Paso 35
Cuando era Athanasia era una niña su abuelo le regaló una muñeca.
La muñeca tenía el cabello negro como Athanasia, ojos azules y de porcelana de la más alta calidad, en un principio Sia adoro a la muñeca por el solo hecho de ser un regalo de su abuelo, pero con el tiempo comenzó a despreciar el juguete, a resentirlo.
La muñeca cobraba vida cuando Sia la utilizaba, las palabras que decían eran las que salían de los labios de Sia, sus movimientos eran controlados con sus manos, nada de ella era independiente.
Cuando llegó a esa conclusión todo tipo de pesadillas comenzaron a plagar sus sueños en donde ella tomaría el lugar de la muñeca y sería su abuelo quien la usaría cuando fuera conveniente.
Al despertar apretaria su pecho y guardaria la muñeca en alguna parte donde no pudiera verla.
Luego de eso Sia comenzó a imitar al personaje del libro, y aquellos sueños disminuyeron al ganarse la atención de sus sombras y abuelo y todo estuvo bien por un tiempo.
Hasta que Talón llegó.
Su abuelo lo quería para tener los secretos de la corte y tener alguna ventaja sobre Batman, pero cuando se aburrió de él lo dejo al cuidado de Sia.
Sia quien no era fan de la violencia lo torturó de todas formas — No podía ir contra las órdenes de su abuelo después de todo — pero siempre asegurándole y ofreciéndole ligero consuelo, era lo mínimo que podía hacer.
Por un tiempo funcionó hasta que le dejó escapar y el asesino se negó a hacerlo, y al darse cuenta de porque no escapaba las pesadillas volvieron.
Necesitaba un escape, algo nuevo que distrajera su mente de sus inseguridades y miedos. Ahí fue cuando el plan para tener a Drake nació, pero sabía mejor, todo era una simple excusa para huir de su abuelo, para poder sentir... Sentirse.
Humana.
Pero el mundo exterior no era como lo esperaba, era más caótico y desordenado de lo que espero y pedazo a pedazo sus planes se desmoronaron.
Y Sia quedó de nuevo con sus inseguridades, pero esta vez no había lugar a donde correr y finalmente se dio cuenta que no había solución, ya no podía seguir negando lo.
Sia hace mucho paso su punto de quiebre y hasta ahora de alguna forma fue recogiendo sus partes intentando mantenerlas juntas, pero ya no era suficiente.
Estaba rota y expuesta para que todo el mundo la viera.
Y estaba tan cansada...
No más sonrisas, no más palabras dulces.
Solo quería que todo acabará.
Y fue ahí que alguien le extendió su mano.
No fue su padre o su madre, tampoco sus hermanos o sombras ni su abuelo.
Fue Ereshkigal que a pesar de no tener una forma física le recordó que no estaba sola y le ayudo a romper el hechizo sobre ella.
Evitó reír al darse cuenta que todo lo que necesitaba para romperlo era sentirse segura.
La diosa era una estela de Luz que probablemente ni siquiera existía en este plano pero que gracias a sus ojos compartidos podía mostrar lo que Sia tanto quería ver.
— Gracias Amor, siempre puedo contar contigo. — Murmuró con una leve sonrisa en sus labios.
Sia se puso de pie limpiando su ropa un poco del polvo, por el suelo.
Ahora sabía exactamente qué hacer.
Pero por lo menos antes se aseguraría de dejar un regalo de despedida, de otra forma no sería educado de su parte.
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Cuando finalmente llegaron al hotel vieron a la gente evacuando aún cuando todo el lugar parecía estar bien, Damián entre la multitud busco a su hermana y al encontrarla en su forma original sintió alivio recorrer su cuerpo y no dudó en correr en su encuentro abrazando la.
— Gracias a Dios que estás bien. — Murmuró durante el abrazo. — ¿Madre te hizo algo?
— Nada, tan solo me trajo aquí y hablo por teléfono, el lugar comenzó a ser evacuado antes de que pudiera pasar otra cosa. — Respondió negando suavemente.
— Bien, de todas formas hay que encontrarla dudó que se quede de brazos cruzados. — comento apretando sus dientes.
— Dejaré eso para ti y papá, estoy realmente cansada, y quiero ir a mi casa a descansar. — Respondió con una sonrisa cansada.
— No quiero dejarte sola con ella en la ciuda— se calló al darse cuenta de algo y justo en ese momento su padre apareció.
— Athanasia ¿Estas bien? ¿Que paso? — Preguntó el mayor recibiendo una leve sonrisa que a diferencia de la mayoría que le daba no parecía forzada o de mera cortesía.
— Estoy bien Papá, solo un poco cansada. — negó suavemente y ahora tanto Padre como hijo parecieron meditar las palabras de la chica. — Buena suerte con Mamá, yo estaré hibernando. — Les deseó yéndose y mezclándose entre la multitud antes de que pudieran detenerla.
— ¿Acaso ella te llamo...
— Papá... — Contesto, está era la primera vez que Sia le llamaba de esa forma sin ningún sentimiento oscuro detrás, que parecía decirlo de forma natural.
— TT deberíamos comenzar a buscar a Talia. — intervino Damián sintiendo cierta incomodidad en su pecho que no sabía bien de donde venía, pero por ahora tenía asuntos más importantes en los que preocuparse.
— Tienes razón. — Contesto asintiendo aunque aún miraba el lugar donde su hija desapareció.
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— Hola queridos. — Saludo Sia al llegar a su mansión con sus sombras. —¿Me extrañaron?
— Por supuesto, nosotros no somos nada sin usted. — Dijo una de sus sombras y Sia evitó hacer una mueca.
— Sobre eso, necesito que hagan algo por mi. — Comento haciendo un puchero. — Madre está aquí así que nos iremos, pero primero quiero que vayan a Nanda Parbat y hagan algo de limpieza... — Murmuró en un tono bajo pero peligroso.
— ¿Ya escogió a quienes mandará primero? — Preguntó Red y ella sonrió.
— ¡Todos ustedes por supuesto! Ahora al espejo, quiero irme al final de la semana. — Empujó con sus manos en el aire para señalar que se ocuparán.
— pero no podemos dejarla sola. — intercedió una de las sombras.
— Oh no lo estaré, me despedire de mi familia y ellos mantendrán un ojo sobre mi. — Comento llegando a la habitación enseguida invocando al espejo.
— Es nuestro deber protegerla y quedarnos a su lado. — Contesto otra sombra mirando dudosa el espejo.
— Hush queridos, ustedes saben que nada mortal puede herirme, estaré bien, tengan un poco de confianza, ahora a casa y quiero que se encarguen bien de lugar ¿Okay? — Sus sombras compartieron una mirada pero al final se arrodillaron frente a Sia.
— Juramos lealtad a la casa de Alghul. — Dijeron de forma solemne antes de entrar al portal y Sia los despidio con una sonrisa.
— Adiós amados. — Se despido con la mano viendo cómo todos se iban para finalmente cerrar el espejo.
Por un momento dejo que el silencio del lugar la envolviera y luego suspiro, debería encontrar a un abogado lo antes posible, sería una lástima que está linda propiedad terminará en ruinas.
Sia tenía tantas cosas que hacer que apenas podía sentirse mal por mentirle a sus sombras.
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Preview:
Podía disfrutar de este lugar por dos días mas, tiempo de sobra para terminar todo lo que tenía planeado.
— Solo un poco más querida. — Murmuró viendo su reflejo en el espejo y como sus ojos se tornaban violeta. — Ya casi...
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Nota: Ya casi está terminado! Y debo decir que no tendrá el final que esperaba pero será uno bueno de todas formas, inesperado pero bueno, creo que me quedan unos cuatro capítulos más, pero no se preocupen que ya tengo capítulos del nuevo fic y créanme les va a encantar porque hasta ahora me he divertido mucho escribiéndolo.
Oh y ayer recorder que tengo otro Fic en Fanfiction Sobre la Hermana de Damián — que en este fic es mayor que Damián — les gustaría que lo subiera aquí?
Y finalmente se descubrió que hace Talón en Gótica, ja! Esa no se la vieron venir!
Los amo y adoro gracias por los comentarios y votos.
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