Cap. 3 (2 meses)
[5 semanas/2 meses]
Eijiro observaba como su pareja expulsaba su desayuno por el inodoro. Se quedó abrazado de la taza del baño unos segundos y se dispuso a lavarse los dientes.
— ¿Te sientes mejor, amor?
— Cállate. — Escupió la pasta de dientes que tenía en su boca. — Tengo hambre...
— Oh, ah... — Eijiro le sonrió nervioso, Bakugo no era una de las personas más simpáticas en la mañana. — ¿Y qué quieres comer, cielo?
Bakugo se acercó al pelirrojo, juntando sus labios con los suyos. Luego se quedó viendo esos hermosos ojos rojos.
— Fideos instantáneos... picante, muy picante.
Eijiro suspiró. Se dirigió a la cocina a hervir agua para cocinar los antojos de su novio. Sacó una botella de Tabasco y otra de habaneros molidos.
— Aquí está, Blasty~ — Eijiro dejó el plato de fideos picantes en la isla de cocina, al frente del rubio. La mirada de Katsuki de total felicidad hizo sonreír al pelirrojo. — ¿Qué vas a hacer hoy día, cariño?
— Trabajaré en la oficina junto a Deku y... voy a acompañarlo a comprar algunas cosas. — Habló con la boca llena de fideos instantáneos. Eijiro río y con su mano, limpio un poco de salsa en la comisura de sus labios — No soy un bebé... — pensó unos segundos la acción de su pareja —... Te amo. Ya me voy.
En esa oficina solo se escuchaba el sonido de las teclas y el del telefono. Los crímenes de esos días subían y bajaban.
— Entonces... — El peliverde seguía con su mirada en la pantalla, mientras tecleaba — ¿Cómo vas con tu ya sabes qué?
— ¿5 semanas...? aún no he experimentado ningún síntoma — el rubio olisqueó algo — ¿Huele a enchiladas?
— Eso es un antojo, terco. En el primer trimestre claramente sentirás: antojos, aversión a la comida, náuseas, vómitos... dolores en los pechos...
— Primero que nada, nerd: ¿Cómo puedo tener antojos y al mismo tiempo aversión a la comida? — Izuku solo río. Katsuki no sabe nada de lo que le espera — Y segundo: yo no tengo pechos.
El peliverde sacó una carcajada.
— Te darás cuenta en el sexo. Ahora... — El peliverde tecleó y luego tomó una pausa. Se estiró en su silla y preguntó — ¿Quieres acompañarme a ese nuevo restaurante mexicano? Hay enchiladas~
Bakugo lentamente asintió.
El pelirrojo llegaba a su departamento alegremente. Seguía con esa boba sonrisa desde que supo sobre la noticia de que iba a ser papá. Cualquier tarea o misión lo hacía con una resplandeciente sonrisa y alegría en su mirada.
— Llegué, Blasty~ — Canturreó Eijiro. — Aww...
Observó como el rubio dormía plácidamente en el sillón viendo una película. Para algunas personas, Katsuki les parece intimidante e irascible, pero Eijiro tenía la oportunidad de ver el lado más tierno del rubio.
Cuando duerme, cuando está meloso, su lado tierno y dulce era algo que el pelirrojo sabía que tenía que atesorarlo.
Y aprovecharlo para sacarle fotos.
— ¿Por qué eres tan tierno, blasty~? — susurraba mientras le sacaba fotos de distintos ángulos. — Bien, ya terminé... — Eijiro tomo una manta y tapó a su pareja, lo contempló de nuevo y luego se acurrucó al lado suyo.
El pelirrojo despertó unos minutos después por las arcadas en el baño. Aún somnoliento, caminó hacia el baño y empezó a acariciar la espalda del rubio. Se sorprendió un poco al sentir la espalda fría.
— ¿Qué estás haciendo, patán? — Katsuki preguntó agarrado del inodoro — Ese es el lavamanos, idiota...
— ¡Katsuki! ¡Eijiro! — Mitsuki se alegró al ver a su hijo y a su yerno en la puerta de su casa. ¡Pasen!
Katsuki y Eijiro fueron a almorzar con los Bakugo por el cumpleaños de Masaru. No estaban seguros de decirles aún, pero intentaban ser lo más obvios posibles.
Ya almorzando, Katsuki fue el primero que habló.
— ¿Sabían que... Izuku está esperando un bebé? — los Bakugo se alegraron por el peliverde. Sabían que Shoto e Izuku harían una gran familia.
— Que bueno. Inko estaría orgullosa de su hijo...
¡La herida se abrió! El rubio tenía el "¡Y nosotros también!" en la garganta, pero después de eso le gustaría enterrarse 3 metros bajo tierra.
Le entregó esas miradas que hablan a su novio. "Di algo, inútil". Eijiro solo levantó sus hombros lo más disimulado que pudo.
— Ah... volviendo al tema del bebé — Eijiro le hablaba a sus suegros con una voz nerviosa — Katsuki y yo, ah... hablamos sobre tener uno.
Los ojos de sus suegros se abrieron, entendiendo la situación. Mitsuki vio a su hijo, tenía la misma cara cuando de pequeño escondía algo.
— Felicidades — La rubia habló mirando hacia el cielo. — Espero que sea igual a mí...
— ¡Vieja bruja, si tengo una niña por más que quieras no será como tú! — El de ojos rojos alegó.
Y volvimos a la rutina de siempre...
Madre e hijo peleando mientras que sus parejas, que son un pan de dios, hablaban de cuan tiernos son.
— Debo admitir que este ha sido el mejor regalo de cumpleaños que me ha dado Katsuki — El castaño asintió feliz. — Superó el de los 6 años cuando me regaló un chicle que le robó a Izuku...
¡Y esta historia volvió!
Solo tendrá actualizaciones lentas...
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