Paso 38
El viento golpeaba su rostro con suavidad mientras miraba la ciudad de noche, a causa de la constante neblina y polución la vista no era del todo clara, si quería disfrutar su regalo eso no serviría por lo que tomo una gran bocanada de aire y comenzó a murmurar un simple hechizo de claridad que limpio la noche dejando ver el cielo estrellado en Gótica quizás por primera vez en décadas, sonrió al ver las estrellas hasta que un ataque de tos la hizo tener que sujetarse de la pared más cercana, llevo un pañuelo a su boca para limpiar su boca notando que el bello material blanco se manchaba con puntos de color carmín.
Miro lo que era su sangre y se sentó en la orilla del edificio, probablemente ya no le quedaba mucho tiempo. Para ser honestos esta no era la manera en que planeaba irse, pero llegados a este punto poco le importaba que sus planes se arruinaran una vez más.
Levantó la vista notando que había una preciosa luna llena sobre ella, bueno al menos era una hermosa noche para decir adiós.
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Damián aún tenía problemas para comprender lo que estaba pasando a su alrededor, en alguna parte de su mente sabía que todos estaban desesperados buscando alguna pista o rastro de Sia para poder detenerla de hacer algo que al parecer ya había hecho, pero se sentía como mirar una película, como si fuera un extraño todo esto.
Mientras el desorden reinaba en la mansión Damián se retiró a la biblioteca con un paso lento pero seguro, necesitaba algo de soledad, un momento para colocar sus pensamientos en orden por un segundo.
La habitación estaba oscuras con algunos libros apilados sobre la mesa y tomo uno de ellos, el título le era familiar y recordó que acompañó a Sia a comprar ese libro en aquel momento su sonrisa fue tan brillante que pensó que no era normal, definitivamente una persona no podría brillar tanto, pero Sia una y otra le probó que estaba equivocado, ella era como una estrella, siempre brillando, iluminando el cielo nocturno ayudando a aquellos que estaban perdidos a encontrar el camino de vuelta a casa.
Y Damián le había fallado.
Con fuerza tomo todos los libros sobre la mesa y los tiró contra las paredes en un ataque de ira.
¿Como no lo pudo ver? ¡Drake lo noto! ¡¿Porque él no pudo ver lo que estaba frente a sus ojos?! Athanasia Estuvo actuando extraña desde que volvió a la normalidad pero aún así no hizo nada, la dejó ser porque eso era lo que se hacía en esta familia.
El sabía que Sia era diferente, que se esforzaba en sonreír aún cuando su corazón era pesado y no hizo nada, era como sí... Cómo si tan solo la hubiera dejado morir.
De alguna forma termino deslizándose por una pared hasta quedar en el suelo con su cabeza entre sus manos ¿Cómo permitió que esto pasará?
Miro el piso como si pudiera obtener respuestas de este y por primera vez en su vida parecía que este quería ayudarle porque entre los libros que lanzó al suelo se podía ver una carta sobresaliendo de las páginas...
Pestañeo un par de veces y se acercó a tomar la carta entre sus manos, el sobre tan solo decía un corto "Para mi familia" y no dudó en abrirla con cuidado y Damián comenzó a leer.
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Está no era la forma en que se suponía que las cosas fueran, Sia se suponía que era diferente que se salvó de los dramas de su familia, ella se suponía que fuera feliz.
Ella no debía ser quién tomara su propia vida porque no estaban prestando atención.
Pero nuevamente está familia probaba que de una u otro forma siempre terminaban llegando demasiado tarde cuando era importante y fallando le a quienes lo necesitaban mal.
— Jason... — Puso una mano sobre su hombro Roy y Jason saco su mano de su boca, por unos instantes se sintió enfermó y creyó que iba a vomitar pero no tenía tiempo para eso. — La vamos a encontrar
— ¿Y luego que? — Preguntó sacando la mano de su amigo de su hombro. — Ya oíste lo que le dijo Timbó, ya lo hizo, no hay nada más que hacer.
— Jaybird no digas eso, siempre hay algo que se puede hacer. — Dijo Dick que detuvo su búsqueda de alguna pista sobre el paradero de Sia para apoyar a su hermano.
— ¡Ni siquiera sabemos cómo se suicidio! — Dijo la palabra que hasta ahora todos habían evitado decir y los presentes pausaron en lo que estaban haciendo. — ¡Por todo lo que sabemos ya puede estar muerta en alguna zanja!
— ¡Jason! — le gritó Bruce intentando detener su estallido
— Oh tu debes estar muy feliz con esto, ¿Un mocoso menos del cual preocuparte? — Preguntó con sarna en sus palabras sorprendiendo a Bruce por un segundo. — Nadie en esta maldita familia le importaba Sia, y ella lo sabía. — Murmuró más bajo bajando la mirada. — Nadie... — Repitió apretando sus puños y sintió una mano en su hombro nuevamente su primer instinto fue sacudir la pero al notar que pertenecía a Alfred se quedó quieto.
— No es tiempo de desesperar amo Jason, tenemos que tener un poco de Fe, la señorita nos necesita. — Aseguró en forma de consuelo el mayor y Jason se relajo un poco.
— Todd no está del todo mal. — Llamo la atención Damián entrando a la habitación de nuevo con carta en mano. — No podemos detener a Sia de algo que ya hizo... Y no es nuestro derecho detenerla tampoco.
— ¿Que? Dami ¿De que estás hablando? — Cuestionó confundido Dick y Damián paso a su lado colocando la carta contra su pecho y Grayson la tomo sin entender que estaba sucediendo.
— Sia tomo su decisión y al menos yo la respetaré. — Contesto pasando a su lado camino a la puerta
— ¿A donde vas? — Interrogó Tim.
— El que haya tomado esta decisión por su cuenta no significa que tenga que pasar por esto sola. — Respondió saliendo por la puerta y Jason hizo ademán de seguirlo para preguntar de qué mierda estaba hablando.
— ¡Esperen! — Grito Dick comenzando a leer la carta que le entrego Damián. — Es una carta... De Sia. — toda la atención fue dirigida a su persona y pronto Dick comenzó a leer en voz alta.
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Sia no saco su mirada de la hermosa vista que hacía Gótica a pesar de sentir una presencia añadirse a su lado.
— Creo que es la primera vez que veo las estrellas en Gótica. — Comento a su lado Damián sentándose junto a ella.
— Pensé que de esta forma podría ver mejor mi regalo. — Contesto apretando su mano hasta que sintió como su hermano la tomaba entre la suya y levantó la mirada para ver los verdes ojos de su hermano.
— La torre Wayne definitivamente hace un buen lugar para disfrutar el paisaje. — Dijo tomando a su hermana para que estuviera apoyada contra su pecho abrazándola de la cintura mientras veían la noche.
— Me pareció apropiado. — Contesto con una pequeña risa que se convirtió en una ligera tos teniendo que limpiar los rastros de sangre con su pañuelo.
— ¿Estas asustada? — Preguntó con cuidado estrechando la más contra sí mismo.
— No realmente, he estado asustada por mucho tiempo, pero ya no, creo que estoy... En paz. — Respondió con una ligera sonrisa sintiendo como su último gran hechizo comenzaba a tomar su forma final. — Es un lindo sentimiento.
— Yo estoy asustado. — Dijo sin pudor apretando su mandíbula. — No quiero dejarte ir.
— Oh Damián. — se levantó un poco de su lugar en su pecho para abrazarlo del cuello juntando sus frentes. — Tu siempre has estado conmigo, en mi corazón, y ahora es mi turno. — Sonrió suavemente notando como su hermano presionaba un poco más su contacto. — Mi amor por ti seguirá vivo aún cuando ya no esté.
— ¿Porque soy tu mellizo? — Interrogó con una voz suave y frágil.
— Porque eres lo mejor que me sucedió, tu mi amado, fuiste siempre mi más grande dicha y felicidad y ser amada por ti es el mejor privilegio que alguna vez pude recibir. — Respondió con nada más que afecto y amor incondicional en su voz haciendo que algunas lágrimas escaparan de los ojos de Damián quien abrazo a su hermana con fuerza cerrando los ojos queriendo que este momento durará por siempre.
En las calles de Gótica y en cada pedazo de tierra en patios o parque, raíces comenzaron a crecer creando hermosas flores y árboles de colores vivos, alegres y brillantes que dejaban caer sus pétalos correr arrastrados por el viento y pronto parecía que estaban nevando hermosos pedazos de colores brillantes por toda la Ciudad, atrayendo la atención de todos los ciudadanos.
Sia abrió los ojos viendo los pétalos brillar en el viento y se alejó un poco para volver a la posición original apoyada en el hombro de Damián.
— Es hermoso. — Susurro Damián atraído por los colores brillantes, jamás espero ser testigo de algo tan hermoso en las calles de su ciudad.
— Desde que llegue sentí que le hacía falta color al lugar, me alegra poder corregir eso antes de irme. — sonrió de forma suave sintiendo lo último de su magia abandonar su cuerpo.
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Querida familia,
Se que mi decisión les causará tristeza y no la podrán entender, pero sepan que desde un principio no había nada que pudieran hacer.
Sia noto que no estaban solos pero aún así no se movió de su lugar hasta que sintió la mano de alguien sobre la suya y al mover la mirada vio Jason con una sonrisa cansada pero dulce, apretó su mano devolviendo la sonrisa y volvió a mirar la ciudad sabiendo que las palabras sobraban.
Isaac probablemente ya les dijo esto, pero un cuerpo humano no está hecho para soportar una divinidad, y por lo tanto he estado muriendo desde que hice mi trato con Eri, sabía las consecuencias desde el principio y aún así las acepte, no por poder o codicia, porque en Eri encontré un alma afin que entendía mi dolor y soledad.
Por un segundo Sia levantó su mirada para ver detrás de ella al resto de su familia que al igual que ella miraban el paisaje creado con su magia.
Hasta ahora he estado viviendo con tiempo robado, pero ahora decidí dejar de pelear. Jamás fui hecha para este mundo, pero eso no evitó que fuera feliz.
Su mirada conecto con la de su Padre y ella le ofreció una dulce sonrisa a lo que el contesto con una más pequeña pero era la primera vez que veía al hombre sonreír así que lo tomaría como una pequeña victoria.
Con ustedes pase el tiempo más feliz de mi vida, en un mundo que nunca fue amable conmigo, ustedes lo fueron por primera vez, los amo, y ese amor jamás morirá, me acompañará conmigo por la eternidad y por eso les estaré por siempre agradecida.
Movió su mirada y se encontró con las de Tim y Dick. Drake le dio una cariñosa sonrisa mientras que Dick le regaló una mirada cómplice y le cerró un ojo que casi la hizo reír.
Pero he decido dejar de pelear, ya estoy cansada y sepan que sin ustedes probablemente habría llegado a esta decisión mucho antes, ahora puedo hacerla sintiendo mi corazón más ligero y segura de que viví mi vida lo mejor posible y sin arrepentimientos.
Finalmente llegó a Roy y Alfred lo cual debía admitir que el sorprendía ya que no esperaba que el mayordomo subiera el edificio pero de nuevo probaba ser una noche llena de sorpresas. A ambos les regalo una sonrisa cariñosa y la devolvieron con igual cariño y devoción.
Lamento la tristeza que mis acciones puedan causarle, pero sepan que a donde iré no estare nunca más sola, con Eri crearemos un hogar para la eternidad donde podamos ser felices y de eso no tengo dudas.
Volvió su vista a la noche de Gótica sintiendo algo correr por sus mejillas y al llevar sus dedos a esto vio que eran lágrimas de color carmesí corriendo por estás, ah el tiempo ya se le había acabado.
Y aunque sé que no tengo derecho a pedirles nada, solo deseare por una cosa...
Sintió el cansancio apoderarse de su cuerpo y sus pestañas comenzaron a pesar cada vez más hasta que cerró sus ojos por última vez sintiendo su pecho cálido y su cuerpo ligero como nunca antes.
Sean felices, porque mi familia está llena de las personas más amables en todo el mundo, y merecen ser felices como nadie más, se que yo pasaré la eternidad rezando por su felicidad.
Escuchando el latido del corazón de Damián Sia se dejó ir, pensando que en todo, está no era una mala manera de morir.
Los amo y sepan que este no es un adiós, es un hasta pronto y hasta Entonces mi amor les hará compañía.
Sinceramente, Athanasia Wayne-Alghul
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Nota: Se los Advertí, y la carta era tanto para todos en Gótica como para sus sombras y su abuelo — Sia lo quiere un poco — ya que para Sia todos ellos eran su familia, lo que encontró Damián fue el borrador original, Isaac tenía copias que enviar una vez Sia muriera — el plan original era morir con el —
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