientos y piecitos marcándose en la piel. — ¿Tienen hambre, tiburoncitos?
— ¿Tiburoncitos? El único tiburoncito que tiene hambre eres tú, ¿no? — Eijiro río, asintiendo a la pregunta. Katsuki se levantó torpemente –y con algo de ayuda de su pareja– y caminó hacia la cocina. Ignoró las quejas y "no deberías de hacerlo embarazado" del cumpleañero e inició el desayuno. Escuchaba cómo Eijiro hablaba con su amigo Testutetsu sobre su cumpleaños compartido. Preparó algo de fruta y yogures, té y galletas de mantequilla, envolvió unos chocolates y bombones. Infló unos globos con un pequeño tanque de helio y los ató a la bandeja.
— ¿Creen que le gustará, tiburones? — Habló con su vientre. Caminó tambaleante con la bandeja, esperando no caerse con nada. Le gustó ver el rostro de sorpresa de su pareja al entrar con el desayuno. — Feliz cumpleaños~
— Te voy a cortar, Testutetsu. ¡Feliz Cumpleaños! — Colgó a su amigo y le sonrió a su pareja que se acercaba con la bandeja. — ¿Desayunamos?
— A-antes de eso... te quiero dar uno de los cuatro regalos que te tengo. — El ojirubí dijo, buscando la bolsa de regalo debajo de la cama — Ábrelo antes de desayunar. Es algo pequeño, pero tal vez te guste. Ya que les dicen tiburoncínes y... eso.
Eijiro abrió la bolsa encontrándose con dos pares de zapatitos grises con diseño de tiburón. También había dos pijamas de recién nacidos con forma de tiburón.
— Oh, Katsu... es hermoso. Son hermosos, gracias. — El pelirrojo le dejó un beso en los labios. Abrió la caja para sacar los pequeños zapatitos y los colocó en el vientre de su pareja — Estos serán unos de sus primeros zapatitos, tiburoncínes.
— ¿Desayunamos, bebé?
Eijiro se encontraba lavando los platos. Ya habían desayunado y almorzado, se quedaron viendo bastantes películas y algunas series. Muchos regalos le llegaron a Red Riot, dejándolos en un clóset para abrirlos en la tarde, junto a sus otros regalos por parte del menor.
— Ah... — Suspiró cansado tras levantas algo del suelo — Algunas veces creo que dejas cosas por la casa para hacerme recogerlas, ¿No es cierto, cielo?
— Jaja, claro... — El pelirrojo río nervioso.
Eijiro amaba a su novio, pero le gustaba molestarlo un poco por su grande panza. A veces, solo para irritarlo y verlo caminar, dejaba algunas cosas por la casa. Cada vez que Katsuki caminaba como pato y se demoraba dos o tres minutos en encontrar una buena posición para levantar esa pequeña cosa, enamoraba más al pelirrojo.
— Bien... ¿estás listo para abrir tus regalos, bebé?
— Amo cuando me pones apodos, pero ya me estoy asustando. — Eijiro dijo con una sonrisa mientras el rubio traía los regalos que podía. — Ah... — El pelirrojo se quedó viéndolo embobado, como el rubio traía regalos le parecía bastante... sexy ¿Podría decir eso, qué le gustaba la caminata de pato y el abultado vientre de su pareja? — Extrañaré esto... Tú con tu pancita y tu caminar sensual.
Katsuki río. Se sentó lentamente y le acercó una de las bolsas a su novio.
— ¡Empecemos a abrir regalos! — Eijiro exclamó feliz.
— Y estos... son los últimos.
El rubio le pasó una caja de color rojo con una cinta negra, también traía una carta pegada con cinta adhesiva. El pelirrojo la sacó suave para no romperla y la abrió para leerla.
— De tu novio, para pelos de mierda... Awww.
Ei,
Sé que te va a gustar este regalo como padre orgulloso y como un tonto que ocupa Crocs. Espero que atesores esto como yo creo que lo harás.
Te amo, gracias por ser el padre de mis hijos
Con amor,
Katsuki.
El pelirrojo se enterneció al leer esa carta, observando como su pareja comía chocolates. Le robó un beso a su pareja, saboreando el chocolate que le quedaba en la comisura de los labios. El beso fue dominado por Katsuki que posicionó su mano en la mejilla de Eijiro para alargar el beso. Separaron sus labios quedándose unos centímetros lejos, mirándose fijamente.
— Ei... aún no lo has abierto.
— Voy a hacerlo ahora — Le besó la punta de la nariz y la frente. Desarmó la cinta y abrió la caja.
Sus ojos se llenaron de lágrimas al ver un par de Crocs con pines que deletreaban: "Papá". Adentro de los Crocs, se encontraban dos pares de zapatos Crocs para bebés, unos rojos y otros negros.
— Blasty, esto... — El pelirrojo tomo los pequeños zapatitos con sus manos viendo cuán pequeños son — Son hermosos... ¡Y mis Crocs dicen papá!
Se abalanzó a abrazar a su pareja, mostrándole las diminutas sandalias.
— Esos pines puedes cambiarlos y ponerlos en otros Crocs.
— No, estos son especiales. Son mis Crocs de papá. Los voy a atesorar para siempre, gracias amor.
El rubio sonrió.
— Solo tengo una condición con esos zapatos, cielo... No duermas con ellos.
El pelirrojo dio un puchero. Katsuki negó por la negación a su pareja, resopló, abrió sus brazos para que él ojirrubí se acercará a abrazarlo.
Y se quedaron ahí, durmiendo en el sillón con papeles y bolsas de regalos, chocolates, peluches y cartas. Y Eijiro abrazando sus Crocs. Sus más preciados Crocs.
¡Hola, Hola!
Este capítulo salió más rápido de lo normal, ¿Les gustó?
¿Qué les gustaría para el próximo capítulo?
Si hay algún error, idea o sugerencia no duden en escribirlas
Tomen agüita, lávense los dientes, coman bien, duerman bien, Sean rockstars, ¡Y eso!
NO SE ENAMOREN DE NINGÚN WEÓN O WEONA QUE NO LXS VALORE, CHIQUILLES. Consejo de Rockstar a rockstar.
Adieu!
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